Antonio Machado en Baeza para niños
Datos para niños Antonio Machado en Baeza |
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![]() Antonio Pérez Almahan. Estatua sedente de Antonio Machado. Colocada en la calle San Pablo, junto a la fachada del Nuevo Casino.
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Autor | Antonio Pérez Almahan | |
Creación | 2009 | |
Ubicación | ![]() |
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Estilo | Realista | |
Material | Bronce | |
Dimensiones | 120 x 100 x 160 cm, aprox. | |
La estancia del famoso poeta Antonio Machado en Baeza fue un periodo muy importante en su vida. Vivió allí desde octubre de 1912 hasta noviembre de 1919. Durante estos años, Machado escribió muchas de sus obras más conocidas.
Este tiempo en Baeza también fue un momento difícil para él. Había perdido a su joven esposa, Leonor Izquierdo, quien falleció en Soria en agosto de 1912, a los 18 años. Su estancia en Baeza le ayudó a superar este momento tan triste.
Para recordar su paso por la ciudad, se han creado varias obras de arte. Una de las más destacadas es la Cabeza de Machado, una escultura hecha por Pablo Serrano en 1966. Su inauguración fue pospuesta por el gobierno de la época, pero finalmente se celebró en abril de 1983.
Contenido
La llegada de Antonio Machado a Baeza
Antonio Machado llegó a Baeza, en la provincia de Jaén, a finales de octubre de 1912. Su primer deseo era ir a Madrid, pero no había plazas disponibles. En Baeza, comenzó a trabajar como profesor de Lengua francesa.
Su puesto estaba en el Instituto General y Técnico, que hoy se conoce como IES Santísima Trinidad. Este instituto se encuentra en el hermoso edificio de la antigua Universidad. Machado empezó a dar clases el 1 de noviembre de 1912.
Primeras impresiones del poeta
Cuando Machado llegó a Baeza, se sentía muy triste por la pérdida de su esposa. Aunque esperaba que volver a Andalucía le animara, la ciudad no le causó una buena primera impresión.
Al principio, Machado le escribió a su amigo José María Palacio sobre sus sentimientos. Aunque Baeza tenía más habitantes que Soria, donde había vivido antes, el poeta sentía que le faltaba vida cultural.
Machado comentó que la gente de Baeza era buena y amable. Sin embargo, le parecía que las personas se preocupaban más por la política y los juegos que por la cultura o el conocimiento.
También le escribió a Miguel de Unamuno con una opinión similar. Pensaba que, aunque la gente acomodada era discreta y leída, en el fondo no había una gran actividad intelectual.
A pesar de estas primeras impresiones, Machado reconoció que su tristeza por la muerte de Leonor influía en su forma de ver la ciudad. Sentía que la soledad lo abrumaba en este nuevo lugar.
Con el tiempo, el poeta empezó a sentir un cariño por Baeza. Incluso escribió que echaría de menos el "Campo de Baeza" cuando se fuera.
Observaciones sobre la sociedad
Machado también se dio cuenta de las dificultades que enfrentaban los campesinos en Andalucía. Esto despertó en él un fuerte deseo de justicia social.
El poeta se preocupaba por la situación de la gente más humilde. Esta preocupación se reflejó en su poesía. Su lenguaje se volvió más sencillo y directo en sus Nuevas canciones, que escribió completamente en Baeza.
¿Cómo pasaba el tiempo en Baeza?
Para combatir la tristeza y la monotonía, Machado buscó nuevas actividades. En 1915, empezó a estudiar Filosofía y Letras en la Universidad de Madrid. Viajaba a la capital una vez al año para hacer sus exámenes y terminó la carrera en 1918.
También le gustaba asistir a reuniones con amigos, leer libros nuevos y escribir cartas a su familia y a otros escritores importantes como Juan Ramón Jiménez y José Ortega y Gasset.
Machado disfrutaba dando largos paseos por los alrededores de Baeza. A veces, simplemente se sentaba y observaba el paisaje. Uno de sus alumnos, Rafael Laínez Alcalá, lo recordaba sentado, pensativo, con la mirada perdida en la lejanía.
Excursiones por la provincia
Machado también exploró los alrededores de Baeza. En 1913, visitó Jimena, un pueblo cercano, acompañado por amigos. Subió al cerro Aznaitín, un lugar que luego mencionó en sus poemas.
Dos años después, en 1915, fue con su hermano Manuel y otros amigos a la Sierra de Cazorla. Su objetivo era llegar al nacimiento del río Guadalquivir. En el camino, pasaron por pueblos como Torreperogil y Peal de Becerro, que también aparecen en sus escritos.
Finalmente, en 1917, visitó el santuario de la Virgen de Tíscar, cerca de Quesada. Este lugar también inspiró algunos de sus versos.
Visita de Federico García Lorca
Un día especial en Baeza fue el 8 de junio de 1916, cuando Federico García Lorca, que entonces era un joven estudiante, visitó la ciudad. Venía en un viaje de estudios con su profesor.
Rafael Laínez Alcalá también recordó este encuentro. Machado, que solía ser muy discreto, accedió a reunirse con el grupo de estudiantes. Se dice que Machado recitó poemas y Lorca tocó el piano. Fue un momento único que unió a dos grandes poetas.
Traslado a Segovia
Después de siete años en Baeza, Antonio Machado solicitó un traslado. El 7 de septiembre de 1919, pidió ir al Instituto General y Técnico de Segovia. Su solicitud fue aprobada el 30 de octubre, y a finales de noviembre, Machado dejó Baeza.
Actividad literaria en Baeza
Durante su estancia en Baeza, Antonio Machado escribió las Nuevas canciones, que se publicaron por primera vez en 1924.
También empezó a escribir Los complementarios, un cuaderno con sus ideas sobre literatura. Este cuaderno contenía notas y borradores que escribió desde su llegada a Baeza en 1912 hasta 1925.
De esta época son también sus "elogios" a otros escritores, como Francisco Giner de los Ríos, José Ortega y Gasset y Rubén Darío. En estos textos, Machado siguió el estilo que había iniciado en su libro Campos de Castilla.
Publicaciones importantes
Mientras estuvo en Baeza, se publicaron algunas de sus obras más importantes:
- (1917). Páginas escogidas.
- (1917). Poesías completas de Antonio Machado.
- (1919). Soledades, galerías y otros poemas.
Machado también colaboró con varios periódicos y revistas, especialmente de Soria y Madrid. Destacó su participación en el semanario Idea Nueva, fundado en Baeza en 1914. En 1915, publicó un emotivo artículo en homenaje a Francisco Giner de los Ríos.
Reconocimientos a Antonio Machado en Baeza
La ciudad de Baeza ha honrado la memoria de Antonio Machado de muchas maneras.
Obras de arte y monumentos
- (1966). Un cartel de Joan Miró para una serie de homenajes a Machado.
- (1966). La Cabeza de Machado, una escultura de Pablo Serrano hecha de bronce. Está en el "Paseo de las Murallas". Su inauguración oficial fue el 10 de abril de 1983, después de haber sido pospuesta.
- (1996). Poema de un día, un relieve de J. Cuesta. Se encuentra en el patio del Instituto Santísima Trinidad, donde Machado fue profesor.
- (1997). Un retrato de Antonio Machado, pintado por Antonio Moreno.
- (1999). Un busto de Antonio Machado, obra del escultor Melchor Zapata. Está en el patio de la Sede Antonio Machado de la Universidad Internacional de Andalucía.
- (2009). Otro retrato de Antonio Machado, esta vez del pintor David Padilla.
- (2009). Una estatua de Antonio Machado sentado, creada por Antonio Pérez Almahan. Se puede ver en la calle San Pablo.
- (2012). Una banderola conmemorativa de Rafael Simón por el centenario de la llegada del poeta a la ciudad.
- (2012). Una placa conmemorativa en la fachada del Instituto Santísima Trinidad. Tiene un medallón de bronce con el perfil del poeta y sus famosos versos: "Caminante, no hay camino / se hace camino al andar".
Otros homenajes
- Una calle en Baeza lleva el nombre de Antonio Machado.
- También hay un colegio público llamado CEIP Antonio Machado.
- El IES Santísima Trinidad, donde Machado dio clases, conserva el aula original. Se puede ver la misma pizarra, mesa y bancos de la época. Hay un medallón en la puerta que recuerda que allí enseñó francés.
- Existe un Paseo de Antonio Machado en la ciudad.
- Una placa conmemorativa en la casa donde vivió (calle Gaspar Becerra, n.º 21). Aunque al principio se alojó en el Hotel Comercio. Su madre, Ana Ruiz, se mudó con él a principios de 1913.
- Otra placa conmemorativa por el 70.º aniversario de su fallecimiento, colocada en 2009.
- El 4 de febrero de 2019, el Ayuntamiento de Baeza lo nombró "hijo adoptivo" de la ciudad. Reconocieron que su estancia en Baeza, aunque marcada por el dolor, fue crucial para su vida y su obra literaria.