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Alma Tapia para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Alma Tapia
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Información personal
Nacimiento 1906
San Lorenzo de El Escorial
Fallecimiento 23 de octubre de 1993
México
Residencia Madrid, Perpiñán, Toulouse, Valencia, Nueva York y Ciudad de México
Nacionalidad Española
Padres Luis de Tapia Romero
Pilar Bolívar Pieltain
Educación
Educada en
  • Instituto-Escuela
  • Instituto Cardenal Cisneros
Información profesional
Ocupación Dibujante, ilustradora y cartelista
Conflictos Guerra civil española
Miembro de Lyceum Club Femenino

Alma Tapia Bolívar (nacida en San Lorenzo de El Escorial, España, en 1906 y fallecida en México en 1993) fue una talentosa dibujante e ilustradora española.

Biografía de Alma Tapia

Alma Tapia nació en 1906 en San Lorenzo de El Escorial, cerca de Madrid. Su padre era Luis de Tapia Romero, un poeta y periodista, y su madre, Pilar Bolívar Pieltain. Su abuelo, Ignacio Bolívar Urrutia, fue un científico importante. Alma tuvo dos hermanos, Luis y Daniel, quien se hizo escritor.

Alma recibió una educación muy avanzada para su época en el Instituto-Escuela de Madrid. Le gustaban mucho los deportes, especialmente el fútbol y el esquí. Era socia del Madrid Fútbol Club y miembro del Club Alpino Español. Aunque no estudió arte de forma tradicional, pronto se destacó por su habilidad para dibujar e ilustrar.

Inicios en el Dibujo y la Ilustración

Desde muy joven, Alma sintió una gran pasión por el dibujo. Ella misma contó en una entrevista que nunca tuvo profesores de arte. Dibujaba cuando sentía inspiración o para participar en concursos. Su estilo era moderno y único, y la crítica de la época lo reconocía.

Sus primeros trabajos fueron ilustraciones para cuentos infantiles que su padre escribió en 1923. Estos se publicaron en la revista Buen Humor. Al principio, sus dibujos eran sencillos, pero pronto mostró un gran dominio de la línea. Más tarde, en la misma revista, dibujó caricaturas sobre temas de moda y sociedad.

Alma también colaboró en otras revistas importantes como Gutiérrez, Estampa y Ondas. Ilustró cuentos para autores como José Santugini, Josefina Bolinaga y Elena Fortún. También puso dibujos a los primeros libros de su hermano Daniel. En esa época, la ilustración infantil era una forma común para que las artistas se dieran a conocer.

Exposiciones y Reconocimientos Artísticos

Desde finales de los años 20, los dibujos de Alma Tapia se expusieron en eventos organizados por la Unión de Dibujantes Españoles (UDE). Esta sociedad buscaba mostrar el trabajo de los dibujantes españoles. Alma participó en una exposición de la UDE en Nueva York en 1927.

También estuvo presente en los Salones de Humoristas de Madrid en 1927, 1928 y 1929. En una exposición colectiva en el Círculo de Bellas Artes (CBA), su obra Segovia fue elogiada por su luminosidad y color. En 1930, ganó premios en dos concursos de carteles para compañías de teatro.

Alma también compitió en otros concursos, como el de portadas para la Editorial Cénit, donde obtuvo el tercer premio. Su cartel Kiri ganó un reconocimiento en el concurso del Baile de Máscaras del CBA en 1932. En 1935, participó en el I Concurso de Cartel de Toros.

Interés por el Teatro y Viaje a la URSS

El teatro era un campo que le atraía mucho. Diseñó carteles y, en ocasiones, trabajó en la escenografía (los decorados de las obras). Su primera colaboración en un espectáculo fue diseñando los decorados para la obra ¡Mecachis, qué guapo soy! de Carlos Arniches.

Su interés por el teatro creció después de un viaje a la URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas) en 1933. Viajó con su hermano Daniel y varios amigos. A su regreso, Alma valoró mucho el teatro soviético y quiso trabajar más en decorados y vestuarios para obras de teatro.

Compromiso Social y Artístico

Alma Tapia mostró un fuerte compromiso con la sociedad y los derechos de las mujeres. Su familia tenía ideas republicanas. Su padre, Luis de Tapia, fue elegido diputado y fue uno de los fundadores de la Asociación de Amigos de la Unión Soviética.

Alma firmó un importante documento en 1930 llamado "Llamamiento por las Afiliadas del Partido Radical Socialista". En este documento, se pedía una renovación del Estado, derechos completos para los ciudadanos e igualdad para hombres y mujeres. Se destacaba la necesidad de mejorar la educación, la sanidad y la situación de la mujer en las leyes.

El Lyceum Club Femenino y Artistas de Acción

Durante la Segunda República Española, se abrieron más espacios para el trabajo de las mujeres, especialmente en el arte. El Lyceum Club Femenino (LCF), fundado en 1926 en Madrid, fue un lugar clave. Sus salas acogieron exposiciones de arte hechas principalmente por mujeres.

En marzo de 1931, el LCF organizó el Primer Salón de Dibujantas, una exposición de dibujantes mujeres. Alma Tapia, que era parte de la directiva de la Unión de Dibujantes Españoles, fue una de las participantes. La crítica aplaudió esta iniciativa, reconociendo el talento y la preparación de las artistas españolas.

Alma presentó cuatro obras en esta exposición, incluyendo Obreros y El baile ruso. Sus dibujos mostraban un estilo moderno y sintético, con temas que reflejaban su conciencia social y su interés por la cultura rusa.

Además, Alma Tapia participó en el grupo Artistas de Acción (AA), formado por jóvenes pintores, escultores e ilustradores. En marzo de 1932, expusieron en el periódico Heraldo de Madrid. Alma, Marisa Pinazo y Rosario de Velasco fueron las únicas tres mujeres en este grupo. Aunque algunos críticos fueron duros con el grupo, el trabajo de Alma fue elogiado.

Estas exposiciones y grupos mostraron las nuevas tendencias artísticas que surgían en Madrid con la Segunda República Española. Las políticas culturales de la época impulsaron la modernización del arte español y el intercambio internacional. Alma Tapia también participó en concursos de carteles para la Exposición del Libro Español en Buenos Aires en 1933 y en la III Feria del Libro de Madrid en 1935.

El Exilio en México y la Continuación de su Arte

La vida de la familia Tapia cambió drásticamente con el inicio de la Guerra civil española en 1936. Alma se trasladó a Valencia, donde siguió colaborando en trabajos de propaganda. Diseñó carteles como Alistaos en las milicias aragonesas, que combinaba un estilo realista con una ilustración refinada.

Lamentablemente, su padre falleció en 1937 en un hospital en Valencia. Unos meses después, Alma y su madre se mudaron a Barcelona. En 1939, Alma, su madre y una amiga cruzaron a Francia y luego viajaron en barco a Nueva York. Finalmente, llegaron a Ciudad de México en julio de 1939, buscando refugio.

En México, la familia Tapia se relacionó con otros refugiados españoles. Alma, como dibujante, buscó trabajo para mantenerse. Durante la década de 1940, realizó viñetas e ilustraciones para editoriales y libros de texto. Su trabajo abarcó desde la divulgación científica hasta la literatura.

En 1942, Alma Tapia ilustró el folleto Luis Pasteur, sobre la vida del famoso científico. También hizo dibujos para dos obras de Benjamín Jarnés, incluyendo la novela juvenil Orlando el Pacífico. Colaboró de nuevo con la escritora Paulita Brook en el libro Cartas a Platero. Para este libro, Alma creó divertidas letras decoradas y la portada.

También ilustró tres obras del autor Prosper Mérimée para la editorial Leyenda. Más tarde, trabajó con frecuencia para la editorial Centauro, donde creó ilustraciones de estilo oriental para una colección de textos clásicos.

Ilustración Infantil en México

Alma Tapia se destacó especialmente como ilustradora infantil. Su nombre está asociado a la colección El libro de oro de los niños, una serie de seis volúmenes publicada por primera vez en 1943. Esta colección, que buscaba ser "Un mundo maravilloso para la infancia", abarcaba temas de ciencia, cultura y sociedad.

Alma ilustró varias secciones de estos volúmenes, adaptando su estilo a cada ocasión. A menudo usaba una estética sencilla y alegre con colores planos, similar a las estampas infantiles. También experimentó con imágenes más descriptivas, como acuarelas que representaban la sociedad rural mexicana.

Últimos Años y Legado

La actividad artística de Alma Tapia en el mundo editorial parece haber disminuido a partir de 1946. Esto coincidió con su matrimonio con Eusebio Rodrigo del Busto, otro exiliado español. Después de casarse, Alma dejó su trabajo artístico profesional para dedicarse a decorar sus propios muebles y su hogar. Pintó adornos en su comedor, escritorios y biombos. También realizó algunas decoraciones para un restaurante y murales en casas.

El hecho de que Alma dejara su carrera profesional fue algo común para muchas mujeres españolas exiliadas en esa época. Las expectativas sociales dictaban que las mujeres casadas debían centrarse en la familia y el hogar. Sin embargo, Alma Tapia fue un ejemplo de mujer moderna e independiente que aprovechó las oportunidades de la España de la Segunda República Española. Recibió una educación avanzada, practicó deportes, tuvo una profesión artística y participó activamente en la vida pública.

Su prometedora carrera artística se vio afectada por las difíciles circunstancias de la guerra y el exilio. A pesar de ello, Alma Tapia logró dejar su huella en el arte español y en la ilustración mexicana.

Alma Tapia falleció el 23 de octubre de 1993, a los ochenta y seis años, en México. Sus cenizas fueron depositadas en el Panteón Español de la Ciudad de México. Gracias a sus conexiones familiares y profesionales en el exilio, Alma fue una de las mujeres que, con su trabajo, ayudó a difundir el valioso legado cultural de España del siglo XX.

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Alma Tapia para Niños. Enciclopedia Kiddle.