Alejo Petróvich Románov para niños
Alejo Petróvich Románov (nacido en Moscú el 28 de febrero de 1690 y fallecido el 7 de julio de 1718) fue el hijo mayor del zar Pedro I de Rusia y de su primera esposa, Eudoxia Lopujiná. Fue el príncipe heredero del Imperio ruso hasta su muerte.
Su nombre completo en ruso es Алексéй Петрóвич Рома́нов.
Alejo fue educado para ser el siguiente gobernante de Rusia. Sin embargo, su relación con su padre fue muy difícil. Alejo se convirtió en una figura importante para aquellos que no estaban de acuerdo con las ideas de modernización de Pedro el Grande. No quería ser zar y buscó protección con el emperador Carlos VI del Sacro Imperio Romano Germánico. Finalmente, regresó a Rusia bajo promesas de perdón, pero fue juzgado por un tribunal. Fue acusado de traición y de conspirar contra el zar, y falleció mientras estaba encarcelado.
Datos para niños Alexis Petróvich |
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Zarévich de Rusia | ||
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Información personal | ||
Nombre completo | Alejo Petróvich Románov (en ruso: Алексéй Петрóвич Рома́нов) | |
Nacimiento | 28 de febrero de 1690 Moscú, ![]() |
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Fallecimiento | 7 de julio de 1718 Fortaleza de San Pedro y San Pablo, San Petersburgo, ![]() |
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Sepultura | Catedral de San Pedro y San Pablo de San Petersburgo | |
Religión | Cristiano ortodoxo | |
Familia | ||
Casa real | Románov | |
Padre | Pedro I de Rusia | |
Madre | Eudoxia Lopujiná | |
Consorte | Carlota Cristina de Brunswick-Wolfenbüttel | |
Hijos |
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Contenido
¿Quién fue Alexis Petróvich?
El príncipe Alejo fue el único hijo que sobrevivió del zar Pedro I el Grande y su primera esposa, Eudoxia Lopujiná. Cuando Alejo nació, Rusia estaba cambiando mucho bajo el gobierno de Pedro. El zar quería modernizar el país, siguiendo el ejemplo de Europa occidental. Esto no les gustaba a todos, especialmente a los grupos más tradicionales, como algunos nobles y líderes religiosos.
Pedro quería que la nobleza rusa se pareciera más a la europea. Por ejemplo, les ordenó afeitarse la barba, cambió las reglas para acceder a puestos importantes en el gobierno y recompensó a los nobles que le eran leales. También fundó una nueva capital, San Petersburgo, para mostrar la "nueva Rusia", más cerca de Europa y con acceso al mar.
Pedro era un gobernante muy decidido. Le preocupaba tener un heredero que no fuera lo suficientemente fuerte para continuar con sus reformas. Por eso, Alejo creció en un ambiente complicado. Por un lado, debía cumplir con las expectativas de su padre. Por otro, fue educado por personas de la corte que se oponían a las ideas de Pedro y le enseñaron a no estar de acuerdo con su padre.
Su infancia y educación
El príncipe Alejo nació en el pueblo de Preobrazhénskoie, cerca de Moscú, el 28 de febrero de 1690. Fue bautizado el 5 de marzo por el patriarca Joaquín de Moscú. Le pusieron el nombre de su abuelo, el zar Alejo I de Rusia.
Durante sus primeros años, su abuela, la zarina viuda Natalia Narýshkina, lo cuidó. Después, entre los 6 y los 9 años, estuvo bajo la tutela de Nikífor Vyázemski.
En 1698, su padre, Pedro, decidió enviar a su madre, Eudoxia, a un monasterio. Pedro sospechaba que ella había participado en una revuelta. Eudoxia era conocida por apoyar a grupos religiosos que se oponían a las reformas de Pedro. Por esta razón, el príncipe Alejo y su madre se convirtieron en un símbolo para quienes no estaban de acuerdo con el gobierno del zar.
Alejo aprendió alemán, francés, historia y filología. En 1699, su padre quiso enviarlo a Dresde para que aprendiera sobre el arte de la guerra. Más tarde, en 1702, uno de sus tutores quiso que fuera a la Universidad de Leipzig, pero los planes cambiaron. Durante esos años, Alejo estuvo rodeado de tutores que le enseñaron valores religiosos fuertes y que no estaban de acuerdo con las ideas "europeas" de su padre.
Carrera militar y relación con su padre
Su padre quería que Alejo tuviera una carrera militar. Por eso, en 1702, lo envió a servir como soldado en un regimiento de artillería. En ese tiempo, Rusia estaba en la Gran Guerra del Norte. El príncipe Alejo participó en el ataque ruso a la ciudad de Narva y en la construcción de defensas en Moscú. Sin embargo, a Alejo no le gustaba la vida militar. Sus tutores decían que era muy inteligente, pero en otros temas, como la arqueología o el estudio de la iglesia. Pedro quería que su hijo fuera clave para que Rusia se convirtiera en una potencia europea, y le exigía mucho trabajo.
La relación entre el zar y Alejo no era buena. Alejo seguía molesto con su padre, en parte por lo que sus tutores le habían enseñado. También le disgustaba cómo Pedro había tratado a su madre y que no se hubiera ocupado directamente de su educación. Por su parte, el zar pensaba que a su hijo le faltaba el carácter necesario para seguir con sus planes.
En 1712, después de casarse, Alejo fue enviado a la ciudad de Toruń por orden de su padre para supervisar asuntos militares en Polonia. Alejo viajó mucho en los meses siguientes, yendo a Pomerania y luego a Finlandia.
Su matrimonio y familia
En 1708, Alejo fue a Dresde para terminar su educación en francés, alemán, matemáticas y el arte de los asedios. Después, se casó con Carlota Cristina de Brunswick-Wolfenbüttel. La familia de Carlota estaba relacionada con algunas de las familias más importantes de Europa. Alejo y Carlota se llevaron bien al principio, aunque Alejo podría haberse negado al matrimonio, pero no quería desobedecer a su padre. Pedro le escribió una carta en agosto de 1710 preguntándole qué pensaba de ella.
La boda se celebró en Torgau, Sajonia, con mucha celebración. Una de las condiciones del matrimonio era que los hijos que tuvieran serían educados en la fe ortodoxa, aunque Carlota podía mantener su religión protestante. Esta condición no fue bien vista por los consejeros más tradicionales del príncipe.
Los primeros seis meses de matrimonio fueron buenos, pero Alejo pronto perdió el interés en Carlota. Tenía hábitos poco saludables y no la trataba bien en público. Tuvieron dos hijos:
- Natalia (12 de julio de 1714 - 22 de noviembre de 1728): Gran Duquesa de Rusia. Murió joven, sin hijos.
- Pedro (12 de octubre de 1715 - 18 de enero de 1730): futuro zar Pedro II de Rusia (entre 1727 y 1730). Murió joven, sin hijos.
En 1714, el príncipe Alejo mostró abiertamente su distanciamiento de su esposa al llevar a la corte a una compañera, Afrosinia Fiódorova, una mujer de origen finés que había conocido en Finlandia. Se decía que sus consejeros más tradicionales le habían aconsejado no estar con una mujer que no fuera ortodoxa, y que por eso Alejo se había alejado de su esposa y buscado una compañera ortodoxa. Alejo instaló a su compañera en la misma residencia que su esposa.
Su huida y regreso
Poco después de regresar de Finlandia, Pedro envió a Alejo a Stáraya y al lago Ladoga para supervisar la construcción de barcos para la flota rusa. Esta fue la última tarea importante que su padre le dio, ya que Pedro se quejaba de la poca dedicación de su hijo a los asuntos del estado.
El 11 de octubre de 1715, Carlota falleció poco después de dar a luz a su segundo hijo, Pedro. El día del funeral, Pedro I le envió una carta a su hijo, pidiéndole que se hiciera cargo de sus responsabilidades o perdería sus derechos al trono. El príncipe Alejo se sintió aliviado con la oferta y le escribió al zar pidiéndole que sus derechos pasaran directamente a su hijo, y que a él se le permitiera vivir tranquilo, lejos de la corte. El zar estuvo de acuerdo, pero exigió que Alejo se dedicara a la vida en un monasterio.
En 1716, Pedro le pidió a Alejo que se uniera a él y a sus ejércitos sin demora, o le quitaría el título de príncipe heredero. Al principio, Alejo dijo que iría con su padre a Riga y enviaría a su compañera Afrosinia a casa. Aleksandr Danílovich Ménshikov, un colaborador cercano del zar, apoyó esta idea. Sin embargo, temiendo lo que pudiera pasarle, el príncipe Alejo cambió de opinión y huyó a Viena para buscar la protección del emperador Carlos VI del Sacro Imperio Romano Germánico. El emperador los alojó en el castillo de Ehrenberg, en el Tirol. Al parecer, el emperador sospechaba que el zar planeaba eliminar a su hijo, y lo mencionó en una carta al rey Jorge I de Inglaterra. Sintiéndose ofendido, el zar envió a dos espías que encontraron a Alejo. El emperador decidió entonces trasladarlos a Castel Sant'Elmo, en Nápoles.
El zar consideró que la ausencia de su heredero era una ofensa grave que no podía tolerar. Por eso, envió a uno de sus colaboradores más experimentados, el conde Piotr Andréyevich Tólstoi, para traer de vuelta al príncipe. Comenzaron las negociaciones para el regreso del heredero. Alejo exigía que se le perdonara por su huida y que se le permitiera vivir en paz con Afrosinia. Los rusos amenazaron con que el zar ordenaría el secuestro de Afrosinia si se quedaban en Nápoles, lo cual no era cierto. Así, el príncipe Alejo aceptó regresar a casa. Cinco días después de su partida, los suecos llegaron ofreciéndole refugio y un ejército si se ponía bajo su protección, pero el príncipe nunca se enteró de esa oferta.
El final de su vida
Después de dejar a su compañera en Venecia, Alejo llegó a San Petersburgo. Pedro quería que un tribunal especial investigara a fondo las razones de la huida de su hijo. El 18 de febrero, se le pidió a Alejo que revelara quiénes le habían ayudado a escapar. Después de eso, se le permitió renunciar públicamente a sus derechos al trono a favor de su hijo.
Entonces comenzó un proceso para identificar y castigar a todos los colaboradores y amigos cercanos del ex-príncipe. La madre de Alejo, Eudoxia, fue sacada de su monasterio y fue investigada por su comportamiento. Muchos de los que habían colaborado o simpatizado con Alejo fueron castigados severamente. La propia Afrosinia fue llevada a San Petersburgo y se le pidió que declarara contra Alejo. Ella afirmó que él había conspirado contra su padre y que planeaba huir a Roma para buscar la protección del papa. Todo esto sirvió como una excusa para castigar a los opositores políticos del zar y, finalmente, al heredero que nunca había sido del agrado de Pedro. El caso se volvió aún más complicado para el ex-heredero, ya que ahora era visto como un traidor a su padre. Como Pedro había prometido respetar la voluntad de su hijo de vivir en paz, el caso fue entregado a un consejo de líderes religiosos, ministros, senadores y nobles.
Al mediodía del 24 de junio de 1718, los 126 miembros de la Corte de Justicia Extraordinaria declararon al príncipe Alejo culpable y lo condenaron. Antes de la condena, Alejo fue interrogado intensamente. El 26 de junio, el antiguo heredero al trono ruso falleció en la Fortaleza de San Pedro y San Pablo en San Petersburgo, dos días después de ser condenado por conspirar contra el reino de su padre y por buscar apoyo en otros lugares.
Después de la muerte del zar Pedro, el hijo de Alejo, Pedro Alekséyevich, le sucedió en el trono. Sin embargo, Pedro II tampoco reinó mucho tiempo, y así terminó la línea masculina de la dinastía Románov. No se sabe qué pasó con el hijo que Alejo tuvo con su compañera Afrosinia, ya que ella dio a luz en San Petersburgo bajo la custodia del zar, pero el destino del niño es desconocido.
Ascendencia
Zarevich Alexis Petróvich Románov de Rusia | Padre: Emperador Pedro I Alekséyevich de Rusia |
Abuelo paterno: Zar Alejo I Mijáilovich de Rusia |
Bisabuelo paterno: Zar Miguel I Fiódorovich de Rusia |
Bisabuela paterna: Zarina Eudoxia Lukyanovna Streshniova |
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Abuela paterna: Zarina Natalia Kirílovna Narýshkina |
Bisabuelo paterno: Boyardo Kiril Poluektovich Narýshkin |
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Bisabuela paterna: Boyarda Anna Leontyevna Leontyeva |
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Madre: Zarina Eudoxia Fedorovna Lopujiná |
Abuelo materno: Boyardo Fiódor Abrámovich Lopujín |
Bisabuelo materno: Duque Abraham Nikitich Lopukhin |
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Bisabuela materna: |
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Abuela materna: Boyarda Ustinya Bogdanovna Rtischeva |
Bisabuelo materno: Boyardo Bogdan Rtischev |
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Bisabuela materna: |
Véase también
En inglés: Alexei Petrovich, Tsarevich of Russia Facts for Kids