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Tenencia feudal para niños

Enciclopedia para niños

La tenencia feudal o la tierra honor era una forma de ceder tierras en la época medieval. Un rey o un señor entregaba un terreno a un vasallo para que lo usara o lo gobernara. Sin embargo, el rey o señor seguía siendo el dueño de la tierra. Además, el vasallo no podía heredar esa tierra a sus hijos. La persona que recibía y administraba la tenencia se llamaba tenente.

¿Cómo funcionaba la tenencia en la península ibérica?

La tenencia era una institución importante en el feudalismo en la península ibérica. Aunque existían formas similares en otros lugares de Europa Occidental, la tenencia en la península tenía sus propias características. Por ejemplo, no era exactamente lo mismo que un feudo.

Esta forma de tenencia se veía de manera diferente en varios reinos:

Orígenes y evolución de la tenencia

Algunos historiadores, como Claudio Sánchez Albornoz, creen que la tenencia de tierras ya existía en el reino visigodo. Sin embargo, el término "tenencia" empezó a usarse en los reinos de Castilla y León a finales del siglo XI. En ese tiempo, los reyes empezaron a dar a algunos de sus vasallos tareas públicas, como administrar y juzgar.

En los reinos de Navarra y Aragón, la tenencia se llamaba la honor y apareció antes que en otras partes de la península ibérica. Estas tenencias se entregaban a grupos importantes de la nobleza y el clero. A partir del siglo XII, la tenencia ayudó a que el feudalismo se extendiera, ya que los tenentes tenían funciones de gobierno, justicia y recaudación de impuestos para el rey.

Las "honores" que los reyes concedían en los siglos siglo XI y siglo XII eran para toda la vida. Cuando el tenente moría, el rey podía dársela a cualquier otro noble, a menudo a familiares del tenente, pero muy pocas veces a sus hijos.

¿Cuándo se volvió hereditaria la tenencia?

Al principio, la tenencia no se heredaba. Pero a veces, el tenente la poseía como si fuera suya y podía pasarla a sus hijos. En esos casos, se le llamaba "heredad".

Las "honores" hereditarias aparecieron en Aragón a principios del siglo XII. Esto ocurrió porque Alfonso I el Batallador reconquistó muchas tierras al islam. Esto permitió que los caballeros que defendían las fronteras obtuvieran señoríos en las zonas de Soria y Teruel. Así, pudieron asegurar que esas tierras pasaran a sus hijos.

En Castilla, las tenencias hereditarias se hicieron comunes más tarde, en el siglo XIII. Esto fue a pesar de que Alfonso VIII se resistía a conceder heredades en las tierras de Extremadura, que también eran zonas de grandes conquistas en ese momento, como explica el historiador José Ángel García de Cortázar.

En el famoso poema Cantar de mio Cid (escrito alrededor del año 1200), se menciona la frase "honores y tierras". Aquí, "honores" se refiere a la tenencia como una concesión de tierras del rey que podía ser temporal o para toda la vida, pero no hereditaria. En cambio, "tierras" se refería a las propiedades que sí podían ser heredadas por los descendientes. En el siglo XII, en Castilla, el término "tierra" fue reemplazado por "honor", que venía del derecho navarroaragonés. Desde ese siglo, "honor" se usó para referirse a una tenencia gobernada por un "conde" o "potestad" que tenía funciones políticas, administrativas, judiciales y de recaudación de impuestos.

La tenencia en el Reino de Navarra

Según el historiador Juan José Martinena Ruiz, en el Reino de Navarra, las tenencias tenían una fortaleza como sede. Allí vivía el tenente, quien era "nombrado por el rey para gobernar, administrar y defender la región asignada a su cuidado".

Estos cargos eran temporales. El rey los mantenía en su puesto por un tiempo limitado y luego los cambiaba de lugar. Esto se hacía para evitar que los tenentes se volvieran demasiado poderosos y establecieran un sistema feudal hereditario. El tenente no era el dueño de la tierra, sino que la administraba en nombre del rey y mientras el rey lo quisiera. Sin embargo, el tenente, como buen caballero, debía ser leal al rey y servirle en paz y en guerra, gracias a un juramento que hacía al recibir la tenencia.

La tenencia en el México actual

Una herencia legal de las tenencias feudales se encuentra en la división territorial del estado de Michoacán de Ocampo, en México.

En Michoacán, las Tenencias son unidades administrativas más pequeñas que los municipios. Bajo ciertas condiciones, estas tenencias pueden convertirse en municipios completos.

La capital de una tenencia se llama Jefatura de Tenencia, y su representante es el Jefe de Tenencia. Este jefe es elegido por un período de tres años, siguiendo las leyes de México y Michoacán.

Por ejemplo, el Municipio de Morelia, donde está la capital del estado, tiene catorce tenencias. Algunas de ellas son Atapaneo, Atécuaro, Capula, Chiquimitío, Cuto de la Esperanza, Jesús del Monte, Morelos, Santa María de Guido, San Miguel del Monte, San Nicolás Obispo, Santiago Undameo, Tacícuaro, Teremendo de los Reyes y Tiripetío.

Existe una figura territorial aún más pequeña que la Tenencia, llamada Encargatura del Orden. Esta puede convertirse en una Tenencia, según lo establece la Ley Orgánica de División Territorial del Estado de Michoacán.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Tenant-in-chief Facts for Kids

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