Segundo levantamiento comunero en Burgos para niños
El segundo levantamiento comunero en Burgos fue una revuelta importante que ocurrió en la ciudad de Burgos el 21 de enero de 1521. Esta sublevación fue contra Iñigo Fernández de Velasco, quien era el condestable de Castilla y una figura de gran poder en ese momento. Se esperaba que líderes comuneros como Antonio de Acuña, Juan de Padilla y Pedro López de Ayala, conde de Salvatierra, apoyaran la revuelta desde fuera. Sin embargo, el levantamiento comenzó dos días antes de lo planeado, y las fuerzas del condestable lograron controlarlo el 22 de enero. Así, el condestable mantuvo su autoridad sobre la ciudad.
Datos para niños Segundo levantamiento comunero en Burgos |
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Resultado | Victoria del bando realista |
Contenido
¿Qué pasó antes del levantamiento en Burgos?
Antes de esta revuelta, el condestable de Castilla, Iñigo Fernández de Velasco, había intentado resolver la situación en Burgos de forma pacífica. Él era uno de los gobernantes del reino, junto con el Almirante de Castilla y el cardenal Adriano de Utrecht. En noviembre de 1520, el condestable logró que Burgos se separara de la Santa Junta, que era la unión de ciudades comuneras. A cambio, la ciudad recibió todo lo que pedía.
Sin embargo, el rey Carlos I tardó en confirmar estas peticiones. Esto hizo que el ambiente en Burgos se volviera tenso, especialmente a partir de enero de 1521. Para ganar tiempo y evitar una revuelta, el condestable ofreció regalos, hizo promesas y pidió más soldados de Tordesillas.
La llegada de las tropas comuneras
Mientras tanto, las tropas comuneras se movían. El 15 de enero, Francés de Beaumont tomó Ampudia por sorpresa. Luego, las fuerzas de Antonio de Acuña y Juan de Padilla, que sumaban unos 4000 hombres, se unieron en Trigueros del Valle. Primero recuperaron Torremormojón y después Ampudia. Su plan era marchar hacia Burgos. Creían que su presencia animaría a los habitantes de Burgos a levantarse contra el condestable. El conde de Salvatierra, Pedro López de Ayala, también se acercó desde el norte con sus propias fuerzas.
El condestable, para ganar tiempo, empezó a hablar con los ciudadanos más descontentos. Les propuso que hablaran con las ciudades comuneras para saber qué condiciones pondrían para cambiar de bando.
¿Cómo se desarrolló la revuelta?
Los comuneros de Burgos le pidieron a Padilla que llegara a las puertas de la ciudad el 23 de enero. Pero la revuelta comenzó antes de lo previsto, dos días antes. Al mediodía del 21 de enero, los comuneros, liderados por un barbero, tomaron las calles de Burgos. Empezaron los primeros enfrentamientos, y el conde de Aguilar resultó herido.
Por la noche, se acordó una pausa en la lucha. A la mañana siguiente, el condestable impresionó a los rebeldes. Desplegó un gran número de soldados en la plaza de la ciudad. Exigió a los habitantes que se rindieran y entregaran el Castillo de Burgos. Este castillo había estado en manos de los representantes de la ciudad desde junio de 1520. A cambio, el condestable prometió perdonar a los rebeldes, establecer un mercado semanal sin impuestos y reducir los impuestos mientras la Corte estuviera en la ciudad.
Los rebeldes, temiendo que los soldados saquearan la ciudad, decidieron rendirse. Solo dos barrios no lo hicieron. Sin embargo, la victoria del condestable ya estaba asegurada. A la mañana siguiente, pudo tomar el castillo sin problemas.
¿Qué consecuencias tuvo el levantamiento?
Con la victoria del condestable, él obtuvo el control de los puntos más importantes de Burgos, especialmente el castillo. Por otro lado, los líderes comuneros, Padilla y Acuña, se sintieron decepcionados por la derrota. Decidieron retirarse sin luchar contra el condestable. Padilla regresó a Valladolid, y Acuña continuó sus incursiones en la región de Tierra de Campos.
El conde de Salvatierra, sin embargo, dejó la lucha. Se enteró de que el 25 de enero se le prometía el perdón. También se anularían todas las órdenes emitidas contra él, sus tierras y sus habitantes desde el 29 de septiembre del año anterior, si disolvía sus tropas. El 27 de enero, en Oña, se comprometió a despedir al día siguiente a los 2000 hombres que había reunido. También estableció las condiciones para que regresaran a sus hogares.
Galería de imágenes
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El Castillo de Burgos, un punto clave en la ciudad.