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Revolución rumana de 1989 para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
Revolución rumana de 1989
Revoluția română din 1989
Parte de Caída del comunismo y Guerra Fría
Archivo:Revolutia Bucuresti 1989 000
Manifestantes en el céntrico Bulevardul Magheru de Bucarest frente a antidisturbios escoltados por carros de combate, 1989.

Manifestantes en el céntrico Bulevardul Magheru de Bucarest frente a antidisturbios escoltados por carros de combate, 1989.
Fecha 16-27 de diciembre de 1989
Lugar Bandera de Rumania Timişoara y Bucarest, Rumania
Resultado
Partes enfrentadas
Bandera de Rumania República Socialista de Rumania
  • Securitate
    Ejército de Rumania (hasta el 22 de diciembre)
    Partido Comunista Rumano
Grupos opositores
  • Disidentes del Partido Comunista
    Anticomunistas rumanos
Ejército de Rumania (desde el 22 de diciembre)
Frente de Salvación Nacional
(desde el 22 de diciembre)
Figuras líderes
Bandera de Rumania Nicolae Ceaușescu Ejecutado
Bandera de Rumania Elena Ceaușescu Ejecutado
Bandera de Rumania Constantin Dăscălescu
Bandera de Rumania Emil Bobu
Bandera de Rumania Victor Stănculescu
Bandera de Rumania Vasile Milea 
Manifestantes sin liderazgo centralizado
Ion Iliescu
Saldo
1104 muertos y 3352 heridos

La Revolución rumana de 1989 (en rumano: Revoluția română din 1989), también conocida como la Revolución de Navidad, fue una serie de eventos y enfrentamientos que tuvieron lugar en Rumania a finales de diciembre de 1989. Estos sucesos marcaron el fin del gobierno comunista de Nicolae Ceaușescu en el país.

Los conflictos ocurridos en varias ciudades rumanas llevaron a que el presidente Ceaușescu y su esposa, Elena Ceaușescu, abandonaran el poder y huyeran de Bucarest. Fueron capturados en Târgovişte y juzgados por un tribunal militar. Se les acusó de crímenes graves contra el pueblo rumano, daños a la economía nacional y abuso de poder. Tras ser declarados culpables, se les aplicó la pena máxima el 25 de diciembre de 1989. Rumania fue el único país del Bloque del Este (países de Europa Oriental bajo influencia soviética) donde la transición de un sistema socialista a uno de mercado implicó la aplicación de la pena máxima a sus líderes.

En total, 1104 personas perdieron la vida durante la revolución rumana. De estas, 162 fallecieron en las protestas iniciales (del 16 al 22 de diciembre de 1989) que llevaron a la caída de Ceaușescu. Las 942 muertes restantes ocurrieron en los disturbios posteriores, antes de que una nueva estructura política, el Frente de Salvación Nacional (FSN), tomara el control. La mayoría de los fallecimientos se registraron en ciudades como Timişoara, Bucarest, Sibiu y Arad, donde las protestas fueron más intensas. Además, 3352 personas resultaron heridas.

¿Qué llevó a la Revolución rumana de 1989?

Archivo:TimbruNicolaeCeausescu
Sello postal rumano con el rostro de Nicolae Ceaușescu.

En 1989, gran parte de la sociedad rumana estaba cansada del gobierno socialista de Ceaușescu, al igual que en otros países vecinos. Sin embargo, Rumania era diferente porque no había iniciado un proceso de "desestalinización", es decir, no había suavizado las políticas estrictas y el control del gobierno como otros países.

Las decisiones de Ceaușescu en economía, como la construcción de grandes obras y un plan de ahorro muy estricto para pagar la deuda nacional, contribuyeron al aumento de la pobreza en el país. Al mismo tiempo, la Securitate, la policía secreta de Rumania, se hizo cada vez más presente, convirtiendo al país en un estado con mucha vigilancia.

A diferencia de otros líderes del Pacto de Varsovia (una alianza militar de países socialistas), Ceaușescu había elegido una política exterior independiente. Mientras el presidente de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov, hablaba de reformas, Ceaușescu seguía un estilo de liderazgo autoritario, similar al de otros líderes comunistas de línea dura. Poco antes de la caída del Muro de Berlín y los cambios en otros países del Bloque del Este, Ceaușescu no se dio cuenta de que su posición estaba en peligro.

La revuelta en Timișoara

Archivo:1989 December 16. sugárút és a Tudor Vladimirescu út kereszteződése. Fortepan 31892
Manifestación en Timișoara.
Archivo:Romania, Transylvania, Timisoara Fortepan 31879
Personas detenidas en Timișoara después del 22 de diciembre.

El 16 de diciembre de 1989, una protesta comenzó en Timişoara. La gente se manifestó porque el gobierno intentaba desalojar a László Tőkés, un pastor luterano de origen húngaro, y a su esposa, que estaba embarazada. Tőkés había criticado al gobierno de Ceaușescu en un medio internacional, acusándolo de promover el odio entre grupos étnicos.

El obispo de su iglesia, a petición del gobierno, destituyó a Tőkés de su cargo y le quitó el derecho a vivir en el piso que le correspondía. Durante varios días, los seguidores del pastor se reunieron cerca de su casa para evitar el desalojo. Convencieron a otras personas, incluidos estudiantes, para que se unieran a la protesta, diciendo que el gobierno quería limitar la libertad de culto en Rumania.

Como los manifestantes no se dispersaban, el alcalde de Timișoara, Petre Moț, dijo que la orden de desalojo contra Tőkés no se aplicaría. Sin embargo, los manifestantes, impacientes, comenzaron a gritar consignas contra el gobierno. Esto provocó la intervención de la policía local y de la Securitate. A las 19:30, la protesta fue dispersada, pero el motivo original ya no era lo principal. Algunos manifestantes intentaron incendiar la sede del Partido Comunista Rumano (PCR) en Timişoara. La Securitate respondió con gases y chorros de agua, mientras la policía golpeaba y arrestaba a varios manifestantes.

Alrededor de las nueve de la noche, el disturbio en el Comité del PCR se calmó, pero muchos participantes se reagruparon cerca de la Catedral Ortodoxa de Timișoara y marcharon por las calles, enfrentándose de nuevo a las fuerzas de seguridad.

Los disturbios continuaron al día siguiente, 17 de diciembre. Los manifestantes tomaron la sede del Comité del Distrito del PCR y destruyeron documentos, propaganda y símbolos del gobierno. Intentaron incendiar el edificio de nuevo, pero esta vez se enfrentaron al ejército. La presencia militar en las calles indicaba que las órdenes venían de muy arriba, probablemente del presidente Ceaușescu.

Aunque los militares no pudieron controlar a los manifestantes, su participación hizo que la situación en Timişoara fuera muy tensa: hubo disparos, heridos, vehículos incendiados y tanquetas enfrentándose a civiles. Después de las ocho de la noche, las calles principales se convirtieron en escenarios de enfrentamientos violentos. Tanquetas y vehículos blindados bloquearon los accesos a la ciudad, mientras helicópteros militares vigilaban. Después de la medianoche, las protestas disminuyeron.

Archivo:Empty Romanian Flags
Banderas rumanas vacías exhibidas en el Museo Militar de Bucarest. En Timisoara, los manifestantes cortaron el escudo socialista de la bandera rumana, que fue exhibida con un agujero en la banda amarilla como rechazo al régimen socialista.

La mañana del 18 de diciembre, el centro de la ciudad estaba ocupado por soldados y agentes de la Securitate vestidos de civil. El alcalde Moţ convocó una manifestación en la Universidad de Occidente en Timișoara para condenar los actos de los días anteriores. También declaró la ley marcial (control militar de la ciudad), prohibiendo reuniones de más de dos personas.

Desafiando esta prohibición, un grupo de treinta jóvenes se reunió en la Catedral de Timişoara. Allí, izaron la bandera de la Revolución Rumana, que era la bandera nacional con un agujero donde antes estaba el escudo socialista. Sabiendo que podían ser atacados, comenzaron a cantar Deșteaptă-te, române! (¡Despiértate, rumano!), una antigua canción nacionalista prohibida desde 1947 y que hoy es el himno nacional de Rumania. Los manifestantes de la catedral fueron atacados por las fuerzas del orden. Algunos perdieron la vida y sus cuerpos fueron dejados en la Plaza de la Victoria. Otros lograron escapar.

El 19 de diciembre, funcionarios del gobierno visitaron las fábricas de la ciudad, pero no lograron convencer a los obreros de volver a sus trabajos. Al día siguiente, grandes grupos de obreros marcharon por la ciudad. Cien mil obreros se reunieron en la Plaza de la Ópera (hoy Plaza de la Victoria) y protestaron contra el gobierno con gritos como: Noi suntem poporul! ("¡Nosotros somos el pueblo!"), Armata e cu noi! ("¡El ejército está con nosotros!"), Nu vă fie frică, Ceaușescu pică! ("¡No tengáis miedo, Ceaușescu caerá!").

Mientras tanto, Emil Bobu y Constantin Dăscălescu fueron enviados por Elena Ceaușescu (ya que el presidente estaba de viaje en Irán) para resolver el conflicto. Se reunieron con una delegación de manifestantes y aceptaron liberar a muchos de los arrestados. Sin embargo, se negaron a aceptar la principal demanda: la renuncia de Nicolae Ceaușescu. Así, la situación política en Rumania siguió igual.

El 21 de diciembre, llegaron a Timișoara varios trenes con obreros de otra región, Oltenia. El gobierno rumano quería usarlos para reprimir las protestas, pero los obreros de Oltenia terminaron uniéndose a los manifestantes de la ciudad. Uno de ellos dijo: "Ayer, el jefe de nuestra fábrica y el Partido Comunista nos reunieron, nos dieron palos y dijeron que unos 'vándalos' estaban destruyendo Timișoara, y que por eso debíamos venir a ayudar. Pero hoy, sé que eso no era cierto."

El ejército rumano intervino de nuevo y Timișoara fue declarada oficialmente "ciudad libre". Después de las manifestaciones en Timișoara, se registraron nuevos ataques contra manifestantes en otras ciudades como Sibiu, Brașov, Arad y Tirgu Mureş.

La revuelta en Bucarest

Archivo:Coat of arms of PCR
Emblema del Partido Comunista Rumano (PCR), ilegalizado por 21 años después de la Revolución de 1989.
Archivo:Civilian with PM Md. 1963 during the Romanian Revolution of 1989
Civiles armados con fusiles de asalto PM Md. 1963 durante la Revolución en Bucarest.

Los eventos de las revueltas en Bucarest fueron ampliamente difundidos por medios internacionales y por estudiantes rumanos que salieron del país por las fiestas de Navidad. Hay dos ideas principales sobre cómo terminó el gobierno socialista en Rumania y cómo se llegó a la aplicación de la pena máxima a Ceaușescu en 1989.

Una idea es que una parte del Consejo Político Ejecutivo del PCR intentó una transición pacífica, similar a la de otros países del Bloque del Este, donde los líderes socialistas renunciaron en masa. Esto permitió que, en países como Checoslovaquia, los nuevos gobiernos surgieran de forma pacífica. La otra idea es que oficiales del ejército rumano planearon una conspiración contra Ceaușescu. Algunos militares de la época han dicho que participaron en esta conspiración, aunque hay poca evidencia que lo confirme. Ambas ideas podrían ser ciertas al mismo tiempo.

En noviembre de 1989, Ceaușescu había visitado a Mijaíl Gorbachov, quien le sugirió dejar el poder, pero Ceaușescu se negó. La posibilidad de su renuncia volvió a surgir el 17 de diciembre de 1989, cuando Ceaușescu reunió al Consejo Político Ejecutivo de su partido para decidir qué hacer con las manifestaciones en Timișoara. Algunas páginas de las actas de esa reunión desaparecieron, incluyendo las que supuestamente registraban la discusión sobre la renuncia de Ceaușescu.

Según testimonios de antiguos miembros del Consejo, en la reunión del 17 de diciembre, dos de ellos no estuvieron de acuerdo con usar la fuerza para reprimir las manifestaciones. Ceaușescu ofreció su renuncia y pidió que eligieran un nuevo líder. Sin embargo, algunos, como Gheorghe Oprea y Constantin Dăscălescu, lo instaron a no dimitir y a expulsar a los miembros que no estaban de acuerdo. Ese mismo día, Ceaușescu salió de Rumania para un viaje a Irán, dejando a su esposa y a otros miembros del partido a cargo de resolver el conflicto.

Cuando Ceaușescu regresó a Rumania, el conflicto se había complicado. Hacia las 19:00 de ese día, dio un discurso por televisión desde la sede del Comité Central del PCR, donde llamó a los manifestantes de Timișoara "enemigos de la revolución socialista".

La mañana del 21 de diciembre, Ceaușescu encabezó una asamblea organizada por el PCR, con miles de personas, para condenar a los manifestantes de Timișoara. Desde un balcón del Comité Central del PCR, Ceaușescu habló de los "beneficios de la revolución socialista" y del "desarrollo de la sociedad socialista" en Rumania. Pero en la plaza, la multitud, para sorpresa de Ceaușescu, comenzó a aplaudir a los manifestantes de Timișoara y a abuchearlo. Ceaușescu intentó calmarlos con gestos y frases como "¡Hola, hola!". Elena le pedía a su esposo que controlara la situación: "¡Háblales, háblales!". Después, dirigiéndose a la multitud, les pedía que se calmaran. Una vez restablecido el orden, Ceaușescu continuó su discurso. Finalmente, fue llevado al interior del edificio.

Silbidos y aplausos surgieron espontáneamente entre los asistentes. Poco a poco, la gente abandonó la plaza y se extendió por las calles de la ciudad, tomándolas, como había ocurrido en Timișoara. Algunas personas gritaron consignas contra el líder, que se extendieron rápidamente: "¡Abajo el dictador, muerte a los criminales!", "¡El pueblo somos nosotros, abajo con el dictador!", "¿Quién eres tú, Ceaușescu?: ¡un criminal!". Más tarde, la manifestación ocupaba casi todo el centro de Bucarest. Cerca de la Universidad de Bucarest, los jóvenes ondeaban banderas rumanas con el escudo cortado, como en Timișoara.

Horas después, los manifestantes se enfrentaron a soldados, policías y agentes de una unidad especial antiterrorista, así como a agentes encubiertos de la Securitate. La multitud fue atacada por francotiradores desde edificios y rodeada por vehículos blindados y tanquetas. Hubo muchas personas que perdieron la vida en estos ataques contra civiles, incluidos periodistas. Los agentes antidisturbios usaron chorros de agua y la policía arrestó y golpeó a algunos manifestantes. Los opositores al gobierno se hicieron fuertes en una barricada frente a un restaurante, donde resistieron hasta la medianoche del 21 de diciembre, siendo finalmente sometidos. Los disparos en las calles de Bucarest continuaron hasta las tres de la madrugada del 22 de diciembre.

En las primeras horas del 22 de diciembre de 1989, el líder rumano convocó una segunda asamblea para la mañana siguiente. Sin embargo, su esposa, Elena Ceaușescu, fue informada de nuevas manifestaciones de grupos opositores, esta vez de trabajadores de las zonas industriales de la ciudad. Las columnas de obreros se dirigían hacia el centro de Bucarest.

Las barricadas de la policía en los accesos a las plazas de la Universidad y del Palacio no fueron suficientes para contener la manifestación. A las 09:30, la plaza de la Universidad estaba llena de gente. Agentes de seguridad pública aparecieron, muchos de ellos para unirse a la manifestación. Media hora después, la radio local anunció la ley marcial y la prohibición de reuniones de más de cinco personas. Pero a pesar de la prohibición, miles de personas seguían en las calles de Bucarest sin intención de dispersarse.

Ceaușescu intentó hablar a la multitud desde un balcón de la sede del Comité Central del PCR, pero solo recibió un claro rechazo. Entre las nueve y las once de la mañana del 22 de diciembre, el ministro de defensa de Rumania, Vasile Milea, perdió la vida en circunstancias que no han sido aclaradas. Un escrito de Ceaușescu indica que Milea fue considerado traidor y que se habría quitado la vida antes de que su traición fuera descubierta.

Sabiendo lo ocurrido con Milea, Ceaușescu nombró a Victor Stănculescu como ministro de Defensa. Al frente del ejército rumano, Stănculescu ordenó a las tropas que regresaran a los cuarteles, una orden que dio sin el conocimiento de Ceaușescu. Además, el nuevo ministro de defensa convenció al líder de tomar un helicóptero para huir de una ciudad que ya no controlaba. Al negarse a seguir la orden de represión de Ceaușescu, el general Stănculescu tuvo un papel clave en el desenlace de la revolución. En resumen, después de la muerte de Milea y la llegada de Victor Stănculescu al ministerio de defensa, los Ceaușescu huyeron de Bucarest en helicóptero, dándose cuenta de que la policía y el ejército rumano se habían vuelto contra su gobierno y a favor de la revolución.

Archivo:Romanian AKM Soldier
Un suboficial del ejército da la señal de la victoria en la Navidad de 1989; se ha quitado el escudo de la República Socialista de su ushanka y porta un fusil de asalto Pistol Mitralieră model 1965, la versión rumana del AK-47.

Después de la huida de Ceaușescu, la gente reunida en la Plaza del Palacio (Bucarest) celebró. Luego, ocuparon la sede del Partido Comunista. La gente destruyó escritos de Ceaușescu, retratos oficiales del líder y lanzó libros por las ventanas del edificio. Pronto, algunos se apresuraron a derribar las grandes letras de la palabra "comunista" del lema "¡Viva el Partido Comunista Rumano!" que coronaba el edificio. De nuevo aparecieron las banderas rumanas sin el escudo de la república socialista.

Mientras esto ocurría en el centro de Bucarest, más tropas militares llegaron al Aeropuerto Internacional Henri Coandă de la capital. A ellos, como antes en Timișoara, se les había dicho que iban a combatir a "terroristas". Según un libro del guardaespaldas de Nicolae Ceaușescu y coronel de la Securitate, Dumitru Burlan, los miembros del ejército que conspiraron contra el líder intentaron crear una atmósfera de ataques para generar miedo y lograr que algunos soldados se unieran a los opositores.

A pesar de esto, la toma del poder político por parte del Frente de Salvación Nacional (FSN) —formado por miembros del PCR que no estaban en la primera línea y con apoyo de militares que no estaban de acuerdo con Ceaușescu— aún no estaba completa. Grupos leales al gobierno socialista de Rumania —llamados "terroristas" por los participantes en la revolución— abrieron fuego contra los manifestantes en las calles de Bucarest y atacaron puntos clave de la ciudad, como la Plaza del Palacio, la Universidad de Bucarest, los aeropuertos y el Ministerio de Defensa.

La noche del 22 de diciembre, los habitantes de Bucarest seguían luchando en las calles, especialmente en las zonas atacadas por los simpatizantes del gobierno. Con la participación del ejército en ambos lados, los enfrentamientos en las calles dejaron decenas de personas sin vida. A las nueve de la noche del 23 de diciembre, llegaron al Palacio de la República algunos tanques y unidades paramilitares. Llamados "terroristas", la identidad de estos grupos sigue siendo desconocida. Nadie fue procesado oficialmente por el cargo de "terrorismo", y se sospecha que estas unidades podrían haber tenido relación con el nuevo gobierno rumano.

Juicio y aplicación de la pena máxima a Nicolae y Elena Ceaușescu

Ceaușescu y su esposa Elena huyeron de Bucarest en helicóptero, acompañados por dos colaboradores cercanos. Se dirigieron a su residencia en Snagov y luego a Târgovişte. En Boteni, cerca de Târgovişte, Ceaușescu y sus acompañantes abandonaron el helicóptero, ya que los pilotos habían recibido órdenes de aterrizar inmediatamente. También se había ordenado el cierre del espacio aéreo rumano.

Los Ceaușescu y sus acompañantes llegaron a Târgovişte en automóvil. Se refugiaron en un edificio cerca de una planta industrial. Un ingeniero que trabajaba allí llamó a la policía. Poco después, Nicolae y Elena Ceaușescu fueron capturados y llevados a un cuartel militar. Al llegar, se les informó que estaban oficialmente presos.

En la Navidad de 1989, Nicolae y Elena fueron juzgados y se les aplicó la pena máxima. La sentencia fue dictada por un tribunal creado específicamente para procesarlos. Los cargos incluían crímenes graves contra el pueblo (con más de sesenta mil víctimas mencionadas), daño a la economía nacional, enriquecimiento ilícito y uso de las fuerzas armadas contra civiles. En el registro del juicio, Ceaușescu repetía que no reconocía la autoridad de esa corte y que solo declararía ante la Gran Asamblea Nacional, que había sido eliminada por el gobierno de Iliescu y el FSN. Ese mismo día, se les aplicó la pena máxima en Târgovişte. Las primeras imágenes de los cuerpos de Elena y Nicolae fueron mostradas por la televisión rumana días después. Más tarde se supo que fueron ejecutados por 80 soldados y recibieron 120 disparos.

Transición hacia un nuevo gobierno

Archivo:CFSN Revolution Roumaine
Dumitru Mazilu, Ion Iliescu y Petre Roman asumen el nuevo régimen hacia la democracia.

Cuando se supo en el extranjero la noticia de la huida de Ceaușescu, llegaron mensajes de apoyo a Rumania de varios países, incluyendo Estados Unidos, la Unión Soviética, y naciones de Europa Occidental.

Se tomaron medidas importantes como la abolición de la pena de muerte, el restablecimiento de la libertad de expresión y la posibilidad de tener varios partidos. Además del apoyo moral, en los días siguientes llegó ayuda material. Grandes cantidades de alimentos, medicinas, ropa y equipo médico fueron enviados a Rumania desde muchos países. Los eventos en Bucarest ocuparon un lugar destacado en los medios de comunicación de todo el mundo.

El 24 de diciembre, Bucarest volvió a ser escenario de enfrentamientos entre los opositores y los grupos leales a Ceaușescu. La ciudad seguía bajo vigilancia de la policía y el ejército. Las llamadas "actividades terroristas" continuaron hasta el 27 de diciembre, cuando terminaron de repente.

Archivo:TimbruRevolutie
Sello postal de 1990 haciendo alusión a la democracia en Rumania.

Ion Iliescu, un antiguo miembro del PCR que había perdido influencia, fue elegido líder del FSN. Esta formación política se hizo cargo del gobierno del país después de que Ceaușescu dejara el poder. El FSN estaba compuesto en su mayoría por miembros del PCR que no estaban en la primera línea del poder. Ellos tomaron el control de las instituciones del estado, incluyendo los medios de comunicación. Usaron esta posición para criticar fuertemente a los opositores al nuevo gobierno, especialmente a los antiguos partidos liberales y demócratas que habían estado ocultos desde 1947.

Algunos expertos creen que el ascenso al poder de otros miembros del PCR tuvo consecuencias en la nueva organización política de Rumania. Por ejemplo, tuvieron dificultades para pensar más allá de su formación comunista, lo que llevó a una falta de estrategia clara para el paso a una economía de mercado. Esto causó retrasos en las leyes y decisiones en comparación con otros países vecinos que adoptaron reformas e se integraron en estructuras europeas más rápidamente.

Aunque el Frente de Salvación Nacional al principio fue bien visto por muchos en el mundo, el gobierno de Iliescu y Mănescu pronto perdió credibilidad, tanto dentro como fuera del país. Algunos miembros del gobierno provisional aprovecharon la situación para beneficio personal. Un ejemplo de esto fue la "Mineriada" de enero de 1990, cuando mineros de Valea Juilui, acompañados por la policía y convocados por el propio gobierno de Iliescu, invadieron las calles de Bucarest para atacar las protestas de la oposición. Antes de las elecciones, Rumania ya enfrentaba conflictos entre grupos étnicos (especialmente en Transilvania, donde el movimiento nacionalista húngaro liderado por László Tőkés afectó las relaciones entre Rumania y Hungría), conflictos entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa, además de varios problemas en la economía nacional.

Véase también

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Revolución rumana de 1989 para Niños. Enciclopedia Kiddle.