Resonancia orbital para niños

En el estudio del movimiento de los cuerpos celestes, una resonancia orbital ocurre cuando planetas, lunas o asteroides se influyen mutuamente de forma regular. Esto sucede porque sus tiempos para dar una vuelta completa alrededor de otro cuerpo (sus períodos orbitales) están relacionados por una proporción de números enteros pequeños.
Imagina a una niña en un columpio. Si su padre la empuja justo cuando el columpio llega al punto más alto, y lo hace cada vez que el columpio completa su ciclo, el columpio irá cada vez más alto. Esto es similar a la resonancia: una fuerza pequeña aplicada en el momento justo puede tener un gran efecto. En el espacio, la fuerza es la gravedad. Si dos cuerpos celestes tienen períodos orbitales que coinciden de esta manera, la atracción gravitatoria entre ellos se repite en el mismo punto de su movimiento, amplificando su efecto.
Este fenómeno puede tener dos resultados muy diferentes: a veces ayuda a que las órbitas sean más estables, y otras veces las hace inestables.
Contenido
¿Qué es la Resonancia Orbital?
La resonancia orbital es un concepto importante en la mecánica celeste. Se refiere a la influencia gravitacional que los cuerpos en órbita ejercen entre sí. Esta influencia es periódica y regular, lo que significa que ocurre una y otra vez de la misma manera. La clave es que los períodos orbitales de los cuerpos están relacionados por una fracción simple de números enteros. Por ejemplo, si un planeta tarda el doble que otro en dar una vuelta, están en una resonancia 2:1.
Efectos de la Resonancia en las Órbitas
La resonancia puede tener un doble efecto en las órbitas de los cuerpos celestes. Puede hacer que las órbitas sean más estables y predecibles, o, por el contrario, puede desestabilizarlas, causando cambios significativos o incluso la expulsión de un cuerpo de su órbita.
Ejemplos de Estabilización Orbital
La resonancia orbital puede ayudar a mantener los cuerpos celestes en órbitas estables. Aquí tienes algunos ejemplos:
- Júpiter y Saturno: Estos dos gigantes gaseosos tienen una resonancia 5:2. Esto significa que por cada 5 vueltas que Júpiter da alrededor del Sol, Saturno da 2. Esta relación ayuda a estabilizar sus grandes órbitas.
- Plutón y los Plutinos: Plutón y otros objetos pequeños llamados Plutinos tienen una resonancia 3:2 con Neptuno. Por cada 2 vueltas que un Plutino da alrededor del Sol, Neptuno da 3. Esta resonancia los protege de ser expulsados del sistema solar.
- Asteroides Troyanos: Los asteroides troyanos de Júpiter se encuentran en puntos especiales llamados puntos de Lagrange L4 y L5. Están en una resonancia 1:1 con Júpiter, lo que significa que tardan lo mismo en orbitar el Sol que Júpiter, y esto los mantiene en órbitas muy estables.
- Resonancia de Laplace: Las lunas más grandes de Júpiter, llamadas satélites galileanos, tienen una relación especial en sus períodos orbitales. Por ejemplo, Ío, Europa y Ganímedes están en una resonancia orbital 1:2:4. Esto significa que por cada vuelta de Ganímedes, Europa da 2 y Ío da 4.
- Lunas de Saturno: Varias lunas de Saturno también muestran resonancias:
- El período de Mimas es la mitad del de Tetis.
- El período de Encélado es la mitad del de Dione.
- El período de Hiperión es 4/3 del de Titán.
- Rotación Síncrona: Muchos satélites giran sobre sí mismos al mismo tiempo que orbitan su planeta. Esto se llama rotación síncrona y es una resonancia 1:1. El ejemplo más conocido es nuestra Luna, que siempre nos muestra la misma cara. Esto ocurre por la fuerza de marea del planeta, que frena la rotación del satélite.
- Mercurio: El planeta Mercurio, al estar tan cerca del Sol, tiene un período de rotación que es 2/3 de su período de traslación alrededor del Sol.
Ejemplos de Desestabilización Orbital
A veces, la resonancia puede causar inestabilidad, creando huecos o vacíos en la distribución de los cuerpos celestes.
Huecos de Kirkwood
La influencia gravitacional de Júpiter es la causa de los huecos de Kirkwood en el cinturón de asteroides. Estos son espacios donde casi no hay asteroides. Ocurren a distancias donde los asteroides tendrían períodos orbitales que son fracciones simples del período de Júpiter (como 1/3, 2/5, 3/7 o 1/2). En estos puntos, la gravedad de Júpiter empuja repetidamente a los asteroides, sacándolos de esas órbitas.
Anillos de Planetas
Los anillos de planetas, especialmente los Anillos de Saturno que son muy densos, también muestran efectos de resonancia. Cerca de las distancias donde las partículas del anillo tendrían un período orbital que coincide con el de una de las lunas del planeta (por ejemplo, 1/2, 1/3, 2/5), la gravedad de la luna amplifica su efecto. Esto hace que las órbitas de las partículas dejen de ser circulares y choquen más entre sí, lo que provoca que se pierdan partículas en esas zonas, creando huecos en los anillos.
Ejemplos en los Anillos de Saturno
La famosa división de Cassini, un gran espacio de 5000 kilómetros de ancho entre los anillos B y A de Saturno, es un ejemplo claro. Las partículas en el borde interior de esta división orbitan Saturno en aproximadamente 11 horas y 24 minutos. Este tiempo es casi el doble del período de Mimas, tres veces el de Encélado y cuatro veces el de Tetis. Estas resonancias son las responsables de la existencia de la división de Cassini.
También hay una docena de huecos más pequeños en la parte exterior del anillo A. Estos se deben a resonancias con lunas como Jano, Epimeteo, Pandora y Prometeo.
Resonancias en Planetas Extrasolares
Aunque no es lo más común, se han descubierto sistemas de planetas extrasolares con cadenas de hasta cinco o incluso siete planetas en resonancia. Se cree que estas cadenas se forman cuando el sistema planetario se está creando, en presencia de un disco de gas. Después de que el gas se dispersa, la mayoría de estas cadenas se vuelven inestables, lo que explica por qué no se observan tan a menudo.
- Gliese 876: Los planetas Gliese 876 e, b y c están en una resonancia de Laplace con una proporción de períodos de 4:2:1.
- Kepler-223: Este sistema tiene cuatro planetas en una resonancia con una proporción de órbita de 8:6:4:3. Es la primera resonancia orbital de 4 cuerpos confirmada. Las simulaciones sugieren que este sistema se formó a través de la migración planetaria.
- Kepler-80: Los planetas Kepler-80 d, e, b, c y g tienen períodos en una relación de aproximadamente 4:6:9:12:18. Este sistema resonante es muy estable.
- TRAPPIST-1: Los siete planetas de tamaño similar a la Tierra de TRAPPIST-1 están en una cadena de resonancias cercanas, la más larga conocida. Sus proporciones de órbita son aproximadamente 24, 15, 9, 6, 4, 3 y 2. Además, cada grupo de tres planetas adyacentes está en una resonancia de Laplace. Se espera que esta configuración sea estable por miles de millones de años.
Es bastante común encontrar pares de planetas extrasolares con relaciones de período orbital cercanas a una resonancia 1:2. Esto ocurre en muchos de los sistemas descubiertos.
Galería de imágenes
-
La resonancia de Laplace expuesta por tres de las lunas galileanas. Las relaciones en la figura son de períodos orbitales. Las combinaciones se resaltan mediante breves cambios de color. Hay dos conjunciones Io-Europa (verde) y tres conjunciones Io-Ganímedes (gris) para cada conjunción Europa-Ganímedes (magenta).
Véase también
En inglés: Orbital resonance Facts for Kids