Reformismo civil moderado para niños
El reformismo civil moderado es un periodo importante en la Historia republicana del Perú. Abarca los gobiernos de dos presidentes: Manuel Prado Ugarteche (1956-1962) y Fernando Belaúnde Terry (1963-1968).
Durante estos años, el Perú experimentó un crecimiento económico notable y se mejoró la infraestructura del país, como carreteras y servicios públicos. También comenzó un gran movimiento de personas desde las montañas hacia Lima y otras ciudades principales. Esto causó un gran crecimiento de las ciudades, pero el gobierno no siempre pudo satisfacer todas las necesidades de la gente debido a que la economía crecía de forma moderada.
En ese tiempo, no había suficiente inversión para crear muchos empleos, lo que significaba menos impuestos para el gobierno. Como los gobiernos no manejaban el dinero con mucho cuidado, la inflación (el aumento de los precios) era de un 8% cada año. La situación social era un poco tensa, y surgieron nuevos partidos políticos como el Partido Demócrata Cristiano y Acción Popular, fundado por Fernando Belaúnde Terry. Belaúnde era visto como un líder que incluía a la gente en sus proyectos, con el lema "el pueblo lo hizo".
Contenido
Segundo gobierno de Manuel Prado
Manuel Prado Ugarteche asumió la presidencia en 1956, después de ganar las elecciones contra Fernando Belaúnde Terry. Contó con el apoyo del partido APRA. El desarrollo económico que había iniciado el gobierno anterior continuó gracias a la buena gestión económica de Pedro Beltrán Espantoso, quien fue ministro de Hacienda entre 1959 y 1961.
En este periodo, ya se hablaba de una Reforma agraria, que buscaba mejorar la producción agrícola y organizar mejor el uso de las tierras. Sin embargo, había muchos desafíos, como conseguir el dinero necesario para financiarla. Esta demora fue vista por algunos como un problema para solucionar las grandes desigualdades sociales, pero la realidad era que el gobierno no tenía los fondos suficientes para llevarla a cabo como se había planeado inicialmente, que era para aumentar la producción y capacitar a los agricultores.
Elecciones de 1962
En junio de 1962 se realizaron las Elecciones Generales. Fue una campaña muy larga y con mucha actividad. Ninguno de los tres candidatos principales, Víctor Raúl Haya de la Torre (del APRA), Fernando Belaúnde Terry (de Acción Popular) y el general Manuel Odría, obtuvo la cantidad de votos necesaria para ganar directamente.
Debido a rumores de posibles problemas en las elecciones, las Fuerzas Armadas del Perú decidieron intervenir. El 17 de julio de 1962, formaron un gobierno temporal con líderes militares, como Ricardo Pérez Godoy y Nicolás Lindley López. Este gobierno militar sentó las bases para la ley de Reforma Agraria, buscando aumentar la producción agrícola y el desarrollo del Perú. También convocaron a nuevas elecciones rápidamente.
Primer gobierno de Fernando Belaúnde
El gobierno de Fernando Belaúnde Terry se caracterizó por intentar varias reformas importantes, como un proyecto de Reforma agraria. Sin embargo, este proyecto fue bloqueado en el Congreso por una alianza entre el APRA y los seguidores de Odría. Ellos temían que la reforma causara más problemas económicos y un aumento de la inflación. Como no se sabía cómo se financiaría la capacitación de los nuevos dueños de tierras y los proyectos agrícolas, el plan se detuvo.
La falta de estabilidad política y el bloqueo de las reformas por parte del Congreso hicieron que las inversiones en el Perú se frenaran. Aunque la economía seguía creciendo, la inflación comenzó a aumentar en 1965. Esta situación llevó a protestas y problemas en algunas zonas del país. La falta de dinero se hizo más evidente con una inflación del 16% en 1965 y del 19% en 1968. Los problemas políticos causaron un retraso en las inversiones y un déficit en el presupuesto del gobierno.
A pesar de los desafíos, durante el gobierno de Belaúnde se realizaron muchas obras públicas importantes. Se construyeron centrales hidroeléctricas, carreteras, proyectos de riego, aeropuertos (como el Aeropuerto Internacional Jorge Chávez en 1965), viviendas, colegios y hospitales. También se impulsó la educación, la salud y la banca del Estado. Sin embargo, la gran migración de personas a las ciudades hizo que las necesidades crecieran más rápido de lo que el país podía producir dinero para atenderlas.
En resumen, las ambiciones políticas de algunos grupos afectaron el gobierno de Fernando Belaúnde y al Perú, contribuyendo a la inestabilidad y a un cambio de gobierno por la fuerza en 1968.
Desafíos del gobierno de Belaúnde
Entre 1962 y 1968, las reservas de dinero del Perú en el extranjero se mantuvieron alrededor de 140 millones de dólares. Las exportaciones aumentaron, lo que muestra que la economía del Perú estaba creciendo. Sin embargo, la inflación y el freno a las reformas impedían que se atendieran todas las necesidades sociales.
Las organizaciones de trabajadores fueron influenciadas por ideas políticas que se oponían a la inversión privada. Esto hizo que se crearan menos empresas y que el gobierno recaudara menos impuestos. Las mayores exigencias de gasto y la necesidad de imprimir más dinero causaron inflación y la devaluación de la moneda en 1967. En el campo, la falta de recursos para la seguridad permitió que algunas personas tomaran tierras de forma ilegal. El gobierno se vio superado por la situación, debido al gran tamaño del país, a la constante oposición en el Congreso y a las organizaciones que frenaban la creación de empresas.
Un evento importante fue el acuerdo de Talara entre el gobierno y la International Petroleum Company (IPC). Con este acuerdo, el Perú recuperaba los yacimientos de La Brea y Pariñas. Sin embargo, hubo una acusación de que faltaba una página importante del contrato, la famosa "Página 11", donde estaban las cifras clave. Esta acusación fue usada como justificación para el cambio de gobierno por la fuerza en 1968, que puso fin al gobierno de Acción Popular.
Aspectos sociales y económicos

Las migraciones de personas hacia las ciudades principales llevaron a la creación de los primeros asentamientos humanos en las afueras de las ciudades. Hoy, muchos de estos lugares se han convertido en distritos con mucha actividad económica, gracias a la libertad de comercio y asociación que se impulsó con la Constitución de 1993. Sin embargo, al principio, la falta de inversión en el país mantuvo a miles de personas en situación de pobreza. Los migrantes y sus hijos se convirtieron en la mayoría de la población en las ciudades, lo que cambió mucho la cultura y la forma de vida. Entre 1940 y 1972, la población que vivía en ciudades en Perú pasó de ser el 35% a ser el 60%.
Para producir bienes, las fábricas necesitan materiales y es más económico si están cerca de los puertos. Por eso, el crecimiento de la población se concentró en la costa. La ciudad de Lima, por ejemplo, pasó de tener 1 millón a 3 millones de habitantes entre 1950 y 1970. Esto hizo evidente que el Perú no generaba suficiente dinero para atender las necesidades básicas de toda la población.
Era claro que se necesitaba mucha más inversión en nuevas fábricas y en el desarrollo de tierras agrícolas, en lugar de solo tomar las empresas que ya existían. Esto no aumentaría la riqueza del país ni solucionaría las demandas sociales.
Los principales ingresos del Perú siempre han sido las exportaciones de minerales, productos agrícolas (como azúcar y algodón) y productos de la pesca. Sin embargo, la inversión fue limitada desde 1960 debido a ideas que se oponían a la inversión privada.
Esta falta de inversión hizo que no se crearan suficientes empleos nuevos. El desarrollo de la industria fue limitado porque no había suficiente dinero nacional ni extranjero. Los inversionistas no querían arriesgarse en un momento de tensión social contra la inversión privada, ya que existía la posibilidad de que sus empresas fueran tomadas por el Estado. No se impulsó el aumento de la producción, y las ciudades siguieron creciendo con las migraciones que habían comenzado en 1950.
La construcción de infraestructura y la mejora de los servicios del Estado, que comenzaron en 1948, aumentaron la migración porque la gente veía mejoras en las ciudades. Pero sin aumentar la producción, las necesidades de agua, electricidad, desagüe y otros servicios se volvieron una carga para el Estado. El aumento de sueldos de los trabajadores públicos y privados permitió que una pequeña clase media creciera, pero no se hizo más grande debido a la inestabilidad política que afectó la producción. En Lima, en particular, hubo un proceso de modernización, pero la migración fue tan grande que superó la capacidad de la ciudad.
El desarrollo es un proceso lento pero seguro si hay una buena planificación nacional. Las diferentes opciones políticas de la época no presentaron un objetivo claro de desarrollo y esto generó la inestabilidad que culminó en 1968 con un cambio de gobierno por la fuerza.
Este cambio de gobierno no generó mayor producción ni impulsó la inversión libre. En cambio, estableció un Estado muy grande y controlador que redujo la producción y la recaudación de impuestos. Esta ineficiencia generó desconfianza en los inversionistas y se pronosticó un deterioro económico por varios años, lo que redujo aún más la inversión. Con menos impuestos y mayores gastos sociales, la inflación redujo el poder de compra de la gente, lo que inició un ciclo de salida de dinero del país para proteger los ahorros.
La Constitución de 1979 mantuvo la existencia de empresas públicas, lo que generó desconfianza en la inversión y estancó la producción porque no había confianza en que la inflación se reduciría.
La inversión es mayor cuando la inflación es menor. Desde 1980, la inflación no bajaba del 50% anual. Al mantener el gasto excesivo de las empresas públicas, la inflación podía seguir subiendo, reduciendo el poder de compra de la población, disminuyendo las ventas y llevando a la quiebra a nuevos negocios. Como esto frenaba la creación de empleos, las condiciones de vida empeoraron, lo que alimentó las protestas sociales.
La Constitución de 1979 mantuvo algunos privilegios para sindicatos y políticos, lo que impidió que el Estado se reformara. De esta manera, el Perú se estancó entre 1974 y 1990. Las exportaciones peruanas apenas crecieron en esa década.
La gente no tenía empleo debido a las exigencias políticas que se oponían a la inversión privada, mientras que las empresas públicas usaban los impuestos sin dar buenos servicios ni construir suficientes obras. Esto generó inflación y la salida de dinero del país.
Las crecientes necesidades de la gente no fueron atendidas debido a los problemas económicos del Estado peruano. Si la falta de inversión fue causada por la inflación y el Perú estaba en crisis, la solución en 1990 era evitar el gasto excesivo de las empresas estatales. Sin embargo, el bloqueo a las reformas llevó a un nuevo cambio de gobierno por la fuerza en 1992.
El cambio de gobierno de Juan Velasco Alvarado en 1968, aunque buscaba disminuir la discriminación y la exclusión, dejó un país con inflación y una industria anticuada. Para 1990, la mayoría de las fábricas peruanas tenían maquinaria muy antigua. El fracaso de estas reformas dio origen a una nueva forma de pensar en la política que priorizaría la libertad económica.
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