Pánico de Floridablanca para niños
La expresión «pánico de Floridablanca» fue creada por el historiador Richard Herr. Se refiere al gran impacto que tuvo en la corte del rey Carlos IV de España la noticia del triunfo de la Revolución francesa el 14 de julio de 1789.
Este impacto llevó a una serie de medidas para controlar la situación. Estas medidas fueron tomadas por José Moñino, el conde de Floridablanca, quien era el principal ministro del rey. El objetivo era evitar que las ideas revolucionarias se extendieran por España. Por ejemplo, se cerraron rápidamente las Cortes de Madrid de 1789, que acababan de reconocer al príncipe Fernando VII como futuro rey. Se temía que estas Cortes pudieran convertirse en una asamblea como la que había tomado el poder en Francia, poniendo fin al gobierno del rey Luis XVI y al sistema antiguo.
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Medidas de Floridablanca para evitar el "contagio revolucionario"
La corte de Madrid se enteró de lo que pasaba en Francia por un informe que envió el conde de Fernán-Núñez, embajador de Carlos IV en Versalles. El embajador también informó sobre el envío a España de personas que difundían ideas revolucionarias y de propaganda. Esto coincidió con el descubrimiento en Cádiz y Navarra de copias de la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano, un documento importante aprobado en Francia el 26 de agosto de 1789.
Según el historiador Enrique Giménez, los revolucionarios usaban muchos métodos para introducir sus escritos. Por ejemplo, usaban hojas de periódicos como envoltorios, libros con cubiertas religiosas o incluso abanicos con dibujos de la toma de la Bastilla y poemas sobre la libertad.
Las medidas que tomó el conde de Floridablanca en julio de 1789 se debieron al miedo de que en España ocurriera algo similar. Este miedo no era infundado, ya que a principios de 1789 hubo motines de subsistencias (protestas por la falta y el alto precio del pan), como las "revueltas del pan" en Cataluña. Además, en ese momento, la Monarquía no tenía un sistema de seguridad fuerte para controlar posibles revueltas. El propio Floridablanca sufrió un intento de ataque en 1790 por parte de un francés.
En 1791, trabajadores sin empleo en Valencia amenazaron con protestar "y hacer lo mismo que en Francia" si no se les daba trabajo y pan.
Floridablanca tomó varias medidas para evitar que las ideas revolucionarias se extendieran:
- Ordenó crear una especie de "cordón sanitario" con tropas en toda la frontera, como si fuera para evitar una enfermedad. Esto ya se había hecho antes para controlar la entrada de escritos de pensadores.
- Reforzó la censura y la Inquisición, que volvió a ser un instrumento para controlar las ideas.
- Cerró rápidamente las Cortes de Madrid de 1789 por los acontecimientos en Francia, donde el rey Luis XVI había sido obligado a trasladarse a París.
Además, Floridablanca tomó otras medidas:
- Suspender periódicos: Se prohibieron todos los periódicos, excepto los oficiales, y estos no podían mencionar lo que pasaba en Francia.
- Control de la Inquisición: La Inquisición recibió la orden de confiscar cualquier escrito que criticara a la Monarquía o al Papa. En San Sebastián, por ejemplo, se informó que la ciudad estaba "inundada" de papeles sobre la Revolución francesa. La Inquisición publicó un edicto pidiendo la entrega de cualquier impreso que buscara "fundar, si les fuera posible, sobre las ruinas de la Religión y Monarquías aquella soñada libertad, que malamente suponen concedida a todos los hombres por naturaleza, la que, dicen temerariamente, hizo a todos los hombres iguales o independientes unos de otros".
- Encarcelar o desterrar sospechosos: Se castigó a quienes se sospechaba que difundían las nuevas ideas. Por ejemplo, Ramón Salas, profesor de la Universidad de Salamanca, fue castigado por supuestamente escribir textos que iban contra la religión y el Estado.
- Crear una Comisión Reservada: En 1791, se creó esta comisión para perseguir a quienes defendieran las ideas revolucionarias. Sus miembros debían infiltrarse en reuniones de personas influyentes para informar sobre las conversaciones.
- Control de extranjeros: Se hizo un registro de extranjeros, especialmente franceses, para controlar sus movimientos. Solo se permitía la estancia a los católicos que juraran lealtad a la religión y al rey.
- Retirar propaganda: Se ordenó a las autoridades locales que retiraran cualquier propaganda que consideraran peligrosa.
Los eventos en Francia también hicieron que la Monarquía española suspendiera los "pactos de familia" con la Monarquía de Francia. Estos pactos eran acuerdos entre las dos monarquías, ya que ambas estaban gobernadas por la Casa de Borbón. Cuando Luis XVI intentó escapar de París en junio de 1791 y fue detenido, Floridablanca quiso intervenir para defender al rey francés. Envió una nota a la Asamblea Nacional francesa pidiendo que se respetara la libertad del rey y su familia. Esta nota fue vista como una intromisión en los asuntos de Francia y empeoró las relaciones. Poco después, Floridablanca se negó a aceptar la Constitución francesa de 1791 y el juramento que Luis XVI hizo de ella.
¿Qué pensaba Floridablanca sobre lo que pasó en Francia?
En un informe de 1792, Floridablanca explicó al rey lo que había sucedido en Francia. Dijo que el rey francés había sido reducido a un simple ciudadano y que le habían quitado su título de "Rey de Francia" para llamarlo "Rey de los franceses". Esto significaba que el rey era visto como el primer empleado al servicio de la nación, con un poder limitado y responsable ante el pueblo.
También mencionó que en Francia se había eliminado la nobleza y todos los títulos de honor. Floridablanca creía que estas ideas, que decían que todos los hombres son iguales y que el artesano más humilde es igual al rey, eran muy atractivas para la gente y podían extenderse a otras naciones. También señaló que en Francia se había decidido que los dueños de propiedades debían pagar más impuestos. En resumen, para Floridablanca, "En Francia se acabó todo".
La salida de Floridablanca a principios de 1792
Cuatro meses después, en febrero de 1792, Carlos IV destituyó al conde de Floridablanca. En su lugar, nombró al conde de Aranda, quien prefería una política menos estricta con la nueva monarquía francesa. Sin embargo, Aranda no pudo controlar la situación debido a la radicalización de la Revolución francesa (Luis XVI fue depuesto y detenido en agosto de 1792, y al mes siguiente se proclamó la República). Aranda solo estuvo en el poder ocho meses, ya que no quería intervenir en la guerra junto a otras monarquías, pues el ejército español no estaba preparado. En noviembre de 1792, Carlos IV decidió reemplazarlo por Manuel Godoy, un joven oficial de la guardia real que se había ganado la confianza de los reyes por su lealtad.