Primera dama de México para niños
La primera dama de México fue la denominación no oficial que recibía la esposa del presidente de México. El término era ceremonioso, por lo que no era un cargo oficial ni nombrado y no tenía funciones, responsabilidades asignadas, algún tipo de autoridad, salario ni ningún otro tipo de compensación; no obstante, habitualmente cumplía con ciertas funciones protocolarias como ser la acompañante del presidente en viajes o recepciones oficiales, y participar activamente en instituciones de índole benéfica o social.
El único documento legal que hacia referencia a la cónyuge del presidente de la República era el reglamento del Estado Mayor Presidencial, que establecía en el artículo 23 la conformación dentro del esquema y organización del mismo, la llamada Sección sexta, como la responsable de organizar, coordinar, conducir y supervisar el desarrollo de los programas relativos a las actividades públicas de la esposa del primer mandatario. Sin embargo, dicha mención era únicamente con fines organizativos de dicha institución y no confería ningún reconocimiento, facultad o prerrogativa excepcional a quien ostentaba esa denominación.
Como este papel era ejercido tradicionalmente por la cónyuge del Presidente de México, generalmente la denominación a veces era empleada para referirse exclusivamente a la esposa del mandatario en funciones. Sin embargo, históricamente varias mujeres que no eran esposas del Presidente desempeñaron el rol de primera dama, cuando el Jefe del Ejecutivo era viudo o soltero, o cuando la cónyuge del Presidente no podía cumplir por alguna circunstancia con sus deberes de primera dama. En esas ocasiones, la posición fue ocupada por una familiar femenina del Presidente, como lo hicieron Hortensia Elías Calles, hija de Plutarco Elías Calles, y Guadalupe Díaz Ordaz Borja, hija de Gustavo Díaz Ordaz.
Dado que no tenían existencia oficial, las tareas de la esposa del presidente se fueron definiendo a lo largo del tiempo por imitación a otros países, por usos y costumbres. La primera dama debía asistir a reuniones, ceremonias, actos oficiales y sociales, viajes nacionales e internacionales, ya sea con o en lugar del presidente, inauguraba escuelas, hospitales, velaba por la asistencia social y participaba en obras de carácter humanitario o de caridad.
Desde su fundación en 1977, por Carmen Romano, esposa del entonces presidente José López Portillo, la primera dama, por tradición, se hacía cargo de la dirección del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF). Sin embargo, esto no se llevó a cabo durante el gobierno de Vicente Fox Quesada, cuando la primera dama Marta Sahagún fundó la organización filantrópica «Vamos México». Hasta el día de hoy, solo una primera dama ha sido un activo político: Margarita Zavala, esposa del expresidente Felipe Calderón Hinojosa, quien sirvió un período en el Congreso y fue candidata presidencial en las elecciones federales de 2018.
Al día de hoy, sobreviven cinco ex primeras damas: Cecilia Occelli, exesposa de Carlos Salinas de Gortari; Nilda Patricia Velasco, esposa de Ernesto Zedillo; Marta Sahagún, esposa de Vicente Fox; Margarita Zavala, esposa de Felipe Calderón, y Angélica Rivera, exesposa de Enrique Peña Nieto.
La ex primera dama que falleció más recientemente fue Paloma Cordero, esposa de Miguel de la Madrid Hurtado. Ella falleció el 11 de mayo de 2020.
Por tratarse de un cargo no oficial y honorario que confería cierto status a una mujer sobre las demás mexicanas, la Dra. Beatriz Gutiérrez Müller, esposa del presidente Andrés Manuel López Obrador, se negó a ser denominada como primera dama y a ocupar cualquier privilegio relacionado con dicho nombramiento.