Pedagogía crítica para niños
La pedagogía crítica es una forma de entender la educación que busca que los estudiantes no solo aprendan datos, sino que también piensen por sí mismos, cuestionen lo que ven y escuchen, y trabajen para mejorar el mundo. Es una filosofía de la educación y un movimiento que se basa en la idea de que la enseñanza no es neutral, sino que siempre tiene un impacto en cómo vivimos en sociedad. Por eso, temas como la justicia social y la democracia son muy importantes en la pedagogía crítica.
El objetivo principal de esta pedagogía es ayudar a las personas a liberarse de situaciones difíciles o injustas, despertando su conciencia crítica. Esto significa que las personas aprenden a ver los problemas de su entorno y a actuar para cambiarlos.
La pedagogía crítica fue creada por el filósofo y pedagogo brasileño Paulo Freire. Él la presentó en su libro de 1968, Pedagogía del oprimido. Después, estas ideas se extendieron por todo el mundo, incorporando otras formas de pensar sobre la sociedad y la cultura.
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Contenido
¿Qué busca la pedagogía crítica?
Paulo Freire es uno de los pensadores más importantes de la pedagogía crítica. Él creía que la educación puede ayudar a lograr cambios significativos en la sociedad y la cultura. Esta forma de enseñar propone que siempre debe haber una conexión entre lo que se aprende en los libros (la teoría) y lo que se hace en la vida real (la práctica). Así, se desarrolla un pensamiento crítico que lleva a las personas a actuar de manera similar en la sociedad.
La pedagogía crítica se enfoca en el estudiante. Busca que cada alumno pueda transformar su entorno, incluso yendo más allá de lo que conoce de cerca. Se considera que la educación es una práctica social que nace de las condiciones históricas, los contextos sociales y las relaciones culturales. Su objetivo es llegar a los estudiantes más allá del mundo que ya conocen.
También se relaciona con la educación popular, que se basa en principios como la democracia y la ética. Comparte la idea de que la educación debe buscar el reconocimiento, el empoderamiento y la democracia para todas las personas, respetando sus diferencias y superando las desigualdades.
¿Cómo influyó Paulo Freire en esta pedagogía?
El modelo de la pedagogía crítica fue muy influenciado por el trabajo de Paulo Freire. Él defendía que los estudiantes deben pensar de forma crítica sobre su propia educación. Esta manera de pensar les permite ver cómo sus problemas individuales y experiencias se conectan con el contexto social en el que viven.
Desarrollar esta conciencia es el primer paso para la "praxis". La praxis es la capacidad de actuar para superar situaciones difíciles, y destaca la importancia de una educación que libere. Esto significa un ciclo constante de pensar, aplicar, evaluar, reflexionar y volver a pensar. El cambio social es el resultado final de esta praxis cuando muchas personas actúan juntas.
¿Qué aportó Antonio Gramsci?
Las ideas de Antonio Gramsci, un pensador italiano importante, también influyeron en el desarrollo de la pedagogía crítica. Sus ideas, escritas entre 1929 y 1937, comenzaron a ser estudiadas en Brasil desde la década de 1970. Hoy en día, Gramsci es uno de los escritores italianos más citados e influyentes en todo el mundo.
La educación y el pensamiento crítico
Henry Giroux criticó la enseñanza tradicional, especialmente la lectura y la escritura. Él decía que estas se habían vuelto procesos muy limitados. Giroux pensaba que la enseñanza de las ciencias sociales a menudo no se entendía bien. Los estudiantes recibían mucha información sobre historia y cultura, pero esto no los ayudaba a pensar por sí mismos.
Paulo Freire también criticó esta forma de enseñar, a la que llamó "educación de la percepción sin tacha". Él decía que esta educación favorecía una visión del mundo que no permitía el debate. Ambos pensadores concluyeron que esta pedagogía limitada hacía que las personas tuvieran miedo de pensar críticamente, o incluso que no pudieran hacerlo.
Para Freire, la educación debe incluir una comprensión diversa del mundo. Esto no significa que deba ser neutral o complacer a todos. Al contrario, esta idea de diversidad e inclusión hace que la educación promueva el diálogo entre diferentes puntos de vista. A través de esta tolerancia, se crea la democracia, donde se comparten y construyen pensamientos y opiniones que enriquecen el conocimiento.
Freire también hizo un llamado a la "unión de la diversidad". Quería que se dejaran de lado las barreras que separan a los grupos sociales y étnicos. Él reconocía que existen diferencias culturales por clase, origen, género y nacionalidad. Estas diferencias pueden generar desigualdad, por lo que Freire pedía reducir estas brechas y promover la tolerancia y el respeto.
El papel de la escuela
Los seres humanos siempre están aprendiendo porque saben que no son perfectos y buscan entender el mundo. Para crear un legado y seguir aprendiendo, nació la escuela como el lugar principal de formación. Sin embargo, a veces la escuela se desvía de su objetivo. Como dice Giroux, se centra en que los alumnos se adapten a la sociedad, en lugar de formarlos como seres humanos capaces de tomar sus propias decisiones.
De la escuela también surge la educación popular, que es para adultos. Se llama popular porque debe estar muy conectada con las realidades sociales, tanto en la ciudad como en el campo. Su meta es ayudar a las personas a entender su realidad, enriqueciendo su conocimiento práctico con uno más crítico. Esto les permite cuestionar explicaciones que parecen fijas y tener una visión más abierta del mundo y la historia.
Escribir y pensar críticamente
El pensamiento crítico es la habilidad de reflexionar y juzgar para formar una opinión propia sobre diferentes temas, evitando ideas fijas y adoptando una postura de análisis.
La escritura, por otro lado, es una herramienta que nos permite pensar y usar la razón para construir una verdadera democracia. Ayuda a los estudiantes a pensar de forma crítica y lógica sobre cualquier tema. Según Henry Giroux, la escritura es un proceso que nos ayuda a analizar las relaciones entre lo que se escribe y el tema, entre el escritor y el lector, y entre el tema y el lector.
Giroux también decía que si alguien escribe mal, es un reflejo de que su pensamiento no está bien organizado. Es decir, los errores al escribir son errores en la forma de pensar. Por eso, es muy importante entender la relación entre escribir y pensar críticamente. "Aprender a escribir es aprender a pensar", y estos procesos conectan a la persona con el mundo.
La escritura y la lectura siempre están unidas. Un buen escritor es o fue un buen lector, porque la lectura es la forma más importante de aprender y mejorar la escritura. Por eso, Daniel Cassany destaca la importancia del hábito y el gusto por la lectura para tener una buena habilidad de escritura.
Algunas formas de enseñar escritura en las escuelas han sido debatidas:
- La tecnocrática ve la escritura como una habilidad técnica, separada del contenido o las ideas. Se enfoca en la gramática formal, lo cual no siempre mejora la escritura. Se preocupa más por organizar y transcribir pensamientos que por pensar.
- La mimética cree que los estudiantes aprenden a escribir leyendo obras clásicas que sirven de modelo. Aunque esto ayuda a conocer obras importantes, no garantiza un mejor pensamiento o escritura.
- La romántica piensa que hay una relación entre el bienestar del autor y su habilidad para escribir. Aunque explora la felicidad humana, no profundiza en el contexto social o histórico, lo que limita su utilidad.
Estas formas de enseñanza no siempre cumplen con el ideal de formar mejores ciudadanos. En cambio, a veces solo preparan a los estudiantes para aceptar y repetir lo que ya existe en la sociedad.
Los maestros deben tener un papel activo y replantear la pedagogía. Deben recordar que "una verdad debe ser criticada, no idolatrada". Esto significa que no se debe separar la teoría de los hechos. El conocimiento no se estudia por sí mismo, sino que es una interacción entre la persona y la realidad social. Los maestros deben asegurarse de que los estudiantes consideren su historia, su cultura y sus valores para que el conocimiento tenga un significado en sus vidas.
Pedagogía crítica y democracia: ideas de Giroux y Freire
Paulo Freire (1969) dijo que la pedagogía debe promover la libertad y la democracia. Por eso, es fundamental pensar en la pedagogía crítica como una herramienta para lograr estos objetivos que cambian las realidades sociales. Cuando hablamos de crítica, nos referimos a formar una consciencia crítica. Esto implica una actitud reflexiva y activa frente a los eventos históricos y sociales que nos definen como personas. Así, la pedagogía debe formar personas responsables social y políticamente. Se trata de analizar constantemente el contexto, comprender y resolver problemas para evitar la pasividad. La crítica y la acción son características esenciales de una mentalidad democrática.
Todos tienen derecho a la educación, sin importar si son ricos o pobres. Sin embargo, es importante cuestionar la realidad de la educación actual. A menudo, la calidad de la educación y la forma en que las personas actúan en el mundo dependen de sus condiciones socioeconómicas. Es decir, la educación para los grupos con menos oportunidades a veces forma individuos con una mentalidad limitada, mientras que la educación para los grupos con más poder busca que tomen el control y sean más productivos. Para Paulo Freire (1969), la democracia es casi nula en este ámbito, ya que la educación suele ser un beneficio para pocos. Por eso, Freire defendía una educación justa y democrática, donde todos tuvieran acceso a una buena formación académica. Esto facilitaría un verdadero cambio social, que solo puede ocurrir cuando muchas personas entienden su propia realidad.
Paulo Freire hablaba de dos tipos de educación: la "educación bancaria" y la educación problematizadora o liberadora. La primera ve al estudiante como un recipiente vacío donde se "depositan" conocimientos elegidos por el maestro. Luego, se mide cuánto memorizan o repiten. Esta forma de educación puede limitar y generar una especie de imposición cultural. La educación problematizadora, en cambio, parte de la idea de que solo se puede aprender a través del diálogo. El maestro reconoce al estudiante a partir de su propio "universo de palabras" (sus formas de hablar, sus temas y sus prácticas culturales). Entonces, para que haya educación, debe haber diálogo y comunicación, con el objetivo de liberar el pensamiento a través de la acción de rehacer y transformar el mundo.
Además, Paulo Freire veía la pedagogía como una herramienta para hacer posible una realidad más democrática y justa. Esto significa que los educadores deben mostrar a los grupos con menos oportunidades su realidad cultural frente a los grupos con más poder. Así, los primeros se darán cuenta de que viven en una sociedad que los obliga a ser pasivos, sin derecho a participar para formar una realidad mejor. La pedagogía, entonces, es clave para fortalecer e incrementar el pensamiento que busca la libertad en los estudiantes. Esto se logra dándoles las herramientas lingüísticas y de pensamiento que no solo desarrollen habilidades como la lectura y escritura. También deben permitirles ser protagonistas en los procesos de cambio social, y proponer y liderar diálogos críticos. "Frente a la injusticia, la falta de castigo y la crueldad, necesitamos una pedagogía de la indignación."
La educación superior y la democracia
Henry Giroux considera que las universidades son espacios públicos democráticos. Son lugares para aprender a pensar y actuar como ciudadanos. La universidad es un espacio para el debate, la investigación crítica y el compromiso con los valores democráticos. Esta idea se ve amenazada por ciertas propuestas económicas que buscan que los servicios públicos, como la enseñanza, sean solo útiles para el mercado laboral.
Estas ideas económicas, con su visión individualista y enfocada en el comercio, pueden debilitar los servicios y espacios públicos. Esto puede disolver la vida en común y generar conflictos. En ese sentido, Giroux defiende la educación superior como un espacio público importante para proteger la democracia.
"La educación superior tiene la responsabilidad no solo de buscar la verdad, sin importar a dónde lleve, sino también de educar a los estudiantes para que hagan que la autoridad y el poder sean responsables política y moralmente".
A las opiniones desordenadas y las reacciones emocionales se debe responder con argumentos sólidos y razonamientos lógicos. Para enfrentar los desafíos, es necesario fortalecer los espacios públicos, especialmente las universidades.
"La educación superior es uno de los pocos espacios que quedan donde se pueden crear identidades, valores y deseos democráticos. Si el futuro de los jóvenes es tan importante como la propia democracia, esta es una lucha que debe comenzar hoy mismo".
La pedagogía crítica en Iberoamérica
Colombia
En Colombia, un país que ha sido influenciado por otras culturas, pensar en una educación centrada en el lenguaje y en entender el mundo, empezando por conocerse a sí mismo para sentirse libre, es una tarea compleja. Esto implica un cambio profundo en cómo se concibe la educación, desde las autoridades hasta las aulas. Actualmente, Colombia está en un proceso de apertura económica rápida. Parece aceptar ideas de grandes ciudades europeas y norteamericanas como si fueran la única verdad, incluso en la educación. Esto puede ir en contra de las necesidades específicas de la educación en Colombia. El objetivo de la pedagogía crítica en Colombia es proponer una educación para los colombianos, pensada desde la diversidad de su población, para que se conozcan a sí mismos y puedan liberarse de la influencia de modelos extranjeros.
En Colombia, la pedagogía crítica tuvo sus primeros representantes en la educación superior, en universidades como la Universidad de Antioquia, la Universidad Pedagógica Nacional, la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia y la Universidad del Valle. El movimiento pedagógico en Colombia es la organización más importante en pedagogía crítica. Surgió en 1982 y fue impulsado por los maestros a través de la Federación Colombiana de Educadores FECODE, que agrupa a más de 200.000 maestros de instituciones públicas. Aunque tuvo un gran momento, esos deseos de libertad y renovación han disminuido poco a poco.
Basándose en las ideas de Freire, Giroux y MacLaren, se han desarrollado trabajos importantes sobre la pedagogía crítica. Estos se centran en dos puntos clave: cuestionar constantemente las formas de desigualdad social y rechazar las relaciones que se dan en los espacios educativos tradicionales. Ambos puntos ven la educación como una práctica que tiene un impacto en la sociedad y la cultura. Adoptar la pedagogía crítica en la educación significa pensar en una nueva forma de ser maestro. Es pensar en una vida académica donde lo más importante es para quién, por qué, cómo, cuándo y dónde se desarrollan las actividades académicas.
Además, superar la desigualdad y la exclusión, que la UNESCO (2008) considera uno de los mayores desafíos actuales, sugiere la necesidad de espacios educativos basados en políticas de inclusión. Esto implica estrategias para ampliar el acceso y eliminar barreras. Desde la pedagogía crítica de Freire, esto no es solo adaptar la diversidad, sino buscar "la igualdad de las diferencias".
Galería de imágenes
Véase también
- Epistemología
- Pedagogía
- Paulo Freire
- Educación Popular
- Henry Giroux
- Peter McLaren
- Michael Apple
- Curriculum oculto
- Estanislao Zuleta
- Película documental La Educación Prohibida