Pandeísmo para niños
El pandeísmo es una idea que combina dos conceptos: el Panteísmo y el Deísmo. La palabra "pandeísmo" viene del griego "pan" (que significa "todo") y del latín "deus" (que significa "dios").
Imagina que el universo es como un gran rompecabezas. El panteísmo dice que Dios es el rompecabezas completo, es decir, que Dios y el universo son lo mismo. El deísmo, por otro lado, dice que Dios creó el rompecabezas, lo armó, y luego lo dejó funcionando por sí solo, sin intervenir más.
El pandeísmo une estas dos ideas: cree que el Creador del universo, después de crearlo, se convirtió en el universo mismo. Es como si el Creador se hubiera transformado en todo lo que existe y ya no fuera una entidad separada y consciente. Esta idea intenta responder a la pregunta de por qué un Creador haría el universo y luego lo dejaría solo.
Algunas explicaciones sugieren que el Creador era un "todo" que se expandió, quizás en un evento como el Big Bang. Después de esta expansión, su "materia" se dispersó y de ella se formó el universo. Se piensa que todo lo que existe son fragmentos de ese Creador original, y que todo en el universo sufre y evoluciona, buscando volver a unirse a ese "Todo" original.
Contenido
Historia del Pandeísmo
El concepto de pandeísmo se ha estudiado dentro de las diferentes formas de entender la naturaleza de un Creador.
Según algunas teorías, el término "pandeísmo" apareció por primera vez alrededor de 1780. Luego, en 1849, la palabra (Pandeismus y pandeistisch) se incluyó en un diccionario alemán. En 1859, Moritz Lazarus y Heymann Steinthal le dieron el significado que conocemos hoy.
Investigaciones de Max Bernhard Weinstein
El físico y filósofo Max Bernhard Weinstein escribió en 1910 una obra importante llamada Visiones del Mundo y de la Vida, Emergiendo de la Religión, la Filosofía y la Naturaleza. En este libro, Weinstein hizo el estudio más completo sobre el pandeísmo hasta ese momento. Él explicó que, aunque las palabras "panteísmo" y "pandeísmo" se parecen mucho (solo cambia una letra), sus significados son muy diferentes.
Ideas Antiguas con Rasgos Pandeístas
El profesor de ciencias de la religión, Francis Edward Peters, mencionó que algunas ideas antiguas, como las de los milesios, tenían elementos que se parecían al pandeísmo. Weinstein también encontró ideas similares al pandeísmo en las creencias religiosas de los antiguos egipcios, los chinos (especialmente en el Taoísmo de Lao-Tse), los hindúes (en el Bhagavad Gita), y entre varios filósofos de la antigua Grecia y Roma.
Filósofos Griegos y Romanos
Weinstein señaló que el filósofo Jenófanes de Colofón, que vivió en el siglo VI antes de Cristo, expresó ideas pandeístas. Jenófanes decía que había un solo Creador que "permanece siempre en el mismo lugar sin moverse" pero que, sin embargo, "todo él ve, todo él oye, todo él escucha". Weinstein también encontró ideas pandeístas en los pensamientos de Heráclito y de los estoicos.
Además, Weinstein escribió que el pandeísmo se manifestó en las ideas de los seguidores de Pitágoras, como el filósofo Crisipo. Crisipo afirmó que "el universo es Dios y la efusión universal de su alma".
Plinio el Viejo
Gottfried Große, al interpretar la obra Historia Natural de Plinio el Viejo (quien vivió en el siglo I), describió a Plinio como alguien que "quizás fuera pandeísta".
Pensadores Medievales e Ilustrados
Weinstein también estudió la filosofía del teólogo del siglo IX, Juan Escoto Erígena. Erígena propuso que "Dios ha creado el mundo a partir de su propio ser". Weinstein identificó esto como una forma de pandeísmo, destacando que Erígena veía al Creador no como algo ya definido, sino como algo que iba tomando significado a través de su propia existencia.
Varios autores también han descrito al teólogo italiano Giordano Bruno como alguien con ideas que se acercan al pandeísmo.
Comparaciones del Pandeísmo
Se ha debatido si el pandeísmo se puede comparar con el Cristianismo u otras religiones. Para algunos pandeístas, hay diferentes interpretaciones dentro de las creencias cristianas:
Una interpretación se parece al Judaísmo, donde las personas deben ser responsables de sus acciones. Esta visión es apocalíptica, es decir, invita a prepararse para un "día final", y es muy humana, pues no juzga, perdona y llama al cambio.
- Mateo 25:40: "Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis."
- Mateo 25:45: "Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis."
- Mateo 22:36-39: "Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley?" "Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo."
Otra interpretación, con influencias de la antigua Grecia, se basa en ritos de vida y muerte. Esta visión es más fatalista, lo que significa que no se puede "negociar" con el Creador. También tiene una visión de que todas las personas cometen errores, una idea presente en la tradición griega.
Más tarde, cuando el cristianismo se convirtió en una religión oficial, se añadieron nuevos elementos, como la organización de Roma y la idea de que todos pueden alcanzar la salvación si se arrepienten de sus errores.
Para Juan Escoto Erígena, la razón y la fe eran fuentes válidas de conocimiento verdadero y no podían oponerse. En su obra Sobre la división de la Naturaleza (alrededor del año 867 d.C.), Erígena quiso explicar la realidad con un sistema lógico que contradecía la idea de que el Creador y el mundo son dos realidades diferentes. Él sostenía que todas las cosas son parte del Creador y vuelven a Él.
Pandeísmo moderno: Kenosis radical
En 2001, Scott Adams escribió el libro Los Restos de Dios, donde propone una forma de pandeísmo llamada kenosis (una palabra griega que significa "vacío" o "vaciamiento"). Adams explica que un Creador todopoderoso se "vació" o se "aniquiló" a sí mismo en el Big Bang. Esto, según él, porque una entidad que ya lo supiera todo, excepto su propia inexistencia, se sentiría motivada a descubrir qué pasaría si dejara de existir.
Un Creador que supiera la respuesta a esa pregunta efectivamente sabría todo y lo tendría todo. Por esa razón no estaría motivado a hacer nada o crear nada. No habría propósito para actuar de alguna manera. Pero un Creador que tuviera una pregunta molesta -¿qué pasa si dejó de existir?- estaría motivado a encontrar la respuesta con la finalidad de completar su conocimiento... El hecho de que nosotros existimos es prueba de que el Creador está motivado a actuar de alguna manera. Y como solo el reto de la autodestrucción podría interesar a un Creador todopoderoso, es razonable que nosotros... somos los restos del Creador.
En su libro, Scott Adams sugiere que las unidades de energía más pequeñas del universo son como "Polvo del Creador". También propone que el Creador está en un proceso de "restauración", no porque el universo se contraiga, sino porque la humanidad misma se está transformando en el Creador.
De manera similar, Robert A. Heinlein escribió en su libro Tiempo para amar (1973): "El Creador se dividió a sí mismo en muchísimas partes para poder tener amigos. Puede que no sea verdad, pero suena bien. Y no es más absurda que otras ideas sobre el Creador."
Véase también
En inglés: Pandeism Facts for Kids