Lanfranco de Canterbury para niños
Datos para niños Lanfranco de Canterbury |
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Información personal | ||
Nacimiento | 1005 Pavía (Ducado de Milán) |
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Fallecimiento | 28 de mayo de 1089jul. Canterbury (Reino de Inglaterra) |
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Sepultura | Catedral de Canterbury | |
Religión | Iglesia católica | |
Información profesional | ||
Ocupación | Teólogo, filósofo, sacerdote católico, jurista, arzobispo y escritor | |
Cargos ocupados |
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Información religiosa | ||
Festividad | 28 de mayo | |
Alumnos | Anselmo de Canterbury e Ivo de Chartres | |
Orden religiosa | Orden de San Benito | |
Lanfranco de Canterbury (1005-1089) fue un importante líder religioso y pensador de su tiempo. Nació en Pavía, una ciudad que hoy forma parte de Italia, a principios del siglo XI. Se destacó por su conocimiento en artes liberales y en las leyes de la Iglesia, conocidas como derecho canónico.
Contenido
¿Quién fue Lanfranco y dónde estudió?
Lanfranco fue una figura clave en la historia de Inglaterra y de la Iglesia. Su educación inicial se centró en materias como la gramática, la retórica y la lógica. Aunque se decía que también estudió derecho civil, no hay pruebas claras de ello.
Sus primeros pasos como profesor
Por razones que no se conocen bien, Lanfranco cruzó los Alpes y se estableció en Normandía, una región de Francia. Allí, comenzó a trabajar como profesor. Alrededor del año 1039, se convirtió en el director de la escuela de la catedral de Avranches, donde enseñó con mucho éxito durante tres años.
La vida de Lanfranco en el monasterio de Bec
En 1042, Lanfranco decidió cambiar su vida y se unió a la Abadía de Bec, un monasterio fundado diez años antes en Normandía. Al principio, vivió de forma muy retirada.
La escuela de la Abadía de Bec
En 1045, el abad (el líder del monasterio) de Bec, llamado Herluin, nombró a Lanfranco como prior. Fue entonces cuando Lanfranco fundó una escuela dentro del monasterio. Esta escuela se hizo muy famosa rápidamente y atrajo a estudiantes de muchos lugares, no solo de Francia y Normandía, sino también de regiones lejanas como Flandes, Alemania e Italia. Muchos de sus alumnos llegaron a ocupar puestos importantes en la Iglesia, como Anselmo de Canterbury y el papa Alejandro II.
Sus escritos y debates religiosos
Mientras dirigía la escuela, Lanfranco también se dedicó a estudiar y corregir textos antiguos de importantes pensadores de la Iglesia. Escribió comentarios sobre el Libro de los Salmos y otras obras religiosas. Le gustaba mucho estudiar la teología (el estudio de Dios y las creencias religiosas) y la lógica.
Participó en un importante debate sobre la Eucaristía, un sacramento cristiano. Lanfranco defendía la idea de que el pan y el vino se transformaban en el cuerpo y la sangre de Cristo durante la ceremonia. Se opuso a otro pensador llamado Berengario de Tours, quien creía que la presencia de Cristo era solo simbólica. Lanfranco fue uno de los primeros en usar ideas del filósofo Aristóteles para explicar su punto de vista.
Concilios y decisiones de la Iglesia
Lanfranco asistió a varios concilios (reuniones importantes de líderes de la Iglesia). En el concilio de Roma de 1050, se decidió que las ideas de Berengario no eran correctas. Lanfranco también estuvo presente en otros concilios, como el de Vercelli en 1050 y el de Roma en 1059, donde la Iglesia reafirmó su postura sobre la Eucaristía. Después de esto, Lanfranco escribió un libro llamado De corpore et sanguine Domini para explicar su posición.
Lanfranco y Guillermo el Conquistador
Siendo aún prior de la Abadía de Bec, Lanfranco jugó un papel importante en la política. Ayudó a mediar entre el papa León IX y el duque de Normandía, Guillermo el Bastardo (más tarde conocido como Guillermo el Conquistador), para que la Iglesia aprobara el matrimonio de Guillermo con Matilde de Flandes.
El matrimonio de Guillermo y Matilde
En aquella época, la Iglesia no permitía matrimonios entre primos muy cercanos. Guillermo y Matilde eran primos lejanos, pero aún así necesitaban la aprobación. Lanfranco logró que el matrimonio fuera aceptado en el concilio de Roma de 1059. A cambio, la Iglesia pidió a Guillermo y Matilde que construyeran dos abadías (monasterios) y dos iglesias como agradecimiento. Así se construyeron la Abadía de las Mujeres y la Abadía de los Hombres en Caen. En 1066, Lanfranco se convirtió en el primer abad de la iglesia de San Esteban, una de estas nuevas construcciones.
Influencia política y la conquista de Inglaterra
Lanfranco tuvo una gran influencia en las decisiones de Guillermo. Sus contactos en Roma, especialmente con el papa Alejandro II (quien había sido alumno suyo), fueron muy útiles. Lanfranco ayudó a Guillermo a obtener el apoyo de Roma para su expedición a Inglaterra. Esta expedición fue vista como una especie de "cruzada" para reformar la Iglesia en Inglaterra, y recibió la bendición del papa antes de la conquista.
Lanfranco como Arzobispo de Canterbury
Cuando el puesto de arzobispo de Ruan quedó libre en 1067, se pensó en Lanfranco, pero él no aceptó. Sin embargo, en 1070, fue nombrado arzobispo de Canterbury, el cargo religioso más importante de Inglaterra, después de que el anterior arzobispo fuera destituido.
Reorganización de la Iglesia en Inglaterra
Como nuevo arzobispo, Lanfranco comenzó a reorganizar y reformar la Iglesia en Inglaterra. Tuvo algunas dificultades al principio con Tomás de Bayeux, el arzobispo de York, quien quería que su obispado fuera independiente de Canterbury.
Lanfranco viajó a Roma para hablar con el papa Alejandro II, quien ordenó que el asunto se resolviera en un concilio de la Iglesia inglesa. Este concilio se celebró en Winchester en 1072. Allí, Lanfranco logró que se confirmara la importancia de Canterbury sobre York.
Su papel en la justicia y la política
Lanfranco obtuvo permiso del rey para manejar los asuntos de la Iglesia en reuniones especiales llamadas sínodos. También usó su conocimiento legal para permitir que algunos obispos fueran juzgados en tribunales civiles (no religiosos), como en los casos de Odo de Bayeux (1082) y Guillermo de San Calais (1088).
Además, Lanfranco impulsó el reemplazo de líderes ingleses por normandos en puestos importantes de la Iglesia. Aunque sus elegidos eran personas respetables, no siempre eran mejores que los que reemplazaban.
La rebelión de los condes
Uno de los mayores servicios políticos de Lanfranco a Guillermo fue en 1075. Descubrió y ayudó a detener una conspiración de algunos nobles, los condes de Norfolk y Hereford. Uno de los rebeldes, Waltheof, le confesó la conspiración a Lanfranco, quien intentó convencer a los condes de que volvieran a ser leales al rey y, finalmente, los excomulgó (los expulsó de la Iglesia). Lanfranco incluso intentó salvar la vida de Waltheof.
Los últimos años de Lanfranco
Cuando el rey Guillermo I murió en 1087, Lanfranco aseguró que su hijo, Guillermo Rufus, lo sucediera en el trono, a pesar de que algunos nobles no estaban de acuerdo. En 1088, sus consejos animaron a la milicia inglesa a luchar del lado del nuevo rey contra otros nobles que se oponían a él.
Lanfranco le pidió a Guillermo Rufus que gobernara de manera justa y no tuvo miedo de expresar su desacuerdo cuando el rey no cumplió su promesa. Mientras Lanfranco vivió, fue un freno para las malas decisiones del rey. Lamentablemente, enfermó de fiebre y falleció el 24 de mayo de 1089.
Su legado
A pesar de algunos desafíos, Lanfranco fue uno de los consejeros más importantes y desinteresados de Guillermo I. Como líder de la Iglesia, se esforzó por mantener los altos ideales de su cargo. Como arzobispo, mejoró los estándares de disciplina y educación del clero (los sacerdotes y otros líderes religiosos). Creía firmemente en los principios de papas como León IX.
Aunque la Iglesia de Canterbury intentó que fuera reconocido como "Bendito", esto solo tuvo un impacto limitado, principalmente dentro de la Orden de San Benito. Sin embargo, Lanfranco fue honrado muchos siglos después con una escuela que lleva su nombre en Croydon, Inglaterra, cerca de donde se cree que descansan sus restos.
Véase también
En inglés: Lanfranc Facts for Kids