Lahar para niños

Un lahar es un tipo de flujo de sedimento y agua que baja rápidamente por las laderas de los volcanes. Imagina una mezcla espesa de lodo, rocas y agua que se mueve con mucha fuerza. En los últimos siglos, los lahares han causado más daños a propiedades que otros fenómenos volcánicos y han sido una de las principales causas de peligro para las personas. Los lahares, junto con la caída de ceniza volcánica, son los riesgos más importantes relacionados con los volcanes.
Contenido
¿Cómo se forman los lahares?
Los lahares pueden formarse de varias maneras, no siempre durante una erupción volcánica. Aquí te explicamos algunas de las causas principales:
Lluvias intensas
A veces, los lahares ocurren por lluvias muy fuertes, incluso si el volcán no está en erupción en ese momento. Esto pasó después de la erupción del volcán Pinatubo en la Isla de Luzón, Filipinas, en 1991. La ceniza y las rocas sueltas en las laderas del volcán se mezclan con el agua de la lluvia y forman un flujo de lodo.
Glaciares que se derriten
Si un volcán tiene glaciares (grandes masas de hielo) en su cima, el calor de una erupción puede derretirlos rápidamente. El agua del deshielo se mezcla con la ceniza y las rocas, creando un lahar. Un ejemplo de esto fue lo que ocurrió en el volcán Nevado del Ruíz, Colombia, en 1985.
Lagos en la cumbre del volcán
Algunos volcanes tienen lagos en sus cráteres. Si las paredes de estos lagos se rompen o el agua se desborda durante una erupción, el agua puede mezclarse con el material volcánico y formar un lahar muy grande. Esto es un riesgo en volcanes como el Pinatubo.
Deslizamientos de tierra
Un deslizamiento de tierra en la ladera de un volcán, causado por cambios en el terreno o por un sismo (terremoto), también puede generar un lahar si el material se mezcla con agua. Esto ha ocurrido en lugares como la isla caribeña de Montserrat.
A diferencia de otros deslizamientos de rocas, los lahares son flujos muy húmedos donde el agua es clave para que se formen y se muevan.
Lahares y la actividad volcánica
Los lahares que ocurren durante una erupción volcánica suelen llevar grandes rocas (a veces de hasta 30 centímetros o más) mezcladas con una especie de lodo volcánico. Estos flujos son tan poderosos que pueden arrastrar todo a su paso, incluyendo árboles, hojas y otros objetos. Por eso, los depósitos que dejan los lahares son una mezcla desordenada de materiales. La palabra "lahar" viene de un idioma de Indonesia y significa "flujo de lodo".
Los volcanes son lugares donde los lahares son comunes porque sus laderas suelen estar cubiertas de muchas rocas sueltas y ceniza. Cuando estos materiales se mezclan con agua, forman flujos que bajan por la montaña.
El movimiento de un lahar se debe principalmente a la gravedad. Su velocidad depende de qué tan inclinada sea la ladera y de qué tan espeso sea el lahar (su viscosidad). Un lahar muy espeso, con mucho material sólido, se moverá de forma diferente a uno más líquido. Algunos lahares pueden contener hasta un 95% de sólidos.
Si la ladera es muy empinada, el lahar bajará con mucha fuerza, erosionando el terreno. A medida que el lahar avanza por las laderas del estratovolcán, la pendiente disminuye, pierde energía y empieza a dejar los materiales que arrastra, formando depósitos de varios metros de espesor. En laderas muy inclinadas, los lahares pueden alcanzar velocidades de casi 100 kilómetros por hora y seguir el curso de los valles, cubriendo grandes áreas. Algunos lahares han viajado hasta 300 kilómetros desde el volcán.
Estos fenómenos pueden cambiar mucho el paisaje de una zona. Pueden crear quebradas profundas, cambiar el curso de los ríos, llenar valles y cuencas, y causar grandes inundaciones.
¿Cómo se forman los lahares? (Mecanismos detallados)
Las erupciones que liberan agua caliente y ceniza desde el cráter o los lados de un volcán pueden generar lahares. También, el calor de un volcán puede activar zonas geotérmicas, creando torrentes de agua caliente, como ocurrió en el volcán El Jorullo en México en 1759.
Las erupciones en lagos de cráter son muy destructivas. Por ejemplo, la erupción del monte Kelut en Java liberó una enorme cantidad de agua con rocas. En solo 45 minutos, cubrió una gran extensión de tierra y afectó a muchas aldeas.
La nieve y el hielo en la cima de un volcán pueden derretirse por el calor del volcán. Esto puede generar grandes flujos de agua y lahares extensos. Los lahares de la erupción del Cotopaxi en Ecuador en 1948 fueron muy grandes, alcanzando velocidades de 80 km/h y viajando más de 250 km. En 1963, un flujo de lava del volcán Villarrica en Chile derritió hielo y nieve, creando lahares que dañaron aldeas y campos.
Incluso sin una erupción, el calor del volcán puede derretir el hielo debajo de los glaciares, haciendo que el agua fluya y acelere el movimiento del hielo. Los lahares del monte Katla en Islandia en 1918 fueron especialmente grandes, cubriendo una superficie de 125 km².
Los lahares más comunes son los que se forman durante erupciones volcánicas que coinciden con lluvias tropicales fuertes. La acumulación de ceniza cerca de los volcanes puede destruir la vegetación que normalmente ayuda a retener el agua. Los arroyos en las laderas del volcán se desbordan, y la ceniza y otros materiales volcánicos se añaden al flujo, aumentando la erosión. Así, el torrente de material baja por las pendientes y se extiende por las tierras bajas. Los lahares que afectaron a la ciudad costarricense de Cartago entre 1963 y 1965 fueron causados por fuertes lluvias durante la prolongada erupción del volcán Irazú.
La erupción del Nevado del Ruiz de 1985, en Colombia, fue un evento muy fuerte. Los flujos de lodo bajaron con una energía tremenda por las pendientes y se encajonaron en valles estrechos. Al llegar cerca de Armero, a unos 50 km del volcán, causaron grandes daños a la ciudad.
Peligros y cómo protegerse
Los lahares son muy peligrosos porque son fenómenos naturales con mucha energía y un gran poder destructivo, y son difíciles de detener. Sin embargo, su movimiento es relativamente fácil de predecir, ya que suelen seguir los valles. Predecir cuándo ocurrirá un lahar no es sencillo, pero una erupción volcánica puede ser una señal de que se pueden formar estos flujos.
A veces, los lahares pueden ser desviados de su curso hacia zonas pobladas, de manera similar a como se hace con algunos flujos de lava: construyendo barreras sólidas. Sin embargo, muchos flujos, especialmente los más grandes, no pueden ser desviados por completo. También es importante considerar la topografía (la forma del terreno): es crucial saber si el terreno es favorable para que los flujos se evacúen y minimicen los daños. Si no lo es, desviar estos flujos se vuelve una tarea muy difícil.
La mejor manera de protegerse es entender los peligros y reconocer las situaciones que pueden llevar a la formación de lahares. Por ejemplo, si hay mucha ceniza suelta que podría ser arrastrada por una lluvia intensa, o si hay grandes masas de hielo que podrían derretirse y generar flujos densos. También es importante estudiar los registros históricos de lahares en la zona. Reconocer estas situaciones ayuda a implementar planes de prevención de riesgos (como prohibir construcciones en zonas de alto peligro o construir obras civiles para desviar los flujos) y planes de emergencia y evacuación, que deben ser elaborados por expertos y conocidos por toda la comunidad.
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Véase también
En inglés: Mudflow Facts for Kids