Terapia intravenosa para niños
La terapia intravenosa o terapia I.V. es un procedimiento médico que consiste en introducir líquidos o medicamentos directamente en una vena. Esto se hace usando una aguja o un tubo delgado llamado catéter, que se inserta en la vena. Así, las sustancias llegan de inmediato al torrente sanguíneo, lo que permite que actúen rápidamente en el cuerpo.
La terapia intravenosa puede ser de dos tipos:
- Intermitente: Cuando se administran líquidos o medicamentos en momentos específicos, con pausas entre cada dosis.
- Continua: Cuando se administran líquidos o medicamentos de forma constante, gota a gota. A esto se le llama goteo intravenoso o vía intravenosa.
Comparada con otras formas de dar medicamentos, la vía intravenosa es la más rápida para que las soluciones y los medicamentos lleguen a todo el cuerpo. Algunas medicinas, así como las transfusiones de sangre, solo pueden administrarse de esta manera.
Contenido
Historia de la Terapia Intravenosa
Primeros Pasos en el Siglo XVII
En el siglo XVII, se empezó a explorar la idea de inyectar sustancias directamente en las venas. Uno de los primeros en experimentar con esto fue Christopher Wren (1632-1723), un famoso arquitecto. En 1656, Wren inyectó vino y cerveza en las venas de un perro. Otros científicos como Robert Boyle y Robert Hooke continuaron estos experimentos, inyectando otras sustancias en perros para observar los resultados.
La aplicación de las inyecciones intravenosas en humanos y su uso para tratamientos médicos se debe principalmente a médicos alemanes. Johann Daniel Major (1634-1693) destacó este método en su libro Chirurgia Infusoria en 1664. Por su parte, Johann Sigismund Elsholtz (1623-1688) compartió sus experimentos en su obra Clysmatica Nova en 1667. Gracias a estos trabajos, la nueva técnica demostró ser útil y se extendió rápidamente.
Avances y Maduración de la Técnica
En 1843, George Bernard logró introducir soluciones de azúcar en animales. Sin embargo, fue a finales del siglo XIX y durante el siglo XX cuando la terapia intravenosa se desarrolló con bases más sólidas, incluyendo conocimientos sobre microbiología (el estudio de los microorganismos) y asepsia (métodos para prevenir infecciones).
En 1853, Alexander Wood fue el primero en usar la aguja hipodérmica para administrar medicamentos por vía intravenosa. Pero quien realmente hizo popular este método fue el médico francés Charles Gabriel Pravaz (1791-1855), quien diseñó una jeringa que es la base de las que usamos hoy.
En 1870, Pierre Cyprien Ore describió cómo usar un medicamento llamado hidrato de cloral por vía intravenosa para aliviar el dolor durante las cirugías, sentando las bases para la administración de medicamentos por esta vía. En cuanto a la nutrición por vena, Rudolf Kraus y Artur Biedl marcaron un hito en 1896 al administrar glucosa a un hombre por primera vez.
Desarrollos Posteriores
En la década de 1930, la introducción de un medicamento llamado tiopental hizo que la inducción de la anestesia (dormir al paciente para una operación) fuera más efectiva por vía intravenosa. Este medicamento era de acción muy rápida, lo que lo hacía ideal para iniciar y mantener la anestesia.
Durante la Segunda Guerra Mundial, se vio que la mezcla de glucosa y aminoácidos que se usaba para la nutrición intravenosa no era suficiente para los soldados heridos. El problema era que las venas pequeñas no podían soportar grandes volúmenes o concentraciones de líquidos.
En 1952, se superó este obstáculo al empezar a usar venas de mayor tamaño. Esta técnica, descrita por Aubaniac, permitió usar concentraciones más altas de glucosa y aminoácidos. En 1959, Francis Moore describió el uso de la vena cava superior (una vena grande cerca del corazón) para infusiones de alta concentración. Hoy en día, la administración de ciertos medicamentos para el dolor y para dormir es parte fundamental de las técnicas de anestesia modernas.
¿Cómo se Administra la Terapia Intravenosa?
Infusión
Una infusión intravenosa (IV) es una solución líquida que se inyecta en el torrente sanguíneo de una vena, ya sea directamente o gota a gota. Generalmente, estas infusiones son soluciones acuosas, es decir, un soluto (la sustancia que se disuelve) mezclado en agua, sin que queden partículas sin disolver.
Administración Directa (Bolo)
La forma más directa de administrar un medicamento es como un "bolo". Esto significa inyectar el medicamento de una sola vez, rápidamente, a veces diluido en una jeringa con solución fisiológica. Sin embargo, esta forma no siempre es la mejor, ya que muchos medicamentos necesitan un tiempo de infusión más largo para evitar complicaciones.
Goteo Intravenoso
El goteo intravenoso implica conectar un catéter a una vena para que los líquidos o medicamentos se administren lentamente, gota a gota. Se usa en situaciones médicas específicas, como crisis de asma o cólicos renales, o para preparar a un paciente antes de trasladarlo a un hospital. Por ejemplo, un anestesiólogo puede recetar un medicamento por goteo para controlar el dolor.
Los diferentes tipos de acceso a las venas dependen del propósito del goteo. Hay vías arteriales y venosas, y pueden ser de acceso central o periférico. El catéter que se usa debe ser lo más compatible posible con el cuerpo para evitar problemas. El tamaño del catéter se elige según las necesidades del paciente y el tipo de tratamiento.
Tipos de Vías Venosas
Acceso Central
Un catéter de acceso central es un tubo que se conecta directamente a una vena grande que lleva al corazón, como la aurícula derecha. Las vías centrales permiten administrar grandes cantidades de líquidos, soluciones muy concentradas y varios medicamentos al mismo tiempo. Son ideales para tratamientos largos, nutrición especial por vena y otras infusiones que podrían dañar venas más pequeñas.
Algunas venas que se usan para el acceso central son la vena femoral (en la pierna), la vena subclavia (debajo de la clavícula) y la vena yugular interna (en el cuello). La inserción de estos catéteres debe ser realizada por personal médico especializado y bajo condiciones de asepsia muy estrictas para evitar complicaciones graves, como la perforación de un pulmón.
El uso de catéteres venosos centrales puede tener complicaciones, que se clasifican según el momento en que aparecen:
- Inmediatas: Desde la inserción hasta 72 horas después.
- Mediatas: Después de 72 horas.
- Tardías: De 6 meses a 1 año.
Acceso Periférico
El acceso periférico se realiza en venas superficiales, que son más fáciles de alcanzar y pueden soportar la administración de sueros y medicamentos con una concentración similar a la de la sangre.
Las venas más comunes para el acceso periférico son las de los brazos, como la vena cefálica, la vena basílica y las venas del antebrazo y el dorso de la mano. También se puede usar la vena safena en la pierna o la vena yugular externa en el cuello (esta última solo en casos de necesidad). La inserción de estos catéteres suele ser realizada por personal de enfermería. Es muy importante que la zona de punción esté muy limpia, usando un antiséptico como alcohol o clorhexidina.
Existen catéteres centrales de inserción periférica, conocidos como PICC. Estos se insertan en una vena periférica grande (generalmente en el brazo) y el catéter avanza hasta llegar a la aurícula derecha. Son muy usados en unidades de cuidados intensivos y en tratamientos de larga duración.
Técnica Segura para la Inserción de Catéteres
Para reducir los riesgos de complicaciones al insertar un catéter intravenoso, es fundamental planificar bien y usar una técnica aséptica (libre de gérmenes). Algunos factores clave son:
- El conocimiento del personal de salud.
- La elección del catéter adecuado.
- El lugar donde se inserta el catéter.
- Una higiene de manos correcta.
- El uso de guantes y un antiséptico para la piel.
- La técnica de inserción del catéter.
- El tipo de apósito (vendaje) que se usa.
El personal de salud debe elegir el tamaño y la longitud del catéter más adecuados, considerando el tipo de líquido, el volumen a administrar, la velocidad de infusión, el grosor de las venas del paciente y la duración del tratamiento. Siempre se busca usar el catéter más pequeño posible que cumpla con los objetivos.
Es muy importante elegir bien el lugar donde se va a insertar el catéter, ya que esto puede aumentar o disminuir el riesgo de complicaciones como la flebitis (inflamación de la vena) o infecciones. Se deben evitar las zonas con problemas de sensibilidad, cirugías previas, hinchazón o fístulas. También se deben evitar, si es posible, las articulaciones móviles como el codo o la muñeca, ya que aumentan el riesgo de complicaciones. Las venas de la mano suelen tener menos riesgo de flebitis que las del brazo.
La higiene de manos es esencial antes y después de cualquier manipulación de la vía. Esto puede hacerse con agua y jabón, seguido de una solución hidroalcohólica, o con un lavado de manos aséptico usando un jabón antiséptico.
Los riesgos de infección son altos porque se accede directamente al torrente sanguíneo, que es un ambiente estéril. Por eso, se deben tomar precauciones estrictas para evitar que los microorganismos entren en la zona de punción o en la vena.
Si se necesita insertar una vía intravenosa en una emergencia (cuando la vida del paciente está en riesgo y no hay tiempo para una asepsia completa), los catéteres deben cambiarse lo antes posible, idealmente antes de 48 horas.
- Uso de guantes: Se deben usar guantes estériles, especialmente si se busca la máxima esterilidad. Si los guantes estériles tocan algo no estéril, se consideran contaminados. Es recomendable que otra persona manipule los objetos no estériles para que el profesional que está insertando el catéter mantenga la esterilidad. El uso de guantes no reemplaza el lavado de manos.
- Antiséptico para la piel: La povidona yodada y la clorhexidina son antisépticos comunes. La clorhexidina acuosa al 2% ha demostrado reducir las infecciones. El personal de salud elige el antiséptico ideal, considerando su amplio rango de acción, rapidez, efecto duradero y que no cause irritación en la piel. La piel debe limpiarse con el antiséptico en círculos, desde el centro hacia afuera, y dejar que se seque antes de insertar el catéter.
Es importante recordar que todo el sistema de infusión, incluyendo el catéter, debe cambiarse cada 72 horas. Las líneas de infusión deben cambiarse después de administrar sangre o ciertos líquidos especiales, y los líquidos de infusión deben renovarse cada 24 horas como máximo.
¿Cómo Prevenir Complicaciones en la Terapia Intravenosa?
Las complicaciones pueden evitarse siguiendo ciertas recomendaciones:
Complicación | Causa o Factor de riesgo | Medidas de prevención |
---|---|---|
Flebitis química:
Irritación de la vena por líquidos o medicamentos. |
Administración de soluciones o medicamentos con un nivel de acidez o alcalinidad (pH) muy diferente al de la sangre.
Infusión de medicamentos o soluciones muy concentradas. Tiempo prolongado de la infusión. Falta de lavado de la vena después de medicamentos irritantes. Medicamentos sin disolver o precipitados. |
Diluir los medicamentos para neutralizar el pH, especialmente los irritantes.
Administrar lentamente medicamentos o soluciones muy concentradas. Cambiar el lugar del catéter periférico si el tratamiento es largo. Usar venas de mayor tamaño para que el medicamento se diluya mejor. Lavar el catéter con solución fisiológica después de cada medicamento. |
Flebitis mecánica:
Irritación de la vena causada por el catéter. |
Movimiento del catéter por una fijación inadecuada o por estar en zonas de flexión (codo, muñeca).
Manipulación excesiva del sitio. Catéter de un diámetro mayor al de la vena. Catéter de mala calidad. |
Fijar bien el catéter para evitar que se mueva, usando férulas si el paciente es inquieto o un niño.
Elegir la vena más adecuada y el catéter según el tipo de terapia, el grosor de la vena y la edad del paciente. |
Flebitis bacteriana:
Inflamación e infección de la vena por entrada de gérmenes. |
Mala técnica de lavado de manos.
Instalación del catéter sin técnica aséptica. Uso de soluciones antisépticas contaminadas. Apósitos (vendajes) no estériles o húmedos. Rasurado de la piel. Administración de medicamentos sin técnica aséptica. Llaves de tres vías sin tapones de protección. |
Lavarse las manos antes de preparar la solución y de instalar el catéter.
Usar técnica aséptica y revisar que el equipo y material estén estériles y no caducados. Evitar múltiples entradas al equipo intravenoso. Limpiar bien los sitios de inserción de medicamentos. Proteger las llaves de tres vías con tapones. Revisar frecuentemente el sitio de inserción para detectar cambios en la piel. No rasurar la piel. Verificar que los frascos de antisépticos no estén contaminados. Cambiar las soluciones cada semana o antes, y desechar los sobrantes. |
Infiltración o extravasación:
Filtración de medicamentos o solución al tejido debajo de la piel. Puede causar daño al tejido. |
Deterioro de la vena, aumento de la presión en la vena o bloqueo del flujo sanguíneo.
Material o tamaño inadecuado del catéter, mala fijación, punción debajo de un sitio anterior, inserción en zonas de flexión, o catéter por mucho tiempo en el mismo lugar. Naturaleza de los medicamentos. |
Observar frecuentemente el sitio de inserción y las zonas cercanas para detectar la filtración.
Elegir venas que no estén en puntos de flexión. No usar bombas de infusión de alta presión. Diluir los medicamentos según las indicaciones. No colocar catéteres en venas con muchas punciones previas o dañadas. Evitar manipular demasiado el sitio de punción. Enseñar al paciente a avisar si siente dolor o ardor en el sitio de punción. |
Hematoma:
Acumulación de sangre debajo de la piel por salida de sangre de la vena. Relacionado con intentos fallidos de insertar el catéter. |
Venas frágiles.
Falta de habilidad del profesional al realizar la punción. |
Identificar las condiciones del paciente para que la persona más adecuada realice el procedimiento.
Evitar puncionar la misma vena varias veces. |
Tromboembolia:
Obstrucción de un vaso sanguíneo por un coágulo que se desprende. |
Inserción del catéter en un sitio de flexión.
Suspensión del goteo de la solución. Retorno de sangre al equipo. |
Monitorear frecuentemente la velocidad del goteo, usando bombas de infusión si es necesario.
Usar férulas para fijar el catéter. No usar presión para desobstruir los catéteres. No "ordeñar" los tubos del equipo hacia el paciente. Cambiar el equipo de goteo si se ve sangre en el tubo. |
Galería de imágenes
Véase también
En inglés: Intravenous therapy Facts for Kids