Informe Chilcot para niños
El informe Chilcot, conocido oficialmente como Iraq Inquiry, fue una investigación independiente sobre la participación del Reino Unido en los eventos relacionados con la guerra en Irak en 2003. Esta comisión fue creada en junio de 2009 por el entonces primer ministro británico Gordon Brown. Se le llama "informe Chilcot" por el nombre de su presidente, sir John Chilcot.
La investigación fue sugerida por el Consejo Privado del Reino Unido. Su objetivo principal era reunir información sobre la participación británica en Irak desde mediados de 2001 hasta julio de 2009. Esto incluía cómo se prepararon para el conflicto, las acciones militares que siguieron y los resultados. La idea era entender cómo se tomaron las decisiones, qué sucedió y qué lecciones se podían aprender. Así, en el futuro, el gobierno del Reino Unido podría responder de la mejor manera posible para proteger los intereses del país. Las reuniones públicas de la comisión comenzaron el 24 de noviembre de 2009 y terminaron el 2 de febrero de 2011.
El 6 de julio de 2016, sir John Chilcot anunció que el informe con los resultados de la investigación sería publicado. Esto ocurrió más de siete años después de que la comisión fuera establecida. El documento, conocido como el informe Chilcot, señaló que Saddam Hussein no representaba una amenaza inmediata para los intereses británicos. También indicó que la información sobre las armas de destrucción masiva se presentó con demasiada seguridad. El informe afirmó que no se habían explorado todas las opciones pacíficas antes de la guerra. Además, mencionó que el Reino Unido y Estados Unidos habían debilitado la autoridad del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Concluyó que el proceso para encontrar una base legal para la guerra fue "insatisfactorio" y que la guerra de marzo de 2003 fue innecesaria.
Contenido
¿Quiénes formaron la comisión Chilcot?
Los miembros de la comisión investigadora fueron elegidos por Gordon Brown. Incluían a:
- Sir John Chilcot (presidente): Un diplomático y funcionario público con mucha experiencia.
- Sir Martin Gilbert: Un historiador.
- Sir Lawrence Freedman: Un historiador militar y profesor de Estudios de Guerra en el King's College de Londres.
- Sir Roderic Lyne: Exembajador británico en Rusia y ante las Naciones Unidas en Ginebra. También fue secretario privado del primer ministro John Major.
- Baronesa Usha Prashar: Una parlamentaria y miembro del comité de Derechos Humanos de la Cámara de los Lores.
La comisión también contó con dos asesores especiales:
- Sir Roger Wheeler: Exjefe del Estado Mayor, para asuntos militares.
- Dame Rosalyn Higgins: Expresidenta de la Corte Internacional de Justicia, para temas de derecho internacional.
¿Cómo se desarrolló la investigación?
En la primera audiencia en septiembre de 2009, sir John Chilcot explicó que querían "facilitar un entendimiento claro de los varios elementos centrales de la implicación de Reino Unido en Irak y cómo evolucionaron en el tiempo".
A finales de noviembre de 2009, después de revisar muchos documentos, una de las primeras personas importantes en hablar ante la comisión fue sir Peter Ricketts. Él había presidido el Comité Conjunto de Inteligencia del Gabinete del Reino Unido (que supervisa los servicios secretos británicos como el MI5, MI6 y GCHQ) de 2000 a 2001. Ricketts dijo que a principios de 2001, el gobierno británico se había "distanciado" de la idea de quitar a Sadam Hussein del poder, ya que no encajaba con la política del Reino Unido, a pesar del creciente interés de Estados Unidos en esa dirección.
Dos días después, sir Christopher Meyer, el embajador británico en EE. UU. antes de la guerra, afirmó que, un día después de reunirse en privado con George W. Bush en abril de 2002, Tony Blair mencionó por primera vez en un discurso público la posibilidad de un cambio en el gobierno de Irak.
El 29 de enero de 2010, Tony Blair habló durante seis horas para defender sus decisiones. Dijo que no hubo "ninguna conspiración, falsedad o engaño" y que no hubo un acuerdo "secreto" con Bush. También afirmó que en ese momento estaba convencido de la existencia de armas de destrucción masiva en Irak. El 5 de marzo de 2010, el primer ministro Gordon Brown también compareció y dijo que había apoyado totalmente la participación en la guerra.
El 27 de julio de 2010, Hans Blix, director de inspección de armas de las Naciones Unidas, dijo que estaba convencido de que la guerra en Irak era ilegal. Confirmó que, después de inspeccionar 500 lugares en Irak, sus equipos no habían encontrado armas de destrucción masiva. Añadió que el entonces fiscal general del Reino Unido, lord Goldsmith, había usado argumentos para defender que la guerra era legal basándose en las resoluciones de las Naciones Unidas.
El 30 de julio de 2010, el entonces viceprimer ministro, lord Prescott, afirmó que, a pesar de tener algunas dudas sobre la información de inteligencia que se estaba analizando en 2002, la invasión era legal y que volvería a tomar la misma decisión.
A finales de septiembre de 2010, la comisión visitó Irak. Allí se reunieron con importantes funcionarios del país, como el ex primer ministro Ayad Allawi.
Las investigaciones de la comisión terminaron en 2011. Debido a los retrasos en la publicación del informe, en 2015, las familias de 29 soldados británicos fallecidos en la guerra anunciaron que demandarían a Chilcot si no fijaba una fecha para publicar sus conclusiones antes de fin de año. En octubre de ese mismo año, Chilcot informó que, debido a la gran cantidad de "material sensible" o "clasificado", la publicación de su informe se retrasaría una vez más hasta junio o julio de 2016.
El 26 de agosto de 2015, The Guardian adelantó que el informe "culparía" a Tony Blair y a otros altos funcionarios de su gobierno o de la administración pública. Entre ellos estaban Geoff Hoon, entonces ministro de Defensa, y Jack Straw, entonces ministro de Asuntos Exteriores, quien ignoró a sus dos asesores legales de más alto rango (uno de los cuales renunció en protesta) que le aseguraron que, sin una autorización expresa de las Naciones Unidas, una invasión sería ilegal. También se mencionaron a Clare Short, ministra de Cooperación Internacional; sir John Scarlett, expresidente del comité de inteligencia del Gobierno; sir Richard Dearlove, entonces director de los servicios de espionaje MI6, así como a altos mandos militares.
El 4 de mayo de 2016, el primer ministro David Cameron anunció que el informe no se haría público hasta después del referéndum sobre la permanencia del Reino Unido en la Unión Europea, que se celebró el 23 de junio de 2016. El informe fue finalmente divulgado el 6 de julio de ese año, más de siete años después de que se anunciara la investigación.
¿Qué encontró el informe Chilcot?
El informe fue muy crítico con las acciones del gobierno y las fuerzas armadas británicas. Criticó cómo se justificó la guerra, las tácticas usadas y la planificación de lo que sucedería después. Richard Norton-Taylor, de The Guardian, escribió que el informe "difícilmente podría ser más condenatorio" para Tony Blair. Lo describió como una "acusación sin precedentes y devastadora" de cómo se permitió a un Primer Ministro tomar decisiones sin consultar al gabinete, afectando a las agencias de inteligencia y haciendo afirmaciones exageradas sobre amenazas a la seguridad nacional de Gran Bretaña.
¿Cómo se justificó la intervención militar?
El informe encontró que antes de la guerra, no se exploraron todas las opciones diplomáticas pacíficas para evitar la inestabilidad y la propagación de armas peligrosas. Por lo tanto, la guerra "no fue un último recurso". La intervención podría haber sido necesaria más adelante, pero en marzo de 2003, Saddam Hussein no representaba una amenaza inmediata. La mayoría del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas apoyaba continuar con las inspecciones de armas de la ONU.
El informe no culpó a la Oficina del Primer Ministro por influir en el dossier de Irak (un documento que decía que Irak podía lanzar armas de destrucción masiva en 45 minutos). En cambio, responsabilizó al Comité Conjunto de Inteligencia del gabinete del Primer Ministro por la debilidad de sus pruebas. Sin embargo, se encontró que las referencias a esta información en los informes del gobierno eran demasiado seguras y no destacaban lo suficiente las incertidumbres.
¿Cuál fue la base legal de la guerra?
La investigación no se centró en si la acción militar fue legal o no, ya que no es una autoridad reconocida internacionalmente para ello. Sin embargo, el informe criticó el proceso por el cual el gobierno investigó la base legal de la guerra, considerándolo "lejos de ser satisfactorio". El fiscal general inglés Lord Goldsmith debería haber entregado un informe detallado por escrito al Consejo de Ministros. En su lugar, se le pidió que diera su opinión oralmente sin muchas preguntas. Él no explicó cómo se decidiría si Irak había violado la Resolución 1441 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. Al ir a la guerra sin una nueva Resolución del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, el Reino Unido estaba "debilitando la autoridad del Consejo de Seguridad".
¿Cómo fue la relación entre el Reino Unido y Estados Unidos?
El informe concluyó que Tony Blair había intentado convencer a George W. Bush de la necesidad de buscar el apoyo de las Naciones Unidas, los aliados europeos y los países árabes. Sin embargo, "sobrestimó su capacidad para influir en las decisiones estadounidenses en Irak". El informe acusó personalmente a Blair de ser demasiado complaciente con Estados Unidos. Dijo: "A pesar de la preocupación por el estado de la planificación estadounidense, no logró un acuerdo satisfactorio respecto a un plan de postconflicto para la participación del Reino Unido en una acción militar". También destacó una frase en un memorándum privado de Blair a Bush que decía: "estaré contigo pase lo que pase". Contrario a lo que afirmaba Tony Blair, Chilcot encontró que la política de "Relación Especial" entre ambos países no significaba un acuerdo incondicional. Se identificaron varias ocasiones anteriores en las que no estuvieron de acuerdo en aspectos militares sin que esto dañara sus relaciones diplomáticas a largo plazo, como en la Guerra de Vietnam y la Guerra de las Malvinas.
¿Cómo fue la preparación y las tácticas?
La planificación inicial de la guerra preveía una invasión desde el norte, pero Turquía no permitió que las tropas británicas cruzaran su frontera. Por lo tanto, los planes tuvieron que ser completamente reescritos dos meses antes de que comenzara la guerra. Este tiempo fue insuficiente para evaluar los peligros o preparar a las brigadas.
Las tropas no fueron enviadas con equipo esencial. Hubo una falta de helicópteros, vehículos blindados y recursos para el reconocimiento y la inteligencia. Además, el Ministerio de Defensa tardó en responder a la amenaza de artefactos explosivos improvisados (IEDs).
Aunque los militares expresaron varias preocupaciones sobre los riesgos de la guerra, el informe encontró que esto no se tuvo en cuenta en la planificación. "Los riesgos de conflicto interno en Irak, la búsqueda activa de intereses por parte de Irán, la inestabilidad regional y la actividad de Al Qaeda en Irak fueron identificados explícitamente antes de la invasión". Una actitud de "sí se puede" entre los militares también los llevó a minimizar los peligros y los contratiempos durante las reuniones informativas.
El informe también describió la situación en la ciudad de Basora. Allí, las fuerzas británicas se vieron obligadas a hacer un trato con los grupos opositores para detener los ataques contra las tropas británicas, lo cual fue calificado de "humillante".
¿Qué pasó al final de la guerra y después?
Según el informe, la acción militar británica no logró sus objetivos. Bagdad y el sureste iraquí se volvieron inestables rápidamente después de la invasión. La planificación y los preparativos para el Irak después de Saddam Hussein fueron "totalmente inadecuados". No hubo una supervisión adecuada por parte de los ministros sobre la estrategia para después del conflicto.
En ese momento, el Reino Unido también estaba involucrado en la guerra en Afganistán. Los comandantes militares pensaban que había más posibilidades de éxito allí. Esto significó que el equipo, el personal y la atención de los comandantes se desviaron de Irak en las últimas etapas de la guerra, lo que empeoró las dificultades.
¿Qué consecuencias y reacciones hubo?
En octubre de 2015, en una entrevista con la cadena CNN, el ex primer ministro Tony Blair pidió perdón por los "errores de la guerra de Irak" y "los errores en la planificación y, ciertamente, por el error al entender lo que ocurriría tras la caída del gobierno". Reconoció que la "información de inteligencia" sobre la existencia de armas de destrucción masiva en Irak fue "errónea". Cuando el analista de la CNN Fareed Zakaria le preguntó: "¿Fue la guerra de Irak la principal causa del ascenso de grupos extremistas?", Blair respondió: "Pienso que hay elementos de verdad en esa conclusión... No se puede decir que quienes derrocamos a Sadam en 2003 no tengamos responsabilidad por la situación en el 2015". Su disculpa se interpretó como una estrategia ante la inminente publicación del informe Chilcot. Esto ocurrió poco después de que un informe del ex secretario de Estado Colin Powell revelara que Blair había dado a George W. Bush el "visto bueno" para la guerra en 2002, un año antes de que ocurriera.
En una declaración ante la Cámara de los Comunes la tarde de la publicación del informe, el Primer Ministro David Cameron se negó a decir si la guerra de Irak fue "un error" o "estuvo mal". También rechazó pedir disculpas en nombre del Partido Conservador por su papel antes de la guerra. Cameron señaló que el enfoque debía ser aprender "las lecciones de lo que pasó y lo que hay que hacer para asegurarse de que los errores no se puedan cometer en el futuro".
El mismo día, un portavoz del Departamento de Estado de los Estados Unidos dijo en la reunión diaria de prensa de la Casa Blanca que Estados Unidos no respondería al informe. Explicó que su atención estaba ahora en Siria, en lugar de una decisión tomada 13 años atrás.
Después de la publicación del informe, Jeremy Corbyn, líder de la oposición y del Partido Laborista (quien había votado en contra de la acción militar), dio un discurso en Westminster. Declaró: "sinceramente pido disculpas en nombre de mi partido por la desastrosa decisión de ir a la guerra en Irak en marzo de 2003". La llamó un "acto de agresión militar iniciado bajo un falso pretexto", algo que "ha sido considerado ilegal por la gran mayoría de la opinión internacional". Corbyn pidió disculpas específicamente a "la gente de Irak"; a las familias de los soldados británicos que murieron en Irak o que regresaron heridos; y a "los millones de ciudadanos británicos que sienten que nuestra democracia fue dañada por la forma en que se tomó la decisión de ir a la guerra".
En una declaración de Alex Salmond después de la publicación del informe, el Partido Nacional Escocés expresó: "Después de tal matanza, la gente hará preguntas inevitables, como ¿fue un conflicto inevitable y valió la pena? La respuesta de Chilcot es sin duda no. ¿Y quién es el responsable? La respuesta es sin duda Tony Blair. Ahora se deberán considerar cuáles son las consecuencias políticas y legales apropiadas para los responsables".
Tras la publicación del informe, Blair reconoció que este hizo "críticas reales y significativas sobre la preparación, planificación, proceso [de la guerra] y sobre la relación con Estados Unidos". Pero citó secciones del informe que, según él, "deben situarse como alegaciones de mala fe, mentiras o falacias". Declaró: "si la gente estuvo o no de acuerdo con mi decisión de tomar una acción militar contra Saddam Hussein, esta la tomé de buena fe, y en lo que yo creía que eran los mejores intereses del país... Asumiré la plena responsabilidad por cualquier error, sin excepción o justificación. Al mismo tiempo, diré por qué, sin embargo, creo que era mejor remover a Saddam Hussein y por qué no creo que esa es la causa del terrorismo que vemos hoy en día, ya sea en el Medio Oriente o en otra parte en el mundo".
¿Hubo acusaciones de engaño?
Los analistas políticos tuvieron diferentes opiniones sobre si el informe mostraba que Tony Blair había mentido o engañado deliberadamente al Parlamento y al público. NBC News dijo que el informe "no llegó a decir que Blair mintió". Philip Stephens, comentarista político principal del Financial Times, dijo que el error de Blair "fue de certeza más que de engaño". Eli Lake, escribiendo para Bloomberg View, afirmó que el informe probaba que Blair "no mintió para ir a Irak". Hablando en el Parlamento, Corbyn afirmó que los parlamentarios que votaron por la guerra fueron "engañados por un pequeño número de altas personalidades del Gobierno", quienes "no fueron muy cuidadosos en la forma en que presentaron el caso para entrar a la guerra". Caroline Lucas, representante del Partido Verde de Inglaterra y Gales, declaró que las contradicciones entre las declaraciones públicas y los memorandos privados a Bush demostraban que Blair estaba "mintiendo" sobre si la guerra podría haberse evitado.
Véase también
En inglés: Iraq Inquiry Facts for Kids