Incendio forestal para niños
Un incendio forestal es un fuego que se extiende sin control en zonas de bosques o campos, afectando a las plantas, árboles y animales. Se diferencia de otros tipos de incendios por lo rápido que puede crecer, su gran tamaño, la forma inesperada en que puede cambiar de dirección y su capacidad para cruzar obstáculos como carreteras o ríos.
Estos incendios son un tipo de desastre natural muy común en algunas partes del mundo, como el oeste de América del Norte, el sur de Europa, Australia o el sur de África. Las personas tienen un papel muy importante en su origen, ya que causan más del 80% de los incendios forestales en países como España, México y Estados Unidos. En los últimos 50 años, América del Sur se ha vuelto más cálida y seca, lo que la hace más propensa a estos fuegos.
Se espera que el cambio climático aumente la cantidad de incendios forestales en un 50% para el año 2100. Además, estos incendios podrían volverse más comunes en lugares donde antes no ocurrían, como el Ártico.
Contenido
¿Qué causa los incendios forestales?
Aunque las razones directas de un incendio forestal pueden ser muchas, siempre hay dos condiciones principales: mucha vegetación y periodos largos de sequía.
El calor del sol seca las plantas. Normalmente, ellas toman agua del suelo para recuperarse. Pero si la humedad del suelo baja mucho (menos del 30%), las plantas no pueden conseguir agua y se van secando. Cuando esto pasa, liberan un gas llamado etileno, que es muy fácil de quemar. Así, tanto las plantas como el aire a su alrededor se vuelven muy inflamables, aumentando mucho el riesgo de incendio. Si a esto le sumamos altas temperaturas y vientos fuertes, una pequeña chispa puede iniciar un gran fuego.
Es importante saber que, en la mayoría de los casos, los incendios no son causados por la naturaleza, sino por la actividad humana, ya sea a propósito o por accidente.
En España, el 81% de los incendios forestales son causados por personas, y en Estados Unidos, el 84%. En España, el 87% de la superficie quemada se debe a incendios provocados por humanos. Las causas de los incendios forestales se dividen en cinco grupos principales:
Incendios intencionados
En España, casi el 54% de los incendios son intencionados. Las razones son variadas, pero las más comunes son las quemas de terrenos agrícolas sin permiso o sin control, para limpiar restos de cultivos o matorrales, o para que crezca pasto nuevo para el ganado. Otras causas incluyen la piromanía (un impulso incontrolable de provocar incendios), actos de vandalismo o venganzas personales. A veces, también se provocan para ahuyentar animales, por intereses en la construcción, para bajar el precio de la madera, entre otras. Es importante saber que provocar un incendio es un delito en muchas leyes.
Negligencias y accidentes
Estos representan cerca del 26% de los incendios. Aquí se incluyen las quemas agrícolas que sí estaban permitidas, pero que se salieron de control y se extendieron al bosque cercano. Otras causas comunes son las colillas de cigarrillos o las hogueras mal apagadas, chispas de motores o máquinas, quemas de matorrales, problemas con líneas eléctricas, quema de basuras o trabajos forestales.
Rayos
Esta es una causa natural y representa solo entre el 4% y el 5% de los incendios.
Causas desconocidas
En aproximadamente el 15% de los incendios forestales, no se puede saber qué los causó.
Reproducciones de incendios anteriores
En raras ocasiones (cerca del 2%), un incendio vuelve a encenderse porque no se había apagado del todo y se extiende a una nueva zona.
Estos porcentajes son promedios, y la frecuencia de los incendios intencionados, por ejemplo, puede variar mucho de una región a otra.
¿Cómo se desarrolla un incendio forestal?
Un incendio tiene tres etapas principales: inicio, propagación y extinción.
- Inicio: Es cuando el fuego comienza, ya sea por causas naturales o, la mayoría de las veces, por la acción de las personas.
- Propagación: Es cuando el fuego se extiende por la vegetación cercana.
- Extinción: Es cuando el incendio termina, ya sea por causas naturales (como la lluvia o la falta de vegetación para quemar) o por la acción de los bomberos y equipos de extinción.
La forma en que el fuego se extiende depende del clima, la forma del terreno y el tipo de plantas que haya. Los incendios suelen ocurrir en climas secos o semi-secos, como el mediterráneo, donde las plantas tienen poca agua. Además, algunas especies como los pinos tienen resinas que hacen que el fuego se propague más rápido y sea más fuerte. Estas plantas también suelen tener formas de adaptarse al fuego, como piñas que se abren con el calor para liberar semillas.
Tipos de incendios forestales

Para entender mejor cómo prevenir y apagar los incendios, se clasifican en diferentes tipos.
Según por dónde se extiende el fuego
- Fuego de suelo o subsuelo: El fuego se mueve por la materia orgánica en descomposición y las raíces bajo tierra. Suelen quemarse lentamente y sin mucha llama, porque no tienen suficiente oxígeno.
- Fuego de superficie: El fuego se propaga por la vegetación que está sobre el suelo, como hojas secas, hierbas, arbustos y ramas caídas.
- Fuego de copas:
- Antorcheo o coronamiento: El fuego pasa de la superficie a las copas de los árboles, pero solo en algunos puntos.
- Copas pasivo: El fuego avanza por las copas de los árboles, pero depende de un fuego de superficie. Si el fuego de superficie se apaga, el de copas también se detiene.
- Copas activo: El fuego avanza por las copas de los árboles de forma independiente al fuego de superficie. Es muy difícil de controlar y suele ocurrir con vientos fuertes (más de 30 km/h) y cuando las copas de los árboles están muy juntas.
Según el tamaño del incendio

- Conatos: Son incendios pequeños que no queman más de 1 hectárea. En España, casi el 65% de los incendios son conatos. Cuantos más incendios se quedan en conatos, más efectivos son los sistemas de extinción.
- Incendios normales: Son aquellos que queman entre 1 y 500 hectáreas. En España, cerca del 35% de los incendios declarados son de este tipo.
- Grandes incendios forestales (GIF): Son incendios que superan las 500 hectáreas. Se caracterizan por ser tan grandes y fuertes que los equipos de extinción no pueden controlarlos fácilmente, debido a las llamas muy altas, la velocidad con la que se propagan o la presencia de fuego en las copas de los árboles. Estos incendios no son muy frecuentes, pero son un problema grave porque queman enormes superficies en pocas horas o días. En España, menos del 0.20% de los incendios son GIF, pero queman cerca del 40% de la superficie total en un año normal.
- Dentro de los grandes incendios forestales, existe un tipo especial llamado incendios de sexta generación o tormentas de fuego. Estos incendios, más comunes por el cambio climático y el abandono de los campos, son tan potentes que lanzan columnas de aire muy caliente a la atmósfera. Cuando este aire se enfría, cae al suelo, creando muchos focos de fuego nuevos. Son muy peligrosos porque se vuelven más agresivos justo cuando las condiciones del tiempo harían pensar que van a disminuir.
Según el elemento que controla el incendio
El fuego puede ser controlado principalmente por el tipo de combustible (vegetación), el viento o la forma del terreno.
Según su peligrosidad
Las autoridades usan una escala para clasificar cada incendio y decidir cómo manejarlo y apagarlo. Los niveles se basan en el tamaño del incendio, el estado de la vegetación, el clima y el riesgo de afectar a las personas.
En España, los niveles van del 0 al 3. Los niveles 0 y 1 son manejados por las autoridades regionales. El nivel 2 es para incendios graves que necesitan ayuda del estado, y el nivel 3 es para emergencias nacionales donde el estado toma el control total.
¿Cómo se previenen los incendios?
La prevención de incendios busca evitar que se inicien y, si ocurren, minimizar sus daños. Aquí te mostramos algunas medidas:
- Concienciación social: Educar a la gente sobre cómo usar el fuego de forma segura y evitar situaciones de riesgo. Esto se hace con campañas informativas y multas.
- Cuidado y planificación de los bosques: Crear cortafuegos (franjas de terreno sin vegetación para detener el fuego) y una buena red de caminos forestales y depósitos de agua.
- Limpieza periódica de bosques: Realizar trabajos de silvicultura (cuidado de los bosques) y desbroce para eliminar la vegetación seca que puede quemarse fácilmente.
- Plantación de especies que no se queman fácilmente: Usar plantas que no arden con facilidad para crear barreras que detengan el avance del fuego.
- Mejor aprovechamiento económico de los montes: Fomentar actividades como la producción de biomasa (material orgánico para energía). Se ha visto que los montes que son rentables suelen estar mejor cuidados por las personas que viven de ellos.
- Fomentar la ganadería extensiva: Los animales que pastan ayudan a reducir la cantidad de vegetación seca, lo que disminuye el riesgo de incendios y también sirven como vigilancia.
- Realización de quemas preventivas: Hacer quemas controladas (llamadas quemas prescritas) en épocas de bajo riesgo para eliminar el combustible.
- Medidas legales: Crear leyes para evitar que haya personas que se beneficien de los incendios.
- Reforzar la persecución de los incendiarios: Asegurar que quienes provocan incendios sean investigados y castigados para evitar que queden sin consecuencias.
- Ofrecer recompensas: Incentivar a las personas a denunciar a quienes causan incendios.
- Reforzar la vigilancia de los montes: Aumentar las patrullas, puestos de observación, cámaras, aviones y satélites en épocas de alto riesgo. Recientemente, también se usan drones (aviones no tripulados) para vigilar.
- Sistemas de sensores forestales: Usar sensores que miden en tiempo real el clima (temperatura, humedad, viento) y gases como CO y CO2. Estos sistemas pueden detectar el fuego rápidamente y enviar la información a la nube, ayudando a los equipos de extinción a saber cómo se mueve el fuego y las condiciones del ambiente.
Expertos en incendios señalan que la falta de prevención y de equipos de extinción bien preparados y con protocolos de seguridad que trabajen todo el año, explican por qué muchos incendios son tan grandes y graves. Consideran que los trabajos preventivos, como podas y limpieza de bosques en invierno y primavera, son clave para combatir el fuego cuando suben las temperaturas.
¿Cómo se apagan los incendios?
Apagar incendios forestales requiere técnicas, equipos y entrenamiento diferentes a los que se usan para incendios en edificios. En lugares con pocos recursos, las técnicas pueden ser tan sencillas como lanzar arena, golpear el fuego con ramas o tirar cubos de agua. En países desarrollados, la lucha contra incendios forestales ha mejorado mucho con la tecnología. Las brigadas antiincendios (agentes y bomberos forestales), bien entrenadas y equipadas, trabajan junto a aviones y helicópteros para apagar las llamas, crear cortafuegos y proteger a las personas y la naturaleza.
La mayoría de los incendios se apagan antes de que se salgan de control. Sin embargo, algunos, que ocurren en condiciones climáticas extremas, pueden ser muy difíciles de extinguir si el tiempo no cambia.
Técnicas de extinción
El ataque al fuego puede ser directo o indirecto. El ataque directo consiste en aplicar algo directamente sobre el material que se está quemando, como mojarlo con agua o agentes extintores, asfixiarlo o separar físicamente el combustible que arde del que no. Para esto se usan camiones cisterna e hidroaviones. El ataque indirecto consiste en preparar tácticas de extinción a cierta distancia del fuego que se acerca. Aquí se pueden usar camiones con líquidos que retardan el fuego o extintores automáticos. También se reduce el combustible, se hacen cortafuegos de emergencia y se mojan las zonas que aún no se han quemado.
Riesgos para los bomberos
Apagar incendios forestales es una actividad muy peligrosa. El fuego puede cambiar de dirección de repente o cruzar barreras naturales o artificiales. El calor intenso y el humo pueden causar desorientación. Solo en España, más de 200 personas que trabajaban en la extinción de incendios forestales fallecieron entre 1990 y 2019.
Tiempos de respuesta
La rapidez con la que se detecta un incendio y se llega a él es clave para reducir los daños. En España, se tarda en promedio 20 minutos en enviar equipos terrestres desde que se detecta el fuego, 64 minutos en controlarlo y 120 minutos en extinguirlo. Estos tiempos son promedios y pueden variar mucho según el incendio y la región, debido al tipo de terreno, el acceso y la vegetación.
Gracias a los avances en prevención y extinción, la superficie total de bosque quemado en el mundo ha disminuido desde principios del siglo XX. Sin embargo, se teme que, si no se frena el cambio climático, esta tendencia pueda cambiar en el siglo XXI.
¿Qué consecuencias tienen los incendios forestales?

Los incendios forestales naturales siempre han existido y son parte del funcionamiento de los ecosistemas. El fuego ha ayudado a que algunos ecosistemas se renueven y ha creado nuevos hábitats para diferentes seres vivos. Sin embargo, el gran aumento de incendios causados por las personas en las últimas décadas supera la capacidad de la naturaleza para recuperarse.
Algunos de los impactos de los incendios forestales son:
- Erosión del suelo: Al desaparecer la vegetación, el suelo queda desprotegido y las lluvias arrastran la tierra y los nutrientes. Las altas temperaturas también empobrecen la composición biológica y química del suelo.
- Daños a la fauna: Muerte o heridas a animales silvestres, especialmente los que se mueven menos (insectos, crías de aves o mamíferos), por quemaduras o por respirar humo. También afecta a mascotas o animales de granjas que no pudieron ser evacuados.
- Contribución al cambio climático: Los incendios liberan mucho CO2 a la atmósfera y los bosques quemados dejan de absorber este gas.
- Peligro para las personas: En ocasiones, causan la muerte o heridas a quienes trabajan en la extinción o a personas atrapadas por el fuego.
- Problemas de salud: A veces, el humo y las partículas afectan la salud de las personas que viven cerca.
- Destrucción de bienes: Casas, almacenes, postes de electricidad y comunicaciones pueden ser destruidos.
- Corte de carreteras: Las vías de comunicación pueden quedar bloqueadas temporalmente.
- Pérdidas económicas: Se pierde madera y productos agrícolas, además de los altos costos de la recuperación de las zonas afectadas.
- Alteraciones en la naturaleza: El equilibrio del medio ambiente puede cambiar, a veces de forma permanente.
- Contaminación del agua: Los ríos pueden contaminarse con cenizas y partículas arrastradas por la lluvia de las zonas quemadas.
- Impacto en el paisaje: El aspecto del lugar cambia drásticamente.
Un bosque quemado puede tardar entre 30 y 50 años en recuperarse, dependiendo de la zona, las especies y el clima. Para ayudar a la recuperación, se puede proteger el suelo de la erosión (por ejemplo, esparciendo paja o sembrando hongos) y, en algunos casos, se realiza la reforestación (plantar nuevos árboles), aunque esto último solo si la naturaleza no puede recuperarse por sí misma. La capacidad de un bosque para regenerarse depende de la intensidad del incendio, el tipo de vegetación quemada y las condiciones después del fuego.
La ecología del fuego
Aunque la mayoría de los incendios forestales son causados por el hombre, también son un fenómeno natural. Muchas plantas han desarrollado formas de sobrevivir al fuego o incluso lo necesitan. Por ejemplo, algunas tienen brotes especiales o raíces que vuelven a crecer después de un incendio, o producen semillas que resisten el fuego o que necesitan el calor para germinar. Algunas plantas, como los eucaliptos, incluso tienen aceites inflamables en sus hojas, lo que ayuda a que el fuego elimine a otras especies que no lo toleran.
La piroecología o ecología del fuego estudia cómo el fuego natural afecta a un ecosistema y sus efectos. Muchos ecosistemas, como las praderas, sabanas, chaparrales y bosques de pinos, han evolucionado con el fuego como una parte necesaria para su salud y renovación. Un ejemplo claro es el ecosistema de Australia. Muchas plantas germinan muy bien después de un incendio, y otras vuelven a brotar de forma eficaz. El pino canario es un buen ejemplo de esto. Varios expertos han relacionado la piroecología con la biodiversidad (la variedad de vida en un lugar).
No es una idea nueva que el fuego tiene un papel en nuestros ecosistemas. Hay mucho estudio y aplicación sobre este tema, especialmente por parte de autores australianos.
Galería de imágenes
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Incendio en el bosque nacional de Bitterroot (Estados Unidos).
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Cartel informativo en catalán acerca del incendio en el Parc Natural del Montgrí, les Illes Medes i el Baix Ter en el 2001. Dicho incendio arrasó 376 ha de masa forestal.
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Fotografía satélite de la isla de Tenerife en donde se aprecia la columna de humo del incendio de 2023.
Véase también
En inglés: Wildfire Facts for Kids
- Bosque
- Fuego
- BRIF
- Incendio
- Modelado de incendio forestal
- Piromanía
- Tormenta de fuego
- Bomberos
- Vigía forestal
- Incendios forestales en España
- Grupo coordinador nacional de incendios forestales
- Quema prescrita