Ignacio Agramonte para niños
Datos para niños Ignacio Agramonte |
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![]() Ignacio Agramonte, en 1871.
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![]() Delegado a la Asamblea de Guáimaro |
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1869-1869 | ||
Presidente | Carlos Manuel de Céspedes | |
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Información personal | ||
Nombre en español | Ignacio Agramonte y Loynaz | |
Otros nombres | "El Mayor" | |
Nacimiento | 23 de diciembre de 1841![]() |
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Fallecimiento | 11 de mayo de 1873 . Jimaguayú, Camagüey, Cuba |
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Causa de muerte | muerto en combate | |
Nacionalidad | cubana | |
Familia | ||
Padres | Ignacio Agramonte Sánchez Pereira y María Filomena Loynaz y Caballero | |
Cónyuge | Amalia Simoni de Agramonte. | |
Hijos | Ernesto Agramonte y Herminia Agramonte | |
Educación | ||
Educado en | Universidad de La Habana | |
Información profesional | ||
Ocupación | abogado, político y militar | |
Ignacio Agramonte y Loynaz (nacido en Puerto Príncipe, hoy Camagüey, Cuba, el 23 de diciembre de 1841 – fallecido en Jimaguayú, el 11 de mayo de 1873), conocido como "el Mayor", fue un importante abogado, político y militar cubano que luchó por la libertad de su país.
Contenido
¿Quién fue Ignacio Agramonte?
Ignacio Agramonte nació en una familia con tradición de abogados. Su padre, Ignacio Agramonte Sánchez Pereira, también era abogado, y su madre, María Filomena Loynaz y Caballero, venía de una familia adinerada de Camagüey.
Sus primeros años y estudios
Ignacio comenzó sus estudios en su ciudad natal. En 1852, viajó a Barcelona, España, para continuar su educación. Allí estudió Latín y Humanidades.
En 1855, empezó a estudiar filosofía para obtener su título de Bachiller en Artes. Al año siguiente, en 1856, ingresó en la Universidad de Barcelona. Regresó a Cuba en 1857 y estudió Derecho en la Universidad de La Habana, obteniendo su título en 1865. Continuó sus estudios de doctorado hasta 1867.
Su vida familiar
El 1 de agosto de 1868, Ignacio Agramonte se casó con Amalia Simoni, a quien amaba profundamente. Tuvieron dos hijos: Ernesto, que nació durante la guerra, y Herminia, a quien Ignacio no llegó a conocer.
Ignacio le escribía cartas muy emotivas a Amalia, donde expresaba su amor y su deseo de volver a estar con ella una vez que Cuba fuera libre. En una de sus cartas, fechada el 1 de julio de 1871, le decía que su amor y el de sus hijos eran su pensamiento más constante en medio de las dificultades.
El inicio de la lucha por la libertad
En 1867, Ignacio Agramonte se unió a la fundación de la logia Tínima, un grupo que buscaba organizar acciones para la libertad de Cuba.
El levantamiento armado
Cuando Carlos Manuel de Céspedes inició la guerra el 10 de octubre de 1868, los habitantes de Camagüey se unieron a la causa el 4 de noviembre. Ignacio Agramonte se quedó en la ciudad para organizar el movimiento y se unió a las fuerzas de combate el 11 de noviembre.
Pronto demostró ser un líder político. En una reunión el 26 de noviembre de 1868, se opuso a quienes proponían un acuerdo con España. Agramonte dijo con firmeza que Cuba solo tenía un camino: conseguir su libertad por la fuerza de las armas.
Había diferencias sobre cuándo empezar la lucha. Los de Camagüey querían esperar hasta 1869, pero otros, liderados por Carlos Manuel de Céspedes, no quisieron esperar más y se levantaron en armas el 10 de octubre de 1868.
La Asamblea de Guáimaro
Estas diferencias se hicieron evidentes en la Asamblea de Guáimaro, donde se aprobó la primera constitución de la República en Armas, redactada por Agramonte y Antonio Zambrana. Céspedes defendía un mando militar y político centralizado, mientras que Agramonte apoyaba las instituciones democráticas.
El 26 de febrero de 1869, se formó la Asamblea de Representantes del Centro en Sibanicú, de la cual Agramonte formó parte. Sus ideas fueron clave en la Asamblea de Guáimaro para la redacción de la constitución.
Ignacio Agramonte como líder militar
Pocos días después de la Asamblea de Guáimaro, el 26 de abril, Agramonte dejó su puesto en la Cámara de Representantes para ser nombrado Mayor General del Ejército Libertador y jefe de la División de Camagüey.
Sus primeras acciones militares
Su primera tarea militar fue organizar talleres y fábricas para producir y reparar lo necesario para las fuerzas de combate. Dirigió acciones importantes como el Combate de Ceja de Altagracia y el ataque a Puerto Príncipe. También participó como segundo al mando en el Combate de Minas de Juan Rodríguez.
Su contribución a la guerra de guerrillas
En abril de 1870, debido a desacuerdos con Céspedes sobre cómo llevar la guerra, Agramonte renunció a su jefatura militar en Camagüey. Aunque no tenía mando, siguió participando en combates y mejorando su entrenamiento, especialmente en el uso de la caballería para la guerra de guerrillas.
A principios de 1871, Céspedes le ofreció de nuevo la jefatura militar de Camagüey. Agramonte la retomó el 17 de enero, en un momento difícil para los combatientes. Gracias a él, la situación mejoró y las fuerzas mambisas (soldados cubanos) pasaron de defenderse a atacar.

La Caballería del Mayor
Agramonte se dedicó a organizar a los soldados de Camagüey. Inspirado en lecturas históricas y militares, y en las enseñanzas de Máximo Gómez sobre el uso del machete, creó una caballería muy famosa entre 1871 y 1873.
Con la ayuda del capitán Henry Reeve, un joven valiente de Nueva York que se comprometió con la libertad de Cuba, organizó la caballería en pequeños grupos. Estos grupos podían ser convocados rápidamente por mensajeros con caballos veloces, listos para las cargas al machete.
La caballería del Mayor, como la llamaban sus soldados, estaba muy bien entrenada. Se movían al sonido del clarín con gran velocidad y eficacia, desorganizando las formaciones enemigas. Las fuerzas cubanas podían dividirse rápidamente en varios grupos para distraer o rodear al enemigo, y luego unirse en una carga poderosa.
Agramonte era un excelente jinete y esgrimista, muy valiente, y exigía lo máximo de sí mismo y de sus hombres. Por eso, sus soldados lo admiraban mucho. En pocos meses, la caballería bajo su mando y el de Reeve controló gran parte de los campos y pueblos de Camagüey.
El Rescate de Sanguily
Una de las hazañas militares más destacadas de Ignacio Agramonte fue el Rescate de Sanguily.
El 7 de octubre de 1871, Agramonte estaba acampado con unos 70 jinetes. El brigadier Julio Sanguily pidió permiso para ir a una finca cercana, pero se fue sin la autorización debida. Al amanecer del día siguiente, fue sorprendido y capturado por 120 soldados españoles a caballo.
Cuando Agramonte se enteró, eligió a 35 jinetes y ordenó a Henry Reeve seguir el rastro del enemigo. Al ver a los españoles, Agramonte les dijo a sus compañeros que debían "rescatar vivo o muerto a Sanguily o perecer todos en la demanda".
Los españoles fueron sorprendidos por la furiosa carga de los cubanos y apenas pudieron defenderse. Dejaron once muertos en el campo, y Agramonte logró rescatar a su querido brigadier. Esta acción fue posible gracias a la disciplina y el entrenamiento de la caballería cubana, que era muy efectiva en acciones rápidas y organizadas.
Su fallecimiento y legado
Ignacio Agramonte falleció en combate el 11 de mayo de 1873, en los campos de Jimaguayú. Estaba en una de sus campañas más importantes, organizando las fuerzas para avanzar hacia la provincia de Las Villas, como había propuesto Máximo Gómez.
Fue sorprendido en una emboscada con pocos ayudantes y una bala en la cabeza lo derribó. Los soldados españoles revisaron su cuerpo y, al reconocer sus documentos, ordenaron llevarlo a Puerto Príncipe. Allí fue expuesto en un hospital y quemado al día siguiente, esparciendo sus cenizas para intentar borrar su ejemplo de libertad.
Su muerte fue una gran pérdida para la causa de la independencia. Era una figura clave en la organización militar y política de la guerra, muy influyente y respetado por todos los cubanos. Su carácter, disciplina y conocimiento de la guerra eran excepcionales. Aunque su muerte pudo ser un acto de imprudencia, fue una pérdida que no se superó fácilmente en la Guerra de los Diez Años. Su vacío fue llenado más tarde por otros grandes líderes como Martí, Gómez y Maceo.
El héroe nacional José Martí habló de Ignacio Agramonte, destacando su valor y su claridad política. Martí relató cómo Agramonte, a pesar de sus diferencias con el Presidente Carlos Manuel de Céspedes, lo defendió con nobleza. Martí dijo que Agramonte nunca permitiría que se hablara mal del Presidente de la República en su presencia, mostrando su gran respeto por las instituciones.
Más información
- Independencia de Cuba
- Guerra de los Diez Años
- San Miguel del Bagá
- Los endemoniados de Yaguaramas
Véase también
En inglés: Ignacio Agramonte Facts for Kids