Historia de los hititas para niños
La historia de los hititas trata sobre un antiguo pueblo que vivió en la región de Anatolia, que hoy es parte de Turquía. Alrededor del año 1800 a.C., los hititas fundaron un reino con su capital en Hattusa. Con el tiempo, este reino se hizo muy poderoso, llegando a ser una de las grandes fuerzas de Oriente Próximo, junto a Babilonia, Mitani, Egipto y Asiria.
En el siglo XIII a.C., los hititas alcanzaron su mayor extensión, controlando casi toda Anatolia y partes importantes de Chipre, Siria y Mesopotamia. Sin embargo, alrededor del año 1200 a.C., el imperio hitita desapareció de repente, posiblemente debido a la llegada de los Pueblos del Mar y otros problemas.
Tradicionalmente, la historia hitita se divide en tres etapas: el Reino Antiguo, donde crearon un reino fuerte; un periodo de transición con menos información; y el Reino Nuevo, cuando se convirtieron en un gran imperio y alcanzaron su máxima expansión.
Contenido
Anatolia al inicio del segundo milenio a.C.
Al principio del segundo milenio a.C., la región de Anatolia era un lugar con varias culturas. Gracias a los descubrimientos de antiguos comerciantes asirios, sabemos que existía una cultura local, los hatianos, que no hablaban una lengua indoeuropea. Ellos tenían ciudades avanzadas, y se han encontrado muchos restos de su civilización en lugares como Hacilar y Çatal Hüyük.
Pero también había otra cultura que sí hablaba lenguas indoeuropeas, especialmente en la ciudad de Nesa. No se sabe con certeza cómo llegaron estas personas indoeuropeas a Anatolia. Una idea es que tribus de habla indoeuropea migraron desde Europa y se establecieron allí. Con el tiempo, estas culturas se mezclaron y formaron pequeños reinos.
Influencia asiria y el nacimiento del reino hitita
Durante los primeros siglos del segundo milenio a.C., los asirios, que eran comerciantes muy activos, establecieron pequeñas colonias en Anatolia. Su centro principal era la ciudad de Nesa, a la que ellos llamaban Kanesh. Los asirios importaban materiales como el bronce, que eran escasos en la región. En ese tiempo, Anatolia estaba dividida en muchos principados pequeños, pero la situación era lo suficientemente estable para el comercio.
Se sabe poco de estos primeros reinos. La ciudad de Nesa perdió y recuperó su importancia varias veces. Finalmente, Pithana de Kussara y su hijo Anitta lograron dominar la región.
Anitta construyó un pequeño imperio, conquistando muchos reinos, incluyendo la ciudad de Hattusa, a la que destruyó por completo. Su imperio fue el inicio de lo que serían los hititas. Incluso después de su muerte, cuando Hattusa fue reconstruida, los reyes hititas decían descender de la familia de Kussara.
El Reino Antiguo
El Reino Antiguo duró desde el 1680 hasta el 1430 a.C. En esta etapa, el reino de Hattusa pasó de ser un pequeño principado a una potencia importante en Asia Menor y Siria. Sin embargo, en el último siglo de este periodo, el poder hitita disminuyó un poco frente al reino de Mitani.
Los primeros reyes de Hattusa
Gran parte de lo que sabemos sobre los primeros reyes hititas viene de un documento escrito por el rey Telepinu, unos 150 años después del inicio de este periodo. En este documento, Telepinu menciona a tres reyes importantes: Labarna, Hattusili I y Mursili I.
Se cree que el verdadero fundador del imperio hitita fue Labarna. Él unió varias ciudades-estado y pequeños reinos bajo un solo gobierno y expandió las fronteras del nuevo reino hacia el oeste y hacia los mares Negro y Mediterráneo. También se encargó de establecer reglas claras para la sucesión de los reyes. El nombre Labarna se usó más tarde como sinónimo de "rey".
Su hijo Hattusili I continuó el trabajo de Labarna, realizando muchas campañas militares, especialmente contra el reino de Alepo y los hurritas. Además, estableció Hattusa como la capital de los hititas, donde permanecería hasta el final del imperio. Hattusili nombró a su nieto, Mursili I, como su sucesor.
Mursili I fortaleció los lazos entre las ciudades-estado y las incorporó al reino hitita, por lo que se le considera el principal constructor del Reino Antiguo. Expandió aún más las fronteras. Conquistó Alepo y derrotó a los hurritas.
Estas victorias hicieron del reino hitita una de las grandes potencias de Oriente Próximo. Después de conquistar Alepo (1595 a.C.), Mursili dirigió una expedición contra la ciudad de Babilonia, que tomó y saqueó. Esta acción fue más una demostración de poder que un intento de control, ya que la distancia hacía imposible mantener el dominio. Después de su partida, el control de Babilonia pasó a los casitas.
En el 1590 a.C., poco después de regresar, Mursili fue asesinado por su cuñado, Hantili I. Después de él, hubo una serie de reyes de los que se sabe poco. Durante este tiempo, el país de Hatti se mantuvo estable gracias al poder que Mursili había logrado, excepto en Siria, donde el creciente poder de Mitani amenazaba las posiciones hititas. También aparecieron por primera vez los kaskas, tribus del norte de Hattusa que se convirtieron en una amenaza constante para la capital.
Telepinu y sus reformas
Para solucionar los problemas y la inestabilidad, llegó al poder Telepinu (1525-1500 a.C.). Él es conocido por establecer un sistema claro para la herencia del trono, buscando terminar con los conflictos entre los reyes anteriores. Según el Edicto de Telepinu, el heredero varón elegido por el rey ascendía automáticamente al trono. El panku, o Consejo de Nobles, se aseguraba de que estas reglas se cumplieran. Telepinu también hizo la primera gran recopilación de leyes hititas, que eran conocidas por ser justas y tener castigos menos severos que otras leyes de la época.
La sociedad hitita del Reino Antiguo
Un elemento importante de la monarquía hitita era el pankus. Este consejo de nobles tenía la autoridad para juzgar, incluso al propio rey, si se demostraba que había cometido faltas graves. A diferencia de otras dinastías de la región, los reyes hititas no se consideraban dioses, por lo que el pankus también ayudaba a dar legitimidad a su gobierno.
Gran parte de la población hitita estaba formada por personas libres que trabajaban en aldeas. Estas aldeas eran administradas por un consejo de ancianos que se encargaba de asuntos legales. A cambio de cierta autonomía, estas comunidades debían aportar trabajadores al rey.
La economía se centraba en los templos y palacios, que organizaban el comercio y la producción artesanal. Los artesanos trabajaban a cambio de alimentos, por lo que el palacio necesitaba tener suficientes productos agrícolas. A veces, se usaban colonos militares para asegurar la producción de alimentos.
El periodo de transición
Después del reinado de Telepinu, el poder hitita disminuyó. Los reyes de esta época no pudieron evitar que el reino de Mitanni se hiciera más fuerte, llegando a quitarles territorios en Siria.
Durante este periodo, hay poca información sobre los reyes (Alluwamna, Tahurwaili, Hantili II, Zidanta II, Huzziya II y Muwatalli I). Parece que hubo muchas luchas por el trono y desórdenes dentro de la familia real.
El Reino Nuevo
El Reino Nuevo abarca desde el 1430 hasta el 1200 a.C. En este periodo, el imperio hitita alcanzó su mayor extensión y poder, manteniéndolo hasta la llegada de los pueblos del mar, momento en el que desapareció de la historia.
Nuevas armas: la equitación y el carro de combate

En esta época, la equitación (montar a caballo) y el carro ligero de combate (o carro de guerra) se desarrollaron en Irán y Asia Central. Estas innovaciones cambiaron la forma de hacer la guerra, dando una nueva movilidad a los ejércitos. El carro de combate se convirtió en el arma principal de los hititas durante el Imperio Nuevo, al igual que en otros reinos de Oriente Próximo.
Los carros hititas tenían dos ruedas con seis radios y eran tirados por dos caballos. Eran manejados por un conductor, llamado auriga. Los soldados que iban en el carro disparaban flechas antes de la carga y usaban lanzas durante el ataque. En las ruinas de Hattusa se encontraron tablillas con el manual de entrenamiento de caballos más antiguo que se conoce. El texto fue escrito por "Kikkuli", de Mitani, lo que sugiere que un rey hitita contrató a un experto hurrita para aprender estas técnicas.
Las conquistas de Suppiluliuma I
Después del asesinato de Muwatalli I, su sucesor Tudhaliya I/II sentó las bases del nuevo imperio. Tras controlar varias rebeliones y detener la amenaza kaska, empezó a recuperar territorios frente a Mitani, llegando hasta Alepo. Arnuwanda I intentó seguir la guerra con Mitani, pero tuvo que enfrentar una invasión kaska que solo fue derrotada en tiempos de Tudhaliya III. Este último logró someter gran parte de Anatolia Occidental (también llamada Arzawa) al dominio hitita.
Esta expansión permitió, durante el reinado de Suppiluliuma I, una campaña militar muy importante contra Mitani, en la que saquearon su capital. Después de varios años de guerra, los hititas lograron apoderarse de gran parte de Mitani y convertir el resto en un estado bajo su control. La debilidad de Egipto, Babilonia y una Asiria que apenas comenzaba a resurgir, facilitó que Suppiluliuma se convirtiera en la mayor potencia de la época. Incluso intentó una alianza matrimonial con Egipto, pero fracasó cuando su hijo fue asesinado.
La rivalidad con Egipto: la batalla de Qadesh

Cuando Suppiluliuma murió en el 1322 a.C., le sucedió Arnuwanda II, pero este falleció por una enfermedad un año después. Su hermano mayor, Mursili II, ocupó el trono. Mursili tuvo que luchar para mantener el imperio que su padre había construido. En una campaña de dos años, destruyó el poder de los estados de Arzawa, incluyendo Ahhiyawa, que algunos historiadores creen que eran los Aqueos y Micenas. Luego, se enfrentó a los kaskas, a quienes causó grandes daños, alejándolos de Hattusa por un tiempo.
Después de la muerte de Mursili, su hijo Muwatalli II heredó el trono. Él sabía que las tensiones con Egipto llevarían a una guerra. Para prepararse, Muwatalli II trasladó la capital a Tarhuntassa y dejó a su hermano Hattusili III a cargo del norte del reino. Cuando el ambicioso faraón Ramsés II subió al trono egipcio, la guerra se hizo inevitable y se produjo la batalla de Qadesh. El resultado de la batalla no fue claro, pero detuvo los intentos de expansión egipcia.
El resurgir de Asiria
Urhi-Tesub, hijo y sucesor de Muwatalli II, llevó la capital de nuevo a Hattusa. Se encontró con que Asiria había aprovechado la lucha entre Egipto y el imperio hitita para ocupar lo que quedaba de Mitani. Para detener esta amenaza, los hititas intentaron reinstaurar a su vasallo en el trono de Mitani, pero no lo lograron. Desde ese momento, Asiria se convirtió en una amenaza constante para el reino hitita.
Hattusili III, un hábil militar que tuvo grandes éxitos contra los kaskas, logró tomar el trono de su sobrino Urhi-Tesub. Esto causó problemas dentro de la familia real que debilitaron aún más al reino hitita, especialmente cuando Urhi-Tesub buscó refugio en la corte de Ramsés II, faraón con el que Hattusili firmaría un tratado de paz más tarde. Estas debilidades, junto con la fuerza de Asiria, llevaron a la expansión asiria, que culminó, en tiempos de Tudhaliya IV, hijo de Hattusili, con la derrota de Nihriya. Los asirios se apoderaron de ricas regiones mineras cercanas al imperio hitita y de Babilonia.
Desaparición del imperio hitita
Tudhaliya IV logró recuperarse de la derrota frente a los asirios al fortalecer el reino en Asia Menor y en Chipre, alcanzando probablemente la máxima extensión hitita. El trono pasó a sus hijos, primero Arnuwanda III y luego Suppiluliuma II. Sus reinados comenzaron de manera similar a los de otros reyes hititas, con revueltas en Arzawa, Siria, Chipre, etc.
Estas revueltas fueron controladas, y nada hacía pensar que el reinado de Suppiluliuma II sería muy diferente. Sin embargo, la aparición inesperada de los pueblos del mar (alrededor del 1200 a.C.) causó grandes problemas en todo el mar Mediterráneo oriental. Estos problemas, junto con las invasiones de los kaskas, no pudieron ser combatidos eficazmente. Finalmente, también afectados por un periodo de clima más frío que causó sequías y hambrunas, el reino hitita desapareció de la historia.
Algunas ramas de la familia real hitita lograron mantener pequeños reinos con cultura hitita, como el de Karkemish en Siria, que no fue conquistado por los asirios hasta el siglo VIII a.C.
Véase también
- Lista de monarcas hititas
- Lista de ciudades hititas
- Idioma hitita
- Mitología hitita