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Guerras remensas para niños

Enciclopedia para niños

Las guerras remensas fueron dos importantes levantamientos de campesinos en el Principado de Cataluña. Estas revueltas ocurrieron entre 1462 y 1485. Los campesinos, llamados remensas, se levantaron contra las exigencias injustas de los señores feudales.

El rey Fernando II de Aragón puso fin a este conflicto en 1486. Lo hizo con un acuerdo llamado la Sentencia de Guadalupe. Este acuerdo eliminó las exigencias injustas a cambio de que los remensas pagaran una cantidad de dinero a los señores.

¿Por qué ocurrieron las guerras remensas?

Los orígenes del problema de los remensas

La monarquía de la Corona de Aragón empezó a interesarse por la situación de los remensas alrededor de 1388. En ese año, los remensas le dijeron al rey Juan I de Aragón que ya había pasado el tiempo de pagar ciertas obligaciones. Estas obligaciones incluían la exorquia, la intestia y la cogucia, que eran pagos que los campesinos debían hacer a sus señores.

La reina María de Luna, esposa del rey Martín I el Humano, vio la situación de los remensas como algo muy negativo. Incluso la llamó una "mancha" para Cataluña. Para intentar mejorar esto, la reina pidió al Papa Benedicto XIII de Aviñón que emitiera un documento especial. Este documento buscaba terminar con estas "servidumbres" en las tierras de la Iglesia. La idea era que se convirtieran en pagos fijos que los campesinos harían. Sin embargo, este documento papal nunca se publicó.

El historiador Jaume Vicens Vives explicó que la monarquía se interesó en la causa remensa por varias razones. Entre ellas, razones morales, las peticiones de los propios campesinos y la posición política del rey frente a los señores.

El apoyo de la monarquía a los campesinos

Archivo:Alfonsino oro
Ducado de oro de Alfonso el Magnánimo, acuñado en Nápoles.

El rey Alfonso el Magnánimo continuó apoyando a los remensas. En julio de 1448, permitió que los campesinos formaran una organización, el Gran Sindicato Remensa. Esto les permitía reunirse para hablar sobre cómo eliminar las exigencias injustas. También podían nombrar representantes y recaudar dinero para el tesoro real. Se acordó que las reuniones se harían con la presencia de un oficial del rey. Esto les daría apoyo legal y seguridad.

Esta decisión se tomó después de que cuatro representantes de los remensas de Gerona visitaran a la reina María, que gobernaba Cataluña en nombre del rey. Le ofrecieron una gran suma de dinero si la monarquía intervenía para ayudarlos a liberarse. El historiador Jaume Vicens Vives destacó que permitir este sindicato fue muy importante. Por primera vez, la Corona daba un carácter legal a las demandas de los campesinos y ofrecía una forma pacífica de resolver el conflicto.

La oposición de los señores feudales

La decisión del rey no fue bien recibida por los señores. Ellos intentaron impedir las reuniones de los remensas y hacer que la iniciativa del rey fracasara. Contaron con el apoyo de instituciones catalanas que controlaban, como la Diputación del General de Cataluña (Generalidad) y el Consejo de Ciento de Barcelona. La ciudad de Barcelona, por ejemplo, era dueña de tierras donde vivían campesinos remensas.

Los representantes de la Generalidad llegaron a decir que existía un plan "terrible y diabólico" de los remensas. Afirmaban que los campesinos ofrecerían Cataluña al rey de Francia si el rey Alfonso no cumplía sus deseos. Por su parte, los remensas, que llegaron a tener unos 20.000 hogares en su sindicato, pidieron al rey en 1450 que los liberara de la servidumbre y de las exigencias injustas. Los señores, entonces, se prepararon para defenderse de lo que consideraban un gran daño.

La intervención de Juan II

En 1454, Alfonso el Magnánimo nombró a su hermano Juan II de Aragón, rey de Navarra, como su representante en Cataluña. Juan II continuó con la política de apoyo a los remensas. Esto lo enfrentó con los señores laicos y religiosos de la Cataluña vieja. El 5 de octubre del año siguiente, Alfonso el Magnánimo, probablemente aconsejado por su hermano, ordenó desde Nápoles que se suspendieran temporalmente las exigencias injustas. Sin embargo, no resolvió el problema de fondo.

Juan II de Aragón siguió apoyando a los remensas incluso cuando tuvo conflictos con las instituciones catalanas. En diciembre de 1461, la reina Juana Enríquez, que gobernaba en nombre de su hijo Fernando el Católico, ordenó a los señores que respetaran las suspensiones de las exigencias. Al mismo tiempo, ordenó a los remensas que pagaran lo que debían por el alquiler de las tierras, ya que muchos se negaban a hacerlo.

Primera guerra remensa

Archivo:Castellfollit de la Roca sobre la cinglera
Castellfollit de la Roca, en la comarca de La Garrocha, lugar de una acción importante de los remensas en marzo de 1462.

La primera guerra remensa ocurrió entre 1462 y 1472. Coincidió con la guerra civil catalana, pero fue un conflicto aparte. Fue una rebelión campesina de los remensas que buscaban terminar con la servidumbre a la que los sometían sus señores.

Con la esperanza de que la monarquía los apoyara, los remensas, liderados por Francesc de Verntallat, se unieron al rey Juan II de Aragón en su lucha contra las instituciones catalanas. La guerra terminó con la victoria del rey, pero esto no resolvió el problema de los remensas. Juan II no lo abordó porque muchos señores feudales también habían apoyado su causa.

Según Jaume Vicens Vives, el conflicto remensa fue la base social de la "época de las turbaciones" (como se llamó a la guerra entre Juan II y parte de Cataluña). También pudo ser la razón principal de la revuelta de las clases privilegiadas contra el rey.

Segunda guerra remensa

Después de la muerte de Juan II en 1479, su hijo Fernando el Católico no resolvió el conflicto. Incluso, debido a la presión de los señores, anuló la orden que su tío, el rey Alfonso V de Aragón, había publicado en 1455 para suspender temporalmente las exigencias injustas.

Esta situación, que empeoró las condiciones de vida de los remensas, llevó a la segunda guerra remensa en 1484. Fue liderada por Pere Joan Sala, quien fue derrotado en la batalla de Llerona el 24 de marzo de 1485.

Un año después, el 21 de abril de 1486, el rey Fernando el Católico dictó la Sentencia arbitral de Guadalupe. Este acuerdo liberó definitivamente a los campesinos remensas de las exigencias injustas. Para ello, debían pagar 60 sueldos por cada manso (una unidad de tierra).

Galería de imágenes

Véase también

Kids robot.svg En inglés: War of the Remences Facts for Kids

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