Fábricas de indianas para niños
Fábricas de indianas fueron unas instalaciones industriales que se establecieron en Barcelona desde 1738 (Esteve Canals), pero especialmente a finales del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX, cuando su número se incrementa de forma importante; y hasta 1833, cuando la fundación de la fábrica Bonaplata supuso un salto tecnológico importante.
Historia
Se denominaron así por el producto que fabricaban: las indianas, un tipo de estampado sobre telas de algodón o lino, que inicialmente no se tejían en España, sino que se importaban de la India, y cuyo destino era, además de abastecer el consumo interior, la exportación a las colonias españolas de América ("las Indias"). También se utiliza el término indianería para referirse a este ramo de la industria.
Son un tema historiográfico muy importante, tanto para la historia económica y social como para la historia de la ciencia y la tecnología en España; puesto que, dadas sus características de transición entre lo preindustrial y lo propiamente industrial, protagonizaron los inicios de la accidentada Revolución industrial en España y del movimiento obrero español; así como la introducción de las primeras máquinas de vapor.
Las primeras manufacturas de indianas y lienzos estampados aparecieron en Barcelona durante el primer tercio de siglo, en los años 1720 y 1730, al abrigo de la política proteccionista propia del mercantilismo colbertista borbónico, con medidas tales como prohibir la entrada de géneros extranjeros y asignar subsidios a la importación del algodón y de otras materias primas.
En 1756 existían ya 15 fábricas con franquicia real, y otras tantas sin ella. En la segunda mitad de siglo siguió la expansión: 25 unidades, de las que 2 se hallan en Manresa y una en Mataró. Se trataba de fábricas de escasa dimensión, la mayoría con un número de telares entre 14 y 50, y sólo la mayor llegaba al centenar. Las Ordenanzas que el rey nuestro señor, que Dios guarde, manda observen los fabricantes de indianas, cotonadas y blavetes del principado de Cataluña, para asegurar el buen régimen y gobierno de estas fábricas y la mayor perfección de los texidos y pintados, de 1767, regularon el sector. En 1775 se calculó que entre todas empleaban a unos 50.000 trabajadores, en su mayor parte mujeres y niños. En la década de 1780 el número de establecimientos controlados se elevaba a 62.
Véase también
- Real Junta Particular de Comercio de Barcelona
- Esclavitud en Mallorca
- Historia de la industria del algodón en Cataluña