Fuero de Villasila y Villamelendro para niños
Un Fuero de Villasila y Villamelendro fue un documento muy importante, como una ley especial, que el rey Alfonso VIII de Castilla entregó a los habitantes de las villas de Villasila de Valdavia y Villamelendro en Palencia. Esto ocurrió en Carrión de los Condes el 12 de enero de 1180.
Los habitantes de estas villas, especialmente los clérigos (personas de la iglesia), habían pedido al rey que les diera estas nuevas reglas.
El documento original de este Fuero todavía se guarda hoy en el Archivo Histórico Nacional de España.
Contenido
¿Por qué fue importante este Fuero?
Este Fuero fue uno de los trece que se dieron en la provincia de Palencia durante el tiempo en que Alfonso VIII fue rey. El primero se entregó en 1161 y el último entre 1195 y 1212.
De todos estos fueros, solo cinco fueron entregados directamente por el rey Alfonso VIII. Estos fueron los de Mazariegos, Villasila y Villamelendro, Herrera de Pisuerga, Nogal de las Huertas y San Nicolás del Camino. Otros siete fueros fueron dados por líderes de la iglesia, como los de San Julián de Husillos, Hospital de Santa María de la Fuente, Villamuriel, Lomas, Palencia y Pozuelos del Rey.
Además, Perales recibió su fuero de sus señores, los condes Nuño y Teresa. Bahillo lo recibió de los dueños de ese lugar.
La mayoría de los lugares en Palencia que recibieron fueros en la época de Alfonso VIII se encuentran en una línea que va de norte a sur, desde Herrera de Pisuerga hasta Villamuriel de Cerrato. También hay algunos cerca del Camino de Santiago. Muchos de estos lugares están en la rica Tierra de Campos, una zona conocida por sus cultivos de cereales.
El Fuero de Villasila y Villamelendro fue especial por dos razones importantes para la forma en que el rey Alfonso VIII gobernaba.
Nuevas reglas y libertades para los habitantes
Primero, el Fuero decía claramente que se eliminaban las "malas costumbres" y se daban nuevas leyes más justas a los habitantes. Esto significaba que los vecinos, tanto los clérigos como la gente común, no tendrían que pagar ciertos impuestos o realizar servicios antiguos.
Por ejemplo, por un impuesto llamado "fonsadera", solo pagarían dos monedas en marzo. Si un campesino que pagaba este impuesto fallecía, su viuda solo pagaría la mitad si no tenía hijos o sirvientes para trabajar la tierra.
También se regulaba el trabajo en las "sernas", que eran días de trabajo que los campesinos debían a sus señores. Ahora, solo trabajarían un día cada tres semanas y tres días más al año. Cuando trabajaban, se les aseguraba comida suficiente, incluyendo pan de trigo, vino, queso, miel y carne de cerdo.
Otro pago anual, llamado "infurción", se redujo a tres cuartos de pan en agosto y dos jarras de vino en octubre. Además, cada tres vecinos solo tenían que entregar dos cerdos para la fiesta de San Martín.
Una libertad muy importante que se les dio a los vecinos fue la de poder irse de las villas con todas sus pertenencias si querían vivir en otro lugar que perteneciera directamente al rey.
Acuerdo con la Iglesia
Segundo, este Fuero fue el primer documento donde se aplicaron las decisiones tomadas en el Tercer Concilio de Letrán, una reunión muy importante de la iglesia que se celebró en marzo de 1179. Este concilio ayudó a que el rey Alfonso VIII y los líderes de la iglesia tuvieran una mejor relación.
Gracias a estos acuerdos, el Fuero de Villasila y Villamelendro decía que los sacerdotes y sus casas no tenían que pagar ningún impuesto, excepto lo que debían a su obispo. A cambio, ellos rezarían a Dios por la salud del rey.
Alfonso VIII dio muchas libertades y beneficios al clero de su reino, y el documento más antiguo que muestra esto, después de este Fuero, es un estatuto que se dio a la iglesia de Calahorra el 18 de junio de 1180.
¿Dónde se encuentra el documento original?
El documento original del Fuero es un pergamino antiguo, escrito con una letra especial de la época. Se guarda en el Archivo Histórico Nacional, en la sección de Órdenes Militares, Santiago-Uclés, Carpeta 325, número 1.
También se puede encontrar una copia en un libro llamado "Fueros y cartas pueblas de Castilla y León. El derecho de un pueblo", publicado en Salamanca en 1992.
El historiador de Palencia, Julio González González, que nació en Villorquite, fue quien transcribió este importante documento.