Fernando de Aragón (1329-1363) para niños
Datos para niños Fernando de Aragón |
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Marqués de Tortosa | ||
Sepulcro de Alfonso «el Benigno». También se encuentran los restos de la reina Leonor y el infante Fernando, esposa e hijo del monarca.
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Información personal | ||
Nacimiento | 1329 Valencia |
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Fallecimiento | 16 de julio de 1363 Burriana |
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Sepultura | Catedral de la Seu Vella de Lérida | |
Familia | ||
Casa real | Casa de Aragón | |
Padre | Alfonso IV de Aragón | |
Madre | Leonor de Castilla | |
Cónyuge | María de Portugal | |
El infante Fernando de Aragón (Valencia, 1329-Burriana, 16 de julio de 1363) fue hijo del segundo matrimonio de Alfonso IV «el Benigno» con la infanta Leonor de Castilla, hija de Fernando IV de Castilla y de su esposa Constanza de Portugal.
Biografía
Nació en Valencia en 1329. Dirigió la rebelión por motivos dinásticos de los nobles del reino de Valencia contra su hermanastro Pedro IV «el Ceremonioso». Vencido en la batalla de Épila (1348), pasó a Castilla, donde en 1356 apoyó a Pedro I de Castilla en la lucha contra el monarca aragonés. En 1360 pasó a servir a Enrique de Trastámara, y fue nombrado comandante supremo de las tropas de este en Aragón. Hecho prisionero por las tropas del Ceremonioso, fue asesinado en el castillo de Burriana por orden de su hermano Pedro IV de Aragón. Cuenta Diego de Monfar, en la Historia de los Condes de Urgel, que el primero a herir de muerte al infante se llamaba Pedro Carrillo.
Fue primer marqués de Tortosa y contrajo matrimonio con la infanta María, hija del rey Pedro I de Portugal y de su esposa Constanza Manuel de Villena.
Fue asesinado el 16 de julio de 1363. Sus restos fueron sepultados en el convento de San Francisco de Lérida, y, posteriormente, trasladados en compañía de los de sus padres, Alfonso IV y Leonor de Castilla, a la Catedral de la Seo Vieja de Lérida, donde actualmente se encuentran colocados en una urna, en el interior de la catedral, en donde fueron depositados los restos de los tres miembros de la familia en 1986, después de su localización e identificación, ya que los restos se hallaban en una caja en la cripta de la catedral, donde habían permanecido olvidados más de doscientos años.