Expediente de la Ley Agraria para niños
El Expediente de la Ley Agraria fue un intento importante, pero que no se concretó, de crear una ley para mejorar la agricultura en España. Fue impulsado por pensadores y gobernantes conocidos como "ilustrados" a finales del siglo XVIII. Aunque se trabajó mucho en ello, nunca llegó a existir una ley con ese nombre.
En aquella época, la idea de que el comercio fuera totalmente libre, sin reglas, era muy popular. Sin embargo, en España, esta idea no funcionó bien para el comercio dentro del país. Por ejemplo, cuando se eliminaron los controles de precios para el grano en 1765, hubo problemas graves. Las formas de trabajar la tierra no habían cambiado, y tampoco existían buenas redes de transporte o de venta de productos. Los nobles y el clero, que eran los grupos más poderosos, controlaban gran parte de lo que se producía en el campo. Esto hacía que, si había una mala cosecha, los precios subieran mucho y la gente no tuviera suficiente comida. Esta situación llevó a protestas y disturbios, como los conocidos como los motines de Esquilache en 1766.
Contenido
¿Por qué se buscó una Ley Agraria?
Las causas de los problemas en el campo
Después de los disturbios de 1766, el gobierno se dio cuenta de que algo andaba mal con la agricultura. Se empezó a investigar a fondo para entender por qué la producción de alimentos no era suficiente y por qué había tanta pobreza en el campo. Se hicieron muchas encuestas y se recogieron informes de todo el país.
El encargado de reunir toda esta información fue el procurador general del Reino en 1766. Con todos esos documentos, se publicaron dos trabajos muy importantes:
- El Memorial ajustado... sobre establecimiento de una Ley Agraria (1784): Este libro reunía informes sobre la Mesta (una organización de ganaderos), los contratos de alquiler de tierras y los reportes de funcionarios importantes como Pablo de Olavide. Todos estos documentos habían llegado al Consejo de Castilla, que era la principal institución de gobierno. El Memorial también proponía varias soluciones.
- El Informe... en el Expediente de Ley Agraria (1795), escrito por Jovellanos: Este informe fue presentado por la Real Sociedad Económica Matritense de Amigos del País. En 1777, Campomanes había enviado a esta sociedad todos los documentos reunidos hasta entonces para que los estudiaran.
Hubo mucha tardanza en tomar decisiones sobre este tema. Como dijo León de Arroyal: "La agricultura clama por una ley agraria, y sin embargo de lo ejecutivo de la enfermedad, van ya pasados diez y nueve años en consultas, y es de creer que la receta saldrá después de la muerte del enfermo." Esto demuestra lo difícil que era encontrar una solución y la fuerte oposición de los grupos poderosos que no querían que sus intereses se vieran afectados. Algo similar ya había ocurrido antes con los planes de reforma relacionados con el Catastro de Ensenada en 1749.
¿Qué pasó después con las leyes agrarias?
Cambios en la agricultura a lo largo del tiempo
Con el paso del tiempo y la llegada de nuevas ideas políticas, el problema de la agricultura se abordó de otra manera. Durante la Revolución Liberal, se intentaron aprobar leyes agrarias en las Cortes de Cádiz (1810-1814) y durante el Trienio Liberal (1820-1823). Sin embargo, estos intentos no tuvieron éxito porque los reyes volvieron a tener el poder absoluto.
Los cambios más importantes en la forma de poseer y trabajar la tierra llegaron con las Desamortizaciones de Mendizábal (1835) y de Pascual Madoz (1854). Estas leyes quitaron muchas tierras a la Iglesia y a los municipios para venderlas, buscando que la tierra fuera más productiva.
Aun así, los problemas en el campo siguieron siendo una preocupación importante en España. Pensadores como Joaquín Costa propusieron nuevas ideas para mejorar la situación. Más tarde, durante la Segunda República Española (1931-1933), se intentó una Reforma Agraria más profunda, pero fue detenida. Durante la guerra civil española (1936-1939), también hubo cambios en la agricultura en las zonas controladas por el bando republicano.
Después de la guerra, el gobierno de Franco revirtió muchas de estas reformas. Su política agraria incluyó medidas como la creación del Instituto Nacional de Colonización, que buscaba crear nuevas zonas de cultivo, y la concentración parcelaria, que unía pequeñas parcelas de tierra para hacerlas más grandes y eficientes.