Expedición española a Dinamarca para niños
La Expedición española a Dinamarca fue un grupo de soldados españoles enviado a Dinamarca en 1807. Este grupo estaba formado por más de 13.000 hombres, caballos, cañones, y también algunas mujeres y niños. Su misión inicial era ayudar a Napoleón a proteger las costas danesas de posibles ataques de los británicos.
Sin embargo, la situación cambió drásticamente cuando Francia invadió España. En ese momento, la expedición española en Dinamarca se convirtió en un ejército que intentaba escapar para regresar a su patria y unirse a la lucha.


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El viaje de las tropas españolas a Dinamarca
En 1807, España envió dos grupos de soldados a Dinamarca para apoyar a las fuerzas de Napoleón. Estos grupos partieron de diferentes puntos de España. Uno salió de Irún y el otro de Port Bou.
Ambos grupos se encontraron en Hannover y desde allí, bajo el mando del teniente general Pedro Caro y Sureda, conocido como el Marqués de La Romana, y del mariscal francés Bernadotte, llegaron hasta Hamburgo. Pasaron el invierno de 1807 a 1808 en Hamburgo y Lübeck.
Despliegue en Dinamarca y primeros contactos
En marzo de 1808, las tropas españolas entraron en Dinamarca. Su objetivo era proteger la costa y evitar que los barcos de Inglaterra desembarcaran. Los daneses recibieron bien a las tropas francesas y españolas. Los cuarteles daneses se encargaron de proporcionar alimentos y suministros. La relación entre los soldados españoles y los daneses fue muy buena.
El famoso escritor Hans Christian Andersen, que era un niño en ese momento, recordaba con cariño la estancia de los españoles en la isla de Fionia en 1808. Él los describía como hombres morenos y ruidosos.
Un cambio de lealtad: La situación en España
Mientras los soldados españoles estaban en Dinamarca, les llegaron noticias importantes de España. Se enteraron de un levantamiento en Madrid en marzo de 1808 contra el gobierno. También supieron que un ejército francés había entrado en España.
Estas noticias hicieron que los españoles en Dinamarca empezaran a sentir hostilidad hacia los franceses. El mariscal Bernadotte, al mando de las tropas, recibió órdenes de separar a los soldados españoles. Quería evitar que se unieran y que se comunicaran entre ellos.
El inicio de la guerra en España
Poco después, Francia invadió España, y el 2 de mayo de 1808, hubo un gran levantamiento en España. Este evento marcó el comienzo de la guerra de la Independencia Española, en la que los británicos apoyaron a los españoles.
Un sacerdote escocés llamado James Robertson, que hablaba alemán, fue el encargado de llevar un mensaje secreto al Marqués de la Romana. Se hizo pasar por un vendedor de chocolate para no levantar sospechas. La información se transmitía usando un código basado en versos del Cantar del Mío Cid.
Con la invasión de España, las tropas españolas en Dinamarca fueron obligadas a jurar lealtad al nuevo rey, José Bonaparte, hermano de Napoleón. A pesar de esto, muchos soldados españoles intentaron contactar con barcos británicos para escapar. Hubo intentos de marchar hacia Copenhague, pero fueron detenidos por las fuerzas danesas.
La evacuación de Dinamarca: Un plan de escape
El 5 de agosto, un mensajero llamado Lobo finalmente llegó a Dinamarca. Se reunió con un oficial español y le entregó un plan para evacuar a las tropas. El Marqués de la Romana envió mensajes a todas las unidades españolas dispersas. Les informó que España se había levantado contra la invasión y que una flota británica los rescataría.
El plan de escape en las islas danesas
El plan era reunir a todos los españoles en la ciudad de Nyborg, en la isla de Fionia. Debían tomar el puerto y las baterías de cañones que lo protegían. También debían apoderarse de todos los barcos atracados.
Con los cañones, impedirían el paso a los franceses que se acercaran por el estrecho del Pequeño Belt. Luego, se dirigirían a la isla de Langeland para esperar a los barcos británicos que estaban en el estrecho del Gran Belt.
Los regimientos españoles que estaban en la isla de Selandia, al este de Fionia, tendrían más dificultades para unirse. Debían llegar por sus propios medios al punto de encuentro o encontrar un puerto por su cuenta.
Ejecución del plan y desafíos
El plan se puso en marcha el 9 de agosto. El Marqués de la Romana tomó Nyborg con 8.779 hombres. El comandante de la ciudad se rindió sin luchar. En el puerto, los españoles tomaron el control de 44 barcos de pesca y otros buques. Luego, se embarcaron hacia Langeland.
En la península de Horsens, el Regimiento de Caballería del Algrarve tuvo dudas. Temían que la huida fracasara o que quedaran a merced de los ingleses. El capitán Antonio Costa intentó una rendición, pero el ejército de Bernadotte llegó. Antonio Costa falleció en ese momento.
En la isla de Langeland, la situación fue mejor. Los españoles tomaron el control de las fuerzas francesas y negociaron con un noble danés. Acordaron que los ingleses no desembarcarían y que los daneses entregarían sus armas. A cambio, los daneses proporcionarían alimentos para los 9.000 españoles que llegarían de Fionia, y los españoles no realizarían actos de robo.
El Marqués de la Romana llegó a Langeland el 13 de agosto. Tuvieron que esperar a que llegaran más barcos británicos para embarcar a todos. El 19 de agosto, Bernadotte comenzó a atacar la costa con cañones, lo que aceleró el embarque.
El Marqués de la Romana envió un mensaje al rey Federico VI de Dinamarca. Pedía la liberación de 5.000 soldados españoles detenidos en Selandia, a cambio de los daneses que ellos retenían. Sin embargo, el barco no pudo llegar a puerto y tuvo que regresar. Finalmente, el embarque se completó, y los barcos zarparon hacia Suecia.
El regreso a España
El 27 de agosto, los barcos británicos y pesqueros daneses llegaron a la bahía de Gotemburgo, en Suecia, con los soldados españoles. No pudieron embarcar a la caballería. El 5 de septiembre, 37 barcos llegaron desde España para llevar a los soldados de vuelta a casa. El 12 de septiembre partieron hacia España y el 9 de octubre desembarcaron en Santander, Ribadeo y Santoña.
Dinamarca se negó a liberar a los 5.000 españoles que estaban en Selandia. Estos soldados fueron entregados a los franceses. Por esta razón, en octubre, todos los barcos daneses que estaban en puertos españoles fueron confiscados.
La paz de Huéscar: Un final inesperado
Debido a lo ocurrido, la Junta Suprema de España, reunida en Sevilla en 1809, decidió romper toda comunicación con Dinamarca. El ayuntamiento de Huéscar, en Granada, incluso declaró la guerra a Dinamarca el 11 de noviembre de 1809.
Sin embargo, como las tropas españolas estaban ocupadas con la guerra en su propio país, el conflicto con Dinamarca quedó en el olvido. La guerra nunca llegó a librarse.
Muchos años después, en 1981, el ayuntamiento de Huéscar celebró un acto con representantes de ambos países para firmar oficialmente la paz. Huéscar también se hermanó con el municipio danés de Kolding.