David Viñas para niños
Datos para niños David Viñas |
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David Viñas en 1968
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Información personal | ||
Nacimiento | 28 de julio de 1927 Buenos Aires, Argentina |
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Fallecimiento | 10 de marzo de 2011 (83 años) Buenos Aires, Argentina |
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Nacionalidad | argentino | |
Lengua materna | castellano | |
Familia | ||
Padres | Ismael Pedro Viñas y Esther Porter | |
Cónyuge | Adelaida Gigli Soledad Silveyra |
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Pareja | Adelaida Gigli | |
Hijos | María Adelaida (1954 - 1976) Lorenzo Ismael (1955 - 1980) |
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Familiares | Ismael Viñas (hermano) | |
Educación | ||
Educado en | Universidad de Buenos Aires | |
Información profesional | ||
Ocupación | escritor, crítico, profesor | |
Años activo | 1953 - 2011 | |
Empleador |
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Seudónimo | Pedro Pago | |
Géneros | novela, cuento, teatro, ensayo | |
Obras notables | Los dueños de la tierra (1958) Literatura argentina y realidad política (1964) Hombres de a caballo (1967) Cuerpo a cuerpo (1979) |
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Distinciones |
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Boris David Viñas Porter (Buenos Aires, 28 de julio de 1927-ibidem, 10 de marzo de 2011), conocido como David Viñas, fue un escritor, crítico literario y profesor argentino, considerado uno de los intelectuales de referencia de la literatura argentina durante décadas. Miembro de la llamada «Generación de Contorno», destacó como narrador, dramaturgo y ensayista, con obras como Los dueños de la tierra (1958), Lisandro (1972) y Literatura argentina y realidad política (1964), ensayo con el que revolucionó la crítica literaria argentina y aún hoy en día es considerado una obra de referencia.
Pese a la amplitud de géneros y registros, el conjunto de la obra de Viñas puede leerse como una revisión crítica de los vínculos entre la historia y la literatura de su país, a través de la recuperación de episodios o momentos en los que las clases dominantes consolidaron su poder por medio de la fuerza, pero también analizando las formas discursivas por medio de las cuales se consolidó esa dominación. Si bien la Argentina fue siempre su objeto de estudio privilegiado, durante su exilio incorporó una visión de contexto más latinoamericanista, insertando su análisis en una perspectiva continental.
Contenido
Biografía
Primeros años y formación
Nació en Buenos Aires, el 28 de julio de 1927, en la esquina de Corrientes y Talcahuano, si bien él mismo situaba su nacimiento en Monte, localidad de la provincia, donde pasó temporadas en su infancia. Su padre, Pedro Ismael Viñas, descendiente de una familia de origen andaluz que había inmigrado a Argentina en la primera treintena del siglo XIX, era un juez de militancia radical que intervino en el conflicto entre peones rurales y hacendados de 1921 conocido como Patagonia trágica, y que dejó un saldo de 1500 obreros fusilados. Asimismo, su abuelo participó en la Conquista del Desierto de Julio Argentino Roca. Por su parte, su madre, Esther Porter, era una judía emigrada de Odesa, a la que Viñas le atribuyó ideas anarquistas y una personalidad rebelde, contrastando con la figura de su padre, pese a su temprana muerte. Estos elementos marcarían fuertemente el pensamiento y la obra de Viñas, tanto en el origen migratorio y el cruce de culturas (italiana, española, judía) como en la relación con su padre.
Cursó sus estudios primarios en un colegio de curas Salesianos de Don Bosco, y a los trece años ingresó al Liceo Militar General San Martín, donde fue compañero de Raúl Alfonsín. Viñas no toleró el autoritarismo y la violencia del ambiente castrense, por lo que se hizo expulsar en 1945, en el último año, al insultar a un teniente primero. Después de rendir las últimas materias en otro colegio, ingresó a la Facultad de Filosofía y Letras.
El ingreso a la universidad coincidió con la llegada del peronismo, con el que los intelectuales y universitarios de la época mantuvieron una relación conflictiva. Si por un lado Juan Domingo Perón decretó en 1949 la gratuidad universitaria, posibilitando el ingreso de hijos de familias trabajadoras, por otro intervino la Universidad de Buenos Aires y persiguió a los docentes que no se adhirieran a la doctrina oficial que se impartía también en escuelas primarias y secundarias. Si bien Viñas nunca ocultó su antiperonismo, prefería definirse como "contrera" más que como "gorila": «mi familia no era gorila; éramos contreras, que no es lo mismo. Los gorilas despreciaban al pueblo, los contreras criticaban al peronismo sin ningunear sus bases». Paradójicamente, en 1951 fungió como uno de los fiscales de mesa (siendo el único fiscal opositor) que le tomaron el voto a Eva Perón, en ese momento internada por el cáncer del que murió un año después. También destacó como militante, llegando a ser presidente de la FUBA. En la universidad conoció a Adelaida Gigli, artista plástica ítalo-argentina, que se convirtió en su esposa y con quien tendría a sus dos hijos, María Adelaida en 1954 y Lorenzo Ismael en 1955.
Comienzos de su carrera literaria. Grupo Contorno
Los primeros contactos de Viñas con el ambiente literario fueron a través de su trabajo de corrector en la editorial Losada, además de escribir algunas novelas por encargo, firmadas bajo el seudónimo de Pedro Pago. Pero es en 1953 cuando irrumpe formalmente, cuando junto con su hermano mayor Ismael, Susana Fiorito y Adelaida Gigli fundaron la revista Contorno. Surgida como una escisión de Las ciento y una, un proyecto de Héctor A. Murena que no pasó del primer número, Contorno se convirtió en una publicación emblemática de la época, por su discurso rupturista, sus filiaciones con el existencialismo y el marxismo, y su relectura de la literatura argentina en clave política, criticando por igual la tradición liberal y la cultura populista al mismo tiempo que reivindicaba a nombres marginados o despreciados por la tradición académica, como Ezequiel Martínez Estrada y Roberto Arlt. Esta actitud polémica con los autores canónicos hizo que los integrantes del grupo Contorno también fueran conocido como «parricidas», denominación acuñada por el crítico uruguayo Emir Rodríguez Monegal. La revista publicó diez números y dos cuadernos entre 1953 y 1959, y por sus páginas pasaron autores como Juan José Sebreli, León Rozitchner, Noé Jitrik, Adolfo Prieto, Carlos Correas, Oscar Masotta, Ramón Alcalde y Rodolfo Kusch.
En 1955, el mismo año que un levantamiento militar derrocó a Perón, Viñas publicó su primera novela, Cayó sobre su rostro, en la que aborda por primera vez la crítica a la oligarquía porteña, al tomar como protagonista a un terrateniente que obtuvo sus tierras en la Conquista del Desierto del general Roca. La crítica elogió la obra, declarando que con ella «Viñas parece abrir seriamente (...) una nueva brecha en la problemática siempre vigente de las esencias de la realidad argentina»; no obstante, la dictadura autodenominada Revolución Libertadora prohibió su publicación. Un año más tarde apareció Los años despiadados, a la que siguió Un dios cotidiano, novelas de clave autobiográfica en las que evoca los años del peronismo y sus años en el colegio salesiano durante la Década Infame respectivamente. Con Los dueños de la tierra, novela de 1958 centrada en la represión de los obreros patagónicos a manos del Ejército, de la que su padre fue testigo en su papel de juez mediador, Viñas culmina este primer período de su obra.
Ese mismo año también debutó como guionista de cine con El jefe, dirigida por Fernando Ayala, película que fue vista como una alegoría del peronismo y de su líder. Con Ayala también firmó un segundo guion, El candidato, estrenada un año después.
Viaje a Cuba y compromiso político
En 1962 Viñas firmó su tercer guion, Dar la cara, dirigido por José Martínez Suárez, sobre el cual escribió su siguiente novela, con el mismo nombre y publicada ese mismo año. La obra representó una innovación dentro de su narrativa, al estar ambientada en el contexto inmediato (el gobierno de Arturo Frondizi, derrocado por un golpe de Estado el 29 de marzo de ese año), pero además, porque por primera vez incorporaba un procedimiento que en sus siguientes libros Viñas iría complejizando: la reflexión metaliteraria, al incluir una crítica de la película y mencionar al mismo autor como un personaje dentro de la novela, como una forma de crítica al texto novelístico dentro del mismo texto.
Estos cambios eran resultado del acontecimiento fundamental de la década en América Latina, el triunfo de la revolución cubana. Como a otros escritores de su generación, como Haroldo Conti, Rodolfo Walsh, Paco Urondo, y hasta de generaciones anteriores, como Ezequiel Martínez Estrada o Julio Cortázar, la revolución produjo en Viñas un interés que se materializó en un acercamiento y posterior compromiso con ella. Es así que llegó a vivir una temporada en La Habana y se desempeñó como funcionario cultural del gobierno cubano en diferentes países de América y Europa. También actuó como jurado del Premio Casa de las Américas, que él mismo obtuvo en 1967 con su novela Hombres de a caballo, otorgado por un jurado formado por Leopoldo Marechal, Julio Cortázar, José Lezama Lima, Juan Marsé y Mario Monteforte Toledo.
En 1963 apareció Las malas costumbres, su único libro de cuentos, entre los que sobresale “La señora muerta”, ambientado durante los funerales de Eva Perón. Sin embargo, tras la publicación de Los oficios terrestres de Rodolfo Walsh, donde se incluye el cuento “Esa mujer”, también referido a la ex primera dama, Viñas repudió su propio libro, considerándolo una obra fallida, y no lo reeditó hasta 2007, en una versión revisada y corregida. Un año después publicó otro de sus textos fundamentales, el ensayo Literatura argentina y realidad política. Reelaboración de su tesis de doctorado presentada un año antes en la Universidad de Rosario, desde su aparición fue considerado como uno de los libros más importantes de la crítica literaria argentina, tanto por las lecturas que propone como por el característico estilo polémico de Viñas. La obra tuvo varias revisiones y ampliaciones, incluyendo una nueva versión en dos tomos, el segundo de los cuales abarca el siglo XX.
Durante los años siguientes, Viñas continuó con su prolífico ritmo de publicación, con la aparición de novelas (Cosas concretas, 1969; Jauría, 1971) y obras de teatro (Lisandro, 1972; Tupac Amaru, 1973), así como de otros tres volúmenes de ensayos: De Sarmiento a Cortázar (1970), Apogeo de la oligarquía (1975), reelaboraciones y ampliaciones de Literatura argentina y realidad política que incluyen capítulos ya publicados y otros inéditos; y Rebeliones populares (1971), un trabajo originalmente planeado en dos partes pero cuya segunda entrega fue secuestrada por la dictadura del general Lanusse. Para entonces, Viñas ya era considerado uno de los principales referentes de la intelectualidad argentina, pese a no militar en ningún partido u organización, cosa que sí hicieron Walsh, Urondo y Conti, ingresando a Montoneros o al Partido Revolucionario de los Trabajadores.
Exilio
Sin embargo, la situación en Argentina empezó a degradarse, con la agudización de la violencia política y la represión, por lo que Viñas, apremiado también por motivos económicos, comenzó a dictar clases en universidades de México y Estados Unidos. Fue en este último país que lo encontró el golpe de Estado contra Isabel Perón el 24 de marzo de 1976. Ante el peligroso panorama que se vivía en el país, Viñas decidió no volver y exiliarse en España, instalándose en El Escorial, mientras se mantenía como profesor en universidades de Madrid, Odense y Berlín. Poco después de llegar, recibió la noticia de que su hija María Adelaida había sido desaparecida el 29 de agosto de 1976, en el Zoológico de Buenos Aires, mientras paseaba con su hija, que fue posteriormente entregada a sus abuelos paternos; cuatro años después, el 26 de junio de 1980, fue desaparecido su hijo Lorenzo Ismael cuando intentaba cruzar la frontera entre Argentina y Brasil.
El dolor por la desaparición de su hija fue plasmado por Viñas en la que ha sido considerada su novela más compleja, Cuerpo a cuerpo, publicada en México en 1979, a la que siguió la más breve Ultramar, con la que ganó el Premio Ciudad de Alcalá al año siguiente. Además de estas novelas, Viñas escribió algunas obras de carácter divulgativo, como Qué es el fascismo en Latinoamérica o Carlos Gardel, esta última ilustrada por Ricardo Carpani, y colaboró en una colección de Historia de América Latina, escribiendo la cuarta y sexta entregas, México y Cortés y Expansión de la Conquista.
En 1981 se trasladó a la Ciudad de México, donde publicó dos obras en las que sitúa su análisis de la Argentina en un contexto latinoamericano: Indios, ejército y frontera, ensayo escrito a partir de sus investigaciones en el Instituto Iberoamericano de Berlín, en el que aborda el problema de los pueblos originarios y cómo fueron exterminados e invisibilizados por los gobiernos positivistas latinoamericanos de fines del siglo XIX y principios del siglo XX; y Anarquistas en América Latina, donde analiza los movimientos anarquistas de los diferentes países de la región en el mismo período.
Regreso a la Argentina y últimos años
Después de casi ocho años, en 1984 Viñas volvió a Buenos Aires. Dos años más tarde, ocupó la cátedra de Literatura argentina I en la Facultad de Filosofía y Letras, donde continuó dictando clases que encontraron una gran afluencia de alumnos. Asimismo, unos años antes se había reeditado su Literatura argentina y realidad política, ya convertido en un libro de referencia entre los jóvenes universitarios. Por entonces, inició una relación sentimental con la actriz Soledad Silveyra. En 1989, y ante el inminente triunfo del peronismo en las elecciones de ese año, Viñas tuvo su primera participación en un partido político, al postularse como candidato «simbólico» a intendente de la Capital por la coalición Izquierda Unida, un cargo que por entonces todavía era designado por el Presidente, y para el que los principales candidatos ya habían anunciado nombres.
En 1991 volvió a sorprender con otro gesto que pocos entendieron, cuando rechazó la Beca Guggenheim que él mismo había solicitado un tiempo antes. Viñas alegó que fue un homenaje a sus hijos desaparecidos: «Resolví tirar 25 mil dólares por la ventana. Y si me apurás un poco, mirá, fue un homenaje a mis hijos. Me costó 25 mil dólares». En esta década volvió a publicar ficción después de más de diez años, con las novelas Prontuario y Claudia conversa. Al mismo tiempo, colaboró en Página/12, el principal medio opositor a Carlos Menem, con artículos sobre literatura y política, de los cuales reunió una selección que publicó en el 2000 con el título Menemato y otros suburbios. En 2006 publicó su última novela, Tartabul.
Con la llegada del kirchnerismo, pese a compartir algunos puntos de vista con el gobierno, que concitó una importante adhesión de intelectuales, escritores y militantes de los años setenta, Viñas prefirió mantener su independencia; rechazó la invitación a integrar el espacio Carta Abierta alegando que «un intelectual no puede ser oficialista».
Continuó con sus clases en la Universidad de Buenos Aires y como director del Instituto de Literatura Argentina hasta pocos años antes de su muerte, ocurrida el 10 de marzo de 2011, a los 83 años, a causa de una infección generalizada por una neumonía. Por decisión de la familia, no se realizó ningún tipo de velatorio y solo se organizó un homenaje conmemorativo en la Biblioteca Nacional gestionado por su director, Horacio González, tras lo cual sus restos fueron llevados a Monte, donde fueron cremados. Una semana después, trascendió que sus cenizas serían arrojadas al Río de la Plata, como él había pedido, «para estar con sus hijos».
En 2022 se anunció que el archivo documental que Viñas dejó en Madrid fue depositado en el Centro de Documentación e Investigación de la Cultura de Izquierdas de la Universidad Nacional de General San Martín; y a comienzos del año siguiente se editó su primera publicación póstuma, Trastornos en la sobremesa literaria, una colección de trabajos críticos escritos y publicados en diferentes diarios y revistas entre 1974 y 2008, pero nunca reunidos por Viñas en libro.
Temas y estilo
Como escribió Ricardo Piglia,
«uno de los ejes de la obra de Viñas es la indagación sobre las formas de la violencia oligárquica. (...) En esta perspectiva podría decirse que todos los libros de David Viñas se pueden leer como un gran texto único: una amplia saga balzaciana en la que distintos géneros y registros de escritura (novela, teatro, cuento) se transforman en investigación de los momentos clave en los que esa violencia y esa dominación se cristalizan».
Esta definición resume el «programa» literario de Viñas, por lo menos desde lo temático. Un segundo eje está vinculado a los debates sobre literatura comprometida y el rol del intelectual revolucionario, que tuvo un gran auge en la literatura latinoamericana entre las décadas del sesenta y setenta. Así, sus primeras novelas transcurren o están vinculadas a episodios de la historia argentina que le interesa problematizar: el roquismo en Cayó sobre su rostro, el peronismo en Los años despiadados, la Guerra civil española y la Década Infame en Un dios cotidiano, la Patagonia trágica en Los dueños de la tierra.
La irrupción de la revolución cubana abre un nuevo período en la obra de Viñas, que si en lo temático prolonga y actualiza los tópicos abordados en novelas anteriores, al problematizar el presente inmediato y ya no un pasado más o menos lejano, en lo formal empieza a incorporar un autocuestionamiento sobre el propio texto y la práctica literaria. Este procedimiento, que comienza en Dar la cara, tiene una transición en Hombres de a caballo, antes del salto experimental de Cosas concretas, novela en la que Viñas intercala la experiencia personal con los debates de la época sobre literatura comprometida e intelectuales revolucionarios, utilizando un discurso fragmentado articulado a partir de los vínculos que establecen los personajes femeninos entre los narradores. La actualización de los núcleos temáticos y de los procedimientos formales culmina en Cuerpo a cuerpo, novela en la que la fragmentación del discurso y el intento de poner la corporalidad en la superficie del texto escrito llegan a proponerse como estrategias de combate (intención denotada desde el título) contra una violencia institucional que recorre un siglo de historia argentina, desde la Campaña al Desierto de Roca hasta la dictadura de Videla.
Este itinerario de su narrativa tiene su correlato en su ensayística, cuyo centro es sin duda Literatura argentina y realidad política, texto al que Viñas regresó una y otra vez a lo largo de los años, revisándolo, ampliándolo o complementándolo con volúmenes que incluían capítulos ya publicados con otros nuevos. En esta obra, el escritor reformula el aparato crítico de Contorno y lo expande hacia una relectura de todo el canon liberal-conservador de la literatura argentina del siglo XIX, desde Esteban Echeverría y Domingo Faustino Sarmiento hasta los autores de la Generación del 80 (Eugenio Cambaceres, Julián Martel, Miguel Cané, entre otros), pasando por autores como José Mármol, José Hernández y Lucio V. Mansilla. En ediciones posteriores, Viñas amplió el análisis al siglo XX, en el que, al mismo tiempo que muestra la crisis del modelo de escritor liberal burgués, del cual Jorge Luis Borges sería el último exponente, propone dos recorridos inversos a partir de esta crisis, sintetizados en dos autores: Leopoldo Lugones y Rodolfo Walsh. Si Lugones inicia militando en el anarquismo y el socialismo para terminar convertido en el intelectual orgánico del poder y apoyando el fascismo de José Félix Uriburu, Walsh empieza como un escritor ajeno a la política pero con simpatías por la derecha nacionalista, para ir virando de a poco a la izquierda revolucionaria, y de la literatura policial «pura» a la militancia en una organización armada. Esos recorridos, finalmente, también sirven para demostrar otra de las tesis centrales de Viñas: a mayor crítica y radicalidad, mayor es la sanción aplicada desde el poder. De esta manera, toda escritura verdaderamente revolucionaria presupone el exilio, o incluso, el asesinato.
Si Literatura argentina y realidad política es el texto crítico nuclear de Viñas, puede considerarse a Indios, ejército y frontera como la obra con la que "clausura" estas relecturas de la literatura canónica desde la violencia política. Escrito casi al mismo tiempo que Cuerpo a cuerpo, que lo prefigura, este ensayo prolonga la tesis de esa novela, a la vez que la amplía, al ya no circunscribirse a la Argentina sino al incorporar una proyección continental de las burguesías liberales positivistas de fines del siglo XIX, desde Porfirio Díaz en México hasta Roca en Argentina. Recurriendo a partes militares, crónicas y otros textos de la época, Viñas busca establecer un paralelismo entre el Ejército de Roca en 1879 y el de Videla un siglo más tarde, al grado de sostener que «los indios fueron los desaparecidos de 1879», vocablo que en el contexto tiene un doble significado: desaparecidos en tanto víctimas de un genocidio, pero también en tanto que son sujetos borrados de la historia, invisibilizados, negados por el discurso y la literatura oficial.
Obra
Novelas
- Cayó sobre su rostro (1955)
- Los años despiadados (1956)
- Un dios cotidiano (1957)
- Los dueños de la tierra (1958)
- Dar la cara (1962)
- En la semana trágica (1966)
- Hombres de a caballo (1967)
- Cosas concretas (1969)
- Jauría (1971)
- Cuerpo a cuerpo (1979)
- Ultramar (1980)
- Prontuario (1993)
- Claudia conversa (1995)
- Tartabul (2006)
Cuentos
- Las malas costumbres (1963)
Teatro
- Lisandro (1972)
- Tupac Amaru (1972)
- Dorrego, Maniobras, Tupac Amaru (1974)
- Rodolfo Walsh y Gardel (1993)
Ensayos
- Literatura argentina y realidad política: la crisis de la ciudad liberal (1963) - tesis por la cual recibe el doctorado.
- Literatura argentina y realidad política (1964)
- Literatura argentina y realidad política. Del apogeo de la oligarquía a la crisis de la ciudad liberal: Laferrere (1965)
- Literatura argentina y realidad política. De Sarmiento a Cortázar (1970)
- Rebeliones populares. De los montoneros a los anarquistas (1971)
- Literatura argentina y realidad política. Apogeo de la oligarquía (1975)
- Qué es el fascismo en Latinoamérica (1977)
- Historia de América Latina: México y Cortés (1978)
- Historia de América Latina: Expansión de la Conquista (1978)
- Carlos Gardel (1979)
- Indios, ejército y frontera (1982)
- Anarquistas en América Latina (1983)
- Literatura argentina y política - Tomo I. De los jacobinos porteños a la bohemia anarquista (1995)
- Literatura argentina y política - Tomo II. De Lugones a Walsh (1996)
- De Sarmiento a Dios. Viajeros argentinos a USA (1998)
- Menemato y otros suburbios (2000)
- Trastornos en la sobremesa literaria. Textos críticos dispersos (2023)
Filmografía
Guion
- El jefe (1958)
- El candidato (1959, en colaboración con Fernando Ayala)
- Sábado a la noche, cine (1960)
- Dar la cara (1962)
- La muerte blanca (1985)
Participación como entrevistado
- P4R+ Operación Walsh (1999)
Premios
- Premio Municipal de la Ciudad de Buenos Aires (1955) - Por Cayó sobre su rostro
- Premio Gerchunoff (1957) - por Cayó sobre su rostro
- Premio Kraft (1957) - Por Un dios cotidiano
- Premio Internacional de Novela de Losada (1958) - Por Los dueños de la tierra
- Faja de Honor de la SADE (1958) - Por Los dueños de la tierra
- Premio Nacional de Letras (1962 y 1971) - Por Dar la cara y Jauría
- Premio Casa de las Américas (1967) - por Hombres de a caballo
- Premio Nacional de Teatro (1972) - Por Lisandro
- Premio Nacional de la Crítica (1973) - Por Tupac-Amaru
- Premio Ciudad de Alcalá de Narrativa (1979) - por Ultramar
- Beca Guggenheim (1991) - Rechazada
- Premio Konex (2004)
Véase también
En inglés: David Viñas Facts for Kids
- Anarquismo en Argentina