Convento de Nuestra Señora de los Ángeles (Sebúlcor) para niños
Datos para niños Convento de Nuestra Señora de los Ángeles de la Hoz del Río Duratón |
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Localización | ||
País | ![]() |
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Localidad | Sebúlcor | |
Datos generales | ||
Categoría | Monumento | |
Declaración | 13-09-2012 | |
El Convento de Nuestra Señora de los Ángeles de la Hoz del Río Duratón fue un antiguo monasterio que hoy se encuentra en ruinas. Está ubicado en un lugar especial: en el fondo de la Hoz de Los Ángeles, que es parte del cañón del río Duratón. Este sitio se encuentra en el municipio de Sebúlcor, en la provincia de Segovia, España.
Este convento fue declarado Bien de Interés Cultural (BIC) el 13 de septiembre de 2012. Esto significa que es un lugar muy importante por su historia y valor cultural, y está protegido por la ley.
La orden franciscana fundó este convento en el año 1231. Los frailes vivieron allí por más de seiscientos años. En 1835, debido a unas leyes llamadas "desamortización de Mendizábal", muchos monasterios en España, incluido este, tuvieron que ser abandonados. Con el tiempo, el convento se fue deteriorando hasta convertirse en las ruinas que vemos hoy. Dentro del convento, se veneraba una imagen de Nuestra Señora de los Ángeles de la Hoz.
Contenido
¿Dónde se encuentra y cómo llegar?
El monasterio está al norte de Sebúlcor, en el fondo de un meandro (una curva grande) del río Duratón. Ocupa una pequeña franja de tierra que se adentra en el valle. Un fraile llamado Felipe Vázquez, en su libro de 1786, describió el lugar como "un convento en una profundidad asombrosa", como si estuviera en una "tumba oscura". Esto nos da una idea de lo escondido que estaba.
Cuando se construyó el Embalse de Burgomillodo en 1953, el agua cubrió la parte baja del cañón del Duratón. Esto hizo que los dos caminos principales para llegar al convento quedaran bajo el agua. Hoy en día, solo se puede acceder a las ruinas desde el embalse, a menos que el nivel del agua baje mucho en ciertas épocas del año, permitiendo llegar a pie.
¿Cómo era el convento?
Según los escritos de Fray Felipe Vázquez, el monasterio era bastante grande y completo. Tenía una iglesia con dos naves (partes principales), un buen coro y una sacristía (donde se guardan los objetos religiosos). También contaba con un hermoso camarín (un lugar especial para la imagen de la Virgen).
Además, el convento tenía un claustro (un patio rodeado de galerías) con dos pisos, pasillos y dormitorios. Estaba diseñado para que vivieran cómodamente unos 28 o 30 religiosos. También había una casa grande y una pequeña plaza para recibir a los visitantes. Era sorprendente cómo todo esto cabía en un espacio tan pequeño.
Después de ser abandonado, el tiempo y la naturaleza han ido destruyendo el lugar. Hoy solo quedan algunas paredes de las fachadas. La fachada sur aún se mantiene en pie con tres arcos. En estos muros se pueden ver ventanas, puertas y galerías con arcos. Todavía se aprecian algunos escudos de armas tallados y pintados en las ruinas.
Historia del Convento
Orígenes y fundación franciscana
Los historiadores franciscanos dicen que el convento fue fundado en el año 1231 por monjes de su Orden. No hay documentos originales que confirmen la fecha exacta de su fundación o que cuenten la historia del lugar antes de ese año.
Fray Felipe Vázquez menciona que pudo haber un templo más antiguo en el lugar, incluso antes de la caída del imperio romano. Este templo estaría dedicado a la Virgen y a San Pantaleón. Se sabe que en la zona vivían eremitas (personas que vivían aisladas) en cuevas. Una de las más importantes es la cueva de los Siete Altares, que fue una iglesia visigótica (de la época de los visigodos). Fray Felipe también sugiere que hubo monjes de la Orden de San Benito antes de la llegada de los árabes a la península. Es posible que los benedictinos tuvieran alguna construcción religiosa en este mismo sitio.
Se sabe que el priorato de San Frutos fue entregado por los reyes al Monasterio de Silos en el año 1076. Su iglesia fue consagrada en el año 1000, lo que confirma que ya había presencia religiosa en el lugar mucho antes.
La fundación franciscana está relacionada con el convento de Ayllón y con Fray Bernardo de Quintaval, el primer líder de la Orden Franciscana en España, y su sucesor, Fray Juan de Parente. Fray Felipe cuenta que los franciscanos pidieron esta ermita de Nuestra Señora de los Ángeles, que los benedictinos ya les habían prometido. Con el permiso del obispo, fundaron el convento en 1231. En ese momento, el Papa era Gregorio Nono, el rey de Castilla era San Fernando y el obispo de Segovia era Don Bernardo.
Reconstrucciones y visitas reales
El 7 de septiembre de 1492, una fuerte tormenta causó el derrumbe del convento, pero la iglesia, donde toda la comunidad estaba rezando, se salvó. La reina Isabel la Católica ordenó la reconstrucción del convento. Las obras fueron terminadas por Felipe II, quien también añadió una casa para huéspedes. Isabel la Católica era muy devota de la Virgen de la Hoz y visitó el convento varias veces, donde tenía su propio alojamiento. Sus escudos se pueden ver en varias partes del convento.
Felipe II visitó el convento en 1565 y financió varias obras, como la construcción de una plaza y una casa de huéspedes. Una inscripción en el lugar lo recuerda: "El católico Felipe segundo rey de las Españas vino aquí año 1565 y dio limosna para esta plazuela y para toda la obra nueva de esta casa".
En 1587, Francisco de Proaño, un importante funcionario de Sepúlveda, creó un patronato para la iglesia. Más tarde, pasó a Baltasar Gonzáles de Proaño.
En 1680, se fundó en el convento el primer Colegio de misioneros de España. Poco después, en 1683, este colegio se trasladó al Convento de Sahagún.
El abandono del convento
Lamentablemente, las leyes de "desamortización de Mendizábal" de 1835 llevaron al abandono del convento y al inicio de su deterioro. La imagen de la Virgen de los Ángeles de la Hoz fue llevada a la iglesia de los Santos Justo y Pastor en Sepúlveda. Durante unas obras de restauración en esa iglesia, la imagen fue cuidada por la familia Lara, descendientes de los antiguos protectores del monasterio, los Proaño. Después de que los frailes franciscanos se fueron, una familia de guardas vivió en el convento hasta mediados del siglo XX.
Cuando se hizo un inventario de los bienes del monasterio, se encontraron 1263 libros, un órgano barroco que fue comprado por la iglesia de Fuentepiñel, y varios retablos (estructuras decoradas detrás del altar) que fueron a parar a otras iglesias, como la de San Pedro de Gaíllos y la de María Magdalena de Sebúlcor. También había una colección de pinturas del siglo XV que ahora están en manos privadas.
En Sebúlcor, el municipio donde se encuentra el monasterio, existe la Asociación Amigos del Convento de la Hoz. Esta asociación se dedica a mantener viva la memoria del convento. Durante más de diez años, organizaron actividades para lograr que el convento fuera declarado Bien de Interés Cultural, lo cual finalmente se consiguió.
La leyenda del convento
La tradición cuenta que el origen del monasterio se debe a la aparición de la Virgen a un pastor llamado Pedro. Se cree que la imagen fue escondida por San Frutos alrededor del año 711 o 714 para protegerla de los musulmanes. En el año 1125, la imagen fue encontrada y devuelta a su lugar original. Con la desamortización, la imagen se trasladó a la iglesia de San Justo, en Sepúlveda.
La historia describe el encuentro así: el pastor Pedro vio un resplandor sobre las ruinas de un templo antiguo. A medida que anochecía, distinguió la imagen de la Virgen, que le habló y le dijo: "Anda Pedro, y di al Prior de San Frutos que venga a colocarme en aquel sitio (señalando la ermita en ruinas), que es el mismo donde antes fui venerada". Al principio, los monjes no creyeron a Pedro, quien tuvo que volver con la Virgen. Ella le repitió el encargo. Esta vez, cuando Pedro habló con el prior, este vio un brillo increíble y decidió seguirlo. Al llegar, quedaron asombrados por el resplandor al pie de la montaña. Milagrosamente, el Prior subió hasta la cima para recoger la imagen. Después, colocaron a la Virgen en la antigua ermita, que fue su hogar.
Véase también
- Sebúlcor
- Parque natural de las Hoces del Río Duratón
- Iglesias de Nuestra Señora de los Ángeles, edificios cristianos dedicados a la Virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora de los Ángeles.
- Basílicas de la Virgen de los Ángeles, edificios cristianos dedicados a la Virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora de los Ángeles.
- Monasterios de Nuestra Señora de los Ángeles, establecimientos cristianos dedicados a la Virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora de los Ángeles.