Capitulación de Pedralbes para niños
La Capitulación de Pedralbes, firmada el 24 de octubre de 1472, fue un acuerdo muy importante que puso fin a la guerra civil catalana. Este acuerdo significó la rendición de Barcelona, que había sido sitiada por el ejército del rey Juan II de Aragón, y también de todo el Principado de Cataluña. Cataluña se había rebelado contra el rey Juan II en 1462.
Este tratado fue un pacto entre el rey y sus súbditos. Por eso, cada parte del acuerdo terminaba con la frase "Plau al senyor rei" (que significa 'Place al señor rey'). Esto mostraba que el rey aceptaba las condiciones.
Contenido
¿Cómo terminó la guerra?
La generosidad del rey Juan II
Desde finales de 1471, el rey Juan II trató con mucha amabilidad a las ciudades que iba conquistando. Ofrecía perdón general por los errores cometidos. También prometía devolver los bienes y no cobrar impuestos por un tiempo. Además, liberaba a los prisioneros.
Esta forma de actuar animó a muchas ciudades a unirse al bando del rey. Lugares como Sarriá, Badalona, Vich y Manresa se rindieron. Un historiador, Vicens Vives, dijo que esta política fue más efectiva que tener cuatro ejércitos.
La situación en Barcelona
A pesar de todo, Barcelona siguió resistiendo. La ciudad estaba sitiada por mar y tierra. Sus habitantes vivían en condiciones económicas muy difíciles. Esperaban ayuda de Renato de Anjou, quien había sido proclamado rey de Cataluña en 1466.
A finales de septiembre, la situación en Barcelona se volvió crítica. Se supo que no llegarían más alimentos. La ciudad solo tenía comida para una semana. Entonces, el 8 de octubre, las autoridades de Barcelona decidieron confiar en la bondad del rey Juan II.
El Consejo de Ciento de Barcelona aceptó la autoridad del rey. Esto aceleró las negociaciones que ya estaban en marcha.
El acuerdo y la entrada del rey
El 16 de octubre se llegó al acuerdo final. Los términos de la rendición fueron muy generosos y se escribieron en la Capitulación de Pedralbes. Así terminó la guerra civil catalana.
Al día siguiente, el 17 de octubre, el rey Juan II entró en Barcelona. Fue recibido con mucha alegría por los habitantes. Eran los mismos que diez años antes se habían levantado contra él. Las celebraciones duraron dos días. La gente olvidó por un momento las dificultades de la guerra.
¿Qué decía la Capitulación de Pedralbes?
Un tratado de paz sin vencedores
La Capitulación de Pedralbes no mencionaba ningún perdón del rey. Fue vista como un tratado de paz, sin ganadores ni perdedores. El rey aceptó que sus oponentes habían actuado "por su buen amor y fidelidad". Dijo que lo hicieron "por la conservación de la descendencia" del príncipe Carlos de Viana.
El rey declaró que los habitantes de Barcelona y Cataluña habían sido "buenos, leales y fieles". Prometió que esto se publicaría en todos sus reinos.
Sin castigos ni represalias
El rey Juan II devolvió a los catalanes el título de "fieles a la monarquía". Les dio un perdón general por todo lo que hicieron durante la guerra. También declaró que no habría investigaciones ni castigos por los hechos pasados.
Los líderes militares que sirvieron al bando contrario fueron tratados con clemencia. Solo tuvieron que jurar lealtad al rey. La única excepción fue el conde de Pallars, Hugo Roger III de Pallars Sobirá. Él había roto su promesa de no volver a luchar contra el rey.
Volver a la situación anterior
La capitulación establecía que no había habido una rebelión. Su objetivo era regresar a la situación anterior a la guerra civil. Esto significaba volver al momento antes de la muerte de Carlos de Viana. Sin embargo, se anuló un acuerdo anterior llamado la Capitulación de Vilafranca.
El 22 de octubre, Juan II juró respetar las leyes y libertades de Cataluña.
La cuestión de los bienes
Una gran parte de la capitulación se dedicó a la devolución de los bienes. Muchos bienes habían sido confiscados o habían cambiado de dueño durante la guerra. El acuerdo decía que debían ser devueltos a sus antiguos propietarios.
Sin embargo, esto fue muy complicado. Habían pasado diez años y el valor de los bienes había cambiado. Además, no estaba claro si los nuevos dueños debían devolver el dinero que habían ganado con esos bienes.
Los historiadores señalan que este tema fue el más difícil de la posguerra. Se arrastró durante años y el rey Juan II no pudo resolverlo. Los que habían apoyado al rey esperaban una recompensa. El país estaba arruinado y una parte de su territorio estaba en manos de Francia.
¿Qué pasó después?
Recuperación de territorios
Después de entrar en Barcelona, el rey Juan II envió a su ejército al Ampurdán. Quería recuperar los condados de Rosellón y Cerdaña, que estaban en poder de Luis XI de Francia.
El rey convocó a las Cortes de Cataluña para resolver los problemas económicos. También quería conseguir dinero para la campaña del Rosellón. Las Cortes se reunieron en Perpiñán, pero tuvieron que trasladarse a Barcelona por un asedio francés.
Finalmente, se firmó el Tratado de Perpiñán el 17 de septiembre de 1473. Este tratado devolvía la soberanía de los condados a Juan II. Sin embargo, el rey no podría ejercer su autoridad hasta que pagara una deuda a Luis XI.
La invasión francesa de los condados comenzó el 1 de noviembre de 1474. Perpiñán se rindió el 14 de marzo de 1475. Juan II no pudo recuperar los condados. Fue su hijo, Fernando II el Católico, quien lo logró mucho tiempo después, en 1493.
La solución a los bienes
El rey Fernando II también fue quien resolvió el problema de la devolución de los bienes. En 1479, ordenó la devolución de los bienes de la corona. Luego, convocó a las Cortes para tratar el tema.
Las Cortes se reunieron en Barcelona en 1480. Allí se llegó a un acuerdo muy importante el 5 de noviembre de 1481. A diferencia de la Capitulación de Pedralbes, este acuerdo aceptó que sí hubo vencedores y vencidos en la guerra.
Para que el acuerdo funcionara, se aprobó un préstamo de 100.000 libras. Con este dinero, el rey podría compensar a quienes habían luchado a su lado. Los bienes inmuebles fueron devueltos a sus dueños de 1461.
Este acuerdo significó que todos tuvieron que ceder algo. Fue un triunfo del espíritu de acuerdo y de las leyes de Cataluña.
¿Qué tan importante fue?
El historiador Jerónimo Zurita, en el siglo XVI, dijo que la Capitulación de Pedralbes no tenía precedentes. Escribió que el vencedor aceptó las condiciones del vencido y no usó ningún tipo de castigo.
Jaume Vicens Vives, en el siglo XX, también valoró mucho este acuerdo. Dijo que la grandeza de Juan II en ese momento no se debía solo a cálculos políticos, sino también a consideraciones humanas. Destacó que, excepto por un punto, se mantuvo todo el sistema de acuerdos y leyes internas de Cataluña.
Carme Batlle también resaltó la generosidad de Juan II. Él aceptó las leyes de los vencidos y la continuación del sistema de acuerdos. Se comprometió a no tomar represalias, salvo en un caso. También estableció la libertad de los prisioneros y la anulación de las sentencias de guerra.
