Bomba de racimo para niños
Una bomba de racimo es un tipo de arma que se lanza desde el aire, tierra o mar. Dentro de una bomba de racimo grande, hay muchas bombas más pequeñas, llamadas submuniciones. Cuando la bomba principal se abre, estas submuniciones se dispersan sobre un área grande, causando diferentes tipos de daños. Por ejemplo, pueden perforar vehículos blindados, herir a muchas personas con sus fragmentos o iniciar incendios.
Muchos países han acordado prohibir las bombas de racimo. Esto se hizo a través de la Convención sobre Municiones en Racimo, que se adoptó en Dublín, Irlanda, en mayo de 2008. Esta Convención se convirtió en una ley internacional el 1 de agosto de 2010. Hasta febrero de 2022, 123 países se han unido a esta Convención.
Contenido
Historia y desarrollo de las bombas de racimo
La primera bomba de racimo que se usó en combate fue creada por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial. Se llamaba SD 2, o "bomba mariposa", y se usó contra objetivos militares y civiles. Otros países, como Estados Unidos, Rusia e Italia, también desarrollaron sus propias versiones de estas bombas.
Desde la década de 1970 hasta la de 1990, las bombas de racimo se hicieron muy comunes y fueron producidas por 34 países, usándose en al menos 23 conflictos.
También existen proyectiles de artillería que funcionan de manera similar a las bombas de racimo. A estos se les conoce como obuses ICM (que significa "munición convencional mejorada"). En el ejército de Estados Unidos, a veces se les llama "petardos" o "palomitas de maíz" por los muchos estallidos pequeños que producen.
Un empresario chileno, Carlos Cardoen, fabricó muchas de estas bombas entre los años 70 y 90. Algunos gobiernos, con el apoyo de organizaciones como Greenpeace, firmaron un acuerdo en 2008 para prohibir el uso de estas bombas. Más de cien países firmaron este acuerdo en Dublín. El objetivo es que países que no han firmado, como China, Estados Unidos, Israel, India, Pakistán y Rusia, también respeten esta prohibición.
¿Cómo funcionan las bombas de racimo?
Cuando una bomba de racimo es lanzada, sus aletas traseras giran a diferentes velocidades. La bomba está diseñada para abrirse a distintas alturas, desde 900 hasta 90 metros del suelo. La combinación de la altura y la velocidad determina qué tan grande será el área donde se dispersarán las submuniciones.
Dispersión de las submuniciones
Las submuniciones son pequeños cilindros, a menudo del tamaño de una lata de refresco. A medida que caen, despliegan unas aletas para caer de forma estable y asegurarse de que impacten de punta.
Cada submunición puede contener:
- Una carga explosiva para perforar blindajes.
- Fragmentos de metal que se dispersan al explotar.
- Un material que puede iniciar incendios.
Área de impacto
El área que cubren las submuniciones depende de la velocidad y la altura a la que se abre la bomba principal. Generalmente, pueden cubrir un área con un radio de entre 200 y 400 metros.
Efectos al impactar con el suelo
Cuando las submuniciones explotan, pueden causar daños graves y herir a personas en un área amplia. La carga explosiva puede perforar blindajes de hasta 17 centímetros de grosor. Contra objetos sin protección, el daño puede ser mucho mayor.
Algunas bombas de racimo tienen submuniciones que buscan el calor para dirigirse a vehículos. Otras se usan en campos minados para hacer explotar los artefactos y limpiar el camino.
Efectos en las personas

Un problema grave de las bombas de racimo es que entre el 5% y el 30% de las submuniciones no explotan al caer. Estas bombas sin explotar pueden quedar enterradas y ser peligrosas mucho tiempo después de que termine un conflicto. A veces, sus formas llamativas, como pelotas o latas, pueden atraer la atención de los niños, lo que las hace aún más peligrosas.
Varios países han usado este tipo de bombas en conflictos, a pesar de los problemas que causan. Por ejemplo, se han usado en Ucrania, Chechenia, Kosovo, Irak, Líbano, Gaza, Afganistán y Laos. Se calcula que en Irak se han lanzado cerca de un millón de estas bombas.
Para detener el uso, producción, venta y almacenamiento de estas armas, se creó en 2003 una campaña internacional llamada la Coalición de las Bombas de Racimo. Hoy en día, más de 160 organizaciones de todo el mundo trabajan para educar, investigar y presionar a los gobiernos para que cambien sus políticas sobre estas armas.
Los fabricantes de estas armas han intentado reducir los peligros de las submuniciones que no explotan. Han añadido mecanismos de autodestrucción que se activan después de un tiempo y han mejorado los controles de calidad para que menos municiones fallen.
Tratados internacionales
A diferencia de otras armas, como las minas antipersona, que están prohibidas en muchos países por tratados como el Tratado de Ottawa, las bombas de racimo no estaban prohibidas por ningún tratado internacional durante mucho tiempo. Algunos gobiernos las consideraban armas legítimas.
Sin embargo, las discusiones internacionales han puesto de manifiesto el problema de los explosivos que quedan sin detonar después de los conflictos, y las bombas de racimo contribuyen mucho a este problema. A pesar de los llamados de organizaciones humanitarias y de muchos gobiernos, las negociaciones internacionales fueron difíciles debido a los intereses económicos.
Por eso, en noviembre de 2006, se inició un nuevo proceso similar al que llevó a la prohibición mundial de las minas antipersona en 1997.
La Convención de Oslo y el papel de los países de habla hispana
Casi 100 gobiernos firmaron el Tratado contra las bombas de racimo el 3 de diciembre de 2008. Entre ellos había países que producían estas armas, otros que las tenían en sus arsenales y algunos que las habían usado en el pasado.
España tuvo un papel importante. Firmó el Tratado en Oslo y lo ratificó el 18 de marzo de 2008, siendo el quinto país en hacerlo. Ese mismo día, el Ministerio de Defensa de España anunció que había terminado de destruir todas sus bombas de racimo, casi 6000 armas, convirtiéndose en el primer país del mundo en hacerlo.
Colombia también destruyó sus últimas 41 bombas de racimo el 24 de noviembre de 2009, cumpliendo así con el Tratado de Oslo.
Países productores
Al menos 31 países han producido municiones de racimo en la historia reciente. Muchos de ellos aún tienen estas municiones. La mayoría de estos países están o han estado involucrados en conflictos. Sin embargo, la mayoría no usaron las municiones que produjeron. Los países en negrita han firmado y ratificado la Convención sobre Municiones en Racimo, aceptando prohibirlas. Los países con un asterisco (*) han dejado oficialmente de producir municiones de racimo.
Bélgica*
Bosnia y Herzegovina*
Brasil
Chile*
China
Croacia*
Egipto
Francia*
Alemania*
Grecia
India
Irán
Irak*
Israel
Japón*
Países Bajos*
Corea del Norte
Corea del Sur
Pakistán
Polonia
Rumania
Rusia
Singapur
Eslovaquia*
Sudáfrica*
España*
Suecia*
República de China
Turquía*
Reino Unido*
Estados Unidos
Financiamiento
Según BankTrack, una red de organizaciones que investigan a las instituciones financieras, muchos bancos y otras empresas de finanzas han apoyado a compañías que producen municiones de racimo. Entre 2005 y 2012, algunos de estos bancos fueron ABN AMRO, Bank of America, Bank of China, Barclays, BBVA, BNP Paribas, Citigroup, Deutsche Bank, HSBC, JPMorgan Chase, y Wells Fargo, entre otros.
Estas empresas financieras están relacionadas con productores de municiones de racimo como Alliant Techsystems, China Aerospace Science and Technology Corporation, Hanwha, Norinco, Singapore Technologies Engineering y Textron.
Otra organización, Pax Christi, informó en 2009 que unas 137 instituciones financieras financiaron la producción de municiones de racimo. La mayoría de ellas estaban en Estados Unidos, pero también había en Europa, China, Singapur, Canadá, Japón, Taiwán y Suiza.
Galería de imágenes
Véase también
En inglés: Cluster bomb Facts for Kids
- Convención sobre Municiones en Racimo de 2008
- Vehículo de reentrada múltiple e independiente (MIRV)
- Bomba antipista