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Bifaz para niños

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Un bifaz es una herramienta de piedra muy antigua, usada por nuestros antepasados prehistóricos para cortar, raspar y perforar diferentes materiales. Imagina una piedra dura, como el sílex, que ha sido tallada por ambos lados hasta conseguir una forma parecida a una almendra o un triángulo con una base redondeada.

Los bifaces son muy importantes porque caracterizan una etapa de la Edad de Piedra llamada Achelense. Aunque son más comunes en este periodo, también se han encontrado en el Paleolítico Medio y en épocas posteriores. Su nombre, "bifaz", viene de que están tallados por dos caras. La mayoría tienen una punta en un extremo y una base redonda, lo que les da su forma tan especial.

Estas herramientas fueron las primeras de la Prehistoria en ser reconocidas como tales. Antes del año 1800, la gente pensaba que eran piedras formadas por rayos que caían a la tierra, y las llamaban "piedras del rayo". Incluso hoy, en algunas zonas rurales, se usan como amuletos contra las tormentas. Fue John Frere quien publicó la primera imagen de un bifaz en Inglaterra en 1800. Más tarde, en 1920, se empezó a usar la palabra "bifaz", aunque antes se les conocía como "hachas de mano".

Al principio, solo se consideraban bifaces a las piezas más perfectas. Pero con el tiempo, los expertos se dieron cuenta de que había mucha variedad. Hoy sabemos que un bifaz no siempre está tallado por las dos caras por completo, y que muchas piezas talladas por ambos lados no son bifaces. Algunos expertos, como el profesor Benito del Rey, creen que el nombre "bifaz" debería usarse para las herramientas más antiguas, aunque hay excepciones.

Es importante saber que un bifaz no es lo mismo que un hacha. Durante mucho tiempo, la palabra "hacha" se usó para muchos tipos de herramientas de piedra, pero en el caso del bifaz paleolítico, no es el término correcto. Investigaciones posteriores han demostrado que no se usaban como hachas.

¿Cómo son los bifaces?

Los bifaces más conocidos tienen una punta, bordes afilados para cortar y una base más o menos redonda. Sin embargo, su forma puede variar mucho: los hay circulares, triangulares, elípticos, etc. Su tamaño suele estar entre 8 y 15 centímetros, aunque algunos son más grandes o más pequeños.

Archivo:Bifaz en mano
Bifaz achelense típico.

Se fabricaban a partir de piedras grandes, bloques o lascas (trozos de piedra desprendidos), tallándolos por las dos caras. Esta talla se hacía golpeando la piedra con otra piedra dura, o con un percutor más blando (como un cuerno) para un acabado más fino.

Pero no todos los bifaces son iguales:

  • Los monofaces están tallados por una sola cara.
  • Los bifaces parciales conservan una parte grande de la superficie natural de la piedra.
  • Los bifaces de economía se hacían con muy pocos retoques, aprovechando la forma natural de la piedra.

En resumen, aunque los bifaces más típicos son fáciles de reconocer, hay tanta variedad que es difícil dar una definición única que los incluya a todos. Es como si tuvieran muchas características, y no todas son necesarias para que una pieza sea un bifaz. Con que tenga algunas de ellas, ya se puede identificar.

¿Cuándo y dónde se usaron los bifaces?

Los bifaces más antiguos que conocemos se encontraron en África, hace casi dos millones de años. Al principio eran toscos, pero los verdaderos bifaces con formas simétricas aparecieron hace aproximadamente 1.2 millones de años en los mismos lugares.

En Europa y Asia, los primeros humanos no africanos no usaban bifaces; sus herramientas eran más sencillas, hechas de lascas y cantos tallados. Los bifaces llegaron a Europa mucho después, hace unos 750.000 años, y se hicieron muy comunes en el periodo Achelense.

Archivo:Biface Extension
Mapa aproximado del reparto de las culturas con bifaces durante el Pleistoceno Medio (Achelense)

El periodo de mayor uso de los bifaces fue el Achelense, que se extendió por gran parte del Viejo Mundo. En algunas zonas, como Europa, siguieron usándose durante el Paleolítico Medio.

En Asia, los bifaces se encuentran en el Subcontinente Indio y en Oriente Medio, pero no al este del meridiano 90° E. Esto llevó al arqueólogo Hallam L. Movius a establecer una línea imaginaria que separaba las culturas con bifaces de las que usaban herramientas más simples, como las de China o Indochina. Solo en Java se han encontrado bifaces en una zona tan oriental.

Fabricar un bifaz era relativamente sencillo, lo que pudo ser clave para su éxito. No se necesitaba un tipo de piedra muy específico ni un aprendizaje muy largo. Además, eran herramientas muy versátiles, útiles para muchas tareas: desde cavar la tierra, cortar árboles o romper huesos, hasta trabajos más delicados como filetear carne o perforar materiales.

Con el tiempo, el bifaz evolucionó y dio lugar a herramientas más especializadas y sofisticadas, como puntas de proyectil, cuchillos o azadas.

Tipos de bifaces

Clasificar los bifaces es complicado porque son muy variados. Sin embargo, hay algunas categorías tradicionales que nos ayudan a entenderlos. Estas clasificaciones se basan principalmente en la forma de la herramienta.

Grupo Imagen Tipo
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N
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A
R
E
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Bifaz triangular.jpg
Triangulares

Tienen forma de triángulo, con dos bordes rectos que se unen en una punta muy afilada y una base recta o ligeramente curva. Son piezas bien hechas y simétricas. Son poco comunes en el Paleolítico Inferior, pero más frecuentes en el Paleolítico Medio.
A

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E

N

D

R

A

D

O

S
Bifaz amigdaloide.jpg
Amigdaloides

Son el tipo más común de este grupo. Su nombre viene de la palabra latina para "almendra", por su forma. Son gruesos y suelen tener un acabado más tosco, con más parte de la corteza original de la piedra.
Bifaz cordiforme.jpg
Cordiformes

Son muy parecidos a los amigdaloides en su forma frontal, pero son más planos. Su nombre viene de la palabra latina para "corazón". A menudo están mejor acabados y son más equilibrados, con bordes más afilados. Son comunes tanto en el Achelense como en el Musteriense.
Bifaz lanceolado.jpg
Lanceolados

Son muy apreciados por su estética y se parecen a la punta de una lanza. Son alargados, con bordes rectos o ligeramente curvos, una punta muy afilada y una base redondeada. Suelen estar muy bien acabados. Son característicos de las últimas fases del Achelense y del Musteriense.
Bifaz micoquiense.jpg
Micoquienses

Reciben su nombre de una cueva en Francia. Son similares a los lanceolados, pero con los bordes marcadamente cóncavos y una punta extremadamente aguda. Son un buen indicador de las fases finales del Achelense.
O

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Bifaz ovoide-Valladolid.jpg
Discoides

Son objetos entre circulares y ovales, con la base y la punta redondeadas. Si están poco tallados, pueden confundirse con núcleos de piedra o cantos tallados. A menudo, son bifaces más largos que se han ido acortando con el uso y el reafilado.
Bifaz ovoide.jpg
Ovoides

Tienen una forma general de óvalo, como un huevo. Son similares a los discoides pero más alargados. Son muy comunes en el Achelense en todo el Viejo Mundo.
Bifaz eliptico.jpg
Elípticos

Son muy simétricos, con la base y la punta casi idénticas. Son equivalentes a los ovoides, pero más alargados y con la parte más ancha cerca del centro. Se encuentran a lo largo de todo el Achelense y persisten en el Musteriense, con un acabado cada vez más cuidadoso.

Otros tipos de bifaces

Además de los tipos "clásicos", existen otros bifaces que no encajan tan fácilmente en las clasificaciones por su forma:

  • Bifaces nucleiformes: Son difíciles de definir, ya que a veces parecen núcleos de piedra con bordes retocados. Pueden ser piezas sin terminar o simplemente piedras usadas como herramientas.
Archivo:Bifaz nucleiforme (Torralba)
Bifaz nucleiforme del yacimiento achelense de
Torralba, en Soria (España).
Archivo:Bifaz-Hendidor (Torralba)
Bifaz-hendidor del yacimiento achelense de
Torralba, en Soria (España).
  • Bifaces-hendidor: Tienen un borde final ancho y recto, en lugar de una punta. Aunque su forma es diferente, se consideran bifaces por su tipo de talla.
  • Bifaces de estilo Abbevillense: Reciben su nombre de un lugar en Francia. Se tallaron solo con percutor duro, sin corregir los bordes, por lo que son muy irregulares y asimétricos. Suelen tener grandes zonas de la corteza original de la piedra y son muy gruesos.
Archivo:Bifaz de estilo Abbevillense
Bifaz de estilo Abbevillense del yacimiento achelense
de San Isidro, en Madrid (España).
Archivo:Bifaz parcial (Madrid)
Bifaz parcial de los estratos achelenses del valle del Manzanares, en Madrid (España).
  • Bifaces parciales: Son bifaces tallados de forma sencilla, donde solo una pequeña parte de la piedra ha sido modificada. A menudo, se elegía una piedra con una forma ya adecuada para facilitar el trabajo.

Herramientas relacionadas con los bifaces

En el Paleolítico Inferior, los bifaces eran herramientas importantes. A menudo se distinguían de las herramientas hechas sobre lascas (trozos pequeños de piedra), como las raederas o raspadores. Los bifaces, los cantos tallados y los picos triédricos se consideran "herramientas nucleares" porque se hacían a partir de piedras grandes. Sin embargo, esta clasificación no es perfecta, ya que muchos de estos tipos también se hacían sobre lascas grandes.

  • Los cantos tallados más elaborados y los bifaces parciales pueden parecerse mucho, pero los cantos tallados no siempre tienen una forma definida y a veces eran solo núcleos de piedra usados como herramientas.
  • Los hendidores son diferentes de los bifaces, aunque a veces se confundan. Su forma puede ser similar, pero la forma en que se fabricaban es muy distinta.
  • Los picos triédricos se consideraron una variante de bifaces, pero ahora se clasifican como una categoría independiente.

También existen otras herramientas de piedra talladas por las dos caras, llamadas "piezas foliáceas bifaciales", que son más finas y ligeras, y se hacían con percutor blando. Estas herramientas eran más especializadas, quizás usadas como puntas de proyectil o cuchillos.

  • En Europa central, se encuentran las blattspitzen, que son puntas con forma de hoja, muy planas, que recuerdan a las hojas de laurel.
  • En África, se hallan piezas bifaciales en el Ateriense (norte de África) y el Stillbayense (centro-este de África). Estas culturas son más tardías y tienen formas variadas.

La importancia del bifaz

Cuando en el siglo XIX se empezó a debatir sobre la evolución humana, muchas personas no aceptaban que los humanos tuvieran parentesco con seres más primitivos. Los primeros fósiles humanos encontrados parecían confirmar que descendíamos de seres sin mucha inteligencia. Sin embargo, el bifaz ayudó a cambiar esta idea.

Las publicaciones de John Frere y Boucher de Perthes mostraron herramientas de piedra con una forma excelente, equilibrada y simétrica. Estas herramientas solo podían haber sido creadas por mentes inteligentes, con cierto sentido de la belleza.

Archivo:Bifaz lanceolado-San Isidro (Madrid)
Bifaz lanceolado, de hechura muy refinada, procedente del yacimiento de San Isidro, en los alrededores de Madrid.

El arqueólogo André Leroi-Gourhan se asombró de la rápida evolución hacia la simetría y el equilibrio en estas herramientas. Él creía que los fabricantes de bifaces debieron sentir satisfacción al crear objetos tan bien hechos, eligiendo la materia prima y corrigiendo sus defectos con precisión. Su trabajo no era automático, sino que implicaba reflexión y el placer de crear algo hermoso.

Sin embargo, es importante recordar que no todos los bifaces eran obras de arte. Muchos autores se refieren a piezas excepcionales, mientras que la mayoría de los bifaces, aunque tienden a la simetría, no siempre son tan llamativos. A veces, las colecciones de aficionados solo muestran las piezas más espectaculares, dejando de lado las más sencillas que también son importantes para entender el pasado.

Un ejemplo famoso es el Excalibur, un bifaz oval de excelente calidad encontrado en la Sima de los Huesos de Atapuerca en 1998, junto a restos de Homo heidelbergensis. Era la única herramienta de piedra en esa parte del yacimiento, lo que llevó a algunos a pensar que podría ser una ofrenda. Aunque esto no se puede confirmar científicamente, este hallazgo ha aumentado el interés en el significado simbólico de los bifaces.

Archivo:Bifaz-Castillejo (PB)
Bifaz achelense tallado con percutor blando
procedente de las terrazas del río Duero.

Lo que sí parece claro es que el bifaz es un signo de inteligencia. Curiosamente, dentro de las herramientas del Achelense, el bifaz es uno de los más sencillos de fabricar y no requiere tanta planificación como otros objetos, que, aunque menos llamativos, eran más complejos.

Se sabe que los bifaces típicos aparecieron hace más de un millón de años y fueron fabricados por varias especies humanas, siendo el Homo ergaster la primera. Todas las especies asociadas a los bifaces (desde Homo ergaster hasta neanderthalensis) muestran una inteligencia avanzada, acompañada a veces de tecnologías sofisticadas, formas de protegerse del clima (como construir cabañas o controlar el fuego) y los primeros indicios de pensamiento simbólico (como adornos o el tratamiento de los cuerpos). El bifaz es solo uno de los muchos ejemplos del desarrollo intelectual de los primeros humanos.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Hand axe Facts for Kids

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Bifaz para Niños. Enciclopedia Kiddle.