Barraza (Chile) para niños
Barraza es un pequeño pueblo ubicado a orillas del río Limarí, en la Provincia de Limarí, IV Región de Coquimbo, Chile. Se encuentra a unos 30 kilómetros al suroeste de Ovalle y, según el censo de 2002, tiene una población de 319 habitantes. La historia de Barraza está muy unida a la de su iglesia parroquial, que fue diseñada por el famoso arquitecto Joaquín Toesca y es un Monumento Nacional. El diseño del pueblo y su arquitectura tradicional española se han mantenido a lo largo del tiempo.
Contenido
Historia de Barraza
Los primeros habitantes y la época colonial
Los primeros pobladores de esta zona fueron los changos, quienes aprovecharon la cercanía del mar (a unos 20 km) y la fertilidad del valle del Limarí. Más tarde, el lugar fue ocupado por los incas y los picunches. Cuando llegaron los conquistadores españoles, usaron Barraza como un lugar seguro y una fortaleza durante el período colonial para establecerse en la región.
A mediados del siglo XVII, el capitán Antonio Barraza recibió estas tierras como una donación. Para 1680, ya existía un pequeño templo junto al poblado que se había formado en la propiedad de Barraza. En ese año, se creó la parroquia de San Antonio del Mar y la Purísima Concepción, y sus registros parroquiales comenzaron en 1681. Una gran crecida del río en 1690 destruyó el primer templo, por lo que se construyó uno nuevo entre 1691 y 1712. Durante la época colonial, Barraza llegó a ser el segundo pueblo más importante del norte de Chile, solo después de La Serena.
Barraza después de la Independencia
Con la independencia del país, en 1818, Barraza fue declarada "Villa Cabecera del Limarí" con el nombre de Villa de San Antonio del Mar. Sin embargo, la fundación de Ovalle en 1831 hizo que Barraza perdiera importancia, ya que quedó lejos de las nuevas rutas que conectaban con Santiago y La Serena. A pesar de esto, muchos de sus habitantes aún conservan objetos antiguos de la época española, como utensilios de cobre y espuelas de hierro.
Aunque oficialmente se le dio otro nombre, el poblado siempre fue conocido como Barraza, y ese es el nombre que se usa hasta hoy. La vida en Barraza sigue girando en torno a su Iglesia Parroquial, donde se celebra la misa cada domingo.
La restauración de la iglesia, que se completó en dos etapas en 2000 y 2003, impulsó la creación de una fiesta tradicional organizada por los vecinos. En esta fiesta se muestran las costumbres y tradiciones del lugar, muchas de las cuales todavía se practican, como la trilla (separar el grano de la paja), carreras de perros galgos, carreras a la chilena y juegos populares como el palo encebado, los volantines, el trompo, las carreras de sacos y el emboque.
¿Cómo es Barraza?
Barraza se encuentra en una zona elevada, por encima del ancho valle del río Limarí y rodeada de altos cerros. El pueblo tiene un diseño alargado, con una calle principal amplia que termina en una plaza central, justo al lado de la iglesia. La mayoría de sus calles no están pavimentadas y están rodeadas de grandes terrenos y casas antiguas.
Es un pueblo muy tranquilo y agradable, ideal para pasear por sus calles. Además de su famosa iglesia, se puede visitar el convento franciscano que está junto a ella. Algunos de sus habitantes guardan con orgullo, como recuerdos del pasado, cazos y utensilios de cobre de la época colonial, junto con otros objetos de montura de origen español.
Muchas de las casas de Barraza conservan el estilo de un pueblo español antiguo. Son grandes, construidas con adobe y cemento de cal, con techos altos. Tienen un patio central interior rodeado por los dormitorios, comedores y cocinas, todos con acceso directo al patio. Algunas propiedades también tienen un segundo patio trasero con cobertizos, corrales para animales y bodegas. La mayoría de las casas tienen ventanas grandes y altas que dan directamente a la calle.
Barraza también es un lugar con un gran valor arqueológico. Es común que, al realizar trabajos de agricultura, excavar pozos o construir, los habitantes encuentren esqueletos o restos de ellos, así como cerámicas de los antiguos pobladores que vivieron en esa zona.
La Iglesia de Barraza
La iglesia actual es el tercer templo construido en este lugar. Fue diseñada por Joaquín Toesca en 1794 y se construyó entre 1795 y 1800. Se utilizó un sistema de construcción traído de España, siendo el único con estas características en la provincia del Limarí.
El edificio tiene un estilo neoclásico y es bastante sencillo. Su planta tiene forma de cruz latina irregular, con una sola nave principal y una capilla lateral (añadida a finales del siglo XIX) llamada "capilla de hombres". Hasta la década de 1970, los hombres asistían a esta capilla, mientras que las mujeres y los niños se ubicaban en la nave principal. Sus muros, de un metro de grosor, están hechos de adobe y su techo es de madera con un diseño especial llamado artesonado. En el lado izquierdo hay una puerta antigua que se cree que perteneció al primer templo, de finales del siglo XVII, hecha de pino oregón y con clavos de cobre. En el altar mayor, destaca una imagen de San Antonio de Padua pintada con varios colores, que data de mediados del siglo XVIII y fue traída desde Perú.
La iglesia fue reparada en 1872, y la torre original fue reemplazada por la actual. Fue declarada Monumento Nacional en enero de 1978.
Al lado de la entrada principal se construyó un pequeño museo parroquial, inaugurado en la década de 1990. En él se exhiben interesantes imágenes de la época colonial, objetos usados en el culto religioso y los primeros libros parroquiales que datan de finales del siglo XVII.
Después del terremoto que afectó a la región en 1997, la iglesia sufrió graves daños. Gracias a una iniciativa del Arzobispo de La Serena, Monseñor Manuel Donoso, se procedió a su reparación. La primera etapa, que se centró en la estructura, se inauguró en mayo de 2000, y la segunda, que incluyó altares, retablos y algunas imágenes, en febrero de 2003. Aún queda por restaurar la pintura interior de los muros. Como parte del programa "Iluminando Iglesias al Sur del Mundo", se inauguró el sistema de iluminación en 2003, lo que le dio al edificio una belleza admirable.