Tratado de Blois (1505) para niños

El Segundo Tratado de Blois fue un acuerdo muy importante que se firmó el 12 de octubre de 1505. Tuvo lugar en la ciudad de Blois, en Francia. Los principales participantes fueron los representantes de Fernando el Católico, quien era rey de la Corona de Aragón y gobernaba la Corona de Castilla después de la muerte de su esposa, la Reina Isabel. El otro participante fue Luis XII de Francia, el rey de Francia.
Por parte de Fernando el Católico, firmaron este acuerdo personas importantes como Juan Silva (conocido como el conde de Cifuentes), Tomas Melferit y Juan Enguera.
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¿Por qué fue importante el Tratado de Blois de 1505?
Este tratado fue muy significativo para la historia de España y Francia. Ayudó a definir quiénes serían los herederos de los reinos y a establecer alianzas entre las grandes potencias de la época.
La sucesión en Aragón y Castilla
Después de que el príncipe Miguel de Paz falleciera en el año 1500, las Cortes de Aragón (una especie de parlamento de la época) reconocieron a Juana de Castilla y a Felipe de Austria como los siguientes en la línea de sucesión. Sin embargo, hicieron una condición: si el rey Fernando el Católico se volvía a casar y tenía un hijo, ese hijo sería el heredero de la Corona de Aragón.
Felipe de Austria, también conocido como Felipe el Hermoso, tenía grandes deseos de gobernar el Reino de Castilla. Además, él prefería tener una buena relación con Francia, lo cual se había confirmado en un acuerdo anterior llamado el Primer Tratado de Blois. Esto no le convenía a Fernando el Católico.
Para evitar que su yerno, Felipe, tuviera demasiado poder, Fernando hizo una jugada política muy inteligente. Buscó una alianza con el rey de Francia, Luis XII. Para fortalecer esta alianza, Fernando decidió casarse con Germana de Foix, quien era sobrina de Luis XII. Este matrimonio ayudaría a acercar a los dos reinos.
Los acuerdos principales del tratado
Las conversaciones para este tratado se llevaron a cabo entre mayo y octubre de 1505 en el Alcázar de Segovia. Finalmente, el acuerdo se firmó el 12 de octubre de 1505.
Mediante este tratado, Luis XII de Francia le cedía a su sobrina Germana los derechos que él creía tener sobre el Reino de Nápoles. Estos derechos pasarían a los hijos que Fernando y Germana tuvieran. Si no tenían hijos, los derechos volverían al rey francés. Además, Luis XII se comprometía a ayudar a Fernando si tenía problemas con el emperador Maximiliano de Austria y su hijo, Felipe el Hermoso.
Por su parte, Fernando el Católico prometió pagar a Francia medio millón de ducados en diez años. También se comprometió a devolver las propiedades a los nobles que habían apoyado a la familia de Anjou (rivales de Fernando) y a liberar a los prisioneros que había tomado el Gran Capitán.
Después del tratado: El matrimonio y sus consecuencias
Una semana después de la firma del tratado, el 19 de octubre de 1505, se celebró el matrimonio de Fernando y Germana a través de sus representantes. La ceremonia oficial se realizó en Dueñas el 18 de marzo de 1506, y la pareja se unió en Valladolid.
Como estas ciudades le recordaban a su difunta esposa, la Reina Isabel, Fernando pidió a un notario que dejara constancia de que su matrimonio con Germana era por razones políticas. Quería dejar claro que no renunciaba a sus derechos sobre Nápoles. Así, cuando él muriera, el reino de Nápoles no pasaría a Germana, sino al príncipe que heredara la Corona de Aragón.
El 3 de mayo de 1509, nació un hijo de este matrimonio, Juan de Aragón. Él habría sido el futuro heredero, pero lamentablemente falleció a las pocas horas de nacer. Si hubiera sobrevivido, los reinos de Castilla y Aragón se habrían separado de forma definitiva.
Para evitar cumplir con algunas partes del tratado y las ambiciones de Luis XII sobre el Reino de Nápoles, Fernando pidió al Papa Julio II que anulara las cláusulas de su acuerdo matrimonial. Estas cláusulas decían que, si no tenía hijos con Germana, el reino de Nápoles debía volver a la corona francesa. Fernando quería que Nápoles pasara a los herederos directos de la Corona de Aragón.
Con esta acción, Fernando logró asegurar su control sobre Nápoles. Después de aliarse con los Estados Pontificios en 1510, el Papa Julio II rompió relaciones con el rey francés, lo que significó el fin de los acuerdos del tratado.