Tomás de Suria para niños

Tomás de Suria (nacido en Madrid, 1761 y fallecido en México, 1844) fue un talentoso dibujante, grabador y medallista español. Pasó gran parte de su vida en México. Es conocido por haber participado como dibujante en la importante expedición Malaspina, a la que se unió en Acapulco en 1791 y acompañó hasta Alaska.
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¿Quién fue Tomás de Suria?
Sus primeros años y formación
Tomás de Suria fue estudiante de Jerónimo Antonio Gil en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando en Madrid, donde comenzó sus estudios en octubre de 1773. En 1778, viajó con su maestro a la Nueva España (lo que hoy es México) con una misión especial: ayudar a fundar una escuela de grabado. Esta escuela seguiría el modelo de la academia de Madrid.
Desde que llegó a México, Suria trabajó como tallador en la Real Casa de Moneda, que era el lugar donde se fabricaban las monedas. En México, se casó con María Josefa Fernández de Mendoza y tuvo dos hijos antes de unirse a la expedición Malaspina.
Su participación en la Expedición Malaspina
La Expedición Malaspina fue un gran viaje de exploración científica. El líder de la expedición, Alejandro Malaspina, necesitaba un dibujante experto. En octubre de 1790, Malaspina pidió al virrey de la Nueva España, el conde de Villagigedo, que le consiguiera a alguien.
La academia propuso a Suria, quien aceptó unirse a la expedición. Recibió un buen sueldo y se aseguró de que su esposa recibiera una pensión mientras él estaba de viaje. También se le garantizó que mantendría su puesto en la Casa de Moneda al regresar.
En febrero de 1791, Tomás de Suria se embarcó en Acapulco en la corbeta Descubierta. Llevaba consigo un libro importante sobre pintura. Al mismo tiempo, comenzó a escribir un diario de viaje, donde anotaba todo lo que veía. Este diario, aunque incompleto, es muy valioso porque describe las costumbres de los pueblos que visitaron.
El viaje hacia el norte
Las corbetas partieron de Acapulco el 1 de mayo de 1791, navegando hacia el noroeste. El 23 de junio, llegaron a Mulgrave, en la bahía de Yakutat (Alaska). En su diario, Suria describió cómo eran y cómo se vestían los tlingit, un pueblo indígena de la zona. Los exploradores tuvieron una relación generalmente amistosa con ellos, intercambiando pieles de nutria y salmón por objetos como cuentas de cristal y clavos.
El 8 de julio, continuaron su viaje hacia el norte, llegando a las islas Montague y Magdalena, y a la entrada de la ensenada del Príncipe Guillermo. Allí, Malaspina decidió no ir más al norte y se dirigió a Santa Cruz de Nutca.
Suria hizo dibujos de los bailes con los que fueron recibidos y retrató a un líder local llamado Tlupanamibo o Tlupanamabo. Este líder se declaró amigo de los españoles y les advirtió sobre el jefe principal, Macuina, a quien Suria también retrató varias veces. El 19 de julio, Macuina visitó las corbetas y permitió que algunas mujeres subieran para ser retratadas por Suria.
Dos semanas después, emprendieron el viaje de regreso y llegaron a Acapulco el 19 de septiembre. Allí, Tomás de Suria dejó la expedición. Sus dibujos, que había hecho para el Real Gabinete de Historia Natural, fueron limpiados y enviados a Madrid. La mayoría de estos dibujos se conservan hoy en el Museo de América y el Museo Naval.
Su carrera después de la expedición
En 1798, tras el fallecimiento de Jerónimo Antonio Gil, Tomás de Suria fue ascendido a grabador mayor de la Casa de Moneda. Sin embargo, sentía que su trabajo no era reconocido lo suficiente. En 1826, escribió una carta a la Academia de San Carlos protestando porque, a pesar de haber sido uno de sus fundadores, no había recibido ningún reconocimiento. En su carta, recordó que había contribuido a la fundación de la academia desde 1783, proporcionando dibujos para la enseñanza. También mencionó que en 1792 había dibujado el retrato de su maestro, que fue grabado en Madrid para honrar al fundador de la academia.
Obras destacadas de Tomás de Suria
Como grabador, antes de la expedición Malaspina, Tomás de Suria realizó varias obras importantes. Grabó un retrato del virrey Matías de Gálvez en 1785. También hizo la estampa de Madre Santísima de la Luz para un libro religioso en 1790.
Después de regresar de la expedición, Suria dedicó varios meses a organizar y limpiar sus apuntes y dibujos para enviarlos a la corona. Luego, retomó su trabajo como grabador y tallador en la Casa de Moneda.
En 1792, realizó el retrato de Jerónimo Antonio Gil, que fue grabado por su yerno Fernando Selma en Madrid. Selma también grabó, a partir de un dibujo de Suria, el retrato de Macuina, el jefe de Nutca. Este retrato se incluyó en un importante libro llamado Atlas para el viaje de las goletas Sutil y Mexicana al reconocimiento del Estrecho de Juan de Fuca en 1792 (Madrid, 1802).
A partir de ese momento, Suria se dedicó a numerosos grabados en lámina. Hizo retratos, como el de la marquesa de Brancaforte, y escudos de armas. También creó estampas religiosas, como una serie de la Virgen de Guadalupe (1797), San Felipe de Jesús (1799) y San Antonio de Padua (1801).
Como grabador de medallas, Tomás de Suria firmó la medalla de homenaje a Fernando VII en 1808. Estas medallas se encuentran en varios museos importantes, como el Museo Arqueológico Nacional, el Lázaro Galdiano y el Museo del Prado. También diseñó la medalla para conmemorar la instalación de la Junta Central de España e Indias en septiembre de 1808, y otra encargada por el virrey arzobispo Francisco Javier de Lizana para celebrar la amistad entre España e Inglaterra en 1810.
Galería de imágenes
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Macuina, jefe Nutca.jpg
Macuina, jefe Nutca. Dibujo a lápiz sobre papel verjurado. Madrid, Museo de América.