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Sensocentrismo para niños

Enciclopedia para niños

El sensocentrismo es un criterio ético que sostiene que el centro de consideración moral son los intereses de todo ser con capacidad para sentir. Desde un enfoque sensocentrista se plantea que ser "sintiente" debe ser el criterio a la hora de juzgar a qué seres se debe prestar consideración moral. Se trata de un punto de partida de razonamiento ético y no una conclusión sobre la mejor manera de actuar.

Los sensocentristas consideran que discriminar a los seres sintientes según la especie a la que pertenecen es una forma de especismo, una discriminación arbitraria. En este sentido, el sensocentrismo se opone al antropocentrismo.

Contexto histórico

El filósofo del siglo XVIII Jeremy Bentham escribió en Introducción a los principios de moral y legislación que «todo acto humano, norma o institución, debe ser juzgados según la utilidad que tiene, esto es, según el placer o el sufrimiento que produce en las personas» donde, tras una comparación entre la esclavitud y la crueldad con los animales concluyó con la cita:

La pregunta no es ¿pueden razonar?, ni ¿pueden andar?, sino ¿pueden sufrir?.

Otros destacados filósofos como Peter Singer en Liberación animal (Animal Liberation) o Tom Regan en La causa por los derechos animales (The Case for Animal Rights) han seguido esta trayectoria aunque con diferencias en cuanto a su aplicación, pues Peter Singer defiende una postura utilitarista mientras que Tom Regan mantiene una postura abolicionista, más cercana a los derechos animales.

Seres sintientes

En el reino animal existe una escala ascendente de complejidad del sistema nervioso, desde los que carecen totalmente de él, como las esponjas, pasando por los que tienen un sistema rudimentario — cnidarios, anélidos — hasta alcanzar la superior complejidad presente en los sistemas nerviosos de aves y mamíferos. Se acepta que son necesarias las neuronas para sustentar la sensibilidad, pero también se discute cuál es el grado de complejidad a partir del cual se puede hablar de consciencia, de sufrimiento y de placer. El 7 de julio de 2012 un prominente grupo internacional de neurocientificos cognitivos se dieron cita en la Universidad de Cambridge (Reino Unido) para celebrar la Francis Crick Memorial Conference 2012, que trató sobre la consciencia en los humanos y animales; en presencia del científico Stephen Hawking, dieron a conocer la Declaración de Cambridge sobre la consciencia (Cambridge Declaration on Consciousness), en la cual se reconoce que otros animales distintos al ser humano también poseen consciencia.

La ciencia reconoce que los individuos con sistema nervioso central tienen capacidad cerebral para sentir sufrimiento y disfrute en forma de experiencias conscientes. También se discute en qué medida los invertebrados tienen esas capacidades.

Gradualidad

Un componente fundamental del sensocentrismo es la gradualidad. El sensocentrismo gradualista señala que existe en los seres sintientes una gama de intereses que van desde los más simples y tenues a los más complejos e intensos. En la práctica esto se traduce en la ponderación entre dos intereses, donde uno se priorizará ante otro. Como ejemplo se puede tomar el caso de un perro infectado por una lombriz solitaria: los intereses del perro por mantenerse saludable y vivo son mayores a los de un gusano, lo que conllevará a la extirpación del mismo.

Existen dilemas y situaciones difíciles de resolver, un elemento útil puede ser el número de neuronas en un organismo. Menor cantidad de neuronas implican menor cantidad intereses complejos: un gusano con trescientas neuronas tendrá intereses despreciables frente a un perro con dos millones. Sin embargo, no siempre animales con menos neuronas tendrán intereses menores a los de otro con mayor número: la necesidad de un cerdo por vivir en libertad será mayor a la de un humano por degustar jamón (por más que este último tenga mayor número de neuronas).

Diferencia entre antropocentrismo y sensocentrismo

En la ética, el antropocentrismo es la cosmovisión que dice que los intereses de los seres humanos deben recibir atención por encima de cualquier otra cosa, atendiendo a que los humanos son los únicos con capacidades para actuar moralmente, esto es, normar su conducta en beneficio de los demás, en ese sentido, todo aquel que no sea capaz de normar su conducta (salvo los pacientes morales) pierde sus beneficios de pertenecer a un grupo determinado por las normas morales, así, históricamente se observa que los individuos que dañan al grupo son encarcelados, desterrados o incluso se les da pena de muerte, a fin de que no causen daño al grupo que guía su conducta en beneficio del mismo, moralmente; por esas razones el antropecentrismo moral considera que sólo los individuos capaces de comportarse moralmente deben ser considerados moralmente, así a pesar de que existan seres capaces de sentir dolor, no existiría obligación moral frente a ellos, en tanto que carecen de facultades para normar su conducta, en beneficio del grupo.

El sensocentrismo se diferencia del antropocentrismo en que este último también valora intereses, pero reduce el ámbito de aplicación a un grupo preferencial: el grupo formado por los humanos. Es decir, el antropocentrismo da prioridad al grupo preferencial y luego a los intereses, razón por la cual discrimina éticamente a quienes no pertenecen a la especie humana en lo que se ha venido a denominar como discriminación especista, que en este caso concreto es llamado especismo antropocéntrico.

En el plano moral, en la actualidad el antropocentrismo ha sido defendido en el contexto de la discusión sobre el especismo y la consideración moral de los animales de otras especies, afirmando la idea de que los seres humanos son los únicos seres que deben ser objeto de consideración moral, o que sus intereses deben ser considerados por encima de los intereses de los animales de otras especies. Este posicionamiento ético del antropocentrismo ha sido replicado por quienes defienden los derechos animales mediante el argumento de casos marginales.

Críticas

Proponentes del veganismo y de la liberación animal y el antiespecismo han criticado al sensocentrismo por su abierto utilitarismo. Los sensocentristas consideran que no tiene nada de reprochable comer animales que no consideren "sintientes", y que existe una supuesta "jerarquía de preferencias" de acuerdo al nivel de conciencia de un ser vivo. El sensocentrismo por lo tanto se trataría de una forma de especismo puesto que diferencia y "evalúa" según criterios propios qué valor tiene o no una determinada especie respecto a respetar o no su existencia y derecho de no ser explotada. Estas premisas son consideradas arbitrarias por otros, y algunos las consideran un asidero de la explotación animal (el sensocentrismo "reconocería" la mayor "prioridad de preferencia" de los seres humanos respecto a los demás animales). Como consecuencia, se considera por parte de estas críticas que los sensocentristas no ven un valor inherente en la vida (biocentrismo) ni que consideran la cuestión ecológica como necesaria para un abordaje integral de las problemáticas éticas y sociales (ecocentrismo e Hipótesis de Gaia). Además concepto de "Intereses" diferenciados del sensocentrismo es un concepto filosófico puramente interpretativo, que no tiene contraparte en la ciencia. Las críticas son así tanto científicas como morales.

Asimismo, socialmente se considera que el sensocentrismo a grandes rasgos en su ideología utilitaria coincide con el capitalismo y la "maximización de la utilidad". Los sensocentristas proponen su ámbito de acción solamente en el plano del consumo, careciendo así de los rasgos socialmente radicales y de acción directa o propaganda por el hecho que caracterizan a grupos como el ALF (Animal Liberation Front) y el ELF (Earth Liberation Front).

Véase también

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Sensocentrismo para Niños. Enciclopedia Kiddle.