Pragmática Sanción de 1767 para niños
La Pragmática Sanción de 1767 fue una orden muy importante del rey Carlos III de España. Con esta orden, se decidió que los jesuitas debían salir de todos los territorios que pertenecían a la corona española, incluyendo los que estaban lejos, como en América y Filipinas. Esto significó que casi 6000 jesuitas tuvieron que irse. Al mismo tiempo, el rey ordenó que todas las propiedades de la Compañía de Jesús fueran tomadas por el Estado.
Antes de esto, los jesuitas ya habían sido expulsados de Portugal en 1759 y de Francia en 1762. Más tarde, en 1773, el papa suprimió la Compañía de Jesús en todo el mundo, aunque la orden siguió existiendo en Rusia y fue autorizada de nuevo en 1814 por el Papa Pío VII.
Contenido
¿Qué llevó a la expulsión de los jesuitas?
La Compañía de Jesús y sus desafíos

La orden de los jesuitas fue fundada por Ignacio de Loyola. Desde sus inicios, recibió algunas críticas dentro de la propia Iglesia católica. Esto se debía a las nuevas ideas que intentaban introducir en la religión. También causó cierta desconfianza el gran éxito que tuvieron los jesuitas, especialmente en la educación.
Los reyes católicos también desconfiaban de la Compañía de Jesús. Una de las razones era el "cuarto voto" de la orden, que exigía obediencia total al papa. Esto preocupaba a los reyes, que querían tener el control absoluto en sus reinos. Además, se les atribuían ideas sobre la obediencia a los reyes que no gustaban a los monarcas.
A pesar de estas preocupaciones, muchos reyes católicos confiaron en los jesuitas. Incluso tuvieron a miembros de la orden como sus consejeros espirituales. Cuando la familia Borbón llegó al trono de España, los jesuitas siguieron teniendo influencia. Tanto Felipe V como Fernando VI tuvieron jesuitas como consejeros.
Cambios en el pensamiento y la llegada de Carlos III
Durante el siglo XVIII, nuevas ideas como la Ilustración se hicieron muy populares. Estas ideas hicieron que algunos aspectos del pensamiento jesuita parecieran anticuados. Los reyes querían tener más control sobre el Estado y la sociedad. Empezaron a ver a los jesuitas no como ayudantes útiles, sino como un obstáculo.
Cuando el rey Carlos III subió al trono en 1759, la situación cambió mucho para la Compañía de Jesús. El nuevo rey no era partidario de los jesuitas. Rompiendo con la tradición de sus antecesores, nombró a otro religioso como su consejero principal.
El Motín de Esquilache y la decisión del rey
En la primavera de 1766, ocurrió un gran disturbio conocido como el Motín de Esquilache. Este motín se produjo por el aumento del precio del pan, que causó mucho descontento entre la gente. Los disturbios comenzaron en Madrid y se extendieron a otras ciudades. El gobierno los controló con mucha fuerza.
Después del motín, se realizó una investigación secreta. El fiscal del Consejo de Castilla, Pedro Rodríguez de Campomanes, concluyó que los jesuitas habían sido los que impulsaron la revuelta. Basándose en esta investigación, el rey Carlos III decidió expulsarlos de sus dominios.
¿Qué decía la Pragmática Sanción?
La Pragmática Sanción fue emitida por el rey Carlos III en El Pardo el 2 de abril de 1767. Su título completo era: «Pragmática sanción de su Magestad en fuerza de ley para el estrañamiento de estos Reynos a los Regulares de la Compañía, ocupación de sus Temporalidades, y prohibición de su restablecimiento en tiempo alguno, con las demás prevenciones que expresa».
En esta orden, el rey Carlos III explicaba que, por razones muy importantes relacionadas con su deber de mantener la paz y el orden en sus pueblos, y usando su autoridad como rey, mandaba lo siguiente:
- Todos los religiosos de la Compañía de Jesús (sacerdotes, ayudantes, hermanos y novicios que quisieran seguirles) debían ser expulsados de todos sus territorios. Esto incluía España, las Indias (América), las Islas Filipinas y otras zonas cercanas.
- Todas las propiedades de la Compañía de Jesús en sus dominios serían tomadas por el Estado.
- El rey dio autoridad a sus funcionarios para que se aseguraran de que esta orden se cumpliera de manera rápida y tranquila.
- También ordenó que todas las autoridades, desde los tribunales hasta los gobernadores y alcaldes, debían obedecer y ayudar en la ejecución de esta orden. Quien no lo hiciera, se enfrentaría a la "indignación real" del rey.
- A los superiores de la Compañía de Jesús se les pidió que cooperaran. Se les prometió que serían tratados con respeto y humanidad durante la expulsión.
Esta orden fue firmada por el rey en El Pardo el 27 de febrero de 1767 y dirigida al Conde de Aranda, quien era el Presidente del Consejo.