Monasterio de San Bartolomé (Lupiana) para niños
Datos para niños Monasterio de San Bartolomé |
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Datos generales | ||
Tipo | Monasterio secularizado | |
Uso | monasterio | |
Estilo | Renacentista, clasicista | |
Catalogación | bien de interés cultural y elemento de la Lista Roja del Patrimonio | |
Localización | Lupiana (España) | |
Coordenadas | 40°36′03″N 3°03′11″O / 40.600833333333, -3.0530555555556 | |
El Monasterio de San Bartolomé de Lupiana es un antiguo monasterio de la Orden de San Jerónimo. Se encuentra en la localidad de Lupiana, en la provincia de Guadalajara, España. Este lugar es muy importante porque fue aquí donde nació la Orden de San Jerónimo.
La construcción del monasterio comenzó en el año 1374. Se edificó sobre una ermita más antigua, que ya existía desde 1330 y estaba dedicada a San Bartolomé. Hoy en día, el edificio es considerado un Bien de Interés Cultural. Esto significa que es un monumento muy valioso que debe ser protegido.
Historia del Monasterio de San Bartolomé
¿Cómo se fundó la Orden de San Jerónimo en Lupiana?
El Monasterio de San Bartolomé es conocido como la "casa madre" de la Orden de San Jerónimo. Fue fundado gracias a Pedro Fernández Pecha y Fernando Yáñez de Figueroa. La regla de esta orden fue aprobada por el Papa Gregorio XI en el año 1373.
Desde el siglo XVI, el líder principal de la Orden de San Jerónimo, llamado "prior", siempre era el del monasterio de Lupiana. Cada tres años, se reunían allí para tomar decisiones importantes para toda la orden.
¿Dónde se construyó el monasterio y qué pasó con él?
El monasterio se construyó en una de las laderas del valle del río Matayeguas. En ese lugar ya había una ermita dedicada a San Bartolomé. Esta ermita fue construida por Diego Martínez de la Cámara, un familiar de Pedro Fernández Pecha.
La ermita original sirvió como iglesia hasta finales del siglo XV, cuando fue ampliada. Más tarde, en el siglo XVII, fue demolida para construir la iglesia actual. El monasterio llegó a tener tres claustros, que son patios rodeados de galerías. Hoy solo se conservan dos.
A pesar de algunos problemas a lo largo de los años, como la invasión napoleónica, la comunidad de monjes siguió adelante. Sin embargo, el monasterio fue abandonado en 1835 debido a la desamortización de Mendizábal. Este fue un proceso en España donde el gobierno tomó propiedades de la Iglesia.
Después de esto, el monasterio pasó a manos de diferentes familias. Con el tiempo, el edificio se fue deteriorando mucho. Hoy en día, solo se conserva el claustro de Covarrubias, las paredes y la fachada de la iglesia, y algunas salas. Actualmente, el lugar se usa a menudo para celebrar bodas.
Partes del Monasterio
El Monasterio de San Bartolomé de Lupiana estaba formado por varias partes importantes.
Claustro de los Santos: El primer patio
El primer claustro se llamaba Claustro de los Santos. Estaba al sur de la ermita original y servía como lugar de entierro para los monjes. Fue construido en 1463 por orden del arzobispo Alonso Carrillo de Acuña.
Este claustro tenía un techo de madera decorado y paredes de una piedra oscura. Se cree que su estilo era gótico tardío, con algunas influencias mudéjares. Lamentablemente, este claustro está hoy en ruinas y no queda casi nada de él.
Claustro de la Enfermería: Un espacio para el cuidado
Después del primer claustro, se construyó el Claustro de la Enfermería. Su construcción comenzó en 1504 y terminó en 1507. Solo se construyeron tres de sus lados, dejando uno abierto para que los enfermos tuvieran más espacio.
Este claustro fue cubierto con ladrillo en siglos posteriores, lo que lo hizo menos conocido. Sus capiteles (la parte superior de las columnas) son parecidos a los de otros edificios importantes de la época. Se cree que fue diseñado por Lorenzo Vázquez de Segovia.
Cerca de este claustro, había una escalera de tres tramos que conectaba los pisos de este claustro con el Claustro Mayor.
Claustro Mayor: El corazón del monasterio
El Claustro Mayor es el más conocido y el que mejor se conserva. Tiene forma cuadrada y dos pisos, aunque una de sus galerías tiene tres. En el primer piso, hay arcos con columnas decoradas con calaveras, grifos y figuras de niños. El piso superior tiene arcos de formas más complejas.
La construcción de este claustro comenzó en 1535. El proyecto fue encargado a Juan de Algora, pero algunos monjes prefirieron llamar a Alonso de Covarrubias, un arquitecto muy famoso. Covarrubias realizó una de las galerías, la que daba al dormitorio.
Es probable que Covarrubias solo hiciera esa parte del claustro. Las otras tres galerías fueron terminadas a partir de 1601 por García de Alvarado. Él intentó copiar el estilo de Covarrubias, pero con menos detalles decorativos para reducir costos.
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Claustro mayor por Jenaro Pérez Villaamil (1842).
Se pueden diferenciar las partes hechas por Covarrubias y las de Alvarado por los detalles. Las columnas de Covarrubias son más elegantes y sus capiteles tienen más variedad de adornos.
La Iglesia del Monasterio
La iglesia del monasterio comenzó como la ermita original de San Bartolomé. Cuando se fundó la Orden de San Jerónimo, esta ermita se convirtió en la iglesia principal. En el siglo XV, la iglesia se amplió gracias a Aldonza de Mendoza, duquesa de Arjona.
Aldonza de Mendoza quería ser enterrada en Lupiana. Encargó un sepulcro gótico de alabastro, que hoy se encuentra en el Museo Provincial de Guadalajara. También pagó la sillería del coro, que son los asientos de madera donde se sentaban los monjes. Esta sillería se conserva hoy en la iglesia de San Nicolás el Real de Guadalajara.
En 1520, los monjes quisieron renovar la iglesia. Llamaron a importantes artistas como Alonso de Covarrubias y Vasco de la Zarza para que diseñaran una nueva iglesia. Sin embargo, el proyecto no se llevó a cabo por problemas con el terreno y la sombra que proyectaría sobre los claustros.
Finalmente, la iglesia actual se construyó a partir de 1612. Se hizo en el mismo lugar que la antigua. Tiene una sola nave (el espacio principal) con un coro y un altar elevados. La fachada es de estilo clasicista, con un arco y pilastras. La torre, que tiene cinco cuerpos, fue modificada en el siglo XX para darle un aspecto más antiguo.
Aunque no se sabe con certeza quién fue el arquitecto final, sí se sabe que los frescos (pinturas en las paredes y techos) de las bóvedas fueron decorados por Rómulo Cincinato alrededor de 1630.
La iglesia se mantuvo en pie durante siglos, pero sufrió un derrumbe en 1929. Por eso, se decidió quitar los techos. Hoy quedan los muros exteriores, los arcos de acceso a las capillas, la capilla mayor y la fachada. Aún se pueden ver restos de las pinturas de Rómulo Cincinato.
Tesoros del Monasterio
¿Qué obras de arte se conservan del monasterio?
Del periodo gótico, solo se conservan parte de la sillería de la iglesia y el sepulcro de Aldonza de Mendoza. Este sepulcro se encuentra hoy en el palacio del Infantado de Guadalajara, que es la sede del Museo Provincial de Guadalajara.
Este museo también guarda cuadros que pertenecieron al monasterio. Entre ellos, hay una copia de un Ecce Homo de Tiziano y varias obras de Rómulo Cincinato, el artista que pintó los frescos de la iglesia. Algunas de sus obras son San Pedro, San Pablo, San Juan Bautista y San Juan Evangelista y San Jerónimo en el estudio.
En la iglesia de San Nicolás de Guadalajara se puede ver un lavamanos del siglo XVI que también era del monasterio. El Cristo del retablo mayor del monasterio fue comprado por el Ayuntamiento de Guadalajara y ahora se encuentra en el cementerio municipal, conocido como el Cristo de la Agonía.