La Bastida de Totana para niños
Datos para niños La Bastida |
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La Bastida de Totana | ||
![]() Estado de la excavación de la muralla en abril de 2013
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Ubicación | ||
Macizo | Sierra de la Tercia | |
Valle | Valle del Guadalentín | |
País | ![]() |
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División | ![]() |
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Municipio | ![]() |
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Coordenadas | 37°45′40″N 1°33′37″O / 37.76111111, -1.56027778 | |
Historia | ||
Tipo | Yacimiento arqueológico | |
Uso original | Hábitat y necrópolis | |
Época | Edad del Bronce | |
Cultura | Cultura argárica | |
Construcción | Segunda mitad del III milenio a. C. | |
Abandono | Mediados del II milenio a. C. | |
Dimensiones del sitio | ||
Área | 4,5 ha | |
La Bastida de Totana es un yacimiento arqueológico muy importante de la cultura argárica. Se encuentra en el municipio de Totana, en la Región de Murcia, España. Está en un cerro con forma de cono, a unos 6 kilómetros al oeste de Totana. Este lugar estuvo habitado aproximadamente entre los años 2200 y 1550 antes de Cristo.
La Bastida es uno de los poblados más grandes (se calcula que tiene al menos 4,5 hectáreas) del inicio de la Edad del Bronce en Europa. Es considerado uno de los asentamientos más destacados de la Prehistoria reciente europea. Formó parte de una red de centros importantes de la cultura argárica. En estos lugares, las ciudades empezaban a organizarse y se notaban diferencias entre las personas en cuanto a su poder y riqueza.
En 2005, La Bastida fue declarado Bien de Interés Cultural. Se ha investigado mucho desde 1869. Los trabajos de campo que se realizan desde 2008 por el grupo de investigación Arqueoecología Social Mediterránea (ASOME) de la Universidad Autónoma de Barcelona han permitido conocer muy bien este lugar.
Contenido
¿Dónde se encuentra La Bastida?
La Bastida está en las faldas de las sierras de La Tercia y Espuña. Se ubica en un cerro empinado de 450 metros sobre el nivel del mar. Está justo donde se unen la Rambla de Lébor y el Barranco Salado.
Geológicamente, se encuentra donde se juntan materiales de diferentes épocas. El cerro está formado principalmente por rocas como conglomerados, margas, calizas, yesos y areniscas.
En la Prehistoria, esta zona tenía bosques cerca de los ríos. Sin embargo, durante el periodo argárico, las personas empezaron a transformar el entorno natural. Cortaron árboles para obtener combustible y crearon campos de cultivo y pastos para el ganado. Esto causó un gran impacto en el medio ambiente, que empeoró con el tiempo.
Hoy en día, el paisaje está muy afectado por este impacto continuo. Las lluvias fuertes provocan mucha erosión en los ríos Lébor y Salado. Además, la tala de árboles y la reforestación con pinos en los años 70 cambiaron artificialmente la flora y el relieve. Todo esto ha llevado a un ambiente seco, con poca vegetación.
La Bastida se encuentra al borde del valle del Guadalentín, pero está un poco escondida de las llanuras. Esta ubicación es clave para entender por qué La Bastida fue tan importante en las relaciones de poder y económicas de la sociedad argárica. También explica por qué se convirtió en un centro urbano.
¿Cómo se ha investigado La Bastida?
La Bastida fue el primer asentamiento argárico que se excavó, investigó y publicó en detalle. Los primeros trabajos conocidos se hicieron en 1869. El ingeniero Rogelio de Inchaurrandieta presentó sus hallazgos en un congreso en Copenhague ese mismo año. En solo tres días, con dieciocho trabajadores, excavó 18 urnas y 2 tumbas de piedra. Publicó sus descubrimientos, explicando las actividades económicas y las costumbres de enterramiento en La Bastida. Lamentablemente, los objetos que debían ir a un museo se perdieron.
Desde entonces, se han realizado muchas excavaciones, búsquedas y limpiezas en el lugar. Diferentes investigadores han participado a lo largo del tiempo. Por eso, la calidad de la información de cada intervención varía. Esta larga historia de investigación también ha hecho que muchos objetos encontrados estén repartidos en varios museos de Europa.
Pocos años después, en 1886, Luis Siret y Pedro Flores también excavaron en La Bastida. Su campaña fue corta, pues dejaron de trabajar después de encontrar la decimotercera tumba, quizás porque no hallaron lo que esperaban.
Desde mediados del siglo XIX y hasta hace poco, La Bastida ha sufrido excavaciones ilegales. Esto se debía a la gran demanda de objetos antiguos. Hay historias de personas que descubrían y hasta falsificaban piezas de La Bastida para venderlas.
A partir de 1927, el arqueólogo Juan Cuadrado, alumno de Luis Siret, realizó varias intervenciones en La Bastida (1927-28 y 1936-39). También trabajó en otros lugares de la zona. Los objetos que encontró fueron donados al Museo Arqueológico de Almería.
Después de la guerra, el Seminario de Historia Primitiva del Hombre de Madrid, dirigido por Julio Martínez Santa-Olalla, realizó cuatro nuevas campañas de excavación. En 1944 y 1945, participaron varios arqueólogos. En 1947, se publicó un informe detallado con los resultados. Este informe es una de las principales fuentes de información. Describe 18 zonas y estructuras, incluyendo 102 sepulturas, y estudios de los objetos encontrados.
En 1948, Vicente Ruiz Argilés y Carlos Posac Mon dirigieron otra excavación. Publicaron sus resultados en revistas especializadas. En esta campaña, se encontraron 21 zonas más y 15 tumbas adicionales.
La última excavación de esta etapa fue en 1950. Francisco Jordá Cerdá, junto con John D. Evans, ampliaron la excavación hacia el noroeste. Aunque esta zona tenía pocos restos de muros, se encontraron una docena más de tumbas.
Después de este periodo intenso, hubo un largo tiempo sin investigaciones científicas. En 1986, gracias al trabajo de Mª Magdalena García López, el yacimiento volvió a ser estudiado. Ella analizó objetos de cerámica que no se habían publicado antes. La Universidad de Murcia publicó su estudio en 1992. En 2003, el ayuntamiento de Totana encargó trabajos de limpieza y documentación. Esto fue parte de un proyecto para crear un "parque arqueológico-didáctico", que permitió construir las primeras instalaciones para mostrar el yacimiento.
A finales de 2008, se inició un nuevo proyecto de investigación, exhibición y difusión del yacimiento. Lo dirigen Vicente Lull, Rafael Micó, Cristina Rihuete y Roberto Risch, de la Universidad Autónoma de Barcelona. Varias instituciones han apoyado y financiado estos trabajos arqueológicos recientes.
Un equipo de muchos expertos, incluyendo investigadores, laboratorios y estudiantes, ha descubierto restos arqueológicos muy importantes. Estos hallazgos ayudan a entender no solo el asentamiento, sino también cómo se organizaban la economía, la política y la sociedad en el periodo argárico. Además, se realizan actividades de formación y difusión desde el centro de investigación, que está al pie del yacimiento. Este centro es el inicio de un futuro parque arqueológico, lo que lo convierte en un lugar atractivo para la ciencia, la educación, la cultura y el turismo.
¿Cuándo se investigó La Bastida?
Actividad | Fecha |
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¿Cómo fue la vida en La Bastida?
Las excavaciones desde 2009 han permitido identificar tres etapas principales de ocupación en La Bastida.
- Fase I (aproximadamente 2200–2000 a.C.): Los primeros signos de vida humana son muchas cabañas pequeñas con forma curva. Estaban hechas de barro y postes de madera. Muchas de estas cabañas fueron destruidas por la construcción de edificios posteriores o por la erosión. Todas ellas muestran señales de haber sido quemadas. No se han encontrado tumbas de esta fase. Entre los objetos más comunes, destaca la cerámica, con muchas piezas de color amarillento y formas que recuerdan a las de la época anterior (Calcolítico). También hay cerámica decorada con triángulos y puntos. No se ha encontrado cerámica campaniforme. Además de las cabañas, había algunos edificios más grandes de piedra con muros rectos, que podrían haber sido usados por toda la comunidad. También se construyó un sistema de fortificación muy grande y original.
- Fase II (aproximadamente 2000–1850 a.C.): En esta segunda fase, las cabañas dejaron de usarse y se construyeron edificios de piedra en su lugar. Así, se establecieron las características de la arquitectura y el urbanismo argárico: edificios largos con muros rectos de piedra, construidos sobre terrazas artificiales en la ladera. Las primeras tumbas conocidas en La Bastida son de esta fase. También se empezó a producir cerámica típica argárica. Se construyó una gran balsa de agua en una zona con menos pendiente.
- Fase III (aproximadamente 1850–1600/1550 a.C.): Esta fue la etapa de mayor tamaño y esplendor. Una densa red de edificios cubrió todo el cerro. Eran casas grandes construidas en terrazas, a veces separadas por pasillos estrechos de menos de un metro de ancho. Esta organización urbana se mantuvo hasta que La Bastida fue abandonada, con solo algunas pequeñas reformas.
Hacia 1600/1550 a.C., La Bastida fue abandonada de forma pacífica. No hay señales de incendios u otras pruebas que sugieran una destrucción. Después de que la cultura argárica dejara de ocupar el lugar, solo hay evidencias de visitas ocasionales en épocas romana y medieval.
¿Cómo era la ciudad de La Bastida?
Los trabajos de campo han permitido excavar unos 6000 metros cuadrados. Se ha trabajado en la cima del cerro (que está muy erosionada), en la ladera media oriental, en la parte baja sureste (donde se excavó en los años 40 y 50) y cerca del Barranco Salado. Gracias a esto, se han encontrado los restos de 83 edificios, 88 tumbas, un sistema de fortificación y una gran balsa de agua. Esto se suma a los restos encontrados en excavaciones anteriores.
Arquitectura y organización de la ciudad
Durante los casi siete siglos que estuvo habitada, la ciudad sufrió cambios y renovaciones en sus edificios. La fase más importante (fase III) mostraba una ciudad con muchos edificios de forma rectangular, trapezoidal o con un extremo redondeado. Tenían entre 10 y más de 70 metros cuadrados, y allí se realizaban actividades de producción, almacenamiento y consumo. Las construcciones se apoyaban directamente sobre la roca o sobre capas de tierra que cubrían los restos de edificios anteriores. Sus paredes eran de piedra y estaban cubiertas con una capa de mortero que contenía cal. Los edificios estaban en terrazas artificiales a lo largo de las laderas del cerro, a veces separados por pasillos estrechos de menos de un metro de ancho. Algunos muros se han conservado hasta 1,5 metros de altura y tienen un grosor de 0,60 a 0,80 metros. Las paredes a veces tenían huecos para postes de madera que servían de refuerzo. Dentro de las casas, había suelos preparados, hornos o chimeneas y bancos de diferentes formas y tamaños, a veces cubiertos con arcilla amarilla. Hasta ahora, este tipo de edificios se han encontrado en la parte baja y media de la ladera.
Aunque la cima de La Bastida está muy erosionada, se han descubierto allí los restos de una construcción muy grande, con un muro de 1,90 metros de ancho.
El elemento arquitectónico más impresionante encontrado hasta ahora en La Bastida es el sistema de fortificación, que está al norte de la zona de viviendas. Lo primero que se descubrió fue una línea defensiva ("Línea 1"). Estaba formada por tramos de muralla de hasta 3 metros de ancho, con cinco torres macizas en forma de pirámide truncada adosadas por fuera. Estas torres medían unos 4 metros de ancho y sobresalían entre 3 y 3,50 metros de la muralla. Las torres 1 a 4 estaban separadas por distancias de entre 2,80 y 4,70 metros. Por el volumen de piedras caídas, se calcula que la Línea 1 pudo haber tenido una altura original de 5 metros. Hasta ahora, se ha documentado su trazado a lo largo de 45 metros, desde la parte más baja cerca del barranco Salado, subiendo la pendiente. Si se proyecta este trazado para rodear la cima del cerro, la Línea 1 podría haber superado los 300 metros de largo, salvando desniveles de alrededor del 40%.
Casi paralela a la Línea 1, apareció una segunda línea de muralla ("Línea 2"). Esta línea tiene dos bastiones con forma de cuarto de círculo y algo menos de 3 metros de ancho. Ambas líneas formaban una entrada estrecha, que fue modificada varias veces. En todas sus versiones, tenía postes de madera para sujetar la puerta y reforzar los muros laterales. La entrada llevaba a un pasillo al aire libre que se fue llenando de tierra y restos con el tiempo.
La Línea 2 está asociada a una torre en forma de pirámide truncada de 4 metros de ancho, que se conserva hasta una altura de 2,5 metros. En su lado este, hay una abertura con forma de arco apuntado de 1,5 metros de alto y 0,85 metros de ancho en su base. Aunque la excavación de su interior no ha terminado, esta abertura parece una poterna, es decir, una puerta secundaria que podría haber tenido un uso defensivo.
Las pruebas de Carbono-14 indican que la fortificación ya existía hacia el 2200-2100 a.C. Su antigüedad y la altura conservada de sus muros y torres hacen de este hallazgo uno de los más importantes de la arqueología europea de los últimos años. El diseño de la muralla y sus características defensivas (como la poterna) son únicas en la península ibérica e incluso en Europa continental de esa época. Esto sugiere que pudo haber una influencia, quizás directa, del Mediterráneo oriental en la fundación de este asentamiento.
Otra construcción muy grande, en la ladera baja sureste, es una balsa de agua de gran tamaño. En un momento dado, se construyó un muro recto en su extremo norte, como un dique, de 21 metros de largo, unos 3 metros de ancho y 1,70 metros de altura conservada. Con una capacidad de más de 300.000 litros, su ubicación lejos de la "acrópolis" (la parte alta de la ciudad) y el hecho de que no tuviera techo la diferencian de la mayoría de las estructuras argáricas interpretadas como cisternas en otros asentamientos. Solo la estructura de Peñalosa podría ser similar a la de La Bastida. Es probable que se usara como balsa o embalse para almacenar agua para diversos usos domésticos y para la fabricación de objetos.
En su momento de mayor esplendor, el asentamiento de La Bastida ocupó unos 45.000 metros cuadrados. Es el asentamiento argárico más grande excavado sistemáticamente hasta ahora. El tamaño y la densidad de los edificios han permitido estimar que la población era de unos 1000 habitantes, una concentración de personas sin precedentes para la época. Si a esto le sumamos la construcción de la fortificación y otras grandes obras como la balsa, podemos decir que el asentamiento en La Bastida implicó una planificación del área de vivienda y la aplicación de conocimientos avanzados de arquitectura e ingeniería.
Costumbres de enterramiento
Se han encontrado un total de 237 tumbas. La costumbre de enterramiento argárica se caracteriza, principalmente, por el entierro de las personas bajo el suelo de las zonas habitadas. Son sepulturas que contienen uno o, con menos frecuencia, dos cuerpos. Se encuentran dentro de vasijas de cerámica, cajas de piedra (llamadas cistas), pequeñas cuevas artificiales o fosas, que podían ser simples o revestidas de piedras. Los cuerpos suelen colocarse en posición fetal (como un bebé en el vientre materno) de lado, aunque a veces se colocan boca arriba con las piernas de lado. A menudo, junto a los cuerpos se dejaban objetos como ofrendas. Estas ofrendas suelen incluir vasijas de cerámica y objetos personales como armas, herramientas y adornos de metal, hueso y piedra. A veces, también se encontraban restos de carne, casi siempre de cabra u oveja. Los objetos que acompañaban a los difuntos eran diferentes si eran hombres o mujeres.
En La Bastida, la mayoría de las tumbas se hicieron en urnas (grandes vasijas). Las urnas de tipo 4, según la clasificación de Luis Siret, son las más comunes. En menor medida, se usaban las formas 2 y 5, donde solían enterrarse niños. En varias ocasiones, se han encontrado lugares con objetos típicos de enterramientos (urna bajo el suelo con ofrendas), pero sin restos de personas. Estos lugares podrían ser cenotafios, es decir, monumentos en honor a alguien que no está enterrado allí.
Aunque la mayoría de las sepulturas son individuales, cuando se usaba el mismo recipiente para dos personas, lo normal en la cultura argárica era encontrar a dos adultos de distinto sexo, o un adulto (hombre o mujer) con un niño, o dos niños. La tumba 18 es una excepción, ya que contenía los restos de dos hombres. Sus objetos incluían una vasija fuera de la urna, un cuenco con granos de cebada, un hacha y un puñal de cobre, un pendiente de plata y dos porciones de cabrito.
Las diferencias en los objetos encontrados en las tumbas permitieron a los arqueólogos ver que existían distintos grupos sociales en la sociedad argárica. Todos estos grupos están representados en las tumbas de La Bastida. El hecho de que haya muchas tumbas con objetos y una frecuencia considerable de objetos de grupos intermedios (como punzones, cuchillos, puñales y hachas de cobre) puede indicar que en La Bastida había un número importante de personas con ciertos derechos sociales, que pertenecían a un grupo intermedio.
¿Cómo se organizaba la economía?
La Bastida tenía una gran cantidad de habitantes, pero estaba relativamente lejos de las tierras fértiles del valle del Guadalentín. Esto sugiere que la elección de este lugar para el asentamiento se debió a razones de organización social y política, dentro de un territorio económico más amplio. El tamaño y la importancia arquitectónica y material de La Bastida la colocan en una posición central dentro de una unidad política y económica. La Bastida era capaz de traer materias primas de lugares lejanos, como rocas volcánicas y metamórficas para fabricar molinos, martillos y herramientas; cobre y plata para producir armas, herramientas y adornos; e incluso marfil para hacer botones.
La ubicación de La Bastida, un poco escondida entre las elevaciones, contrasta con la visibilidad que ofrecen otros asentamientos más pequeños, como La Tira del Lienzo. Aunque La Bastida tenía las ventajas estratégicas de una posición elevada y una muralla protectora, otros asentamientos como La Tira del Lienzo se asomaban al valle para controlar a la población de las aldeas en la llanura y su producción. Por lo tanto, el papel de La Bastida debe entenderse dentro de una compleja red de relaciones entre poblados, donde La Bastida ejercía su control económico y político sobre la producción a través de la existencia de poblados de menor importancia.
En resumen, La Bastida debió ser la capital de una organización política importante. En ella convivían diferentes grupos sociales: uno con más poder, que protegía sus privilegios; otro, la mayoría de la población, que tenía ciertos derechos; y, por último, un grupo de personas que realizaban trabajos forzados.
Centro de investigación La Bastida
El yacimiento de La Bastida es muy valioso para la prehistoria europea. Su importancia histórica y el papel sociopolítico que tuvo en la Edad del Bronce lo han convertido en un lugar clave para la investigación prehistórica. Por eso, el grupo de investigación ASOME-UAB, que gestiona el yacimiento, se ha centrado tanto en la investigación como en la difusión de conocimientos.
Un centro de investigación con muchas áreas
Las instalaciones que están al pie del yacimiento han servido para crear un centro de investigación y difusión, que forma parte de un futuro parque arqueológico. Actualmente, este centro funciona como almacén y laboratorio para analizar y restaurar objetos arqueológicos. Dada la importancia de los hallazgos, se han iniciado varias líneas de trabajo para estudiarlos y darlos a conocer. Mediante análisis de objetos (cerámica, metal, piedra, hueso y materiales orgánicos), de restos de animales, de plantas y de personas, se busca entender cómo se organizaban económica y políticamente las comunidades que vivieron en el asentamiento. Estas investigaciones se apoyan en técnicas de documentación como la fotografía, el dibujo, sistemas informáticos, topografía e infografía. Además, hay un laboratorio especializado en la restauración y conservación de objetos arqueológicos.
Actividades para dar a conocer el yacimiento
Dentro del programa de difusión, se realizan actividades para educar y concienciar a la población sobre la importancia de proteger el patrimonio arqueológico.
El elemento principal de esta iniciativa educativa y de difusión, dirigida a todo el público, es el propio yacimiento de La Bastida. Por eso, además de las excavaciones, en los últimos años se ha restaurado el yacimiento y se ha preparado para visitas. También se han restaurado muchas piezas arqueológicas.
Para que los visitantes puedan imaginar cómo era la ciudad de La Bastida, se ha creado un recorrido por el barrio que estaba en la parte baja sureste. Así, las personas que visitan el yacimiento pueden ver la balsa y las diferentes habitaciones. En cada lugar, se han instalado paneles explicativos. Para esto, se ha mejorado el camino, se han restaurado los elementos de las habitaciones, como bancos y hornos, y se han hecho réplicas de las vasijas de almacenamiento y los recipientes de enterramiento.
Para que más personas conozcan este yacimiento y su estudio, se realizan visitas guiadas para diferentes tipos de público. Por un lado, hay visitas para estudiantes de colegios y universidades, donde los especialistas del Proyecto La Bastida presentan los hallazgos más importantes y explican los resultados de la investigación. Por otro lado, la Oficina de Turismo de Totana ofrece visitas guiadas por el recorrido restaurado para turistas y habitantes de la zona.