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Juan Ginés de Sepúlveda para niños

Enciclopedia para niños

Juan Ginés de Sepúlveda (Pozoblanco, 1490 - Pozoblanco, 17 de noviembre de 1573) fue un sacerdote católico español. Se le conoce por ser un importante filósofo, jurista e historiador. Participó en un famoso debate con fray Bartolomé de las Casas en la Junta de Valladolid (1550-1551). En este debate, Sepúlveda defendió sus ideas sobre cómo debía ser la relación de España con los pueblos de América. Él creía que era justo que los españoles gobernaran a los pueblos indígenas para enseñarles la cultura y la religión cristiana.

Archivo:Juan Ginés de Sepúlveda (cropped)
Juan Ginés de Sepúlveda. Dibujo de José Maea, ca. 1796.

Sepúlveda tenía un pensamiento basado en las ideas del filósofo griego Aristóteles. Aunque a veces se le ha malinterpretado como alguien que apoyaba la guerra sin más, en su obra Democrates Primus o Diálogo sobre la compatibilidad entre la Milicia y la Religión Cristiana escribió:

Por tanto, muy justa debe ser la causa de la guerra, y tal justicia se dará si por la guerra no se busca otra cosa que la paz, que es la mejor conservadora de las ciudades y sociedad humana, para cuya conservación está ordenada toda la política, al menos en las repúblicas sabia y justamente ordenadas.
[...] en verdad, quien desea desarraigar del ánimo de los hombres la idea de la Guerra, cosa muy buena desea y la más saludable del mundo para el género humano; pero, antes de mandar a los buenos y justos varones que fundan [del verbo fundir] sus armas para otros usos necesarios a la vida humana, espere a que se haya desarraigado totalmente de los corazones de los malvados la injusticia y maldad, pues si no suprimes los lobos y demás animales dañinos, no podrás pedir al pastor que renuncie a la ayuda de los perros.

La Vida de Juan Ginés de Sepúlveda

Juan Ginés de Sepúlveda nació en Pozoblanco, Córdoba. En Italia, se le conocía como "Ginés el amputado". Sus primeros estudios los realizó en Córdoba y, a partir de 1510, en la Universidad de Alcalá de Henares. Allí obtuvo títulos en Artes y Teología.

Estudios y Viajes

En 1515, Sepúlveda viajó a Bolonia, Italia, donde obtuvo su doctorado en ambas disciplinas. Hizo amigos importantes, como el humanista Luis de Lucena, y pronto destacó por su gran conocimiento de las lenguas clásicas. Fue estudiante en el famoso Real Colegio de España en Bolonia, que aún existe. Durante su estancia allí, escribió una biografía del fundador del colegio, De vita et rebus gestis Aegidii Albornotii. En Bolonia, conoció las ideas humanistas y recibió el apoyo de Alberto Pío, príncipe de Carpi. También conoció a figuras importantes como Julio de Médicis y Adriano VI.

Regreso a España y Carrera

El interés de Sepúlveda por Aristóteles lo llevó a traducir su obra Política en 1548. Las ideas de este libro sobre cómo las culturas más avanzadas podían influir en otras, lo llevaron a defender la legitimidad de la Conquista de América. Él creía que esto ayudaría a los pueblos indígenas a adoptar una cultura y religión cristiana.

Después de un tiempo en Italia, Sepúlveda regresó a España. En 1535, el emperador Carlos I lo nombró su capellán y cronista oficial. Más tarde, fue tutor del futuro rey Felipe II. Sus ideas sobre la forma de relacionarse con los pueblos no cristianos fueron criticadas por las universidades de Salamanca y Alcalá. Por ello, Sepúlveda se retiró de la corte a su pueblo natal, Pozoblanco, donde se dedicó a escribir obras históricas. Allí falleció en 1573.

El Debate sobre América

Juan Ginés de Sepúlveda se convirtió en un defensor de la forma en que España estaba estableciendo su gobierno en América y compartiendo la fe cristiana con los pueblos originarios. Él justificaba que un pueblo podía gobernar a otro si consideraba que tenía una civilización más avanzada, con el fin de elevar a ese pueblo a su mismo nivel. Esto contrastaba con la opinión de otros pensadores como Francisco de Vitoria, quien defendía los derechos naturales de todos los pueblos.

La Junta de Valladolid

Sepúlveda publicó su obra De justis belli causis apud indios (1550). En respuesta, Bartolomé de las Casas escribió sus Treinta proposiciones muy jurídicas. Esto llevó a un importante debate en Valladolid, conocido como la Junta de Valladolid, que tuvo lugar entre agosto y septiembre de 1550. El objetivo era discutir y resolver las diferencias sobre cómo debían ser las relaciones con los pueblos de América.

En la reunión participaron importantes teólogos como Domingo de Soto y Melchor Cano. Sepúlveda defendió sus ideas sobre la justicia de establecer el gobierno español en América, argumentando que era necesario para cambiar ciertas costumbres y para evitar conflictos entre los propios pueblos. Él creía que la civilización española era más avanzada y que esto le daba el derecho de guiar a los pueblos de América. Por otro lado, Las Casas defendía la igualdad de todos los seres humanos y la necesidad de que los españoles se limitaran a enviar predicadores, sin apoyo militar. La Junta de Valladolid no llegó a una conclusión definitiva, y ambos participantes se sintieron ganadores.

Obras Importantes de Sepúlveda

Archivo:Sepúlveda, Juan Ginés de – Liber gestorum Aegidii Albornotii, 1521 – BEIC 15166464
Liber gestorum Aegidii Albornotii, 1521
Archivo:Juan Ginés de Sepúlveda (1557) Epistolarum libri septem
Portada del libro Epistolarum libri septem, publicado en 1557.

El Ayuntamiento de Pozoblanco ha publicado sus Obras completas en quince volúmenes. Algunas de sus obras más destacadas son:

  • De rebus gestis Caroli V: Una crónica sobre los hechos del emperador Carlos V.
  • De rebus hispanorum gestis ad Novum Orbem Mexicumque: Una historia sobre la forma en que España estableció su gobierno en el Nuevo Mundo.
  • Democrates, sive de justi belli causis: Un diálogo sobre las causas justas de la guerra, donde expone sus ideas sobre cómo las civilizaciones más avanzadas pueden gobernar a otras.

También tradujo la Política de Aristóteles y otros textos del mismo filósofo.

La Interpretación de su Pensamiento

A lo largo de la historia, la figura de Juan Ginés de Sepúlveda ha sido interpretada de diversas maneras. A menudo se le ha presentado como alguien que defendía la explotación de los pueblos indígenas de América. Sin embargo, los estudios históricos más recientes sugieren que esta visión es una simplificación de su pensamiento.

Sepúlveda no buscaba legitimar la crueldad o la explotación. Su postura era que los españoles debían establecer un gobierno temporal sobre los pueblos indígenas. Él no los consideraba inferiores en su naturaleza, sino que creía que estaban en una etapa diferente de desarrollo cultural e institucional. Su idea era que, al integrarse en la vida civil española, los pueblos indígenas podrían avanzar. Hacía analogías con la forma en que el Imperio romano había incorporado a otros pueblos a su civilización.

La principal idea de Sepúlveda era que la forma en que España establecía su gobierno en América era legítima según el Derecho natural. Esto se debía a que permitía compartir la fe cristiana con los pueblos nativos, ayudarlos a cambiar ciertas costumbres y asegurar su bienestar espiritual. Según Sepúlveda, el objetivo no era someter a los indígenas a la esclavitud, sino guiarlos para que pudieran adoptar los valores y principios de una sociedad más desarrollada. Él creía que la sociedad española estaba en una posición de superioridad en cuanto a conocimientos y organización social, lo que le daba la legitimidad para guiar a los pueblos de América. Sin embargo, esto no justificaba la explotación ni los abusos.

La idea de que Sepúlveda defendía la esclavitud ha sido, en gran parte, un malentendido. Él usaba términos de la época, como natura servus (siervo por naturaleza), que en su contexto no significaban "esclavo" en el sentido de propiedad, sino más bien "vasallo" o "siervo" bajo un gobierno. Sepúlveda distinguía entre imperium (el poder de gobernar y organizar a las personas para resolver conflictos) y dominium (el poder de poseer a las personas como objetos). Él sostenía que los pueblos indígenas debían ser gobernados bajo un fuerte poder político (imperium), pero no ser dominados como propiedad (dominium). El rey debía gobernar a los indígenas como personas libres, no como sus dueños. Por lo tanto, lo que él proponía era una forma de "servidumbre" civil y legal, donde los indígenas serían integrados al gobierno español bajo leyes cristianas, siempre que este gobierno fuera justo y buscara la seguridad de los súbditos. Esto era coherente con las ideas de Vasallaje de su tiempo.

"Es legítimo afirmar que la postura de Sepúlveda tendía a defender el sometimiento político de los indios americanos, no su esclavitud aún menos con una justificación de orden naturalista, de manera que, a partir de este trabajo, resta cuestionarse a qué se debió la condena tan severa de la obra de Sepúlveda: a un malentendido causado por una lectura equivocada y una interpretación inexacta de la terminología, o bien a una censura de tipo político y “académico”, quizá por iniciativa de Bartolomé de las Casas, su eterno adversario. En cualquier caso, como aquí se ha demostrado ampliamente, en el discurso de Sepúlveda no hay lugar para la esclavitud natural, sino para la subordinación estrictamente política de los indígenas ante su rey."
Genaro Valencia Constantino

Véase también

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