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Excusado eclesiástico para niños

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El excusado era un impuesto especial que se estableció en España en el año 1571, durante el reinado de Felipe II de España. Este impuesto se aplicaba a una casa en cada parroquia (una zona que pertenece a una iglesia) que pagaba el diezmo a la Iglesia. La Casa Real, es decir, el Rey, elegía la casa que más dinero o productos entregaba a la Iglesia.

La idea era que el dinero o los productos que esa casa debía dar a la Iglesia, en realidad se los entregaba al Rey. De esta manera, el dueño de la casa quedaba "excusado" o liberado de pagar directamente a la Iglesia. Por eso, a la persona que pagaba este impuesto también se le llamaba "excusado".

El excusado era una de las "Tres Gracias", que eran permisos especiales que los Papas de Roma daban a los reyes de España. Estas "Gracias" también incluían la bula de la Santa Cruzada y el subsidio (otro tipo de impuesto). El objetivo de estas ayudas era que los reyes pudieran defender la fe y pagar los gastos de las guerras.

¿Cuándo y por qué se creó el excusado?

Este impuesto fue concedido por primera vez en 1567 por el Papa Pío V al rey Felipe II. Esto ocurrió porque España estaba en guerra en Flandes (una región de los Países Bajos españoles) y también tenía conflictos con los turcos en el mar Mediterráneo. Aunque se concedió en 1567, el primer pago del excusado no se hizo hasta 1571.

El obispo de Cuenca, Bernardo de Fresneda, fue el encargado de recolectar el dinero por primera vez. En 1578, el Papa Gregorio XIII decidió que las órdenes religiosas y las órdenes militares también debían contribuir, incluso si tenían privilegios especiales. Lo mismo se aplicó a los colegios y universidades que recibían dinero de los diezmos.

Al principio, la Iglesia solo concedió este impuesto por cinco años. Sin embargo, se fue renovando una y otra vez hasta que en 1757, el Papa Benedicto XIV decidió que el excusado sería un impuesto para siempre.

¿Cómo se fijaba la cantidad a pagar?

Al principio, era difícil saber cuánto dinero se debía recaudar con el excusado. Por eso, a principios del siglo XVII, el rey Felipe III hizo acuerdos con la Iglesia para fijar una cantidad fija que se pagaría cada año.

Por ejemplo, Castilla y León pagarían 250.000 ducados al año. Aragón pagaría 10.000 libras jaquesas, Valencia 80.000 reales y Tarragona 7000 libras barcelonesas. Al acordar una cantidad fija, el valor real de lo que la Iglesia debía pagar fue disminuyendo con el tiempo debido a los cambios en el valor de la moneda.

¿Quién administraba el excusado?

Desde que se creó, el dinero del excusado era administrado solo por el Consejo de Cruzada, que era un organismo especial. El Consejo de Hacienda, que se encargaba de las finanzas del reino, no podía intervenir en este asunto. Además, si había problemas o discusiones sobre el pago del excusado, solo los tribunales de la Iglesia podían resolverlos.

Esta situación cambió en 1761. El rey Carlos III y su ministro, el marqués de Esquilache, decidieron que la Comisaría General de Cruzada se encargaría de cobrar el impuesto, pero la administración del dinero pasaría a la Hacienda Real.

En 1775, se hicieron nuevos acuerdos con algunas diócesis (zonas bajo la autoridad de un obispo). Sin embargo, estos acuerdos se rompieron en 1792, cuando la monarquía necesitaba mucho dinero para la guerra contra Francia. Dos años después, la administración del excusado se encargó a los Cinco Gremios Mayores, que eran importantes asociaciones de comerciantes.

¿Cuándo desapareció el excusado?

El excusado dejó de existir como parte de un proceso llamado "desamortización de los bienes de la Iglesia". En febrero de 1837, el presidente Juan Álvarez Mendizábal propuso eliminar el diezmo de la Iglesia, que era la base del excusado. Se pensaba que este impuesto perjudicaba mucho a la agricultura, que era el sector que más lo pagaba.

Las Cortes (el parlamento) aprobaron esta medida en julio. Sin embargo, la desamortización se hizo de forma un poco desorganizada. Se eliminó el diezmo antes de encontrar otra forma de conseguir dinero para el Estado. Además, el país estaba en medio de la primera guerra carlista, lo que complicó aún más las cosas.

Por estas razones, los diezmos se siguieron cobrando hasta 1841. En ese año, se aprobó una ley para mantener el culto y el clero, y entonces los diezmos se eliminaron definitivamente. Con ellos, el excusado también desapareció.

Véase también

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Excusado eclesiástico para Niños. Enciclopedia Kiddle.