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El Pasmo de Sicilia para niños

Enciclopedia para niños
Datos para niños
El Pasmo de Sicilia
o Caída en el camino del Calvario
Christ Falling on the Way to Calvary - Raphael.jpg
Año 1515 o 1517
Autor Rafael Sanzio
Técnica Óleo sobre madera (pasado a lienzo)
Estilo Renacimiento
Tamaño 318 cm × 229 cm
Localización Museo del Prado, Madrid, EspañaBandera de España España
País de origen Italia

Caída en el camino del Calvario o La subida al Calvario, conocida también como El Pasmo de Sicilia, es una pintura de gran formato del artista del Renacimiento Rafael Sanzio, conservada en el Museo del Prado de Madrid, procedente de la antigua colección de los reyes de España.

Este cuadro fue pintado hacia 1515 (según otras fuentes, en 1517). Originariamente se trataba de un óleo sobre tabla, pero fue pasado a lienzo en el siglo XIX. Está firmado en la roca que se encuentra junto a la figura de Cristo.

Lo curioso de su nombre en castellano deriva del lugar al que iba destinado, el convento de Santa Maria dello Spasimo (Nuestra Señora de las Angustias) de Palermo, Sicilia. El cuadro figura con este nombre en las fuentes antiguas desde su llegada a España. También se le conoce, en italiano, como Lo Spasimo.

Historia

El cuadro fue encargado a Rafael para presidir el altar mayor del convento palermitano. Este pertenecía a la Orden Olivetana, una congregación benedictina que había sido fundada en el siglo XIV. El comitente, Giacomo Basilicò, era un adinerado doctor en leyes de Palermo que había sufragado también la construcción de la iglesia conventual. Parece ser que era muy devoto de la Virgen María en su advocación de los Dolores.

En el momento del encargo (ya sea cualesquiera de las dos fechas propuestas por los especialistas), Rafael era uno de los artistas más apreciados de toda Italia. Había sido nombrado maestro mayor de la Obra de la Basílica de San Pedro en 1514, y ese mismo año comenzaba la decoración pictórica de la Estancia del Incendio del Borgo, auspiciada por el pontífice León X. Estos, y otros muchos encargos de gran magnitud, fruto de su inmensa fama, hacían que el maestro tuviera que delegar en sus ayudantes de taller la conclusión de los mismos. Sin embargo, en el caso del cuadro que nos ocupa, los especialistas coinciden en que el diseño general se debe enteramente al maestro, así como la realización de las partes más destacadas.

El cuadro se hizo enseguida famoso, y Vasari lo menciona con estas palabras:

Archivo:Palermo-Santa-Maria-dello-Spasimo-bjs2007-01
Ruinas de la iglesia de Santa Maria dello Spasimo, en Palermo, para cuyo altar mayor fue pintado el cuadro.
Hizo luego para el monasterio de Palermo, llamado Santa Maria dello Spasmo, de los frailes de Monte Oliveto, una tabla con un Cristo que carga la cruz, la cual es tenida como algo maravilloso, pues allí puede verse la crueldad de los crucificadores que lo conducen, con furia infinita, al monte Calvario. Cristo padece ese tormento y siente cercana su muerte al caer bajo el peso de la cruz, y empapado de sudor y sangre, vuelve su mirada a las Tres Marías, que lloran desconsoladamente. Entre otras muchas figuras se ve allí a la Verónica extendiendo los brazos para enjugarle el rostro con un lienzo, llena de compasión [como se ve claramente en la pintura, tal figura no es la Verónica sino la Virgen María] (...) la colocaron en Palermo, y desde entonces es allí más famosa que el mismo monte volcánico [el Etna].

Narra también Vasari en el mismo pasaje que, una vez concluido, el cuadro estuvo a punto de perderse debido al naufragio del navío que tenía que transportarlo de Génova a Sicilia, pero que se recuperó de manera milagrosa, lo que vino a acrecentar el aprecio que se le tenía.

En el convento permaneció la pintura hasta que el rey Felipe IV de España, un ávido coleccionista de las obras de Rafael, decidió hacerse con ella al precio que fuese. Contó para ello con la colaboración de, entre otros, el virrey de Nápoles, Gaspar de Bracamonte, conde de Peñaranda; Cesare Fachinetti, Nuncio Apostólico en España en aquel momento; y el padre general de los olivetanos, Angelomaria Torelli. El Nuncio escribió a Luis de Haro, valido de Felipe IV, describiendo el cuadro como la alhaja más preciosa del mundo.

Trasladada personalmente por el prior del convento desde Sicilia, la obra llegó a España en 1661. Fue colocada en el altar mayor de la Capilla del Real Alcázar de Madrid, y el monarca compensó holgadamente a los frailes por su generosidad al desprenderse de ella. Inmediatamente se convirtió en una de las pinturas más famosas de la colección real. Ya había sido copiada antes de su salida de Italia numerosas veces; una copia pintada en Palermo por Giuseppe Sirena (1526-1593) se conserva ahora en el Oratorio de San Felipe Neri de Alcalá de Henares, y años después de llegar el original a España, Juan Carreño de Miranda realizó en 1674 una copia muy fiel para la iglesia de un convento madrileño (actualmente pertenece a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando).

Archivo:Cunego (Caída en el camino del Calvario)
Domenico Cunego, por pintura de Rafael: Caída en el camino del Calvario (El Pasmo de Sicilia), 1781. Aguafuerte y buril. Gabinete de Dibujos y Estampas del Museo del Prado, donación Pedro María Alberdi Buruaga.

La obra de Rafael permaneció en el Real Alcázar hasta que tuvo que ser rescatada del incendio que destruyó completamente el edificio en 1734. En 1781 la composición fue grabada a buril y aguafuerte por Domenico Cunego; un ejemplar del grabado ingresó en el Prado en 2016, por donación. No era la primera vez que esta pintura de Rafael era reproducida pues ya en 1517 la había grabado Agostino Veneziano y en 1577 Francesco Villamena, aunque sí se considera la de Cunego la reproducción más perfecta. Así, Grazia Bernini Pezzini la calificó en el libro Raphael invenit (1985) como la «punta estrema della stampa di traduzione raffaellesca di tipo tradizionale».

En 1813, Napoleón Bonaparte ordenó que el cuadro original fuese llevado a París, junto con otras obras de Rafael de la Colección Real española; pero el contexto político en Francia se estaba complicando y el traslado de los cuadros se interrumpió, quedando El Pasmo de Sicilia arrumbado durante meses en Tours, en un precario almacén con goteras. Al llegar a París, y tras un debate entre expertos franceses y españoles, el cuadro fue sometido a una restauración que transfirió la pintura a lienzo, tal como se hizo con muchas tablas de la época. Seguramente una conservación inadecuada (humedad, xilófagos) había debilitado o combado el soporte original de madera. El responsable de la restauración, Ferol Bonnemaison, hubo de tomar calcos del original durante el proceso, lo que le permitió pintar una réplica bastante fiel, por encargo del duque de Wellington; actualmente se conserva en la que fue su mansión londinense, Apsley House. El original no fue devuelto a España hasta 1822.

En el mismo siglo XIX la obra original fue transferida, junto con muchas otras obras de la colección real de pintura, al Museo del Prado.

Durante el año 2012 el cuadro se retiró de la exposición al público para ser sometido a un proceso de limpieza y restauración, con ocasión de la exposición temporal El último Rafael, celebrada en el Prado, de la que formó parte.

Véase también

Kids robot.svg En inglés: Christ Falling on the Way to Calvary Facts for Kids

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El Pasmo de Sicilia para Niños. Enciclopedia Kiddle.