Ejército visigodo para niños
Datos para niños Ejército visigodo |
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Actividad | Desde el 330 hasta el 711 | |
Organización | ||
Parte de | Reino Visigodo | |
Líder | Rey de los visigodos | |
Acuartelamiento | Toledo | |
Área de operaciones |
Península ibérica | |
Tamaño | 40 000 hombres (711) | |
El ejército visigodo fue la fuerza militar del pueblo visigodo, un grupo germánico que tuvo un papel muy importante en la historia de Europa. Su actividad se extendió desde el año 330 hasta el 711. A lo largo de los siglos, este ejército evolucionó mucho, adaptándose a los desafíos y a las influencias de otros pueblos, especialmente los romanos.
Contenido
Los inicios del ejército visigodo
Los visigodos, mientras viajaban por Europa, aprendieron mucho de otros pueblos germánicos, sobre todo en el ámbito militar. Al principio, las fuentes romanas describen que los visigodos luchaban en una formación llamada falange. Esto significaba que formaban una línea recta larga en el frente de batalla. Se agrupaban por clanes y tribus, intentando que ninguna unidad destacara demasiado para evitar problemas. Sin embargo, podían formar grupos más pequeños para tareas específicas, como rodear al enemigo.
En estos primeros tiempos, el ejército visigodo no se reunía muy a menudo. Solo lo hacían cuando las diferentes tribus y familias se unían para una causa común. En esos casos, el ejército era simplemente la unión de estos grupos familiares.
Tácticas y armamento inicial
Las tácticas de guerra de los primeros visigodos eran bastante sencillas. A menudo realizaban ataques sorpresa o emboscadas. Si tenían que defenderse, su única estrategia era protegerse detrás de un círculo de carros de suministros. Algunos historiadores creen que, debido a esta falta de organización, no eran capaces de conquistar ciudades fortificadas.
El armamento que usaban al principio era simple pero efectivo, similar al de otros pueblos germánicos. Incluía:
- Lanzas de unos dos metros de largo con punta de hierro.
- Espadas largas de hierro, parecidas a las celtas.
- Escudos planos, ovalados o rectangulares, hechos de madera con una pieza metálica en el centro llamada umbo.
- Algunas fuentes mencionan que usaban hachas arrojadizas, como las "franciscas" de los francos.
- Para protegerse, usaban yelmos y cotas de malla de hierro. Sin embargo, estas protecciones no eran muy comunes, ya que eran muy caras y no eran tan valoradas en su cultura.
La evolución tras el Danubio
Después de cruzar el río Danubio, el ejército visigodo pasó por un momento difícil. Los romanos les obligaron a entregar sus armas. Por eso, en sus primeros enfrentamientos con las tropas romanas, una de sus prioridades era conseguir las armas del enemigo. Poco a poco, se recuperaron y volvieron a ser un ejército bien armado.
Durante mucho tiempo se pensó que la caballería visigoda fue clave en sus victorias, como en la batalla de Adrianópolis en el año 378 d.C. Se creía que esta caballería era "pesada" por su armamento y las protecciones para jinetes y caballos. Sin embargo, estudios más recientes, basados en relatos como el de Amiano Marcelino, sugieren que la victoria visigoda en Adrianópolis se debió más a la infantería, que superaba en número a la romana. La participación de la caballería fue más bien tradicional.
¿Cómo se organizaba el ejército visigodo?
Desde el principio, el rey era el líder principal del ejército visigodo. Contaba con la ayuda de oficiales como los comes exercitus y los dux exercitus.
Los espartatarios eran nobles que formaban una unidad militar permanente, dirigida por el duque de espartatarios. De entre ellos se elegía a los fideles regis, que eran la guardia personal del rey. Con el tiempo, estos guardias llegaron a tener mucha influencia en la política del reino de Toledo.
Las guarniciones militares de las ciudades también eran muy importantes. Estaban al mando de un comes civitatis. Estos comes a su vez eran dirigidos por un dux provinciae, un cargo militar muy relevante desde el reinado de Leovigildo. Sin embargo, esta gran importancia de los dux a veces provocaba que estas guarniciones se rebelaran.
La caballería visigoda
La caballería siempre fue una parte minoritaria del ejército visigodo. Esto se debía al alto costo de mantener a los caballos. Por eso, la caballería estaba asociada principalmente con la nobleza y tenía un gran valor simbólico. Los nobles que servían a caballo eran recompensados por el rey con tierras, aunque no se las daban en propiedad.
La caballería se usaba para dispersar al enemigo o para rodearlo. Había dos tipos principales:
- Caballería ligera: Equipada con jabalinas, lanzas, espadas (spatha), cuchillos (sax o scramasax) y arcos.
- Caballería pesada: Usaba un equipo similar al de los catafractos romanos, con una lanza muy larga llamada Kontos.
Ambos tipos de caballería usaban arneses y cotas de malla de hierro para protegerse.
De Adrianópolis a la caída de Tolosa

La batalla de Adrianópolis en el año 378 d.C. fue un momento clave para la organización militar visigoda. Aunque la infantería seguía siendo la parte principal del ejército, la importancia de la caballería para derrotar a las legiones romanas hizo que se le prestara más atención. Los visigodos aprendieron de la caballería ostrogoda y alana, adoptando el uso de los estribos, lo que los convirtió en mejores jinetes. A pesar de esto, la infantería siguió siendo el grueso de las tropas, y en muchas batallas, la caballería incluso luchaba desmontada.
Con el tiempo, el ejército visigodo se integró con el romano. Tras la muerte de Atanarico, muchos godos se unieron al Imperio como aliados ((foedus). Esto llevó a una asimilación total: la organización, las técnicas y el armamento romanos influyeron mucho en el ejército visigodo. Los nobles godos se convirtieron en oficiales, y el resto de los godos formaron parte de la tropa.
El saqueo de Roma en el 410 d.C. demostró lo bien que los visigodos se habían integrado en la organización militar romana. De hecho, Alarico I llegó a ser una de las máximas autoridades militares del Imperio.
Durante este periodo, el ejército visigodo se organizaba en grupos de diez (decaniae), cien (centenas) y mil (millenas), cada uno con sus propios oficiales. Se cree que esta organización decimal pudo venir de los romanos o de la propia estructura social goda. Sin embargo, el número de hombres en estas unidades rara vez era exacto, ya que el ejército godo estaba formado por grupos particulares que no siempre tenían un número fijo de soldados.
Durante el Reino visigodo de Tolosa (en la actual Toulouse), hubo un cambio en quiénes podían formar parte del ejército. A partir del siglo V, no solo los hombres libres podían ser soldados. Las personas no libres podían unirse al ejército si antes obtenían la condición de libres. Esto era común en los ejércitos privados de los nobles. El rey Eurico tuvo dificultades para conseguir soldados libres, ya que muchos eran propietarios y no querían dejar sus tierras. Por eso, se obligó a los dueños de siervos a que estos también acudieran al llamado del rey para la guerra.
El reino de Tolosa cayó tras la derrota de los visigodos en la batalla de Vouillé (507) frente al ejército franco de Clodoveo I. A partir de entonces, los visigodos se centraron en sus territorios en la Península Ibérica, cruzando los Pirineos y estableciéndose allí.
El Reino visigodo de Toledo y el inicio del feudalismo
Con la creación del reino visigodo de Toledo, los visigodos empezaron a identificarse con Hispania. Su ejército también cambió, ya que a menudo reclutaban a hispanorromanos. Algunos historiadores incluso hablan de un "ejército hispano".
El control militar de la península se lograba mediante guarniciones militares privadas de los nobles en las ciudades principales. Cuanto más importante era la ciudad, más importante era el noble a cargo de su guarnición.
En esta época, que marca el inicio del feudalismo, las tropas visigodas acudían a la llamada a las armas solo por el tiempo que duraba la campaña. Debían pagar su propia comida y equipo. Era un ejército de aristócratas ricos, conocidos como Seniores Gothorum, que estaban unidos al rey por relaciones de servicio o lealtad (unas 500 familias). Estos nobles reclutaban a las tropas entre sus siervos, formando ejércitos privados que debían ayudar al ejército del rey. Este cuerpo profesional fijo se conocía como exercitus.
Algunos reyes visigodos crearon leyes para hacer obligatoria la incorporación de los siervos al ejército. Sin embargo, los ejércitos de los nobles tenían intereses propios, a menudo centrados en conseguir riquezas de la guerra, lo que a veces chocaba con los intereses estratégicos del rey.
La integración de los hispanorromanos
Un tema importante que aún se investiga es cómo se integró la población hispanorromana en el ejército visigodo. Aunque es claro que la población local terminó teniendo las mismas obligaciones militares que los godos, hay diferentes opiniones sobre cuándo ocurrió esto:
- Algunos creen que la participación fue muy tardía, a finales del siglo VII, quizás con la unidad religiosa impuesta por Recaredo.
- Otros piensan que el arrianismo (una forma de cristianismo) fue un factor que los mantuvo separados. Según esta idea, la integración completa solo se dio después de la unificación religiosa.
- Una tercera corriente sostiene que la incorporación de los hispanorromanos fue muy temprana, incluso durante la época del reino de Tolosa. Dentro de esta idea, algunos creen que se dio desde el principio, pero sin mezclar a godos y romanos. Otros dicen que desde el reinado de Eurico, la población local ya estaba obligada a ser reclutada.

El rey convocaba a los militares mediante una regalis ordinatio, que indicaba cuándo debían reunirse. Aunque no había una época fija del año, algunos reinados, como el de Leovigildo, tuvieron mucha actividad militar anual. Si el reino era atacado, la regalis ordinatio no era necesaria; el jefe militar de la provincia debía convocar al ejército automáticamente. Todos los que podían servir militarmente en un radio de cien millas del ataque debían acudir. Sin embargo, esta obligación no siempre se cumplía, y el rey Wamba tuvo que dictar leyes más estrictas contra quienes no acudían a defender el reino, aunque tampoco lograron solucionar el problema por completo.