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Dictadura de Primo de Rivera en Cataluña para niños

Enciclopedia para niños

La dictadura de Primo de Rivera en Cataluña se refiere a las políticas que se aplicaron en Cataluña durante el gobierno de Miguel Primo de Rivera en España, y cómo la gente y los grupos de la región reaccionaron a ellas.

¿Cómo empezó la Dictadura y quién la apoyó en Cataluña?

El apoyo inicial de la burguesía catalana y de la Lliga Regionalista

Cuando el general Miguel Primo de Rivera tomó el poder en España en septiembre de 1923, muchas personas en Cataluña, especialmente las clases más ricas y los empresarios, lo vieron con buenos ojos. Creían que Primo de Rivera traería orden y pondría fin a los problemas sociales y laborales que había en ese momento.

Archivo:F. Cambó
Francisco Cambó, líder de la Lliga Regionalista.

Francisco Cambó, un líder importante de la Lliga Regionalista, un partido político catalán, pensaba que la sociedad necesitaba estabilidad. Además, Primo de Rivera prometió proteger la industria catalana subiendo los impuestos a los productos importados, lo que beneficiaba a los empresarios de la región.

Organizaciones como la Cámara de Comercio y el Instituto Agrícola Catalán de San Isidro, así como partidos conservadores como la Lliga Regionalista y la Unión Monárquica Nacional, apoyaron el nuevo gobierno. Esperaban que se acabaran los conflictos y se protegiera la propiedad. Al principio, la Lliga Regionalista también confió en que Primo de Rivera permitiría cierta autonomía para Cataluña, pero estas esperanzas no duraron mucho.

La Unión Monárquica Nacional

La Unión Monárquica Nacional (UMN) se había fundado en 1919. Sus miembros eran de derechas y no estaban de acuerdo con la Lliga Regionalista, a la que veían como demasiado "separatista".

Cuando Primo de Rivera llegó al poder, la UMN lo apoyó y ganó mucha influencia. Cuando la Lliga Regionalista dejó de apoyar a la Dictadura por su política contra Cataluña, la UMN se convirtió en el principal apoyo del gobierno en la región.

En enero de 1924, Primo de Rivera nombró a Alfons Sala, líder de la UMN, como nuevo presidente de la Mancomunidad de Cataluña, una institución que agrupaba a las provincias catalanas. Esto ocurrió después de que el anterior presidente, Josep Puig i Cadafalch, dimitiera en protesta por las políticas del gobierno.

Finalmente, la UMN se unió a la Unión Patriótica, el partido único que Primo de Rivera creó para apoyar su gobierno.

¿Qué hizo la Dictadura con los sindicatos?

El gobierno de Primo de Rivera quería controlar a los sindicatos, especialmente a la CNT, que era muy fuerte en Cataluña. Al principio, les pidió que presentaran sus documentos y luego encarceló a sus líderes y cerró sus periódicos.

En mayo de 1924, el gobierno prohibió los sindicatos de la CNT. Esto debilitó mucho a la CNT, que ya estaba sufriendo por la represión y los conflictos internos.

Algunos trabajadores se unieron a los Sindicatos Libres para seguir organizados, pero estos nunca tuvieron tantos miembros como la CNT antes de la prohibición. Cuando la CNT volvió a ser legal en 1930, muchos trabajadores regresaron a ella.

¿Cómo afectó la Dictadura a la cultura catalana?

La persecución de la lengua y de la cultura popular catalanas

Desde el principio, Primo de Rivera dejó claro que no quería que se promovieran ideas "separatistas". En septiembre de 1923, se publicó un decreto que castigaba duramente cualquier acción que fuera contra la unidad de España.

Se prohibió usar banderas que no fueran la española, enseñar ideas "separatistas" y usar el catalán en actos oficiales. También se obligó a los ayuntamientos a llevar sus registros en castellano.

Archivo:Casa de Convalescència - IEC
Sede del Institut d'Estudis Catalans.

El objetivo de esta política, cuyo lema era España una, grande e indivisible, era eliminar las características propias de Cataluña. El general Emilio Barrera, capitán general de Cataluña, fue el encargado de aplicar estas medidas. Se cerraron centros políticos catalanes, se encarceló a activistas y se destituyó a alcaldes por permitir la bandera catalana. La prensa fue censurada y muchas publicaciones fueron multadas o cerradas.

Cualquier manifestación de la identidad catalana fue suprimida. Se prohibió izar la Senyera (la bandera catalana), cantar el himno Els Segadors o usar el catalán en actos oficiales. Incluso se limitó el baile de sardanas. Los nombres de calles y pueblos se cambiaron al castellano, a veces de forma ridícula. Se obligó a publicar los anuncios de obras de teatro en castellano y se persiguió a muchas entidades culturales y sociales.

La enseñanza del catalán también fue prohibida en las escuelas. Los maestros que no cumplieran esta norma podían ser suspendidos o sus escuelas cerradas. Incluso la Iglesia católica en Cataluña sufrió esta política, con sacerdotes detenidos y algunos obispos trasladados.

Esta persecución generó muchos conflictos con instituciones y entidades que se negaron a aceptarla, como el Colegio de Abogados de Barcelona o el FC Barcelona. Más de cien de estas entidades fueron cerradas temporal o definitivamente.

A pesar de la represión, algunos intelectuales de otras partes de España mostraron su apoyo a la lengua catalana, firmando manifiestos de solidaridad. Sin embargo, estas protestas no cambiaron la política de la Dictadura.

Curiosamente, la alta cultura en catalán no fue tan perseguida. Libros importantes en catalán se seguían publicando, y surgieron nuevas editoriales y revistas en catalán. Esto sugiere que el gobierno se enfocaba más en suprimir las manifestaciones populares de la cultura catalana, que consideraba más peligrosas.

La disolución de la Mancomunidad

La Mancomunidad de Cataluña era una institución que agrupaba a las cuatro provincias catalanas y gestionaba algunos servicios. En diciembre de 1923, su presidente, Josep Puig i Cadafalch, dimitió en protesta por la política anticatalanista y se fue a Francia.

Poco después, en enero de 1924, Primo de Rivera disolvió todas las diputaciones provinciales, lo que significó el fin de la Mancomunidad. El dictador creía que el regionalismo podía "deshacer la gran obra de unidad nacional".

Alfonso Sala Argemí, el líder de la Unión Monárquica Nacional, fue nombrado presidente de la Mancomunidad, pero sus funciones fueron muy limitadas. Primo de Rivera desconfiaba de la Mancomunidad, temiendo que pudiera convertirse en un "pequeño Estado" que dañara a España.

En marzo de 1925, se aprobó una nueva ley provincial que eliminó de facto la Mancomunidad. Esta ley reflejaba el cambio de Primo de Rivera de un apoyo inicial a un "regionalismo sano" a una hostilidad total hacia cualquier cosa que amenazara el nacionalismo centralista español.

Después de esto, la Diputación de Barcelona, bajo la presidencia de José María Milá Camps, se convirtió en el principal instrumento de la Dictadura en Cataluña, promoviendo una campaña de exaltación de España.

¿Cómo se resistió la gente a la Dictadura?

A medida que la Dictadura aumentaba su represión contra la cultura y las instituciones catalanas, la distancia entre Cataluña y el gobierno creció. Esto llevó a un aumento de los conflictos.

La resistencia de las entidades profesionales, cívicas y sociales

Uno de los primeros grupos en reaccionar fue el Colegio de Abogados de Barcelona. Se negaron a publicar su guía anual en castellano, como ordenaba el gobierno. Después de dos años de conflicto, en marzo de 1926, la Dictadura destituyó a la junta del Colegio y desterró a sus miembros. Sin embargo, dos meses después, tuvieron que permitirles regresar a Barcelona.

Archivo:Camp de les corts 1930
Camp de Les Corts del FC Barcelona en 1930. Allí tuvo lugar un acto de protesta contra la Dictadura y la Monarquía durante la interpretación de la Marcha Real en el acto previo a la disputa de un partido amistoso de fútbol. El campo fue clausurado durante seis meses.

Otra protesta importante ocurrió el 14 de junio de 1925, durante un partido de fútbol entre el FC Barcelona y el Club Esportiu Júpiter. Cuando la banda de música tocó el himno español, la gente lo abucheó, mientras que aplaudió el himno británico. Como castigo, el gobierno cerró el estadio del FC Barcelona por seis meses y obligó al presidente del club, Joan Gamper, a dejar su cargo y salir de España por un tiempo.

Algunos grupos, como Acció Catalana, intentaron llevar el "caso catalán" a organismos internacionales, como la Sociedad de Naciones, para denunciar la represión y pedir un referéndum sobre la autonomía catalana. Aunque estas iniciativas tuvieron poca repercusión, mostraron la resistencia.

El conflicto con el clero catalán

La política de Primo de Rivera también chocó con la Iglesia católica en Cataluña. Los obispos, como Francisco Vidal y Barraquer, se negaron a ordenar a los párrocos que predicaran en castellano. Esto hizo que el clero catalán se convirtiera en un defensor de las libertades regionales y la cultura.

Primo de Rivera intentó que el Papa prohibiera predicar en catalán, pero no lo consiguió. Entonces, presionó a los obispos catalanes. El cardenal Vidal y Barraquer se mantuvo firme, lo que le valió ser considerado "antiespañol" por el régimen.

La Dictadura intentó trasladar a sacerdotes catalanes a otras regiones y creó una "Junta Ciudadana de Barcelona" para vigilarlos. Incluso intentó cambiar el nombre de una institución eclesiástica catalana. Primo de Rivera llegó a amenazar con crear una Iglesia nacional si el Vaticano no apoyaba su política.

A finales de 1928, el Vaticano cedió y envió instrucciones a los obispos catalanes que apoyaban la política de la Dictadura. Se prohibió que profesores catalanistas enseñaran en los seminarios, aunque no se prohibió totalmente el uso del catalán en la enseñanza del catecismo, siempre que se enfatizara el amor por la "patria grande" (España).

El renacimiento del catalanismo: la "Catalunya endins"

Paradójicamente, la persecución oficial a la cultura catalana llevó a un resurgimiento de la cultura propia, gracias a la iniciativa privada y el apoyo de particulares. Esto se manifestó en conferencias, sociedades excursionistas, corales y asociaciones religiosas. La Iglesia jugó un papel importante, ya que la prohibición del catalán en la liturgia puso al clero en la primera línea de defensa de la cultura.

Archivo:Pau Casals 06
Pau Casals fundó en 1926 la Associació Obrera de Concerts

Este período vio el surgimiento de una cultura catalana fuerte, donde los intelectuales se convirtieron en figuras importantes, usando su trabajo como una forma de afirmar la identidad política.

A pesar de la represión, surgieron nuevas iniciativas culturales importantes, como librerías, editoriales y revistas en catalán. También aparecieron nuevos diarios y revistas infantiles.

Hubo muchas iniciativas en la cultura popular a través de ateneos, sociedades excursionistas y corales. El teatro también tuvo un gran auge. La idea era "Cataluña hacia dentro" (Catalunya endins!), lo que significaba que Cataluña se refugió en sí misma para fortalecer su cultura y afirmarse, ya que la actividad política estaba muy limitada.

¿Cómo se opuso la política a la Dictadura en Cataluña?

La llegada de la dictadura de Primo de Rivera significó que los partidos políticos nacionalistas catalanes dejaron de ser legales.

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Lluís Nicolau d'Olwer, líder de Acció Catalana.

En el caso de Acció Catalana, sus líderes mantuvieron conexiones personales y algunos, como Lluís Nicolau d'Olwer, trabajaron para mantener unida la organización y llevaron el "caso catalán" a la Sociedad de Naciones. Sin embargo, el sector más republicano de Acció se fue distanciando y creó un nuevo periódico, La Nau.

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Francesc Macià, líder de Estat Català y del Complot de Prats de Molló.

Otro partido importante, Estat Català, liderado por Francesc Macià, decidió que la única forma de actuar era mediante la insurrección. Macià huyó a Francia y buscó alianzas con otros grupos que querían cambios en España.

En 1925, Macià se reunió con representantes de la CNT y nacionalistas vascos para organizar un levantamiento simultáneo en Cataluña y el País Vasco. Para financiar esto, se recaudaron fondos y se prepararon depósitos de armas cerca de la frontera con Francia.

En junio, grupos clandestinos intentaron un ataque fallido contra los reyes de España en la costa de Garraf.

En octubre de 1925, Macià viajó a Moscú para buscar apoyo del gobierno soviético, pero la ayuda prometida nunca llegó.

A mediados de 1926, Macià decidió intentar una invasión de Cataluña con un pequeño grupo de hombres. El plan era entrar por Prats de Molló, en la Cataluña francesa, tomar Olot y luego marchar hacia Barcelona, donde se declararía una huelga general y se proclamaría la República catalana.

Sin embargo, la policía francesa estaba informada y detuvo a la mayoría de los hombres implicados entre el 2 y el 4 de noviembre. Macià fue detenido y juzgado en París en enero de 1927, siendo desterrado a Bélgica.

A pesar del fracaso, este intento tuvo un gran impacto internacional y convirtió a Macià en un símbolo de la causa catalana. Desde entonces, Macià se dedicó a difundir la situación de Cataluña por el mundo, viajando por América Latina y organizando reuniones para promover la idea de una República Catalana.

Conclusión

La política de Primo de Rivera contra Cataluña no tuvo éxito. Cuando la dictadura terminó, muchos grupos que antes no se preocupaban por las demandas catalanas cambiaron de opinión. El nuevo presidente de la Diputación de Barcelona, Joan Maluquer Viladot, restableció el uso del catalán y pidió más autonomía.

En resumen, la dictadura de Primo de Rivera logró que casi toda la población catalana, con muy pocas excepciones, apoyara al menos la opción de la autonomía. En septiembre de 1930, una delegación catalana de varios partidos asistió a un congreso internacional para dar a conocer las demandas de Cataluña al mundo.

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