Creso para niños
Datos para niños Creso |
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Rey de Lidia | ||
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Reinado | ||
Circa 560 a. C. a 546 a. C. | ||
Predecesor | Aliates (Lidia) | |
Sucesor | Ciro el Grande (Persia) | |
Familia | ||
Dinastía | Mermnada | |
Padre | Aliates | |
Creso (en griego, Kroisos) fue el último rey de Lidia, un antiguo reino ubicado en lo que hoy es Turquía. Gobernó aproximadamente entre los años 560 y 546 a.C. Creso es famoso por su inmensa riqueza y por las historias que se cuentan sobre su vida, sus decisiones y la caída de su imperio.
Su reinado fue una época de gran prosperidad para Lidia, donde se valoraban mucho las artes y se vivía con lujos. Sin embargo, también estuvo marcado por importantes guerras que finalmente llevaron al fin de su reino.
Contenido
Creso: El Rey Más Rico de Lidia
¿Quién fue Creso?
Creso nació alrededor del año 595 a.C. Cuando su padre, Aliates, falleció en el 560 a.C., Creso se convirtió en rey. Rápidamente, expandió su reino, conquistando varias regiones como Panfilia, Misia y Frigia. También logró que muchas ciudades griegas en Anatolia (Asia Menor) se sometieran a su poder, llegando hasta el río Halis.
Creso era conocido por ser increíblemente rico. Se decía que era el hombre más adinerado de su tiempo. Esta riqueza provenía en parte de los recursos naturales de Lidia, como el oro, y de su habilidad para el comercio.
Un Reino Lleno de Riqueza y Arte
Bajo el gobierno de Creso, la capital de Lidia, Sardes, se convirtió en un lugar muy importante. Era un centro de encuentro para sabios y artistas, gracias a su riqueza y belleza. Creso hizo grandes donaciones a los templos de las ciudades griegas que había conquistado, mostrando su generosidad y poder.
La Famosa Historia del Oráculo
Una de las historias más conocidas sobre Creso tiene que ver con el Oráculo de Delfos. Cuando el poderoso Ciro II el Grande, rey de Persia, comenzó a expandir su imperio, Creso se preocupó. Decidió enviar un mensajero al Oráculo de Delfos para pedir consejo.
El oráculo le dio una respuesta misteriosa: si Creso cruzaba el río Halis con su ejército, destruiría un gran imperio. Creso interpretó esto como una señal de que vencería a los persas.
La Batalla y la Caída de Lidia
Confiado en la profecía, Creso formó una alianza con otros reinos poderosos, como Babilonia y Egipto, y con la ciudad griega de Esparta. Luego, marchó hacia el este y cruzó el río Halis para enfrentarse a Ciro.
Sin embargo, en la batalla del río Halis (547 a.C.), las fuerzas persas derrotaron a la coalición de Creso. El imperio lidio cayó. El oráculo había dicho la verdad, pero de una manera que podía interpretarse de dos formas: el imperio destruido fue el suyo propio.
¿Qué Dicen los Historiadores Antiguos?
La historia de Creso ha sido contada por varios historiadores de la antigüedad.
- Heródoto, considerado el "padre de la historia", le dedicó una parte importante de su obra "Historia". Él se centró en la conversación de Creso con el sabio Solón, la triste historia de su hijo Atis y el final del imperio lidio.
- Plutarco criticó a Heródoto, diciendo que presentaba a Creso de forma negativa.
- Jenofonte también mencionó a Creso en su libro sobre Ciro, la "Ciropedia".
- El poeta Baquílides contó una versión diferente sobre el final de Creso.
La Vida de Creso: Conquistas y Desafíos
Creso se convirtió en rey a los treinta y cinco años. Conquistó muchas ciudades griegas en Anatolia, haciéndolas pagar tributos. Sin embargo, decidió no atacar a las ciudades que estaban en islas, siguiendo el consejo de un sabio.
Se dice que Creso gobernó sobre muchos pueblos, incluyendo frigios, misios y carios. Su capital, Sardes, era un lugar muy importante.
Una historia famosa, aunque probablemente no real, cuenta que el sabio ateniense Solón visitó a Creso. Creso le preguntó a Solón quién era el hombre más feliz del mundo, esperando que Solón lo nombrara a él. Pero Solón mencionó a otras personas que habían vivido vidas tranquilas y habían muerto después de grandes logros. Solón le dijo a Creso que la felicidad de una persona solo se puede juzgar al final de su vida, porque la fortuna puede cambiar en cualquier momento. Creso se molestó, pero esta conversación se convirtió en una lección importante.
La Triste Historia de su Hijo Atis
Creso tenía dos hijos. Uno de ellos, Atis, era muy talentoso y querido. Una noche, Creso tuvo un sueño que le decía que Atis moriría por una punta de hierro. Para protegerlo, Creso le prohibió a su hijo participar en batallas o cacerías y lo mantuvo alejado de cualquier objeto afilado.
En ese tiempo, llegó a Sardes un extranjero llamado Adrasto, que había matado a su propio hermano por accidente y buscaba refugio. Creso lo aceptó y lo purificó, siguiendo las costumbres de la época.
Un día, un jabalí salvaje apareció en el país, causando muchos problemas. Atis le suplicó a su padre que lo dejara ir a cazarlo. Creso accedió, pensando que su hijo no podía morir por los colmillos de un jabalí. Adrasto acompañó la expedición para proteger a Atis. Sin embargo, durante la cacería, Adrasto lanzó su jabalina y, por un terrible accidente, hirió mortalmente a Atis.
Adrasto, lleno de tristeza por lo ocurrido, decidió poner fin a su vida. Heródoto cuenta que la muerte de Atis fue un castigo divino por la soberbia que Creso había mostrado ante Solón.
La Guerra contra el Imperio Persa
Después de superar el dolor por la muerte de Atis, Creso vio el creciente poder del imperio persa de Ciro II el Grande como una amenaza. Ciro había destronado a Astiages, un rey medo que era pariente de Creso.
Creso decidió consultar de nuevo a los oráculos. Envió emisarios a varios santuarios para probarlos. Solo quedó satisfecho con las respuestas de los oráculos de Delfos y Anfiarao. Les hizo grandes ofrendas y sacrificios para ganarse su favor.
Luego, preguntó si debía ir a la guerra contra Persia. La respuesta del oráculo de Delfos fue ambigua: "Si emprendes la guerra contra Persia, destruirás un gran imperio". Creso, sin dudarlo, pensó que destruiría el imperio persa. También preguntó cuánto duraría su reinado, y le dijeron que lo perdería cuando un "mulo" reinara sobre los medos. Creso no creyó que un mulo pudiera reinar, sin darse cuenta de que Ciro, al ser hijo de padres de diferentes orígenes, podría ser considerado un "mulo" en sentido figurado.
Confiado en su victoria, Creso organizó una expedición a Capadocia, al otro lado del río Halis, que marcaba la frontera entre Lidia y Persia. Antes, hizo una alianza con los espartanos, a quienes consideraba los griegos más poderosos.
Las tropas de Creso se encontraron con el ejército de Ciro en Pteria. Lucharon todo el día sin un claro ganador. Creso, al darse cuenta de que su ejército era más pequeño, decidió regresar a Sardes para pedir ayuda a sus aliados, Egipto y Babilonia.
La Caída de Sardes
Al regresar a Sardes, Creso envió mensajes a sus aliados para que se unieran a él en cuatro meses. Ciro, al enterarse de los planes de Creso, avanzó rápidamente hacia la capital.
La batalla de Timbrea, cerca de Sardes, fue una victoria decisiva para los persas. Los lidios tuvieron que refugiarse detrás de las murallas de la ciudad. Creso creía que Sardes era inexpugnable (imposible de conquistar) y esperaba un largo asedio. Pidió a sus aliados que vinieran lo antes posible.
La leyenda decía que Sardes era inexpugnable porque un rey anterior había paseado un león sagrado por sus murallas, excepto por una parte muy empinada que parecía imposible de escalar. Sin embargo, un soldado persa descubrió que sí se podía acceder por esa zona. Así, el ejército de Ciro pudo tomar la ciudad antes de que los espartanos, los principales aliados de Creso, pudieran llegar.
Los persas capturaron a Creso en el año 546 a.C., un año después de la batalla de Capadocia.
¿Qué Pasó con Creso Después?

Hay dos versiones sobre lo que le ocurrió a Creso después de ser capturado. Ambas coinciden en que Creso fue llevado a una pira (una hoguera) para ser quemado. Cuando el fuego comenzó, Creso recordó a Solón y gritó su nombre.
Ciro, intrigado, le preguntó por qué gritaba el nombre de Solón. Según Heródoto, Creso le contó la historia de Solón y cómo le había enseñado que la fortuna del hombre es tan cambiante que solo se puede juzgar su felicidad después de su muerte.
Las palabras de Creso conmovieron a Ciro. Al ver su propia buena fortuna reflejada en la pasada riqueza de Creso, Ciro ordenó apagar el fuego.
La versión más aceptada, contada por Heródoto y otros historiadores, dice que Creso imploró a los dioses y estos apagaron el fuego con una tormenta. Creso se salvó y se quedó en la corte de Ciro, siendo tratado con respeto y sirviendo como consejero tanto a Ciro como a su hijo Cambises.
Otra versión, del poeta Baquílides, dice que Creso murió voluntariamente en la pira a pesar de la tormenta. Sin embargo, la mayoría de los relatos antiguos apoyan la idea de que Creso sobrevivió y se convirtió en un sabio consejero.
Gobierno
Heródoto cuenta que las leyes de Lidia bajo Creso eran muy parecidas a las de los griegos. El historiador francés Victor Duruy afirmó que el gobierno de Creso fue "bastante suave" y que esto explica por qué los griegos de Asia preferían a Creso antes que a Ciro y los persas.
Creso era considerado "casi griego" en sus costumbres: estaba casado con una mujer jonia, consultaba oráculos griegos, le gustaban las artes y recibía a los sabios de Grecia. También era conocido por no ser avaro, haciendo muchos regalos costosos a los templos y a los espartanos.
Las Primeras Monedas de Oro
A Creso se le atribuye la creación de las primeras monedas de oro puro, entre los años 640 y 630 a.C. Estas monedas tenían una pureza estándar y se usaban ampliamente. Antes, las monedas se hacían de una mezcla de oro y plata llamada "electrum". Las monedas de Creso fueron un gran avance en la historia del dinero.
Predecesor: Aliates |
Rey de Lidia 560 a. C. - 546 a. C. |
Sucesor: Conquista persa (Ciro el Grande) |
Véase también
En inglés: Croesus Facts for Kids