Conversaciones de Geertruidenberg para niños
Las conversaciones de Geertruidenberg fueron unas reuniones importantes que se llevaron a cabo a principios de 1710 en la ciudad holandesa de Geertruidenberg. En estas conversaciones, representantes del rey Luis XIV de Francia se encontraron con los de la Gran Alianza, un grupo de países que apoyaba al Archiduque Carlos para que fuera el rey de España. El objetivo era encontrar una solución pacífica a la Guerra de Sucesión Española, un conflicto que buscaba decidir quién gobernaría España después de la muerte del rey Carlos II de España.
Estas conversaciones fueron una continuación de intentos anteriores de paz que tuvieron lugar en La Haya el año anterior, conocidos como los preliminares de La Haya. Sin embargo, al igual que las anteriores, las conversaciones de Geertruidenberg no lograron un acuerdo. La paz final de esta guerra se conseguiría más tarde con el Tratado de Utrecht, gracias a otras negociaciones secretas.
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¿Por qué fueron importantes las Conversaciones de Geertruidenberg?
Las conversaciones de Geertruidenberg son un ejemplo de los esfuerzos diplomáticos para poner fin a la Guerra de Sucesión Española. Esta guerra comenzó porque el rey Carlos II de España murió sin dejar herederos directos. Antes de morir, nombró como su sucesor a Felipe de Borbón, nieto del rey Luis XIV de Francia. Sin embargo, otros países europeos, especialmente Austria, no estaban de acuerdo y apoyaban al Archiduque Carlos de Austria como el legítimo heredero. Esto llevó a un gran conflicto en Europa.
El intento de paz anterior: Los preliminares de La Haya
Antes de Geertruidenberg, ya se había intentado negociar la paz en La Haya. La idea de estas negociaciones vino del rey Luis XIV de Francia. Su país estaba pasando por momentos difíciles, con problemas económicos y derrotas militares, lo que hacía muy complicado seguir con la guerra.
Se llegó a un acuerdo de 42 puntos, pero Luis XIV lo rechazó. Una de las condiciones más difíciles para él era tener que ayudar a quitar del trono de España a su propio nieto, Felipe de Borbón. El emperador José I de Austria tampoco estaba muy convencido, aunque el acuerdo reconocía a su hermano, el Archiduque Carlos, como rey de España. Creía que podían haber conseguido aún más ventajas de Francia.
A pesar de todo, Luis XIV ordenó a la mayoría de sus tropas que salieran de España. Él sabía que, si seguía apoyando a Felipe V con su ejército, la paz sería imposible.
La Batalla de Malplaquet y sus consecuencias
La retirada de las tropas francesas de España permitió a Luis XIV concentrarse en defender las fronteras de Francia, que estaban siendo amenazadas por los aliados en los Países Bajos Españoles. El 11 de septiembre de 1709, el mariscal Villars, un importante líder militar francés, se enfrentó a las tropas aliadas, dirigidas por el duque de Marlborough, en la batalla de Malplaquet.
Aunque los aliados ganaron la batalla, tuvieron muchas más bajas que los franceses. Por eso, los franceses la vieron como una "derrota gloriosa" que les permitió resistir el avance aliado. Sin embargo, no pudieron evitar que el duque de Marlborough tomara la ciudad de Moon el 23 de octubre, lo que le dio a los aliados el control total de los Países Bajos españoles.
¿Cómo se desarrollaron las Conversaciones de Geertruidenberg?
Después del fracaso de las negociaciones en La Haya, el marqués de Torcy, ministro del rey Luis XIV, sabía que se necesitaría otro momento para lograr la paz. Ese momento llegó el 3 de enero de 1710, cuando, por iniciativa del propio Torcy, comenzaron nuevas conversaciones con los aliados en Geertruidenberg. La base de estas nuevas charlas eran los acuerdos que se habían propuesto en La Haya.
Luis XIV quería que su nieto, Felipe V, recibiera algunos territorios italianos de la Monarquía de España, como el reino de Nápoles, el reino de Sicilia y la isla de Cerdeña. Esto sería una compensación por dejar el trono de España a favor del Archiduque Carlos.
Sin embargo, los aliados no quisieron cambiar lo que ya se había acordado en La Haya, que no incluía ninguna compensación para Felipe V. Los británicos, en particular, insistieron en que si Felipe V se negaba a dejar el trono, Luis XIV debía ayudar a los aliados a quitarlo.
El 26 de marzo, el Consejo de Estado de Francia, presidido por Luis XIV, se reunió para discutir la situación. El marqués de Torcy, consciente de la difícil situación de Francia (con escasez de alimentos y un invierno muy frío que había arruinado las cosechas), propuso firmar la paz a cambio de que Felipe V obtuviera el reino de Nápoles. Pero el propio Luis XIV, su hijo el Gran Delfín y su nieto el duque de Borgoña se opusieron a esta idea.
Casi dos meses después, el 11 de mayo, el Consejo finalmente acordó que Luis XIV no usaría su ejército para quitar a su nieto Felipe V del trono. Sin embargo, sí que aportaría dinero a los aliados (500.000 libras al mes) para que ellos lucharan contra él.
Esta última propuesta no fue suficiente para los aliados, especialmente para los holandeses. Ellos exigieron primero que la armada francesa participara en las operaciones militares contra Felipe V, y luego, que también interviniera su ejército. Dieron un plazo de 15 días para que Francia respondiera. Ante estas exigencias, Luis XIV decidió poner fin a las conversaciones de Geertruidenberg.
Según el historiador Joaquim Albareda, estas negociaciones fueron otra oportunidad perdida para lograr la paz. El príncipe Eugenio de Saboya y el duque de Marlborough, líderes aliados, quizás se arrepintieron de no haber cedido en sus demandas, ya que dejaron escapar la oportunidad de conseguir una paz muy favorable para los intereses de los aliados, especialmente para la Casa de Austria.