Ciudad iberorromana fortificada La Carencia para niños
La ciudad Iberorromana fortificada La Carencia, también conocida como poblado ibérico La Carencia, es un lugar histórico muy importante. Fue descubierto en 1887 y se encuentra a tres kilómetros del pueblo de Turís, en la cordillera del Portell, en la comarca de la Ribera Alta de la provincia de Valencia.
Este sitio está protegido como Bien de Interés Cultural desde el 21 de julio de 2008, lo que significa que es un tesoro histórico que debemos cuidar.
Contenido
¿Cómo fue la historia de La Carencia?
La Carencia de Turís fue una antigua ciudad ibérica muy grande, de más de ocho hectáreas. Sus primeros habitantes llegaron en el siglo IV a. C. (antes de Cristo) y la ciudad siguió habitada hasta el siglo II d. C. (después de Cristo), cuando ya estaba bajo el control de los romanos. Incluso después, en la época islámica, se siguió usando como un lugar con una torre de vigilancia.
Descubrimientos y excavaciones arqueológicas
Aunque el yacimiento de La Carencia se conoció en el siglo XIX, las primeras excavaciones importantes no se hicieron hasta 1971. Gracias al trabajo de la investigadora Milagros Gil-Mascarrell en 1971 y 1972, se descubrieron objetos de diferentes épocas: de la Edad del Bronce, la Edad del Hierro, la época romana y la época árabe. Estas excavaciones mostraron cómo era una parte del poblado y cuándo estuvo habitado. Se encontraron varias habitaciones y capas de ocupación de los siglos IV al I a.C.
En el año 2001, la Diputación de Valencia inició un nuevo proyecto, dirigido por Rosa Albiach Descals, conservadora del Museo de Prehistoria de Valencia. Este proyecto permitió encontrar tres grandes murallas con torres. Estas murallas se construyeron entre los siglos IV y III a.C. para defender la ciudad, tener una buena vista del territorio y hacer que el lugar pareciera más importante.
El desarrollo de la ciudad ibérica
Los expertos creen que en el siglo VI a. C., el poblado ibérico se hizo más fuerte y estable, con cinco asentamientos. Más tarde, en el siglo IV a.C., fue el momento de mayor esplendor de la cultura ibérica en esta zona. Fue entonces cuando se construyó un recinto fortificado con edificios dentro. El hallazgo de esculturas en el lugar sugiere que era un centro importante con familias poderosas.
De los siglos II y I a.C., se han encontrado 22 lugares con objetos de cerámica ibérica y romana. Esto indica que la zona estaba más poblada que antes. Por toda la ciudad se pueden ver señales de defensa, resistencia, incendios y destrucción, lo que muestra que hubo conflictos.
La arqueóloga Rosa Albiach piensa que La Carencia podría ser la antigua ciudad de Kili. Una prueba de su importancia es la cerámica importada que se ha encontrado, lo que demuestra que el poblado comerciaba con Grecia y Roma.
¿Cómo era La Carencia?
La Carencia se encuentra en una gran llanura con un tipo de relieve llamado cárstico, donde hay montañas y el río Magro con muchos barrancos y fuentes. La cercanía al río Magro, que es un afluente del Júcar, fue clave para su ubicación. Así, la ciudad podía usar el río para el comercio y también tenía rutas terrestres que la conectaban con el comercio marítimo.
La importancia del comercio
La intensa actividad comercial de La Carencia se nota por la gran cantidad de objetos encontrados, como piezas griegas, fenicias, ibéricas y romanas, ¡incluyendo unas mil monedas! Se cree que este asentamiento es el lugar donde se acuñaban las monedas bilingües Kili/Gili en el siglo III a. C..
La Carencia tenía una ubicación estratégica, entre la costa y las zonas del interior. Esto la convirtió en un centro importante para distribuir mercancías hacia las comarcas del interior.
Acceso y vistas desde la ciudad
Se puede llegar al yacimiento por tres caminos diferentes:
- Por el noroeste, se puede ir en vehículo.
- Por el sudoeste, se llega a la parte más baja del poblado.
- Por el este, hay un camino casi cubierto por la vegetación que lleva a una fuente en la parte media del poblado.
En la llanura que rodea la montaña de La Carencia, hay muchos otros restos arqueológicos. Por ejemplo, pequeñas colinas con poblados de la Edad del Bronce e ibéricos, y en algunas terrazas del río Magro, se han encontrado restos de villas romanas.
Desde su posición elevada, la ciudad controlaba y veía un territorio muy amplio. Hacia el sudoeste, se divisaba la sierra de Dos Aguas y el poblado ibérico de Pico de los Ajos (Yátova). Hacia el sudeste, se veía el puerto de Buñol. Al norte, se podían ver las últimas partes de la sierra Calderona y, detrás de Loriguilla, la cima de la ciudad ibérica de Edeta (Liria). En un día claro, incluso se podía ver el mar Mediterráneo hacia el este.
Las murallas de La Carencia
La ciudad era muy grande, de más de ocho hectáreas, y estaba protegida por una doble muralla exterior.
La primera muralla rodeaba un área que Milagros Gil-Mascarell llamó “la acrópolis”. Esta parte estaba en el punto más alto de la cima y se considera la más antigua. Ocupaba 0,3 hectáreas con un perímetro de 246,49 metros cuadrados. También se conoce desde las excavaciones de los años 70 una torre llamada torre Este, que no conserva toda su forma original y medía 4,26 x 4,90 metros. Dentro de este recinto se han encontrado restos de cerámica ibérica, itálica con barniz negro, carbón, restos de metal, conchas y huesos de animales, que datan de los siglos II-I a.C. En un nivel más profundo, se ha encontrado cerámica ática de barniz negro, así como fenicia e ibérica. Esta capa más antigua corresponde al momento de construcción de la muralla, que pudo ser entre los siglos IV-III a.C.
El segundo recinto, rodeado por la segunda muralla, se relaciona con la presencia de los cartagineses y romanos en Iberia. Las reformas y refuerzos de esta muralla se asocian con las batallas de la segunda guerra púnica (218-201 a.C.) y las Guerras Sertorianas (83–72 a.C.). Este recinto se encuentra en la mitad de la ladera sur, a 348,60 metros de altura, y ocupa una superficie de 1,86 hectáreas.
La muralla del tercer recinto se construyó en la época de la fundación romana de Valentia (138 a.C.). Esta muralla cerraba una superficie de poco más de 8,6 hectáreas.
Para construir todas las murallas y sus torres, se usaron grandes bloques de piedra (sillares) y tierra. Para obtener agua, los habitantes de La Carencia usaban fuentes, cisternas, simas y cuevas de la montaña.