Cargadores a Indias para niños
Los cargadores a Indias eran grandes comerciantes que, hace mucho tiempo, se dedicaban a enviar productos y materias primas en grandes cantidades desde España hacia América. Se les llamaba "cargadores" porque su trabajo principal era "cargar" los barcos que viajaban en la Carrera de Indias.
Estos cargadores eran diferentes de los comerciantes más pequeños o los dueños de tiendas, ya que solo ellos tenían permiso para enviar sus productos en los barcos que salían de los puertos controlados por la Casa de la Contratación de Indias.
Contenido
¿Quiénes eran los Cargadores a Indias?
Los cargadores a Indias eran personas muy importantes en el comercio entre España y el continente americano. Eran como los "mayoristas" de su tiempo, encargados de llenar los barcos con todo tipo de mercancías, desde alimentos hasta herramientas y otros productos necesarios para las nuevas tierras. Su actividad era clave para la economía de la época.
El Comercio con América: Un Monopolio
Para controlar todo el comercio con América, en el año 1503 se creó en Sevilla la Casa de la Contratación de Indias. Esta institución tenía el poder de decidir quién podía comerciar y cómo, estableciendo un sistema de monopolio. Esto significaba que solo a través de Sevilla se podía comerciar con las tierras americanas.
Más tarde, en 1547, se fundó el Real Consulado de Cargadores a Indias. Su objetivo era organizar a todos estos grandes comerciantes y ayudar a resolver cualquier problema o disputa que surgiera en sus negocios. La sede de este Consulado se construyó en un edificio llamado la Casa Lonja, que se terminó en 1598. Este mismo edificio también era la sede de la Casa de Contratación.
De Sevilla a Cádiz: El Cambio de Puerto
Al principio, Sevilla era el centro de todo el comercio con América. Sin embargo, los barcos que se usaban para estos viajes eran cada vez más grandes. El río que llegaba a Sevilla, el Guadalquivir, se hacía difícil de navegar para estas grandes embarcaciones.
Por esta razón, otros puertos cercanos, como Sanlúcar de Barrameda y Cádiz, empezaron a usarse para cargar y descargar los productos. Aunque los barcos salieran de estos puertos, siempre tenían que enviar la información de sus cargamentos a la Casa de Contratación en Sevilla.
A finales del siglo XVII, la mayor parte de los cargamentos ya se hacían desde Cádiz. Esto llevó a que en el año 1717, la Casa de Contratación y el Real Consulado de Cargadores se trasladaran oficialmente a Cádiz. El edificio que ocuparon en Cádiz es hoy la sede de la Diputación Provincial de Cádiz.

El Fin de una Época Comercial
El sistema de monopolio de Cádiz para el comercio con América terminó en 1778. El rey Carlos III firmó un decreto llamado el Libre Comercio de España e Indias. Esto permitió que muchos más puertos en España y América pudieran comerciar directamente, sin pasar solo por Cádiz. Con este cambio, la Casa de la Contratación dejó de existir.
A pesar de esto, Cádiz siguió siendo muy importante en el comercio con América por un tiempo. Pero en 1796, la armada inglesa bloqueó el puerto de Cádiz. Esto hizo que muchos cargadores tuvieran que buscar otros puertos en la Península y en América para continuar sus negocios.
La actividad de los cargadores a Indias fue disminuyendo a medida que los países americanos se independizaban de España. Solo se mantuvo un poco de comercio con Cuba hasta que España perdió el control de la isla después de la Guerra hispano-estadounidense en 1898.
Las Casas y Torres de los Cargadores
Los cargadores a Indias, al ser personas con mucho dinero e influencia, construyeron grandes y hermosas casas en las ciudades donde vivían y trabajaban.
En Sevilla, desde la segunda mitad del siglo XVI y durante todo el siglo XVII, muchos cargadores construyeron viviendas impresionantes, cuidando cada detalle de su diseño.
Más tarde, en los siglos XVII y XVIII, en ciudades como Cádiz, Sanlúcar de Barrameda y El Puerto de Santa María (conocida como la Ciudad de los Cien Palacios), también se levantaron muchas casas-palacio y torres. Estas construcciones mostraban la gran importancia económica y política de los cargadores. Además, las torres les servían para vigilar la llegada y salida de los barcos, y hoy en día forman parte del paisaje de la Bahía de Cádiz.