Asesinato de Calvo Sotelo para niños
El asesinato de Calvo Sotelo se produjo en Madrid, España, en la madrugada del lunes 13 de julio de 1936. Calvo Sotelo era el líder más destacado de la oposición durante la Segunda República Española. Fue una de las 384 víctimas de la ola de violencia política que se desató en España tras el triunfo del Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936.
La noticia del asesinato de Calvo Sotelo causó una enorme conmoción, no solo por el hecho en sí, sino también porque los autores del magnicidio eran miembros de las fuerzas de seguridad «que llevaban como auxiliares a militantes socialistas —uno de ellos, escolta de Indalecio Prieto— y como jefe al capitán de la Guardia Civil Condés, también ligado al PSOE». Pero lo que probablemente causó un impacto aún mayor fue la falta de respuesta del gobierno del Frente Popular presidido por Santiago Casares Quiroga y del presidente de la República, Manuel Azaña.
Por otro lado, el asesinato de Calvo Sotelo y sus circunstancias decantaron a muchos militares, que todavía dudaban o permanecían indiferentes, a sumarse a la conspiración contra el gobierno que se venía fraguando desde abril bajo la dirección del general Mola y que, solo cuatro días después del asesinato del líder monárquico, desembocaría en el golpe de Estado de julio de 1936, cuyo fracaso parcial desencadenó la guerra civil española. Los vencedores en la guerra proclamaron a Calvo Sotelo como el «protomártir» de su «Cruzada de Liberación». Se levantaron monumentos en su honor (el más importante, situado en la plaza de Castilla de Madrid, fue inaugurado personalmente por el generalísimo Franco en 1960) y en prácticamente en todas las ciudades españolas se le dedicó una calle o una plaza. Una empresa estatal del INI fundada en 1942 llevaría su nombre.
Imágenes
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Retrato escultórico de José Calvo Sotelo en el monumento dedicado a él erigido por la dictadura franquista en 1960 en la plaza de Castilla de Madrid.
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José Calvo Sotelo en un mitin en San Sebastián (1935). Era el líder indiscutido de la derecha antirrepublicana y el principal promotor civil de la conspiración golpista que desembocó en el golpe de Estado de julio de 1936.
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Ermita del Humilladero de Nuestra Señora de la Soledad en la esquina de las calles Fuencarral y Augusto Figueroa. A sus puertas fue asesinado el teniente Castillo.
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Antiguo cuartel de Pontejos situado en la plaza de Pontejos, justo detrás de la Puerta del Sol. El grupo de la Guardia de Asalto de Pontejos, uno de los cuatro grupos que había en Madrid, estaba bajo las órdenes del comandante Ricardo Burillo. Constaba de cuatro compañías. A la 2ª, llamada de Especialidades, pertenecía el teniente Castillo. Su capitán era Antonio Moreno Navarro y el otro teniente de la compañía era Alfonso Barbeta.
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Arcos de entrada del cementerio del Este de Madrid.
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Vista aérea del cementerio de la Almudena, donde se encontró el cuerpo de Calvo Sotelo el lunes 13 de julio por la mañana y donde tuvo lugar el funeral y el entierro el martes 14 por la tarde.
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Santiago Casares Quiroga, presidente del gobierno del Frente Popular desde mayo de 1936. Presentó su dimisión tras conocerse el asesinato de Calvo Sotelo, pero el presidente de la República Manuel Azaña no se la aceptó. Su respuesta al magnicidio no tuvo la contundencia que requería un hecho tan trascendente.
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Diego Martínez Barrio, presidente de las Cortes y líder de Unión Republicana. Fue uno de los pocos políticos republicanos de izquierda que al menos en privado valoró la trascendencia del asesinato de José Calvo Sotelo. Intentó sin éxito que Manuel Azaña aceptara la dimisión de Santiago Casares Quiroga y nombrara un nuevo gobierno dispuesto a imponer «sanciones duras que evidencien el recobro de todos los resortes del poder».
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Cementerio civil de Madrid donde fue enterrado el teniente Castillo.
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Gregorio Marañón en 1931, cuando era miembro de la Agrupación al Servicio de la República. Quedó conmocionado por el asesinato de Calvo Sotelo. Le escribió a Marcelino Domingo el día 16: «España está avergonzada e indignada, como no lo ha estado jamás» (cursiva en el original).
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Interior del Palacio de las Cortes, donde tuvo lugar la reunión de la Diputación Permanente.
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José María Gil Robles en un mitin de la CEDA en el Frontón Urumea de San Sebastián en 1935 (en la parte delantera de la mesa aparece el logo de la CEDA). Según Gabriele Ranzato, su intervención en la sesión de la Diputación Permanente «fue, por su eficacia y elocuencia, su último gran servicio a la causa de la sublevación».
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Indalecio Prieto, líder del sector centrista del PSOE. Respondió al discurso de Gil Robles recurriendo al argumento de que la violencia de aquel momento era la consecuencia de «las enormes ferocidades cometidas con ocasión de la represión de los sucesos de octubre de 1934» llevada a cabo por el gobierno radical-cedista.
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El general Franco estuvo informado de la conspiración dirigida por el general Mola a la que no se sumaría hasta el último momento (tras conocer el asesinato de Calvo Sotelo).
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El general Emilio Mola, organizador y principal promotor de la conspiración golpista de 1936, por lo que fue conocido con el nombre en clave de «El Director». Mola fue el que definió el plan político y militar del golpe de Estado de julio de 1936 cuyo fracaso relativo provocó la guerra civil española. Intentó evitar los errores cometidos durante la fracasada Sanjurjada de cuatro años antes.
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Monumento a Calvo Sotelo en la plaza de Castilla de Madrid, levantado por M. Manzano y C. Ferreira (1960).
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Relieve del Monumento a Calvo Sotelo en que aparecen representados tres cruzados que rinde homenaje al «protomártir» de la Cruzada de Liberación.
Véase también
En inglés: Assassination of José Calvo Sotelo Facts for Kids