Apostasía en el islam para niños
La apostasía en el Islam (también conocida como irtidād o ridda en árabe) se refiere a cuando una persona que antes seguía el Islam decide dejar esa religión, ya sea con palabras o acciones.
El Corán, el libro sagrado del Islam, no menciona un castigo específico en la Tierra para la apostasía. Sin embargo, las autoridades islámicas tienen diferentes opiniones sobre cómo se debe tratar este tema. Algunos creen que no hay castigo si la persona no actúa en contra de la sociedad musulmana. Otros, basándose en ciertas interpretaciones de los dichos y acciones del profeta Mahoma (conocidos como hadiz), consideran que puede haber castigos muy serios. A la persona que deja el Islam se le llama murtad.
La mayoría de los expertos musulmanes han mantenido la idea tradicional de que la apostasía puede ser castigada, incluso con prisión o consecuencias graves, especialmente para hombres adultos y con buen juicio, a menos que se arrepientan. Sin embargo, algunos pensadores musulmanes de hoy en día, incluyendo reformistas importantes, no están de acuerdo con esta postura. Ellos defienden la libertad de credo, es decir, el derecho de cada persona a elegir su propia religión.
Según la Sharia (la ley islámica), la apostasía se identifica por ciertas acciones. Estas pueden incluir convertirse a otra religión, negar la existencia de Dios, rechazar a los profetas, burlarse de Dios o de los profetas, adorar ídolos, o rechazar las leyes de la Sharia.
Contenido
Consecuencias de la apostasía
Castigos históricos

En el pasado, en el derecho islámico medieval (Sharia), la mayoría de los expertos estaban de acuerdo en que un hombre que dejaba el Islam podía enfrentar castigos severos, a menos que tuviera una enfermedad mental o fuera forzado a convertirse. Para las mujeres, algunas escuelas de pensamiento islámico decían que también podían enfrentar castigos graves, mientras que otras proponían que fueran encarceladas hasta que volvieran al Islam.
Una minoría de juristas islámicos medievales, como Sarakhsi (fallecido en 1090), Ibn al-Walid al-Baji (fallecido en 494) e Ibn Taymiyyah (1263–1328), pensaban que la apostasía no siempre debía tener un castigo fijo y muy severo, sino que podía tener consecuencias menos estrictas.
Hoy en día, algunos juristas islámicos importantes, como el Gran Mufti Ali Gomaa y el Gran ayatolá Husein Alí Montazerí, han dicho que cambiar de religión no debería ser castigado, o solo en circunstancias muy específicas. Sin embargo, estas ideas son minoritarias y no son aceptadas por la mayoría de los Ulema (académicos islámicos).
La opinión de Mahmud Shaltut
Mahmud Shaltut, quien fue un importante líder religioso de la Universidad de al-Azhar, explicó que el Corán no menciona un castigo terrenal para la apostasía. Él señaló que el Corán habla de castigos en la vida después de la muerte. Solo un versículo del Corán menciona un "castigo doloroso en la vida de acá y en la otra", pero muchos expertos creen que esta frase es demasiado general para referirse a un castigo tan severo en la Tierra.
Algunos expertos también señalan que el profeta Mahoma nunca ordenó que se castigara a alguien por apostasía, e incluso intervino en algunos casos para evitar que sus seguidores lo hicieran.
Aplicación de la ley en el mundo musulmán
Muchos países de Medio Oriente y África del Norte tienen dos tipos de tribunales: los seculares y los religiosos. Los tribunales religiosos suelen encargarse de asuntos como el matrimonio y la herencia. Países como Arabia Saudita e Irán usan tribunales religiosos para casi todos los asuntos legales, y tienen una policía religiosa que se asegura de que se cumpla la ley. La Sharia también se aplica en Sudán, Libia, Afganistán y Somalía.
En algunas regiones del norte de Nigeria, se han vuelto a usar tribunales que aplican la Sharia. En la práctica, esto ha llevado a la reintroducción de castigos severos, como la amputación de manos por robo, o castigos muy graves por ciertas acciones.
En 1980, Pakistán creó la Corte Federal Shariat. Esta corte puede revisar cualquier ley para asegurarse de que sea adecuada para el Islam. Entre sus primeras acciones, aprobó leyes que afectaban a las minorías religiosas, como una ley contra la blasfemia, una ley que castigaba la profanación del Corán, y una prohibición de insultar a la familia o compañeros del Profeta del Islam. También se crearon leyes que limitaban las actividades de la comunidad Ahmadía, a quienes se les declaró no musulmanes.
Oposición a los castigos severos
Algunos estudiosos, como Abdullah Saeed y Hassan Saeed, argumentan que las leyes islámicas que piden castigos severos por apostasía no concuerdan con varios principios del Islam. Ellos creen que estas leyes se desarrollaron al principio como una herramienta política y religiosa, y que hubo muchas opiniones diferentes entre los primeros musulmanes sobre este tema.
Académicos musulmanes, tanto antiguos como modernos, han dicho que los hadiz que se usan para justificar castigos severos solo deberían aplicarse a la traición política contra la comunidad musulmana, y no a la apostasía en general. Estos académicos defienden la libertad de las personas para cambiar de religión sin enfrentar consecuencias legales.
Otros académicos islámicos importantes, como el Gran Mufti de El Cairo, Ali Gomaa, han declarado que, aunque Dios castigará a los apóstatas en la otra vida, los seres humanos no deben castigarlos. Sin embargo, Ali Gomaa aclaró después que no quiso decir que abandonar el Islam no tuviera consecuencias, sino que "el Islam prohíbe que un musulmán cambie su religión y que la apostasía es un crimen, que debe ser castigado".
Javed Ahmad Ghamidi, otro académico islámico, escribe que el castigo por apostasía era parte de un castigo divino solo para aquellos que negaron la verdad después de que el profeta Mahoma la explicara claramente. Por lo tanto, él considera que fue un mandato limitado en el tiempo y que ya no es aplicable hoy en día.
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Véase también
En inglés: Apostasy in Islam Facts for Kids