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Alonso Fernández de Avellaneda para niños

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Alonso Fernández de Avellaneda es el nombre falso, o seudónimo, de la persona que escribió un libro conocido como el Quijote de Avellaneda. El título original de este libro era Segundo tomo del ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. Se publicó, según lo que dice en la portada, en Tarragona en el año 1614. Hasta hoy, nadie sabe con seguridad quién fue el verdadero autor, aunque se han propuesto varias ideas.

¿Cuándo se publicó el libro de Avellaneda?

En 1614, apareció un libro impreso en Tarragona, que decía ser el Segundo tomo del ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha. Este libro contaba la "tercera salida" de Don Quijote y era la "quinta parte de sus aventuras". Decía haber sido escrito por el "licenciado Alonso Fernández de Avellaneda, natural de la villa de Tordesillas".

Aunque hubo otras imitaciones del famoso libro de Miguel de Cervantes en esa época, la de Avellaneda fue la más importante. Tanto así que el propio Cervantes la mencionó en la segunda parte de su Don Quijote, que se publicó al año siguiente.

Aunque muchos expertos en Cervantes consideraron esta obra como menos importante, se sabe que el Quijote de Avellaneda fue popular entre los lectores. De hecho, se reimprimió el mismo año 1614. En el siglo XVIII, un bibliotecario llamado Blas Nasarre incluso pensó que la continuación de Avellaneda era mejor que la de Cervantes.

¿Quién fue el misterioso autor?

Hasta ahora, no se ha encontrado a ninguna persona real llamada Alonso Fernández de Avellaneda. Por eso, casi todos los expertos están de acuerdo en que es un seudónimo. Se han propuesto muchas ideas sobre quién podría ser el verdadero autor.

Algunos de los nombres que se han mencionado son Pedro Liñán de Riaza, Baltasar Elisio de Medinilla, Lope de Vega, los hermanos Bartolomé y Lupercio Leonardo de Argensola, Jerónimo de Pasamonte y Cristóbal Suárez de Figueroa.

Se cree que el prólogo (la introducción) del libro pudo haber sido escrito por una persona diferente al resto de la novela. Esto se debe a que el prólogo es muy ofensivo contra Cervantes, mientras que el resto de la historia parece escrita por alguien que lo admiraba. Además, el autor principal usaba algunas palabras de la región de Aragón y era muy devoto de San Bernardo y de los dominicos.

Hace algunos años, el experto Martín de Riquer sugirió que el autor podría ser Jerónimo de Pasamonte. Él fue un soldado y escritor que vivió al mismo tiempo que Cervantes y luchó en la batalla de Lepanto, igual que Cervantes. Pasamonte también era de Aragón y admiraba a San Bernardo y a los dominicos, como el autor de Avellaneda.

Sin embargo, otros expertos, como Edward C. Riley, no están de acuerdo con esta idea. Piensan que el estilo de escritura de Pasamonte era muy diferente y de menor calidad que el del Quijote de Avellaneda. Por otro lado, Alfonso Martín Jiménez ha encontrado muchas similitudes entre los escritos de Pasamonte y el Quijote de Avellaneda. Él cree que el propio Cervantes pensaba que Pasamonte era Avellaneda.

Recientemente, analizando las palabras usadas en el texto, se ha propuesto que Cristóbal Suárez de Figueroa podría ser el verdadero autor. Se piensa que pudo haber sido una venganza contra Cervantes.

En 2010, el profesor Alfredo Rodríguez López-Vázquez sugirió que José de Villaviciosa podría ser el autor detrás del seudónimo Avellaneda. Villaviciosa estudió en lugares importantes para la historia del libro, y tenía familiares religiosos en Toledo, lo que también podría relacionarse con la obra.

También se ha notado que el autor de Avellaneda conocía muy bien una cofradía (una hermandad religiosa) del Rosario Bendito en Calatayud. Esto es importante porque Jerónimo de Pasamonte, uno de los posibles candidatos, había ingresado en esa cofradía cuando era joven y fue devoto de ella toda su vida.

¿Cómo influyó en Cervantes?

Don Quijote, el personaje principal, descubre por casualidad en el capítulo 59 de la segunda parte de su historia que ya existe una continuación de sus aventuras. Lo que lee en ese libro le molesta mucho, porque lo presenta como si ya no estuviera enamorado de Dulcinea. Se cree que este enojo de Don Quijote refleja el enojo de Cervantes.

Para demostrar que la obra de Avellaneda era falsa, Cervantes hace que un personaje del libro de Avellaneda, llamado Álvaro Tarfe, aparezca en su propia obra (capítulo 72). Allí, Tarfe declara ante un escribano que el Don Quijote del libro de Avellaneda no es el "auténtico" Don Quijote. Más adelante, en el capítulo 70, un personaje llamado Altisidora dice que vio en una visión cómo los diablos del infierno usaban el libro de Avellaneda como pelota, diciendo que era tan malo que no podrían haberlo hecho peor a propósito.

Además, Cervantes revela el nombre verdadero de Don Quijote: Alonso Quijano. En la primera parte de su obra, nunca se dice el nombre completo del caballero. Pero para dejar claro que la continuación de Avellaneda era falsa (donde el protagonista se llama Martín Quijada), Cervantes revela el nombre real en el último capítulo de su obra.

En su testamento, Alonso Quijano vuelve a criticar al "autor que dicen que compuso" la obra de Avellaneda, llamándolo "escritor fingido". Esto sugiere que Cervantes sabía que Avellaneda era un seudónimo, pero no llegó a saber quién era el verdadero autor.

Se piensa que Cervantes hizo que Alonso Quijano muriera al final de su libro para que no pudiera "hacer nueva salida" y así evitar que otros autores, como Avellaneda, pudieran seguir escribiendo sobre él.

Algunos creen que los ataques de Cervantes contra el libro de Avellaneda pudieron haber sido contraproducentes, haciendo que los lectores modernos se interesen más por la obra de Avellaneda. Sin embargo, es muy posible que sin el desafío que representó la continuación de Avellaneda, Cervantes no habría terminado su propia segunda parte, que había dejado sin escribir durante años.

Traducciones del Quijote de Avellaneda

El Quijote de Avellaneda fue traducido al francés por Alain-René Lesage. Él publicó en París en 1704 una versión muy cambiada de la obra, con el título de Nuevas aventuras del admirable don Quijote de la Mancha. La versión de Lesage, que quitó y añadió pasajes, fue bastante popular en su momento.

Otras continuaciones del Quijote

Después de la de Fernández de Avellaneda, se escribieron otras continuaciones del Quijote, principalmente en francés. Algunas de ellas fueron Historia del admirable don Quijote de la Mancha y Continuación nueva y verdadera de la historia y las aventuras del incomparable don Quijote de la Mancha.

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