Alcanada para niños
El topónimo de Alcanada, que se pronuncia 'Aucanada' en mallorquín, viene de una antigua granja musulmana en el municipio de Alcudia (Mallorca, Islas Baleares, España). Esta granja se llamaba Albecanata (o Al-kaddan) y aparece mencionada en un libro muy antiguo de 1232 llamado Llibre del Repartiment de Mallorca.
Hoy en día, Alcanada es el nombre de una zona residencial donde la gente pasa el verano. También tiene una cala de piedra, un campo de golf y un pequeño islote con un faro.
Contenido
Historia de Alcanada
Los primeros asentamientos en Alcanada
Se cree que hace muchos siglos, en la época de los romanos, existió un pequeño pueblo en Alcanada. Este pueblo estaba conectado con la ciudad romana de Pollentia. Más tarde, cuando Mallorca estuvo bajo dominio musulmán (entre los siglos X y XIII), se fundó la granja de Alcanada.
Después de que la Corona de Aragón conquistara las Baleares, la granja de Alcanada pasó a ser propiedad de un señor llamado Pere Ferrandiz. A partir del siglo XIV, las tierras y el islote de Alcanada se convirtieron en un lugar de uso común para todos.
Algunos de los dueños de las antiguas casas de Alcanada fueron Martí Torrens, Guillem Torrens y Antoni Fe. Estas casas eran sencillas, de dos pisos, y se usaban tanto para la agricultura y la ganadería como para alojar a los trabajadores de la finca. Un documento de 1857 muestra que una de estas casas estaba habitada por una familia con sus tres hijos, además de cuatro pastores y un ayudante. En 1862, la finca de Alcanada era una propiedad grande de 150 cuarteradas (una medida de tierra), donde se cultivaban almendros, algarrobos, viñas, cereales, olivos e higueras. También tenía zonas de pinar y monte bajo. En ese momento, el dueño era "D. Antonio Morey de Palma".
El Archiduque Luis Salvador, en su libro Die Balearen, describió Alcanada así: "Desde el Puerto de Alcúdia, un camino sube cerca de la costa hacia la rada de Alcanada y la casa del mismo nombre. Allí hay un pozo del que se saca agua para los animales. Cerca hay un gran viñedo y terrazas con algarrobos e higueras. La casa es sencilla, con una torre y una terraza con una estrella en el centro. Una cisterna tiene la inscripción: 'Alcanada 1844'."
Hoy en día, la casa principal y los edificios cercanos han sido renovados. Ahora funcionan como un club de golf y un restaurante, aunque algunas partes se han mantenido como eran originalmente.
La finca Sa Bassa Blanca
Junto a Alcanada se encuentra la finca Sa Bassa Blanca, al lado de un arroyo con el mismo nombre. Aquí se encuentra la Fundación Yannick y Ben Jakober. La casa principal tiene un estilo que mezcla lo español y lo árabe, y fue diseñada por el arquitecto egipcio Hassan Fathy. Él se inspiró en una fortaleza-posada musulmana para construirla, pero mantuvo los muros gruesos de la antigua casa de campo. Para llegar a este lugar, hay que usar un camino de montaña que empieza en el barrio del Mal Pas, ya que no tiene acceso desde la costa.
La Fundación tiene varias colecciones de arte que están abiertas al público. En las salas de exposición del edificio principal, se pueden ver obras de arte de la segunda mitad del siglo XX. En lo que antes era un aljibe (un depósito de agua), hay una colección permanente con más de 150 retratos de niños de la realeza y la nobleza europea, hechos entre los siglos XVI y XIX.
La Torre Mayor de Alcanada
La Torre Mayor de Alcanada se construyó para vigilar y proteger la costa de esta parte de la bahía de Alcudia y los pueblos cercanos.
Desde el siglo XVI, las Baleares sufrían ataques de piratas que saqueaban pueblos y casas, y capturaban a sus habitantes para pedir dinero a cambio de su libertad. Para defenderse de estos ataques, un matemático y sacerdote llamado Joan Binimelis (1538-1616) creó un sistema de torres de vigilancia a lo largo de la costa de las Baleares. Estas torres usaban un código de señales para avisar si había barcos piratas. Los guardias en las torres encendían fuegos y usaban señales de humo durante el día, o mantenían los fuegos por la noche, e incluso disparaban cañones para alertar a los vecinos y que se prepararan para defenderse.
Desde la Torre Mayor hasta el puesto de defensa de la Penya Roja, hay casi nueve kilómetros de costa rocosa y solitaria que fue necesario vigilar y proteger durante muchos siglos. Las historias cuentan sobre un ataque en Cap des Pinar en 1551, donde 25 personas de Mallorca fueron capturadas. El dinero para su liberación, que fue de dos mil escudos, lo adelantó el ayuntamiento de Alcudia.
El islote y el faro de Alcanada
A mediados del siglo XIX, se construyó el faro de Alcanada en el islote del mismo nombre, cerca de la playa de Alcanada. Durante cien años, los fareros, y a veces sus familias, vivieron en la isla. Dos veces por semana, una barca les traía alimentos desde el Puerto de Alcudia. Pero si el mal tiempo impedía el acceso por mar, se quedaban aislados sin las provisiones necesarias.
Durante la Guerra Civil Española (1936-1939), la población del islote aumentó con los soldados encargados de vigilar y defender la costa. Para ello, se construyeron tres puestos de vigilancia en el islote. Desde 1960, el sistema de luz del faro de Alcanada se hizo automático y el faro quedó sin habitantes.
La visión arquitectónica de Nicolau Mª Rubió i Tudurí
En 1933, el arquitecto Nicolau Maria Rubió i Tudurí, que era de Menorca, planeó construir una colonia de verano en Alcanada, en la Cala Poncet. Esta cala lleva el nombre de una antigua propiedad cercana, Son Ponç (o Can Poncet), que se usaba para cultivar cereales y estaba rodeada de pinos y vegetación. En 1635, esta propiedad pertenecía a Joan Pons, conocido como Poncet.
A Rubió i Tudurí le gustaba la idea de las Ciudades jardín y las colonias de verano que se inspiraban en la arquitectura tradicional. Estas ideas eran populares en las nuevas tendencias arquitectónicas de principios del siglo XX. Por eso, en su proyecto para Alcanada, quiso crear una aldea de pescadores, con sus casitas típicas, sus callejones y pasajes, e incluso una parte antigua y una nueva. La familia Sampol Antich, dueña de la finca Alcanada, fue la que impulsó las obras de este proyecto.
El primer dueño de una parte de esta urbanización fue Pedro Dot Martínez, un famoso creador de rosas. Él dedicó una variedad de rosa, la Rosa 'Perla de Alcanada', a este lugar donde pasaba sus veranos. Esta rosa fue una de las primeras rosas en miniatura.
La Guerra Civil Española detuvo los trabajos de la urbanización y el proyecto quedó sin terminar y casi abandonado durante diez años. La urbanización volvió a cobrar vida en los años cincuenta. Sin embargo, las nuevas normas de construcción permitieron edificios que se alejaban del plan original de Nicolau Maria Rubió i Tudurí. Por eso, el proyecto cambió mucho, excepto en la parte original de la Cala Poncet.
En la década de 1950, se construyó una central termoeléctrica de la compañía GESA (Gas y Electricidad Sociedad Anónima) junto a la Torre Mayor de Alcanada. Esta central estuvo funcionando entre 1958 y principios de los años 80. Alrededor de la central, el arquitecto Josep Ferragut diseñó un grupo de casas para los trabajadores de la central.
Véase también
En inglés: Alcanada Facts for Kids